Antologías de Almendritas, es un Proyecto Educativo que pretende dar a conocer que niñas en alto nivel de vulnerabilidad pueden realizar actividades como cualquier niño de nuestra sociedad, acreditando mi interés en crear ambientes favorables para el desarrollo educativo. Este cuento de antologías va dirigido a todo público, enfocado a primeros lectores.
3. Antologías de
Almendritas
Para los que disfrutan jugar y
soñar con su imaginación...
Bárbara Berner.
4. 1º Colección dirigida por: Bárbara Berner.
Ilustración portada: Marcela Villavicencio.
Diseño y diagramación: Hugo Leroy.
Impresión: Imprescolor.
5. Antologías de Almendritas Prólogo
El propósito de esta primera Antología,
es contar hermosas y entretenidas
historias de fantasías con personajes,
animales y objetos que han prestado
su voz a niñas de 2º básico, para soñar
que son verdaderas escritoras.
Diciembre 2012
05
9. La perrita Susi
La perrita Susi, era una perrita muy regalona y juguetona. Su familia la quería
mucho, pero quien más la quería, era la niña de la casa llamada Aylin, ella
siempre jugaba con Susi. Un día salió de paseo y se la robaron.
Ella llegó a su casa muy triste, porque no la pudo encontrar. La llamó por todas
partes y no le contestaba.
La niña muy triste lloró y lloró por muchos días.
Un día fueron al hospital porque la niña estaba enferma, y ahí estaba la perrita Susi.
Se dieron un gran abrazo y vivieron felices para siempre.
Pía Guzmán
09
11. Mi cumpleaños
Había una vez una niña que se llamaba Tiara.
Tiara, era una niña muy buena, y quedaba muy poquito para su cumpleaños, solo
tres días, ella quería muchas cosas, como: una muñeca, zapatos de ballet, una
polera y pantalones de Barbie, un juego de cosas de cocina, un diario de vida, un
computador y un estuche de princesa.
Ella estaba muy feliz, pero su hermana estaba enferma, entonces dijo: “voy a pedir
para mi cumpleaños unos remedios y pastillas para mi hermana”.
Llegó el día del cumpleaños de Tiara, pusieron en su casa globos, había comida
e invitó a diez amigos, ellos le trajeron muchos regalos. Los abrió y encontró los
remedios para su hermanita. Se los dio rápidamente y la hermana se mejoró.
Entonces celebró la fiesta de cumpleaños con su hermana y sus amigos, Tiara estaba
muy feliz y se divirtió mucho.
Fabiola Zenteno
11
13. El fantasma
Había una vez, un fantasma miedoso, vivía en una casa abandonada.
Un día se sentía muy aburrido y no tenía con quien jugar.
De pronto se le ocurrió una idea.
- Asustaré a un niño, dijo el fantasma.
Y volando tan rápido que no podía parar se pegó contra un árbol y gritó
¡aaaaaaaauuuuuuuch!
Javiera Baeza
13
15. El poroto grande
Había una vez una señora que se llamaba Marta. Ella tenía un gran huerto y fue a
plantar unas semillas de porotos.
Cuando crecieron, la señora los fue a sacar y aprovechó también de sacar tomates
de su huerta. Pero la señora no se dio cuenta que había un poroto durmiendo en la
mata de tomates, y cuando los sacó los tomates, el poroto comenzó a balancearse
y él mismo se cortó de su mata. Cuando cayó al suelo vio que todas las verduras
y animalitos de la huerta lo estaban mirando y le dijeron que era un poroto muy
grande.
Fernanda Sepúlveda
15
17. La princesa y la rosa mágica
Había una vez, una princesa muy cariñosa, que estaba recogiendo flores en el
campo. De pronto, un tractor estaba rompiendo las flores.
La princesa le decía: - ¡Señor, no rompa las flores por favor!
Con mucha pena la princesa continuó su camino y encontró una rosa mágica, que
jamás había visto en su vida.
La princesa la vio y dijo: “si toco la rosa mágica me dará poderes especiales,
así que, la princesa tocó la rosa mágica y le dio poderes e hizo un arcoíris”.
Después la princesa voló por el campo y les dio agua y luz a las flores y plantas.
Cuando volaba, se encontró con su amiga Kiara y la saludó. Al abrazar a su amiga,
apareció la rosa mágica, su amiga la tocó y también tuvo poderes mágicos y las dos
se fueron volando felices por los campos.
