SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 7
Descargar para leer sin conexión
Parque Nacional Los Cardones




                                                                                  El sapito Celestino
                                                                                y las flores del cardón
                                                                                              Darío Lobos
                                                                           –No voy a esperar cincuenta años como el cardón para
                                                                        poder tener mi propia flor –pensó en soledad el sapo
                                                                        Celestino, un sapito andino, escuálido, chueco y desgarba-
                                                                        do, mirando los silenciosos cardones del parque. Y sí, cin-
                                                                        cuenta años esperan los cardones para dar su flor.
                                                                           Así que el sapito partió con decisión de su Sierra
                                                                        Colorada natal con la idea fija de encontrar a la sapita de
                                                                        sus sueños; resonaban en su mente las palabras del gato
                                                                        del pajonal, sobre que los animales más hermosos estaban
                                                                        en el Valle Encantado y cada visitante que iba allí se vol-
                                                                        vía tan bello como los propios moradores.
                                                                           Soñaba despierto Celestino con encontrar el amor de su
“El sapito Celestino y las flores del cardón”, de Darío Lobos           vida y dejar de ser para siempre un sapito feo y solitario,
Ilustraciones: Diego Florio                                             y en el Valle Encantado lo tendría todo: belleza propia y
Diseño de tapa y colección: Campaña Nacional de Lectura                 sapitas que caerían rendidas a sus patas.
                                                                           La aridez del clima y la falta de lluvia no era un freno
Colección: “Parques Nacionales: leelos, cuidalos, disfrutalos”

Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología
Unidad de Programas Especiales
Campaña Nacional de Lectura
Pizzurno 935. (C1020ACA) Ciudad de Buenos Aires. Tel: (011) 4129-1075
campnacionaldelectura@me.gov.ar - www.me.gov.ar/lees

República Argentina, 2007
para el impetuoso andar de Celestino. Cuando el sol pega-        ni la inhóspita aridez
ba fuerte se refugiaba entre los matorrales y las dispersas      pondrá frenos en su andar,
jarillas, y después proseguía su marcha y su porfía, feliz y     no lo dice mi cantar,
confiado en las palabras del gato del pajonal.                   lo dice su tozudez.
   Quipildor, el quirquincho, lo vio pasar a los saltitos        El cauce seco del río
cuando asomaba su hocico de la cueva.                            o los rugientes torrentes
   –¿Cómo andas, chango, a dónde vas tan apurado? –le            no podrán decir: “Detente”,
preguntó.                                                        con su objetivo a cumplir,
   –Al Valle Encantado, a buscar mi belleza y una compa-         lo verá el valle venir
ñera; allí encontraré todo para ser feliz.                       al sapo, loco y valiente.
   –Has visto... ¿y por qué estás tan seguro? –le replicó el     Desde lo alto 'e los cerros
quirquincho.                                                     Tín Tín, Malacante y Sunchal,
   –Me dijo el gato del pajonal que en ese valle todos son       lo pueden ver y observar
hermosos, y yo seré el más bonito: Celestino... el grande...     en busca de sus amores;
Celestino el galante...                                          si hasta los verdes cardones,
   –Está bien... está bien... –interrumpió el quirquincho        seguro, florecerán.
Quipildor–, pero no siempre las cosas resultan como uno          Ríos Tonco, Amblayo, Cajón
desea, pues.                                                     serán el mar más celeste
   –Ya me verás cuando pase de nuevo por aquí: te diré           porque cueste lo que cueste
hola, quirqui, soy Celestino y ella es mi novia, y vendré        siempre triunfará el amor.
acompañado de una sapita espectacular –sostuvo conven-           Mi nombre es Quipildor,
cido Celestino.                                                  quirquincho, amigo y cantor.
   –Ojalá sea así y buena suerte –le contestó Quipildor. Y
con su parsimoniosa voz improvisó unas coplas:                    Celestino llevaba varias semanas de marcha abrumado
                                                               por el calor, hasta que un día, como un oasis en medio del
    La altiplanicie y el valle                                 desierto, observó delante de sus ojos una laguna: era la
    con los relieves serranos                                  Ciénaga Grande o Hervidero. ¡Qué alivio! Se dio un cha-
    son testigos que este hermano                              puzón, hizo la plancha, con sus patitas traseras se estuvo
    irá en busca de su sueño.                                  rascando la flaca barriga, y cuando se disponía a dormir
    Ni los fríos del invierno                                  la siesta escuchó una vocecita muy dulce.
    me lo harán retroceder,                                       –Buenas tardes, sapito, soy la sapita de la ciénaga.

