En 1963, un habitante de Derinkuyu descubrió accidentalmente la extensa ciudad subterránea debajo de su casa-cueva en Capadocia, Turquía. Los arqueólogos han explorado hasta 40 metros de profundidad, aunque se cree que la ciudad se extiende hasta 85 metros de profundidad con 20 niveles. La ciudad subterránea fue utilizada como refugio por miles de personas durante invasiones, y contenía establos, cocinas, iglesias, tiendas y más, además de un sofisticado sistema de ventilación.