2. La honestidad como valor La honestidad es una cualidad humana que todos tenemos, es el valor a decir la verdad y expresarse con toda sinceridad. A una persona honesta se la reconoce como alguien que no dice mentiras, y que hace las cosas legalmente sin ningún tipo de trampa. Además esto le otorga que su comunidad con la que vive a diario tenga confianza y seguridad en la persona.
3. ¿Donde podemos practicar La honestidad? Podemos practicar el valor de la honestidad en la escuela, trabajo y hogar. Con nuestros amigos, padres y compañeros de trabajo. Por ejemplo en la escuela: Cuando un joven no realiza ningún tipo de trampas en exámenes o trabajos escolares siendo honesto con ellos y sin realizar copia. Cuando surge un problema y los jóvenes aceptan su error transformando el proceso en algo mas fácil. Cuando los jóvenes son consientes que el robo esta mal y que es un acto muy notable de deshonestidad, que solo trae problemas y complicaciones. Cuando cada estudiante habla siempre con la verdad y total sinceridad cumpliendo así sus compromisos. Cuando en los diferentes espacios deportivos los estudiantes siguen las debidas normas y las respetan.
4. ¿Qué es ser honesto? Ser honesto es ser real, auténtico, genuino, mientras que ser deshonesto es ser falso, ficticio, no respeta a la persona en si misma ni a los demás. La honestidad embriaga la vida de apertura, confianza y sinceridad y expresa la disposición de vivir en la luz. Esta actitud siembra confianza en uno mismo y en aquellos quienes están en contacto con la persona honesta. La honestidad no consiste sólo en franqueza, sino en asumir que la verdad es sólo una y que no depende de personas, depende de lo que el mundo real nos presenta como innegable e imprescindible de reconocer.
5. Honestidad en los niños En el aprendizaje de los niños es fundamental orientarles y cimentarles en este valor, que les enseñará a ser auténticos, a respetar el estilo de vida de sus compañeritos, valorar sus propias cosas, pero especialmente a conocer los límites de sus actuaciones y derechos. Una persona honesta sabe hasta dónde puede llegar con sus actitudes y comportamientos. En este caso los niños aprenden que los hechos y objetos ocupan un lugar; también que la verdad produce innumerables beneficios cuando se es honesto en todas las situaciones
6. Importancia de este valor Hay que tomar la honestidad en serio, estar conscientes de cómo nos afecta cualquier falta de honestidad por pequeña que sea. Hay que reconocer que es una condición fundamental para las relaciones humanas, para la amistad y la auténtica vida comunitaria. Ser deshonesto es ser falso, injusto, impostado, ficticio. La deshonestidad no respeta a la persona en sí misma y busca la sombra, el encubrimiento: es una disposición a vivir en la oscuridad. La honestidad, en cambio, tiñe la vida de confianza, sinceridad y apertura, y expresa la disposición de vivir a la luz, la luz de la verdad. Es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia el prójimo, que junto a la justicia, exige en dar a cada quién lo que le es debido.
12. Las personas deshonestas se pueden reconocer fácilmente porque engañan a los otros para conseguir de manera abusiva un beneficio.
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14. Un mundo honesto Si realmente pretendemos ser honestos, debemos empezar por enfrentar y asumir con valor nuestros defectos, buscando aquella manera que resulte más eficaz para superarlos, llevando a cabo acciones que mejoren todo aquello que afecta a nuestra persona y como consecuencia, a nuestros semejantes. Ello supone aprender a rectificarnos ante un error y cumplir con nuestras labores grandes y pequeñas sin hacer distinción. Si podemos gestar un ambiente cálido y confiable, sostenido por relaciones basadas en la honestidad, nos llevará a crecer como personas, espiritualmente, constituyéndonos en verdaderos hombres de bien.