4                                                                                                                      5
Celestino se incorporó de golpe al oír esa      El guanaco ni siquiera lo miró y siguió pastoreando
                voz tan melodiosa, pero cuando miró se        sin levantar la cabeza.
                llevó una gran desilusión: ella también          –Soy Celestino –dijo con la mejor sonrisa el sapito
                era escuálida, flaca y desgarbada.            mientras se dirigía a una hermosísima agachona–. ¿Dónde
                  –Hola, soy Celestino y voy al Valle         queda la laguna?
              Encantado para... –hizo un silencio y luego        –¡Para qué quiere la laguna, no le pertenece! –replicó
                   inventó una mentira–, voy al valle a       soberbia la agachona.
                     visitar a mis tíos... ¿conoces a los        –No vine desde tan lejos para discutir con un plumero
                     Croquiñones?                             –dijo encolerizado Celestino y siguió adelante, hasta que
   –No, no tengo el gusto; yo soy Brisa Rocío Soledad         al fin divisó la laguna y centenares de sapitos y sapitas
Sapituntún Barroso Arenales, pero aquí me llaman              hermosos chapoteando en las orillas.
Huesito o la Chueca de la Ciénaga.                               Sus ojitos le brillaron, el corazón comenzó a acelerar-
   “Ya me parecía”, pensó Celestino, “era demasiado nom-      se, sintió que tanto esfuerzo y tanto viaje no habían sido
bre para tan poca cosa”. Y se despidió presuroso:             en vano. ¡Cuánta razón tenía el gato del pajonal!
   –Adiós, chueca, mis tíos me están esperando –se dis-       Celestino sintió que su soñado futuro podría convertirse
culpó.                                                        en un maravilloso presente.
   –Llamame Rocío, y saludos a los Croquiñones –se des-          –Debería verlo el quirquincho Quipildor –pensó, mien-
pidió, tierna, Huesito.                                       tras ponía su mejor sonrisa, y así se les presentó al resto
   Celestino no le encontró explicación a su mentira          de los batracios.
pero su objetivo estaba a mitad de camino y quiso con-           –Hola, colegas, soy Celestino y vengo del sur.
tinuar su derrotero.                                             Nadie reparó en su presentación y cada cual siguió con
   –Tiene razón el gato del pajonal, para ser hermoso hay     su rutina.
que ir al Valle Encantado. Pobre chuequita, qué sapo se          –Hola, soy Celestino y vengo desde la Sierra Colorada.
animaría a cortejarla... Bueno, allá ella con sus problemas   Miró a su alrededor y vio que nadie le prestaba atención,
que yo me voy para el valle –pensó Celestino.                 y entonces habló con más firmeza:
   Con estas reflexiones hizo el resto del camino, hasta         –¡Hola, soy Celestino y vengo a convertirme en un her-
que un día delante de sus ojos, como un paraíso, se abrió     moso sapo como ustedes porque me dijo el gato del pajo-
el soñado Valle Encantado, por donde vagaban hermosos         nal que quien viene a este valle se vuelve bellísimo!
animales de distintas especies.                                  Los cientos de sapos y sapas rieron a carcajadas, bur-
   –¿Dónde queda la laguna? –preguntó Celestino a un          lándose de él. Celestino empezó a darse cuenta de ciertas
esbelto guanaco.                                              cosas y sintió derrumbarse la ilusión que había empezado

6                                                                                                                      7
a construir luego de la charla con el gato del pajonal. Allí
comprendió que a pesar de tantas cosas lindas no era ese          La ciénaga o hervidero,
su lugar en el mundo, y emprendió tristón el largo cami-          un paraíso celestino
no de regreso a casa.                                             para este sapo argentino
   Miraba con rabia los cardones sin flor. Desmoralizado,         que cumplió con su deseo;
apenado y cabeza gacha volvió a pasar por la Ciénaga              cuando florece el cardón
Grande. A lo mejor un chapuzón le levantaba el ánimo, y           en la aridez de este suelo
nuevamente oyó la dulcísima voz.                                  se renueva una ilusión.
   –Buenas tardes, Celestino, ¿cómo encontraste a tus tíos        Yo también tengo mi sueño:
Croquiñones? –preguntó inocentemente Huesito.                     quisiera, mi noble chango,
   –Te mentí, Rocío, no existen tales tíos –dijo con humil-       cuando la muerte me llame
dad y un poco de vergüenza el sapito–, fui al Valle               convertirme en un charango.
Encantado porque me dijo el gato del pajonal que me con-          Y así mi canto llevar
vertiría en un elegante y bien parecido sapito, y eso no          por este bendito parque.
resultó para mí.                                                  Unamos los corazones,
   –Me llamaste Rocío –dijo emocionada la sapita, y luego         animales de mi tierra,
agregó: –Pues para mí sí resultó, estás más atractivo que         por toda la Salta nuestra
cuando te conocí... estás distinto.                               y el Parque de los Cardones.
   –Qué va... estoy igual –protestó Celestino.                    Que el pobre tenga ilusiones,
   –No... Estás diferente, te despojaste de la soberbia y eso     eso se llama riqueza.
te convierte en un auténtico sapito andino.
   El quirquincho Quipildor sacaba el hocico de la cueva             Celestino y Rocío agradecieron la
y se estaba desperezando cuando los vio pasar.                    canción, compartieron un poco de chicha y luego a paso
   –Hola, quirqui, ella es Rocío –lo saludó el sapito.            chueco y desgarbado prosiguieron su marcha rumbo a la
   –Cómo andas, chango... Has visto, tenías razón –dijo el        Sierra Colorada. Cuentan que a orillas del río Tonco los dos
quirquincho–, estás distinto. En tus ojos está el brillo de los   se juraron amor eterno, al tiempo que los cardones mostra-
enamorados y ella es hermosa, debe ser cautivante ese valle.      ban los penachos de sus flores blancas recién nacidas.
   –No es así. Me di cuenta de que el mejor paisaje es el            Entre tanto, en el sector norte del parque, en el bosque
de los sentimientos y que mi valle encantado se llama             de churquis del Campo del Tín Tín, el gato del pajonal le
Rocío –dijo Celestino.                                            comentaba a una andrajosa y feúcha vizcacha serrana las
   Quipildor volvió a improvisar unas coplas:                     bonanzas del Valle Encantado.

