1. La Guerra Del Pacífico (1879 – 1883)
La Guerra del Pacífico, también denominada Guerra del
Guano y Salitre, fue un conflicto armado acontecido entre
1879 y 1883 en el cual se enfrentaron la República de Chile
contra las repúblicas de Bolivia y del Perú.
Crisis e inicio del conflicto:
En 1878, el congreso de Bolivia se abocó al estudio del
acuerdo celebrado por el gobierno en 1873. Para Bolivia, el
contrato firmado en 1873 con la Compañía de Salitres de
Antofagasta aún no estaba vigente porque los contratos
sobre recursos naturales debían aprobarse por el
Congreso, de acuerdo con la Constitución boliviana. Ello
se hizo por la Asamblea Nacional Constituyente boliviana
mediante una ley, el 14 de febrero de 1878, a condición de
que se pagara un impuesto de 10 centavos por quintal de
salitre exportado por la compañía.
En lo que respecta a Chile, el cobro del impuesto de 10
centavos sobre quintal exportado violaba el artículo IV
del tratado de 1874. Por ello, dicho impuesto encontró una
gran resistencia por parte de los propietarios de la
empresa afectada y una cerrada defensa de su causa por
parte del gobierno de Santiago, desencadenándose un
3. Lugar : Costa de Bolivia; costa y sierra del Perú en Sudamérica
Causas : Aprobación del contrato entre Bolivia y la Compañía de salitres y ferrocarril de
Antofagasta
Conflicto: Disputa territorial boliviana-chilena
Resultado: Victoria de Chile
Consecuencias: Firma del Tratado de Ancón con Perú.
Firma del Pacto de Tregua con Bolivia.
Se da inicio a la Guerra Civil Peruana 1883-1886
Campaña naval
Combate Naval de Iquique, óleo de Thomas Somerscales.
A comienzos de la guerra era evidente que antes de cualquier operación militar en un terreno tan
difícil como el desierto de Atacama, debía ganarse el control de los mares.
El poder de la escuadra chilena se basaba en las fragatas blindadas gemelas, Cochrane y Blanco
Encalada, de 3560 toneladas, 6 cañones de 250 libras de avancarga, 2 de 70, y 2 de 40 libras,
blindaje de 9 pulgadas, velocidad máxima de 11 nudos. El resto de la escuadra estaba formada
por las siguientes naves de madera: las corbetas Chacabuco, O’Higgins y Esmeralda, la
cañonera Magallanes y la goleta Covadonga.
La escuadra peruana basaba su poder en la fragata blindada Independencia y el monitor
Huáscar. La Independencia desplazaba 3.500 toneladas, tenía un blindaje de 4½ pulgadas, 2
cañones de 150 libras, 12 de 70, 4 de 32, 4 de 9 libras, y andar de 11 nudos a su máxima
velocidad. El monitor Huáscar deplazaba 1745 toneladas, blindaje de 4½ pulgadas, 2 cañones de
300 libras de avancarga, ubicados en la torre giratoria, y velocidad máxima de 12 nudos, con lo
cual posiblemente era la nave de combate más moderna de la marina de guerra del Perú.
Completaban la escuadra peruana los monitores fluviales Atahualpa y Manco Cápac, la corbeta
de madera Unión y la cañonera de madera Pilcomayo. Bolivia contaba con buques de guerra
4. como el Guardacostas Bolívar, el Guardacostas Mcal. Sucre y las embarcaciones Laura y
Antofagasta.
Combate Naval de Angamos, óleo de Thomas Somerscales.
El puerto peruano de Iquique fue bloqueado por parte de la armada chilena. En el Combate
naval de Iquique, el 21 de mayo de 1879, el monitor Huáscar, al mando del capitán de navío
Miguel Grau Seminario, logró hundir a la corbeta chilena Esmeralda, al mando del al mando
del capitán de fragata Arturo Prat Chacón, el que, al morir durante el combate, se convierte en el
mayor héroe naval chileno. El mismo día, la fragata Independencia se enfrentó con la goleta
'Covadonga, cuyo comandante capitán de corbeta Carlos Condell de la Haza, prefirió evadir el
combate bordeando la costa, perseguido por la Independencia que, en su afán de espolonear a
la Covadonga, hizo que el blindado peruano encallara en Punta Gruesa. El resultado de ese día
en Iquique y Punta Gruesa caló hondo en la opinión pública de ambos países
Campañas terrestres
Las tropas del ejército chileno iniciaron una serie de maniobras militares en las
provincias de Tarapacá, Tacna y Arica. Las victorias de Pisagua, Pampa Germania y
Dolores, a fines de 1879, aseguraron el dominio chileno sobre el departamento de
Tarapacá, así como las de Tacna y Arica en 1880. La batalla de Tarapacá fue una
victoria aliada, pero ésta no cambió el curso de los acontecimientos a favor de los
aliados, pues Bolivia se retiró de la guerra después de la batalla del Alto de la Alianza en
Tacna y Chile siguió luchando contra el Perú.