Ysabel González
17
19. El conejo que se le cayó la cola
Había una vez, un conejo pequeñísimo, que se llamaba Pumpum.
Un día se le cayó la cola y todos los animales se burlaban de él. Con mucha pena
se fue a su casa con la cola en su manito. Su mamá lo llevó al doctor de animales
pequeños y le pusieron su colita.
Ahora su colita se veía más blanca que nunca y fue muy feliz con su nueva vida.
Vanessa López
19
21. La sirena y la rosa mágica
Había una vez, una sirena que se llamaba Ángela. Ella iba nadando a su casa y se
encontró una rosa mágica. Ángela, no quería mostrársela a nadie.
Cuando llegó a su casa se dio cuenta de que la rosa concedía todos los deseos que
ella quisiera. Tantas cosas pidió Ángela, que a sus amigas dejó de ver y cuando las
veía era muy creída.
Se pasaba todo el tiempo pidiendo cosas, hasta que a la rosa se le acabo todo el
poder mágico.
Después de que Ángela se dio cuenta de lo que había hecho y de las amigas que
había perdido, se arrepintió y fue donde sus amigas y les dijo que usar las cosas
para jugar no era bueno, pero lo que siempre le iba a importar era su amistad.
Paula Bazán
21
23. El delfín que habla
Había una vez, un delfín que se comió una sopa de letras que llegó hasta su
cerebro y pudo hablar.
Al otro día no hacía otra cosa que hablar, hablar y hablar, hasta que se cansó y
pudo seguir entrenando sus saltos.
El día de la función él mismo iba contando las cosas que hacía.
Fue una función espectacular y así este delfín vivió feliz por siempre.
Dania Sandoval
23
25. El lápiz que habla
Era una vez, un lápiz que hablaba. Una persona lo vio, lo compró y se lo regalaron
a una niña llamada Sofía.
Sofía iba en el colegio Almendral y llevó a clases su lápiz nuevo. Cuando sacó su
estuche y lo abrió, el lápiz le dijo: hola soy Luís y la niña del susto lo rompió.
Fin
Evanyelis Santis
25
27. La princesa Florencia
Había una vez, una princesa llamada Florencia. Un día encontró una flor mágica y
pidió un deseo.
- ¡Quiero un príncipe por favor!
Luego cayó un meteorito con un príncipe dentro.
Después, la princesa fue a ver lo que había dentro y se encontró con su príncipe.
Finalmente se casaron y vivieron felices para siempre.
Fin.
Fernanda Galaz
27
29. El rey Felipe
El rey Felipe era muy famoso, pero muy glotón. Él tenía un gran castillo con
muchas ventanas, pero para lo único que las usaba era para arrojar basura.
Un día, vio la luna, pero él no sabía que era luna, y pensó que era un queso. La
miró un rato fijamente y de inmediato mandó a llamar al chef del gran castillo y le
dijo: - ¡Calienta ese queso para mí!
El chef le dijo: - Mi rey eso no es un queso, es la luna.
El rey muy furioso, mandó a buscar al cazador de dragones y le dijo: - lanza tu
flecha y tráeme esa cosa que brilla en el cielo, que quiero comérmela.
El cazador obedeció y lanzo sus flechas con una liana, el rey trepó y llegó a la luna
y mordió un pedazo de ella.
Por ser muy glotón, el rey Felipe se enfermó.
Fin.
Catalina Cuevas
29
31. La princesa de las hadas
Hace muchos años atrás, una princesa muy hermosa princesa nació, y la llamaron
Bárbara. Como sus padres eran los reyes de las hadas, a ella le crecieron sus alas.
La princesa Bárbara, con sus lindas alas reinó por mucho tiempo.
Pero un día la bella princesa enfermó y solo un beso de un príncipe hada le salvaría
la vida. Él sería su remedio.
Ese mismo día llegó a su reino un príncipe hada, la fue a visitar y la besó.
Desde ese día los dos se enamoraron, se casaron y fueron felices para siempre.
Fernanda Albornoz
31
33. La chinita que no podía volar
Había una vez, una chinita que no podía volar. Todas las noches se preguntaba
mirando a las estrellas ¿cuándo podré volar?
Todos los animalitos nocturnos la miraban tristemente como ella lloraba por no
poder volar.
De tanto llorar se quedó dormida y tuvo un lindo sueño, que quiso hacer realidad
a la mañana siguiente… Fue a visitar al colibrí, subió caminando porque vivía en lo
más alto de un lindo árbol.