8                                                                                                                           9
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

                 Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología
                              Lic. Daniel Filmus

                  Jefe de la Unidad de Programas Especiales
                             Prof. Ignacio Hernaiz

              Coordinadora de la Campaña Nacional de Lectura
                           Margarita Eggers Lan

                  Equipo de Campaña Nacional de Lectura
          Diseño Gráfico: Micaela Bueno, Juan Salvador de Tullio,
                  Mariana Monteserin y Paula Salvatierra.
       Comunicación: Leticia Zattara. Secretario: Gastón Havandjian.
    Administración: Alejandra Arnau, Bruno Rosenberg, Ignacio Infantino.

         Pizzurno 935 (C1020ACA) Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Tel: (011) 4129-1075 / campnacionaldelectura@me.gov.ar - www.me.gov.ar/lees


               ADMINISTRACIÓN DE PARQUES NACIONALES

                                   Directorio
 Ing. Agr. Héctor Espina (Presidente); Juan Carlos Garitano (Vicepresidente);
Dra. Patricia Gandini (Vocal); Raul Chiesa (Vocal); Lic. Cristina Armata (Vocal)

           Director Nacional de Conservación de Áreas Protegidas
                           Lic. Roberto Molinari

              Directora de Interpretación y Extensión Ambiental
                                Florencia Lance

   Equipo de trabajo para la Campaña: Pablo Reggio, María Eugenia Nalé,
     Cristian Blanco, Gisela Jaure, Mariana Altamiranda y Alicia Liva.

         Alsina 1418 6º piso (1188) Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Tel: (011) 4381-8606 / educacion@apn.gov.ar - www.parquesnacionales.gov.ar



                            RED DE LECTORES
       Si querés conectarte con los chicos de las escuelas cercanas al
       Parque Nacional Los Cardones podés hacerlo escribiéndoles a
    Avda. San Martín s/n°. Payogasta. (C. P. N° 4415). Provincia de Salta.
             Por correo electrónico a loscardones@apn.gov.ar
El sapito celestino y las flores del cardon

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Historia de un pino
Historia de un pinoHistoria de un pino
Historia de un pino4lb4
 
Los cuatro increibles
Los cuatro increiblesLos cuatro increibles
Los cuatro increibles4lb4
 
Tras las huellas del dragon
Tras las huellas del dragonTras las huellas del dragon
Tras las huellas del dragon4lb4
 
Una tarde en el monte chaqueño
Una tarde en el monte chaqueñoUna tarde en el monte chaqueño
Una tarde en el monte chaqueño4lb4
 
Pisapisuela
PisapisuelaPisapisuela
Pisapisuela4lb4
 
Cuento areyto en el batey
Cuento areyto en el bateyCuento areyto en el batey
Cuento areyto en el bateyschool
 
Kika superbruja y los indios
Kika superbruja y los indiosKika superbruja y los indios
Kika superbruja y los indiosCICADA82
 
El gran desafío
El gran desafíoEl gran desafío
El gran desafío4lb4
 
Las huellas del yopuka negro
Las huellas del yopuka negroLas huellas del yopuka negro
Las huellas del yopuka negroJaaqtar
 
Reglas generales
Reglas generalesReglas generales
Reglas generalesmjluquino
 
ARMINDA DE AGALDAR
ARMINDA DE AGALDARARMINDA DE AGALDAR
ARMINDA DE AGALDARpuntalarga
 
Luis y la nutria pardina
Luis y la nutria pardina   Luis y la nutria pardina
Luis y la nutria pardina relideleon
 
Trabajo n1 recursos_didacticos_y_tics_1_1
Trabajo n1 recursos_didacticos_y_tics_1_1Trabajo n1 recursos_didacticos_y_tics_1_1
Trabajo n1 recursos_didacticos_y_tics_1_1Silvia Escudero
 

La actualidad más candente (18)

Historia de un pino
Historia de un pinoHistoria de un pino
Historia de un pino
 
Los cuatro increibles
Los cuatro increiblesLos cuatro increibles
Los cuatro increibles
 
Tras las huellas del dragon
Tras las huellas del dragonTras las huellas del dragon
Tras las huellas del dragon
 
Una tarde en el monte chaqueño
Una tarde en el monte chaqueñoUna tarde en el monte chaqueño
Una tarde en el monte chaqueño
 