La capital peruana vivía desconectada del resto del país y subestimó completamente la
situación bélica, lo que contribuyó a desestabilizar completamente su clase política y a
evitar una preparación efectiva para enfrentar el desembarco chileno al sur de la ciudad.
En enero de 1881, las tropas chilenas entraron en Lima, después de las batallas de San
Juan y Miraflores. En esta última, la propia población civil defendió sin éxito la ciudad
cuando el ejército chileno atacó tres de los doce reductos. Después de la batalla, hubo
incendios y saqueos en los poblados de Chorrillos y Barranco.
5. Plaza principal de Chorrillos antes de la batalla de San Juan.
Entrada del ejército chileno a Lima.
Plaza principal de Chorrillos después de la batalla de San Juan.
Las fuerzas chilenas establecieron su autoridad y se impusieron cupos de guerra a la
población limeña. Se impuso el orden en la ciudad, en las zonas de ocupación, y se
restablecieron las actividades. Sin embargo, este orden no evitó la salida de objetos y
bienes científicos o culturales, tales como instrumentos, herramientas, mobiliario y
libros, algunos de los cuales fueron enviados a Chile, terminando otro tanto en manos de
privados de ambos países.
El dictador Nicolás de Piérola Villena, quien se retiró de la capital para pretender seguir
gobernando desde el interior del país, fue sustituido por un gobierno civil a cargo de
Francisco García Calderón, que se negó a firmar la entrega del Departamento de
Tarapacá.
Sin posibilidades de firmar la paz, el jefe de la ocupación chilena Vicealmirante Patricio
Lynch estableció su cuartel militar en el Palacio de Pizarro en Lima y dirigió el combate
contra la resistencia peruana en la sierra, en lo que se denomina la Campaña de la
Breña o de la sierra, enfrentando abundantes actos de sedición en la misma ciudad y,
posteriormente, una resistencia claramente organizada.
6. Después de los enfrentamientos en San Juan y Miraflores, el entonces Coronel peruano
Andrés Avelino Cáceres y otros, como el capitán José Miguel Pérez, decidieron llegar a
los Andes Centrales para organizar y reiniciar la resistencia al ejército de ocupación
chileno. Para ello, el 15 de abril de 1881, se embarcaron en el tren de la estación de
Viterbo, evadiendo la vigilacia de los soldados chilenos, con destino final la ciudad de
Jauja. Así, y en gran medida ayudado por su profundo conocimiento de la lengua
quechua, Cáceres organizó la defensa entre la población civil de la Sierra Central y el
Coronel Gregorio Albarracín en la Sierra Sur, quienes ejecutaron una efectiva guerra de
guerrillas durante tres años. Eligieron la breña de los Andes Centrales porque
presentaba una topografía excelente para aplicar la estrategia de guerra de guerrillas y,
también, porque existían nuevos elementos humanos, aunque sin entrenamiento y con
escaso armamento para una lucha prolongada.
La resistencia militar liderada por Cáceres en la regiones sur y centro andinas obtuvo
varias victorias contra las fuerzas chilenas y se dirigió a Cajamarca, en la sierra norte,
para evitar el encumbramiento de Miguel Iglesias, quien desde 1882 había manifestado
firmar la paz con el gobierno chileno, aceptando cesión territorial.
Campañas terrestres
Batalla de Arica, óleo de Juan Lepiani.
Las tropas del ejército chileno iniciaron una serie de maniobras militares en las
provincias de Tarapacá, Tacna y Arica. Las victorias de Pisagua, Pampa Germania y
Dolores, a fines de 1879, aseguraron el dominio chileno sobre el departamento de
Tarapacá, así como las de Tacna y Arica en 1880. La batalla de Tarapacá fue una
victoria aliada, pero ésta no cambió el curso de los acontecimientos a favor de los
aliados, pues Bolivia se retiró de la guerra después de la batalla del Alto de la Alianza en
Tacna y Chile siguió luchando contra el Perú.
La capital peruana vivía desconectada del resto del país y subestimó completamente la
situación bélica, lo que contribuyó a desestabilizar completamente su clase política y a
evitar una preparación efectiva para enfrentar el desembarco chileno al sur de la ciudad.
En enero de 1881, las tropas chilenas entraron en Lima, después de las batallas de San
Juan y Miraflores. En esta última, la propia población civil defendió sin éxito la ciudad
cuando el ejército chileno atacó tres de los doce reductos. Después de la batalla, hubo
incendios y saqueos en los poblados de Chorrillos y Barranco.
7. Plaza principal de Chorrillos antes de la batalla de San Juan.
Entrada del ejército chileno a Lima.
Plaza principal de Chorrillos después de la batalla de San Juan.
