Boe Ley Atención Integral de Adicciones y Drogodependencias
Mirah y su decisión de continuar
1. MIRAH Y EL GRAN SALTO
Mirah camina al borde del precipicio, el viento húmedo y frio sopla
desde las entrañas del
coloso, lo nota en su
joven cara, en su rostro de
inocencia perdida,
arrebatada, mutilada.
Mirah se detiene y aspira profundamente el aire, cargado del
anhelo de sus recuerdos, de la nostalgia de su patria, de la
felicidad de los suyos.
Mirah desnuda su frágil cuerpo, envuelto en jirones de tela, y queda
sin el disfraz que nos esconde de los demás.
Mirah vacía su alma, sus pensamientos, y queda al descubierto en
contacto con su propio yo.
Alberto Ponce Acebedo.
2. Mirah cierra los ojos y su corazón y su mente se enlazan y deciden
lo inevitable.
Mirah flexiona sus piernas
desnutridas, alza sus
famélicos brazos, inclina su frente
y se prepara para el salto.
Mirah oye una voz justo detrás suyo.
Mirah se detiene y la escucha.
Mirah presta atención a la única persona que le habla en meses.
Mirah permanece con los ojos cerrados y sin darse la vuelta
escucha.
Lo que haces es huir.
Lo que hago es lo que necesito.
Necesitas pensar en ti.
Nadie piensa en mí.
Alberto Ponce Acebedo.
3. Debes continuar hacia delante.
No dejo de mirar atrás.
Confía en los demás.
Los demás me ignoran.
Confía en ti.
No queda valor en mí.
Que te hace pensar eso.
Los demás.
Los demás se equivocan.
Los he oído durante meses.
Tienes años que vivir.
He perdido todas las batallas.
Vas a ganar la vida.
Mirah saborea sus propias lágrimas.
Estoy harto de este mundo.
Este mundo es para ti.
Este mundo es para ellos.
Alberto Ponce Acebedo.
4. Ellos controlan su mundo, tú creas el tuyo.
Intento convivir en paz.
La paz debe vivir en ti.
No me dejan libertad.
La libertad no es elegir, libertad es decidir cómo afrontar las
elecciones.
Elijo acabar.
Eliges darles la razón.
Qué debo hacer?
Únete a mí y vive, vive por ti, no te hundas, acepta el insulto,
acepta su omisión, acepta su indiferencia, acepta su miedo, acepta
sus críticas, acepta su violencia, acepta sus diferencias, acéptate
a ti mismo. No dudes eres único, tu vida tiene valor, ellos no lo ven,
yo sí, yo y muchos más.
Mirah retrocede un paso.
Mirah aprieta los puños, ahoga
su penar, muerde sus labios, y
grita.
Alberto Ponce Acebedo.
5. Mirah grita con esperanza, decide continuar.
Mirah abre los ojos.
Mirah da media vuelta.
Mirah busca a su salvador.
Mirah no ve a nadie.
Mirah baja la vista y ve a quien le hablaba.
Mirah observa a su propia sombra, a su propio yo escondido dentro
de las mentiras que había creído.
Mirah se une con su ella misma.
Mirah se marcha decidida a continuar.
Fin
Alberto Ponce Acebedo.