2. 4. EL ALCOHOLISMO ES UNA ENFERMEDAD DE LA FAMILIA
La persona a quien más admiro en el mundo es mi hermano,
por haber podido vencer al alcohol.
RICARDO LÓPEZ "EL FINITO",
boxeador invicto y tres veces campeón mundial
Cada miembro de la familia sufre, no só1o el alcohólico. La familia entera puede necesitar
ayuda para disminuir el daño y el dolor. Cuesta trabajo admitir que un ser querido es un alcohólico,
y todavía cuesta más trabajo ayudar a tal persona a querer curarse. Pero una actuación pronta puede
salvar a una familia antes de que sea demasiado tarde.
Un alcohólico no puede mantener su bebida bajo control, aunque haga daño a su salud, empleo,
mente y familia. Si la enfermedad no es atendida puede destruir la unidad y seguridad de la familia.
La pérdida de ingresos y la pérdida del respeto propio conducen al divorcio, la delincuencia, el
crimen y hasta el suicidio.
El alcohólico es como un huracán que se precipita en las vidas de los demás. Se rompen
corazones. Mueren las relaciones agradables. Los afectos se han desarraigado. Los
hábitos egoístas y desconsiderados han mantenido su hogar en un tumulto.
¿CÓMO SABER SI HAY UN ALCOHÓLICO EN LA FAMILIA?
Hay que tomar en cuenta que el alcoholismo se desarrolla lentamente y podrían pasar años
antes de que una familia se dé cuenta de que uno de sus integrantes necesita ayuda. Algunas de las
señales de alerta típicas para saber si una persona es alcohólica son:
• La persona hace uso frecuente del alcohol para hacer frente a las presiones diarias,
aumenta la frecuencia con la que bebe y aumenta también las cantidades de alcohol que
bebe cada vez.
• Necesita un trago a cierta hora del día, o a la mañana después.
• Siente temores y ansiedad cada vez más frecuentes y de más clases. Tiene una mala
imagen de sí mismo y emociones negativas.
• Se ausenta del trabajo o la escuela a causa de la bebida.
• Bebe solo o a escondidas.
• No hace caso o evita las responsabilidades ya sea de la familia, el empleo, la escuela o las
finanzas. Muestra una falta de interés por aquellas actividades en las que no hay bebidas.
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3. • Discute acerca del alcohol y la conducta de otras personas que se emborrachan. Acusa y
critica a otros bebedores negando a la vez sus hábitos de beber.
• Hace promesas de "tomar menos", "comportarse mejor" y ruega que "ya no se le dé
más lata".
• Tiene pérdidas de la memoria, al principio raras y luego más frecuentes. La persona
no puede recordar lo que pasó mientras estaba bebiendo.
• Se pone fácilmente irritable, a la defensiva, con celos o de malhumor, si alguien lo
critica o se queja de su hábito de beber.
• Tiene quejas físicas que pueden relacionarse con la bebida, como falta de eficiencia,
poca energía, pérdida de peso, insomnio o accidentes.
• Se siente culpable, bueno para nada o deprimido debido a su conducta en cuestión
de bebida.
• Tiene muchas "excusas" (no razones) para seguir tomando. Puede echar la culpa a
otros por beber demasiado.
• Evita a sus amistades y las actividades sociales a causa de la bebida.
• Causa molestias, daño o inquietudes a la familia y amistades con su conducta en
cuestión de bebida.
No es necesario que se presenten todas estas señales para detectar el problema del
alcoholismo en una persona, basta con que algunas de ellas estén presentes para saber que el
problema existe y tomar acción.
PROBLEMAS TÍPICOS DE LA FAMILIA ALCOHÓLICA
Culpabilidad
El cónyuge y los hijos pueden empezar a creer en las acusaciones del alcohólico y creer
que son responsables. Pueden llegar a tener miedo de discutir o criticar. Los padres pueden
creer que
Vergüenza
La familia (y especialmente los hijos) puede evitar los contactos sociales y no dejar que sus
amigos entren en la casa. Pueden tratar de ocultar o negar la existencia de un problema de bebida en
la familia y tener miedo de buscar ayuda.
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4. Rencor
Las exigencias y la conducta de un alcohólico les pueden hacer pensar a los demás miembros
de la familia que estarían mejor sin él o ella. Los hijos le pueden también perder el respeto a la
madre (o el padre) que no es alcohólico por no "hacer nada" para remediar el problema.
Inseguridad
La conducta del alcohólico se hace cada vez más difícil de prever. Su actividad se concentra
más y más en la bebida, descuida las necesidades emocionales de los demás. El otro esposo, o los
dos si es el caso, pueden disponer de poco tiempo para atender al resto de la familia.
Delincuencia
Los hijos que se sienten atrapados por la tensión que reina en un hogar centrado en el alcohol
pueden reaccionar sacando malas notas en la escuela, comportándose agresivamente o de otras
maneras destructivas, o iniciando su propia carrera alcohólica a temprana edad.