Palacio de Pizarro durante la ocupación chilena de Lima.
Las fuerzas chilenas establecieron su autoridad y se impusieron cupos de guerra a la
población limeña. Se impuso el orden en la ciudad, en las zonas de ocupación, y se
restablecieron las actividades. Sin embargo, este orden no evitó la salida de objetos y
bienes científicos o culturales, tales como instrumentos, herramientas, mobiliario y
libros, algunos de los cuales fueron enviados a Chile, terminando otro tanto en manos de
privados de ambos países.
El dictador Nicolás de Piérola Villena, quien se retiró de la capital para pretender seguir
gobernando desde el interior del país, fue sustituido por un gobierno civil a cargo de
8. Francisco García Calderón, que se negó a firmar la entrega del Departamento de
Tarapacá.
Sin posibilidades de firmar la paz, el jefe de la ocupación chilena Vicealmirante Patricio
Lynch estableció su cuartel militar en el Palacio de Pizarro en Lima y dirigió el combate
contra la resistencia peruana en la sierra, en lo que se denomina la Campaña de la
Breña o de la sierra, enfrentando abundantes actos de sedición en la misma ciudad y,
posteriormente, una resistencia claramente organizada.
Después de los enfrentamientos en San Juan y Miraflores, el entonces Coronel peruano
Andrés Avelino Cáceres y otros, como el capitán José Miguel Pérez, decidieron llegar a
los Andes Centrales para organizar y reiniciar la resistencia al ejército de ocupación
chileno. Para ello, el 15 de abril de 1881, se embarcaron en el tren de la estación de
Viterbo, evadiendo la vigilacia de los soldados chilenos, con destino final la ciudad de
Jauja. Así, y en gran medida ayudado por su profundo conocimiento de la lengua
quechua, Cáceres organizó la defensa entre la población civil de la Sierra Central y el
Coronel Gregorio Albarracín en la Sierra Sur, quienes ejecutaron una efectiva guerra de
guerrillas durante tres años. Eligieron la breña de los Andes Centrales porque
presentaba una topografía excelente para aplicar la estrategia de guerra de guerrillas.
Consecuencias.
La guerra concluyó oficialmente el 20 de octubre de 1883 con la firma del Tratado de
Ancón, mediante el cual el Departamento de Tarapacá pasó a manos chilenas
permanentemente y las provincias de Arica y Tacna quedaron bajo administración
chilena por un lapso de 10 años, al cabo del cual un plebiscito decidiría si quedaban bajo
soberanía de Chile, o si volvían al Perú.
A la firma de este tratado, el Departamento de Tacna contaba con tres provincias:
Tacna, Arica y Tarata. En 1885, dos años después del tratado, Chile ocupó la provincia
de Tarata, la cual fue devuelta al Perú el 1 de septiembre de 1925 por resolución del
árbitro Calvin Coolidge, presidente de los Estados Unidos.
El plebiscito previsto en el Tratado de Ancón nunca se llevó a cabo y no fue hasta 1929
que se firmó el Tratado de Lima, que contó con la mediación de Estados Unidos, que
decidió que gran parte de la provincia de Tacna fuese devuelta al Perú mientras que
Arica y el resto quedara definitivamente en manos de Chile.
El Estado de Chile pudo iniciar un proceso de chilenización dirigido a la población de
Tacna, Arica y Tarapacá, interviniendo en las organizaciones privadas y públicas de la
zona. A inicios del siglo XX, la chilenización se hizo más intensiva y compulsiva,
llegando a puntos exacerbados hacia el primer centenario de la Independencia de
Chile,14 por la actividad de ciertos grupos de población civil chilena, de naturaleza
nacionalista, que comenzaron la creación de "ligas patrióticas" con la finalidad de
desaparecer los rasgos peruanos de los territorios de Tacna, Tarata, Arica y Tarapacá.
9. La paz entre Chile y Bolivia fue firmada en 1904. Sin embargo, el tratado de paz entre
ambas naciones, en el cual Bolivia definitivamente reconocía la permanente soberanía
chilena sobre el territorio previamente en disputa, ha sido origen constante de tensiones
diplomáticas entre ambos países durante el siglo XX y comienzos del siglo XXI, debido a
que Bolivia perdió toda posibilidad de salida soberana al océano Pacífico.
Tras su victoria, Chile tomó posesión no sólo de una importante extensión territorial,
sino también de enormes depósitos salitreros, guaneros y de cupríferos. Éstos fueron
adquiridos mayoritariamente por capitales británicos, por medio de la compra de bonos
desvalorizados emitidos antes del conflicto por Perú y adquiridos a bajos precios con
préstamos de bancos chilenos, que los hacían dueños de las salitreras.
El salitre fue la principal fuente de riqueza de Chile hasta el descubrimiento del salitre
sintético por los alemanes, durante la Primera Guerra Mundial.
Morro de Arica en 1880