Pisapisuela
PisapisuelaPisapisuela
Pisapisuela
 
24 san guillermo
24 san guillermo24 san guillermo
24 san guillermo
 
La carta
La cartaLa carta
La carta
 
Leyendas
LeyendasLeyendas
Leyendas
 
Cuento areyto en el batey
Cuento areyto en el bateyCuento areyto en el batey
Cuento areyto en el batey
 
Poemas de Gloria Fuertes
Poemas de Gloria FuertesPoemas de Gloria Fuertes
Poemas de Gloria Fuertes
 
Kika superbruja y los indios
Kika superbruja y los indiosKika superbruja y los indios
Kika superbruja y los indios
 
El gran desafío
El gran desafíoEl gran desafío
El gran desafío
 
Las huellas del yopuka negro
Las huellas del yopuka negroLas huellas del yopuka negro
Las huellas del yopuka negro
 
COMPRENSION LECTORA INICIAL
COMPRENSION LECTORA INICIALCOMPRENSION LECTORA INICIAL
COMPRENSION LECTORA INICIAL
 
Reglas generales
Reglas generalesReglas generales
Reglas generales
 
ARMINDA DE AGALDAR
ARMINDA DE AGALDARARMINDA DE AGALDAR
ARMINDA DE AGALDAR
 
Luis y la nutria pardina
Luis y la nutria pardina   Luis y la nutria pardina
Luis y la nutria pardina
 
Trabajo n1 recursos_didacticos_y_tics_1_1
Trabajo n1 recursos_didacticos_y_tics_1_1Trabajo n1 recursos_didacticos_y_tics_1_1
Trabajo n1 recursos_didacticos_y_tics_1_1
 

Destacado

Rafles
RaflesRafles
Rafles4lb4
 
La leyenda del viento
La leyenda del vientoLa leyenda del viento
La leyenda del viento4lb4
 
Patita
PatitaPatita
Patita4lb4
 
Esperando la carroza
Esperando la carrozaEsperando la carroza
Esperando la carroza4lb4
 
Adaptación de los seres vivos
Adaptación de los seres vivosAdaptación de los seres vivos
Adaptación de los seres vivosDanii CasTaño
 
Adaptaciones al ambiente acuático
Adaptaciones al ambiente acuáticoAdaptaciones al ambiente acuático
Adaptaciones al ambiente acuáticolauraruizdanitz
 
Evaluación de nivel ciencias naturales
Evaluación de nivel ciencias naturalesEvaluación de nivel ciencias naturales
Evaluación de nivel ciencias naturalesprofesoraudp
 

Destacado (8)

Rafles
RaflesRafles
Rafles
 
La leyenda del viento
La leyenda del vientoLa leyenda del viento
La leyenda del viento
 
Patita
PatitaPatita
Patita
 
Esperando la carroza
Esperando la carrozaEsperando la carroza
Esperando la carroza
 
Adaptación de los seres vivos
Adaptación de los seres vivosAdaptación de los seres vivos
Adaptación de los seres vivos
 
Adaptaciones al ambiente acuático
Adaptaciones al ambiente acuáticoAdaptaciones al ambiente acuático
Adaptaciones al ambiente acuático
 
Evaluación de nivel ciencias naturales
Evaluación de nivel ciencias naturalesEvaluación de nivel ciencias naturales
Evaluación de nivel ciencias naturales
 
Examen de naturales prueba saber 4ºb
Examen de naturales prueba saber 4ºbExamen de naturales prueba saber 4ºb
Examen de naturales prueba saber 4ºb
 

Similar a El sapito celestino y las flores del cardon

Abestiak%20 aldatuta[1]
Abestiak%20 aldatuta[1]Abestiak%20 aldatuta[1]
Abestiak%20 aldatuta[1]karmele
 
Abestiak%20 aldatuta[1]
Abestiak%20 aldatuta[1]Abestiak%20 aldatuta[1]
Abestiak%20 aldatuta[1]karmele
 
Abestiak%20 aldatuta[1]
Abestiak%20 aldatuta[1]Abestiak%20 aldatuta[1]
Abestiak%20 aldatuta[1]karmele
 
Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)
Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)
Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)finuskaya
 
Primavera en peña lara (burgos) (12 páginas)
Primavera en peña lara (burgos) (12 páginas)Primavera en peña lara (burgos) (12 páginas)
Primavera en peña lara (burgos) (12 páginas)FINA ORDORIKA
 
Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)
Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)
Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)FINA ORDORIKA
 
Aventuras de Juan Esparraguito o el niño casi legumbre.pdf
Aventuras de Juan Esparraguito o el niño casi legumbre.pdfAventuras de Juan Esparraguito o el niño casi legumbre.pdf
Aventuras de Juan Esparraguito o el niño casi legumbre.pdfMARIBELANTONIETAHUAY
 
CITEREA salió al jardín... (páginas 4 - 5- 6)
CITEREA salió al jardín... (páginas 4 - 5- 6)CITEREA salió al jardín... (páginas 4 - 5- 6)
CITEREA salió al jardín... (páginas 4 - 5- 6)FINA ORDORIKA
 