Apuros financieros
El alcoholismo amenaza casi siempre la seguridad del empleo, las promociones y la
responsabilidad en cuestiones de dinero. Además el alcohol cuesta y puede llegar a desbaratar el
presupuesto de una familia.
¿QUÉ PUEDE USTED HACER?
Para aquellos que sinceramente desean ayudar al alcohó1ico, el problema inmediato consiste en
proporcionarle las condiciones y situaciones dentro de las que pueda empezar a lograr una
evaluación realista de sí mismo.
Es difícil para la familia del alcohó1ico proporcionar estas condiciones. Él es el centro de los
agravios familiares. La reacción de la familia a su conducta puede variar desde el desaliento y la
confusión hasta la depresión, el resentimiento y la amargura. Es difícil, pero no imposible, que los
miembros de la familia permanezcan objetivos en su relación con el alcohó1ico. Su conducta ha
sido descrita como realista. Lo que necesita con desesperación es precisamente la objetividad que la
familia no le puede dar. En algunos casos puede ser necesario hacer uso de la coerción para que el
alcohó1ico se preste a recibir ayuda. La familia que trata de hacer esto por si misma tiene que
enfrentarse a consecuencias desastrosas tanto para el alcohó1ico como para ella misma,
particularmente cuando pierden los miembros de ella el control de sí mismos y la objetividad en el
proceso de hacerlo.
La ayuda exterior es la alternativa más satisfactoria para todos los involucrados. Hay centros de
remisión, centros de consultoría, los grupos familiares de Al-Anon y A.A. son grupos ampliamente
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5. conocidos. Alcohólicos Anónimos es la mejor fuente para una ayuda inmediata. Los centros de
remisión proporcionan información para la familia, ayuda para tomar las decisiones relativas a la
necesidad de tratamiento, y remisión para las fuentes adecuadas de terapia. Los centros de
consultoría tienen personal entrenado y capacitado, cuya especialidad son los problemas derivados
del alcohol. Estos centros están equipados para ayudar al alcohólico a manejar su situación en lo
particular. Generalmente son para consulta externa.
En algunos casos, el padrino de A.A. puede también ser una valiosísima fuente de ayuda para el
alcohó1ico y los suyos. Generalmente está familiarizado con las necesidades de la familia y del
alcohólico. En circunstancias adecuadas, puede ser efectivo para persuadir al alcohó1ico de que por
sí mismo busque ayuda.
Si usted se ha dado cuenta de que en su familia hay alguien con un problema de alcohol, actué
prontamente con decisión y paciencia.
Enfrente la verdad. Reconozca los síntomas y vea el problema de frente. Esto debe hacerse lo
antes posible para que no se demore el tratamiento. Es un error tratar de "proteger" a la familia.
Hasta los niños de poca edad pueden sentir el problema.
Salga de la ignorancia. Entérese de lo que es el alcoholismo, sus causas, su prevención y el
tratamiento. Es necesario que uno este informado sobre los hechos del alcoholismo. Si usted está
leyendo este libro es señal de que ya está dando este paso, sin embargo, también se puede beneficiar
de consejos en grupos como los de Al-Anon antes y durante el tratamiento del alcohó1ico.
Cree un ambiente domestico saludable. Continúe atendiendo sus propios intereses y amistades
de fuera de casa a pesar de la enfermedad del alcohólico. Una familia aislada y triste no puede
ayudar al alcohólico ni a sí misma.
Sea paciente y compasivo. El alcoholismo se desarrolla poco a poco y no se puede vencer en
un lapso corto. Hágale saber al alcohólico que usted todavía respeta su persona aunque no aprueba
la bebida.
Comprenda sus propias emociones. Algunas de las acciones comunes entre la familia son la
depresión, el enojo y la compasión de sí mismo. Estas pueden entorpecer la curación. Si usted las
enfrenta y las domina, se sentirá más feliz y con más confianza, pase lo que pase.
Sea justo con usted mismo. Es común que el alcohólico trate de culpar a otros por su problema.
Recuerde que usted no es la causa; si permite que el alcohólico consiga convencerlo de que usted
tiene la culpa, esto no va a servir de nada a nadie.
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6. Consiga toda la ayuda posible. No tenga miedo ni vergüenza de pedir ayuda. Anime al
alcohólico a asistir a programas de tratamiento para el alcohol. Hable del problema con los padres y
hermanos del alcohólico para que no se dejen engañar por é1.
Este preparado para actuar. Las amenazas y discusiones no dan resultado. Decida lo que va a
hacer con la familia y consejeros de confianza. Si él alcohólico se niega a darse tratamiento, quizá
tenga usted que irse de casa o pedirle que se vaya.
TODO LO QUE NO SE DEBE HACER
• No castigue, ni soborne ni amenace al alcohólico para obligarlo a dejar de beber. Esto
aumentara su sentido de culpabilidad y odio de sí mismo, y puede volverlo cada vez más
esclavo de su vicio.