Esperó que los niños del bosque jugaran con sus volantines, esperó y esperó hasta
que vio uno y saltó hacia unos de sus hilos y pudo volar.
Fin
Javiera Cuevas
33
35. La vaca chismosa
Había una vez, una vaca muy chismosa que siempre hacía reír a los demás animales
de la granja. Como contaba muchos chistes todo el día y toda la noche, se le gastó
su voz.
Al día siguiente no pudo contar ningún chiste. Todos los animales preocupados se
decían ¡llamemos a un doctor!
La vaca chismosa estuvo un mes sin poder hablar, pero cuando se recuperó no paró
de hablar y de contar chistes, porque cuando no lo pudo hacer, tuvo suficiente
tiempo para pensar en cómo hacer reír a sus amigos animales de la granja.
Al fin se recuperó y la granja volvió a ser feliz y divertida como antes.
Javiera Cuevas
35
37. El león egoísta
Había una vez, un león que era muy egoísta y tenía mucha hambre, salió de su casa y por
ahí pasó un ratón que iba cargando queso y el león dijo:
- ¡mmmmmmm qué rico ese ratoncito!
Se acercó lentamente y le habló:
- Hola ratoncito, ¿quieres acompañarme a mi casa a cenar?
- No puedo, dijo el ratoncito asustado.
- No tengas miedo, dijo el león. No te voy a comer.
- No - dijo el ratoncito - Todos los ratones han sido comidos por ti y no me vas a engañar.
- Pero yo soy un león vegetariano - dijo - yo no soy carnívoro como los demás. Entonces el
león convenció al ratoncito y se fueron a su casa.
Cuando el león estaba preparando arroz con verduras, miró tristemente al ratoncito y le
dijo, lo siento mucho por engañarte, pero la verdad es que me encanta la carne... Así soy
yo, es mi naturaleza.
Y se lo comió.
Fin
Constanza Velásquez
37
39. Mi disfraz favorito
Había una vez, una niña que se llamaba Lucía.
Lucía tenía un disfraz que le gustaba mucho y era de princesa. Ella siempre lo
usaba, porque le gustaba mucho. Un día se miró al espejo y dijo: ¡oh, qué hermosa
me veo con este disfraz! Entonces decidió ponérselo todos los días.
Su madre le dijo: sácate el vestido Lucía, es solo un disfraz, puedes ponértelo en
días de fiestas, además se te puede ensuciar. Pero Lucía, no le hizo caso.
Cuando estaban tomando once, se manchó el disfraz con leche. Lucía se puso a
llorar y su madre le dijo:
- ¡Yo te lo dije!
Lucía muy triste le dijo:
- Sí mamá, desde ahora voy hacer caso a todo lo que me digas.
Entonces su madre le lavó su disfraz y Lucía se puso muy feliz.
Fabiola Zanteno
39
41. El suflé que habla y su amigo el plátano
Había una vez, una niña que fue a comprar una bolsa de suflés, cuando abrió
el paquete saltó un suflé que hablaba y salió corriendo, porque quería ir a un
concurso de suflés habladores.
Iba corriendo por la calle cuando se encontró con su amigo el plátano, que no veía
hace muchos años, y él lo invitó a un concurso de tango americano.
- No puedo bailar - dijo el suflé, estuve tanto tiempo metido en una bolsa que ni
siquiera podía moverme y no he practicado el baile tango americano hace mucho
tiempo.
- No importa le dijo el plátano, solo déjate llevar por mí, y se fueron al concurso.
Bailaron los dos muy bien y ganaron el concurso del baile tango americano.
Fin.
Anays Cornejo
41
43. El perro que habla
Había una vez, una niña que se llamaba Dania. Ella fue donde su vecina porque le
pidió que le ayudara a cuidar a su perro.
Dania pensaba que si cuidaba bien a ese perrito, le podrían comprar uno a ella.
Cuando lo llevaba a pasear al parque, el perrito le dijo:
- ¡Hola Dania! ¿Cómo estás?
Dania, no podía creer que el perro hablara. Fue a dejar al perro a su casa y le dijo
a su vecina:
- ¿Sabía usted que su perro Coqui habla?
La vecina y su esposo se desmayaron de la impresión y quedaron en el mismo
hospital.
Fin.
Pía Guzmán
43
45. Mi perrita y yo fuimos de paseo
Mi perrita y yo fuimos a pasear al parque, le pedí permiso a mi mamá por si
podíamos ir de paseo con mi perrita, y me dijo que sí.