Jícaras Tristes - Alfredo Espino
Jícaras Tristes - Alfredo EspinoJícaras Tristes - Alfredo Espino
Jícaras Tristes - Alfredo EspinoEl Salvadore Books
 
Lo que me_dice_el_pacifico
Lo que me_dice_el_pacificoLo que me_dice_el_pacifico
Lo que me_dice_el_pacificoIE. del Dagua
 
Capitulo 1 - El Arlequín
Capitulo 1 - El ArlequínCapitulo 1 - El Arlequín
Capitulo 1 - El ArlequínAngel Morales
 
El secreto de la isla de san borondón
El secreto de la isla de san borondónEl secreto de la isla de san borondón
El secreto de la isla de san borondónRATIBRON
 
Boletin agosto 2017
Boletin agosto 2017Boletin agosto 2017
Boletin agosto 2017Mayo zamora
 
Aileen (Manu LF) LetrasQueSeMueven.
Aileen (Manu LF) LetrasQueSeMueven.Aileen (Manu LF) LetrasQueSeMueven.
Aileen (Manu LF) LetrasQueSeMueven.Manu LF
 
GUÍA DE COMPRENSIÓN DE LECTURA SEXTO AÑO BÁSICO
GUÍA DE COMPRENSIÓN DE LECTURA SEXTO AÑO BÁSICO GUÍA DE COMPRENSIÓN DE LECTURA SEXTO AÑO BÁSICO
GUÍA DE COMPRENSIÓN DE LECTURA SEXTO AÑO BÁSICO Fabián Cuevas
 
200802201632170.comprension de lectura_(5)
200802201632170.comprension de lectura_(5)200802201632170.comprension de lectura_(5)
200802201632170.comprension de lectura_(5)Nancy Ramos
 

Similar a El sapito celestino y las flores del cardon (20)

Cuentos de Pedro Manay Sáenz
Cuentos de Pedro Manay SáenzCuentos de Pedro Manay Sáenz
Cuentos de Pedro Manay Sáenz
 
Abestiak%20 aldatuta[1]
Abestiak%20 aldatuta[1]Abestiak%20 aldatuta[1]
Abestiak%20 aldatuta[1]
 
Abestiak%20 aldatuta[1]
Abestiak%20 aldatuta[1]Abestiak%20 aldatuta[1]
Abestiak%20 aldatuta[1]
 
Abestiak%20 aldatuta[1]
Abestiak%20 aldatuta[1]Abestiak%20 aldatuta[1]
Abestiak%20 aldatuta[1]
 
Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)
Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)
Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)
 
Primavera en peña lara (burgos) (12 páginas)
Primavera en peña lara (burgos) (12 páginas)Primavera en peña lara (burgos) (12 páginas)
Primavera en peña lara (burgos) (12 páginas)
 
Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)
Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)
Primaver n peñalara(burgos)(11 p (1)
 
Aventuras de Juan Esparraguito o el niño casi legumbre.pdf
Aventuras de Juan Esparraguito o el niño casi legumbre.pdfAventuras de Juan Esparraguito o el niño casi legumbre.pdf
Aventuras de Juan Esparraguito o el niño casi legumbre.pdf
 
CITEREA salió al jardín... (páginas 4 - 5- 6)
CITEREA salió al jardín... (páginas 4 - 5- 6)CITEREA salió al jardín... (páginas 4 - 5- 6)
CITEREA salió al jardín... (páginas 4 - 5- 6)
 
Poesia intercultural
Poesia interculturalPoesia intercultural
Poesia intercultural
 
Jícaras Tristes - Alfredo Espino
Jícaras Tristes - Alfredo EspinoJícaras Tristes - Alfredo Espino
Jícaras Tristes - Alfredo Espino
 
Cuentos para educar
Cuentos para educarCuentos para educar
Cuentos para educar
 
Lo que me_dice_el_pacifico
Lo que me_dice_el_pacificoLo que me_dice_el_pacifico
Lo que me_dice_el_pacifico
 
Capitulo 1 - El Arlequín
Capitulo 1 - El ArlequínCapitulo 1 - El Arlequín
Capitulo 1 - El Arlequín
 
El secreto de la isla de san borondón
El secreto de la isla de san borondónEl secreto de la isla de san borondón
El secreto de la isla de san borondón
 
Cuentos del Corazon
Cuentos del CorazonCuentos del Corazon
Cuentos del Corazon
 
Boletin agosto 2017
Boletin agosto 2017Boletin agosto 2017
Boletin agosto 2017
 
Aileen (Manu LF) LetrasQueSeMueven.
Aileen (Manu LF) LetrasQueSeMueven.Aileen (Manu LF) LetrasQueSeMueven.
Aileen (Manu LF) LetrasQueSeMueven.
 