• No trate de encubrir los problemas causados por la bebida. Proteger al alcohólico de las
consecuencias del vicio disminuye el deseo de luchar contra é1. No lo disculpe ante los
demás.
• No esconda ni tire las botellas. No crea que puede usted curar a un alcohó1ico tomando el
control de su bebida.
• No beba con él. Eso sé1o sirve para fortalecer el hábito, y puede que usted acabe por
adquirir el mismo vicio. El incitar al alcohó1ico a beber en casa con el fin de que no beba
en la calle no sirve más que para incitarlo a que siga bebiendo.
• No se haga cargo de todas las responsabilidades (familia, empleo o escuela) del alcohólico.
Esto puede quitar al enfermo su dignidad y sentido de importancia en el hogar.
• No exija ni acepte promesas vanas. El alcoholismo no es muestra de falta de voluntad; el
obligar al alcohólico a hacer promesas que no se pueden cumplir conducirá al fracaso, a las
mentiras y la falta de confianza mutua.
• No intente tratar el alcoholismo por usted mismo. El alcohólico y la familia necesitan
ayuda experta para enfrentar el problema.
AYUDA
El médico de la familia puede tratar los problemas físicos relacionados con el alcoholismo, y
puede referirle a especialistas en caso de necesidad.
Los consejeros en asuntos matrimoniales y familiares pueden ayudar a las familias a hacer
frente a las tensiones que crea un hogar centrado en una persona alcohólica.
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7. Los centros de salud mental proveen información y servicios para los problemas relacionados
con el alcoholismo así como muchos hospitales y centros de salud.
El sacerdote puede ayudar muchas veces a resolver las dificultades causadas por el alcohol,
aconsejando al alcohólico y su familia.
READAPTACIÓN
La recuperación puede ser larga y difícil. No hay resultados instantáneos. La clave es: paciencia
y persistencia.
Las reuniones con los grupos de A.A. le darán respaldo y aliento al alcohó1ico. Ocuparon gran
parte de su tiempo y atención. Trate de no de sentirse mal por ello, estas reuniones tienen
importancia vital para una curación definitiva.
Las recaídas pueden ocurrir, como en cualquier enfermedad. No significan que el tratamiento
haya fracasado. No se desespere. Tenga paciencia y simpatía mientras el alcohólico siga tratando de
vencer la enfermedad.
Los problemas de la familia no desaparecerán al cesar la bebida. Si el alcoholismo ha durado
mucho tiempo, la familia tal vez tenga que volver a aprender sus funciones y responsabilidades. Las
reuniones de Al-Anon pueden ser de gran ayuda.
El respaldo mutuo y la terapia para el alcohólico y su familia podrán necesitarse por cierto
tiempo. El cariño y la comprensión pueden ayudar a mantener al alcohólico alejado de la botella.
CODEPENDENCIA
Si en una reunión de trescientas personas que no se conocen hay un adicto y un
codependiente, es seguro que estos dos se encuentren.
La codependencia es una enfermedad que, al igual que el alcoholismo, muestra su primer
síntoma en la negación. El codependiente vive su propio infierno y se engaña rotundamente
culpando al adicto. Es un enfermo emocional que, en la mayoría de los casos, depende de la
adicción de otro sin darse cuenta. El drama de su vida gira alrededor de esto, como si necesitara la
adicción de otro para existir. En realidad es solo otro tipo de dependencia del alcohol, aunque no
sea el quien lo ingiera.
Cuando un codependiente se da cuenta de que es el quien tiene un problema, se ve ante una
situación muy difícil. Le parece que finalmente el alcohólico lucha contra el alcohol, algo que está
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8. afuera, pero para el codependiente su droga está adentro, está en las emociones y estas parecen
saltar automáticamente apoderándose de su ser.
De pronto me di cuenta de que había pasado casi toda mi vida siendo víctima, culpando a los
demás de todo lo que me pasaba, llenándome de resentimientos y dolor. Vivía con miedo, siempre
alerta esperando su próxima borrachera, trayendo a mí conciencia todo el dolor acumulado.
Hoy me siento como el hermano del hijo pródigo. Veo a los A.A. aceptando su enfermedad y
caminando por la vía de la recuperación. Poniendo al alcohol en su lugar y a su enfermedad en
manos de Dios. Pero yo, ¿qué hago con mis resentimientos?
Desgraciadamente, aunque es un paso importante, no basta con darse cuenta. Las
reacciones emocionales siguen disparándose automáticamente ante cualquier evento. La
persona se da cuenta de que su reacción es absurda, pero la droga ya corre por sus venas y
cada vez sufre más. Ya no está enojada con el alcohólico, ahora está muy enojada con su
reacción. Ya no culpa al otro, pero se culpa a sí misma. Hasta que se rinde y se declara
incapaz de controlar sus reacciones emocionales. No queda más que pedir ayuda, recurrir a
un Poder Superior. Es por esto que los grupos de Al-Anon han adoptado el sistema de los
doce pasos de A.A.
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