Este documento contrasta las características de la política analógica tradicional con las de una nueva política digital en la era de las redes sociales. Señala que mientras la política analógica es jerárquica, centralizada y de fidelidad a los líderes, la política digital es más horizontal, distribuida y valorada por la independencia e ideas propias de las personas. Plantea si la vieja política puede funcionar en un entorno digital o si se necesita una nueva política adaptada a la sociedad en red.