GUÍA DE COMPRENSIÓN DE LECTURA SEXTO AÑO BÁSICO
GUÍA DE COMPRENSIÓN DE LECTURA SEXTO AÑO BÁSICO GUÍA DE COMPRENSIÓN DE LECTURA SEXTO AÑO BÁSICO
GUÍA DE COMPRENSIÓN DE LECTURA SEXTO AÑO BÁSICO
 
200802201632170.comprension de lectura_(5)
200802201632170.comprension de lectura_(5)200802201632170.comprension de lectura_(5)
200802201632170.comprension de lectura_(5)
 

Más de 4lb4

Los cuatro increibles
Los cuatro increiblesLos cuatro increibles
Los cuatro increibles4lb4
 
Encontrando una vocación
Encontrando una vocaciónEncontrando una vocación
Encontrando una vocación4lb4
 
Fiestita con animacion
Fiestita con animacionFiestita con animacion
Fiestita con animacion4lb4
 
Historia de un pino
Historia de un pinoHistoria de un pino
Historia de un pino4lb4
 
Los cuatro increibles
Los cuatro increiblesLos cuatro increibles
Los cuatro increibles4lb4
 
El sueño del zorro
El sueño del zorroEl sueño del zorro
El sueño del zorro4lb4
 
Maru, la distraida
Maru, la distraidaMaru, la distraida
Maru, la distraida4lb4
 
Laila,clarita.alejandra y agustina
Laila,clarita.alejandra y agustinaLaila,clarita.alejandra y agustina
Laila,clarita.alejandra y agustina4lb4
 
El desastre del laboratorio dario, luana y maría lucía
El  desastre del laboratorio dario, luana y maría lucíaEl  desastre del laboratorio dario, luana y maría lucía
El desastre del laboratorio dario, luana y maría lucía4lb4
 
El desastre del laboratorio aylen, julian y paula
El  desastre del laboratorio aylen, julian y paulaEl  desastre del laboratorio aylen, julian y paula
El desastre del laboratorio aylen, julian y paula4lb4
 
Grupo sofi
Grupo sofiGrupo sofi
Grupo sofi4lb4
 
El desastre del laboratorio aylen, julian y paula
El  desastre del laboratorio aylen, julian y paulaEl  desastre del laboratorio aylen, julian y paula
El desastre del laboratorio aylen, julian y paula4lb4
 

Más de 4lb4 (12)

Los cuatro increibles
Los cuatro increiblesLos cuatro increibles
Los cuatro increibles
 
Encontrando una vocación
Encontrando una vocaciónEncontrando una vocación
Encontrando una vocación
 
Fiestita con animacion
Fiestita con animacionFiestita con animacion
Fiestita con animacion
 
Historia de un pino
Historia de un pinoHistoria de un pino
Historia de un pino
 
Los cuatro increibles
Los cuatro increiblesLos cuatro increibles
Los cuatro increibles
 
El sueño del zorro
El sueño del zorroEl sueño del zorro
El sueño del zorro
 
Maru, la distraida
Maru, la distraidaMaru, la distraida
Maru, la distraida
 
Laila,clarita.alejandra y agustina
Laila,clarita.alejandra y agustinaLaila,clarita.alejandra y agustina
Laila,clarita.alejandra y agustina
 
El desastre del laboratorio dario, luana y maría lucía
El  desastre del laboratorio dario, luana y maría lucíaEl  desastre del laboratorio dario, luana y maría lucía
El desastre del laboratorio dario, luana y maría lucía
 
El desastre del laboratorio aylen, julian y paula
El  desastre del laboratorio aylen, julian y paulaEl  desastre del laboratorio aylen, julian y paula
El desastre del laboratorio aylen, julian y paula
 
Grupo sofi
Grupo sofiGrupo sofi
Grupo sofi
 
El desastre del laboratorio aylen, julian y paula
El  desastre del laboratorio aylen, julian y paulaEl  desastre del laboratorio aylen, julian y paula
El desastre del laboratorio aylen, julian y paula
 

