La alimentación en la antigua Roma variaba grandemente entre ricos y pobres. Mientras los pobres se conformaban principalmente con pan, gachas y verduras, los ricos disfrutaban de abundantes banquetes que incluían carnes, mariscos, quesos y frutas. El gastrónomo Apicio contribuyó a sofisticar la cocina romana al escribir el primer tratado sobre el arte culinario, con cerca de 500 recetas. Las especias se usaban comúnmente para mejorar el sabor de alimentos que podían haber