El sapito celestino y las flores del cardon

  • 1.
  • 2. Parque Nacional Los Cardones El sapito Celestino y las flores del cardón Darío Lobos –No voy a esperar cincuenta años como el cardón para poder tener mi propia flor –pensó en soledad el sapo Celestino, un sapito andino, escuálido, chueco y desgarba- do, mirando los silenciosos cardones del parque. Y sí, cin- cuenta años esperan los cardones para dar su flor. Así que el sapito partió con decisión de su Sierra Colorada natal con la idea fija de encontrar a la sapita de sus sueños; resonaban en su mente las palabras del gato del pajonal, sobre que los animales más hermosos estaban en el Valle Encantado y cada visitante que iba allí se vol- vía tan bello como los propios moradores. Soñaba despierto Celestino con encontrar el amor de su “El sapito Celestino y las flores del cardón”, de Darío Lobos vida y dejar de ser para siempre un sapito feo y solitario, Ilustraciones: Diego Florio y en el Valle Encantado lo tendría todo: belleza propia y Diseño de tapa y colección: Campaña Nacional de Lectura sapitas que caerían rendidas a sus patas. La aridez del clima y la falta de lluvia no era un freno Colección: “Parques Nacionales: leelos, cuidalos, disfrutalos” Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología Unidad de Programas Especiales Campaña Nacional de Lectura Pizzurno 935. (C1020ACA) Ciudad de Buenos Aires. Tel: (011) 4129-1075 campnacionaldelectura@me.gov.ar - www.me.gov.ar/lees República Argentina, 2007
  • 3. para el impetuoso andar de Celestino. Cuando el sol pega- ni la inhóspita aridez ba fuerte se refugiaba entre los matorrales y las dispersas pondrá frenos en su andar, jarillas, y después proseguía su marcha y su porfía, feliz y no lo dice mi cantar, confiado en las palabras del gato del pajonal. lo dice su tozudez. Quipildor, el quirquincho, lo vio pasar a los saltitos El cauce seco del río cuando asomaba su hocico de la cueva. o los rugientes torrentes –¿Cómo andas, chango, a dónde vas tan apurado? –le no podrán decir: “Detente”, preguntó. con su objetivo a cumplir, –Al Valle Encantado, a buscar mi belleza y una compa- lo verá el valle venir ñera; allí encontraré todo para ser feliz. al sapo, loco y valiente. –Has visto... ¿y por qué estás tan seguro? –le replicó el Desde lo alto 'e los cerros quirquincho. Tín Tín, Malacante y Sunchal, –Me dijo el gato del pajonal que en ese valle todos son lo pueden ver y observar hermosos, y yo seré el más bonito: Celestino... el grande... en busca de sus amores; Celestino el galante... si hasta los verdes cardones, –Está bien... está bien... –interrumpió el quirquincho seguro, florecerán. Quipildor–, pero no siempre las cosas resultan como uno Ríos Tonco, Amblayo, Cajón desea, pues. serán el mar más celeste –Ya me verás cuando pase de nuevo por aquí: te diré porque cueste lo que cueste hola, quirqui, soy Celestino y ella es mi novia, y vendré siempre triunfará el amor. acompañado de una sapita espectacular –sostuvo conven- Mi nombre es Quipildor, cido Celestino. quirquincho, amigo y cantor. –Ojalá sea así y buena suerte –le contestó Quipildor. Y con su parsimoniosa voz improvisó unas coplas: Celestino llevaba varias semanas de marcha abrumado por el calor, hasta que un día, como un oasis en medio del La altiplanicie y el valle desierto, observó delante de sus ojos una laguna: era la con los relieves serranos Ciénaga Grande o Hervidero. ¡Qué alivio! Se dio un cha- son testigos que este hermano puzón, hizo la plancha, con sus patitas traseras se estuvo irá en busca de su sueño. rascando la flaca barriga, y cuando se disponía a dormir Ni los fríos del invierno la siesta escuchó una vocecita muy dulce. me lo harán retroceder, –Buenas tardes, sapito, soy la sapita de la ciénaga. 4 5
  • 4. Celestino se incorporó de golpe al oír esa El guanaco ni siquiera lo miró y siguió pastoreando voz tan melodiosa, pero cuando miró se sin levantar la cabeza. llevó una gran desilusión: ella también –Soy Celestino –dijo con la mejor sonrisa el sapito era escuálida, flaca y desgarbada. mientras se dirigía a una hermosísima agachona–. ¿Dónde –Hola, soy Celestino y voy al Valle queda la laguna? Encantado para... –hizo un silencio y luego –¡Para qué quiere la laguna, no le pertenece! –replicó inventó una mentira–, voy al valle a soberbia la agachona. visitar a mis tíos... ¿conoces a los –No vine desde tan lejos para discutir con un plumero Croquiñones? –dijo encolerizado Celestino y siguió adelante, hasta que –No, no tengo el gusto; yo soy Brisa Rocío Soledad al fin divisó la laguna y centenares de sapitos y sapitas Sapituntún Barroso Arenales, pero aquí me llaman hermosos chapoteando en las orillas. Huesito o la Chueca de la Ciénaga. Sus ojitos le brillaron, el corazón comenzó a acelerar- “Ya me parecía”, pensó Celestino, “era demasiado nom- se, sintió que tanto esfuerzo y tanto viaje no habían sido bre para tan poca cosa”. Y se despidió presuroso: en vano. ¡Cuánta razón tenía el gato del pajonal! –Adiós, chueca, mis tíos me están esperando –se dis- Celestino sintió que su soñado futuro podría convertirse culpó. en un maravilloso presente. –Llamame Rocío, y saludos a los Croquiñones –se des- –Debería verlo el quirquincho Quipildor –pensó, mien- pidió, tierna, Huesito. tras ponía su mejor sonrisa, y así se les presentó al resto Celestino no le encontró explicación a su mentira de los batracios. pero su objetivo estaba a mitad de camino y quiso con- –Hola, colegas, soy Celestino y vengo del sur. tinuar su derrotero. Nadie reparó en su presentación y cada cual siguió con –Tiene razón el gato del pajonal, para ser hermoso hay su rutina. que ir al Valle Encantado. Pobre chuequita, qué sapo se –Hola, soy Celestino y vengo desde la Sierra Colorada. animaría a cortejarla... Bueno, allá ella con sus problemas Miró a su alrededor y vio que nadie le prestaba atención, que yo me voy para el valle –pensó Celestino. y entonces habló con más firmeza: Con estas reflexiones hizo el resto del camino, hasta –¡Hola, soy Celestino y vengo a convertirme en un her- que un día delante de sus ojos, como un paraíso, se abrió moso sapo como ustedes porque me dijo el gato del pajo- el soñado Valle Encantado, por donde vagaban hermosos nal que quien viene a este valle se vuelve bellísimo! animales de distintas especies. Los cientos de sapos y sapas rieron a carcajadas, bur- –¿Dónde queda la laguna? –preguntó Celestino a un lándose de él. Celestino empezó a darse cuenta de ciertas esbelto guanaco. cosas y sintió derrumbarse la ilusión que había empezado 6 7
  • 5. a construir luego de la charla con el gato del pajonal. Allí comprendió que a pesar de tantas cosas lindas no era ese La ciénaga o hervidero, su lugar en el mundo, y emprendió tristón el largo cami- un paraíso celestino no de regreso a casa. para este sapo argentino Miraba con rabia los cardones sin flor. Desmoralizado, que cumplió con su deseo; apenado y cabeza gacha volvió a pasar por la Ciénaga cuando florece el cardón Grande. A lo mejor un chapuzón le levantaba el ánimo, y en la aridez de este suelo nuevamente oyó la dulcísima voz. se renueva una ilusión. –Buenas tardes, Celestino, ¿cómo encontraste a tus tíos Yo también tengo mi sueño: Croquiñones? –preguntó inocentemente Huesito. quisiera, mi noble chango, –Te mentí, Rocío, no existen tales tíos –dijo con humil- cuando la muerte me llame dad y un poco de vergüenza el sapito–, fui al Valle convertirme en un charango. Encantado porque me dijo el gato del pajonal que me con- Y así mi canto llevar vertiría en un elegante y bien parecido sapito, y eso no por este bendito parque. resultó para mí. Unamos los corazones, –Me llamaste Rocío –dijo emocionada la sapita, y luego animales de mi tierra, agregó: –Pues para mí sí resultó, estás más atractivo que por toda la Salta nuestra cuando te conocí... estás distinto. y el Parque de los Cardones. –Qué va... estoy igual –protestó Celestino. Que el pobre tenga ilusiones, –No... Estás diferente, te despojaste de la soberbia y eso eso se llama riqueza. te convierte en un auténtico sapito andino. El quirquincho Quipildor sacaba el hocico de la cueva Celestino y Rocío agradecieron la y se estaba desperezando cuando los vio pasar. canción, compartieron un poco de chicha y luego a paso –Hola, quirqui, ella es Rocío –lo saludó el sapito. chueco y desgarbado prosiguieron su marcha rumbo a la –Cómo andas, chango... Has visto, tenías razón –dijo el Sierra Colorada. Cuentan que a orillas del río Tonco los dos quirquincho–, estás distinto. En tus ojos está el brillo de los se juraron amor eterno, al tiempo que los cardones mostra- enamorados y ella es hermosa, debe ser cautivante ese valle. ban los penachos de sus flores blancas recién nacidas. –No es así. Me di cuenta de que el mejor paisaje es el Entre tanto, en el sector norte del parque, en el bosque de los sentimientos y que mi valle encantado se llama de churquis del Campo del Tín Tín, el gato del pajonal le Rocío –dijo Celestino. comentaba a una andrajosa y feúcha vizcacha serrana las Quipildor volvió a improvisar unas coplas: bonanzas del Valle Encantado. 8 9
  • 6. MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología Lic. Daniel Filmus Jefe de la Unidad de Programas Especiales Prof. Ignacio Hernaiz Coordinadora de la Campaña Nacional de Lectura Margarita Eggers Lan Equipo de Campaña Nacional de Lectura Diseño Gráfico: Micaela Bueno, Juan Salvador de Tullio, Mariana Monteserin y Paula Salvatierra. Comunicación: Leticia Zattara. Secretario: Gastón Havandjian. Administración: Alejandra Arnau, Bruno Rosenberg, Ignacio Infantino. Pizzurno 935 (C1020ACA) Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tel: (011) 4129-1075 / campnacionaldelectura@me.gov.ar - www.me.gov.ar/lees ADMINISTRACIÓN DE PARQUES NACIONALES Directorio Ing. Agr. Héctor Espina (Presidente); Juan Carlos Garitano (Vicepresidente); Dra. Patricia Gandini (Vocal); Raul Chiesa (Vocal); Lic. Cristina Armata (Vocal) Director Nacional de Conservación de Áreas Protegidas Lic. Roberto Molinari Directora de Interpretación y Extensión Ambiental Florencia Lance Equipo de trabajo para la Campaña: Pablo Reggio, María Eugenia Nalé, Cristian Blanco, Gisela Jaure, Mariana Altamiranda y Alicia Liva. Alsina 1418 6º piso (1188) Ciudad Autónoma de Buenos Aires Tel: (011) 4381-8606 / educacion@apn.gov.ar - www.parquesnacionales.gov.ar RED DE LECTORES Si querés conectarte con los chicos de las escuelas cercanas al Parque Nacional Los Cardones podés hacerlo escribiéndoles a Avda. San Martín s/n°. Payogasta. (C. P. N° 4415). Provincia de Salta. Por correo electrónico a loscardones@apn.gov.ar