En el parque, vimos un gato con largos bigotes negros y puntiagudos. Sus ojos eran
de color verde.
Al seguir caminando, nos encontramos con una linda hormiga, me acerque para
saludarla y me picó el dedo.
- Auch, auch… ¡¡¡ Ay!!! Me duele, me eche agua y se tranquilizó un poco el dolor.
Cuando llegué a mi casa, para almorzar mi mamá me puso una cremita y hielo,
rápidamente el dolor desapareció para siempre.
Fin.
Fernanda Albornoz
45
47. El pájaro que no podía volar
Había una vez, un pajarito que no podía volar. Él de verdad deseaba mucho poder
hacerlo.
Vio a unos loros muy coloridos descendiendo de los altos cerros, perdón dijo el
pajarito: ¿Algunos de ustedes, sabe volar?
Ja,ja,ja por supuesto que sabemos volar - dijeron los loros coloridos. ¿A caso no
nos ves?
- Si los veo dijo el pajarito.
El pajarito tomo aire, se concentró, comenzó a mover sus alitas y al fin pudo volar.
Solo le faltaba tener más voluntad.
Fin.
Ysabel González
47
49. El león Rodrigo
Érase una vez, un león que se llamaba Rodrigo.
Rodrigo era tan gruñón y egoísta que no prestaba nada a nadie.
Un día llegó un ratón y le mordió dos dedos.
- Auuuuchhh!!! - dijo el león Rodrigo - me duelen muchos mis deditos - ¿por qué
me mordiste le dijo al ratón? - le dijo al ratón.
El ratón le dijo:
- Te mordí, porque no puedes ser tan egoísta y gruñón.
Entonces el león Rodrigo se arrepintió, y se puso a llorar. Prometió nunca más ser
malo con los animales del bosque.
Fin.
49
51. La planta salva al gusano
Había una planta en un gran macetero. Recién estaba regada, entonces tenía mucha agua.
De pronto llegó un gusano y se tiró al macetero diciendo que era su piscina. El gusano
comenzó ahogarse en el macetero.
- ¡Ayúdame planta! - decía el gusano.
- Está bien dijo la planta - te daré una raíz para que puedas afirmarte y salir, pero por
favor, para la próxima vez, debes pedir permiso para bañarte y jugar en mi casa.
Y así el gusano, aprendió la lección y pasaba a saludar a la planta de vez en cuando.
Fin.
Alinne Donoso
51
53. La sirena de cola de muchos colores
Había una vez, una sirena que tenía la cola de color verde. Una noche, cuando estaba
dormida su cola comenzó a cambiar de color, ahora estaba de morado, amarillo, rojo y azul.
Cuando despertó vio los colores, muy asustada nadó donde su padre y le mostró su colita
multicolor.
Su padre, tenía un gran amigo hechicero, que se llamaba Bolcanu.
Juntos nadaron para ir a ver al hechicero Bolcanu, ya que él, sabía cómo arreglar este problema.
Cuando llegaron el hechicero le dijo que él sabía cómo sanar el problema, y le preguntó:
- ¿Cuál es el color que más te gusta?
- El morado- respondió la sirena, un poco tímida.
El hechicero, le dijo que cerrara sus ojos y que debía desear el cambio de color con todo su
corazón. Cuando la sirena abrió sus ojos, su cola estaba de color morado. Estaba tan contenta
que nadó velozmente a mostrar su nuevo color a todas sus amigas.
Ella estaba muy feliz y agradeció a su padre y al hechicero por su ayuda y fue feliz para siempre.
Fin.
Isidora Espinoza
53
55. El estuche mágico
Había una vez, una niña que tenía un estuche mágico.
Cuando se iba al recreo, los materiales de la niña jugaban fuera del estuche, para
poder ver a los otros materiales y poder leer.
Cuando la niña regresó a su sala de clases, no vio sus materiales. Los buscó por
muchos lados, hasta que se le ocurrió mirar en la parrilla de su mesa y ahí estaban,
entre los libros muy escondidos.
La niña tomo un elástico y los amarró a todos muy apretados…
- ¡Nunca más se volverán a escapar! - dijo la niña.
Fin.
Valentina Rubilar
55
57. El hada que quiere alas
Había una vez, un hada que no tenía alas. Su sueño era poder volar.
Un día caminando por el bosque, encontró una flor muy pero muy linda y ella pensó:
- debe ser mágica por su hermosura.
La miró atentamente, la acarició y le hablo dulcemente a sus pétalos:
- Flor mágica, ¿me puedes dar unas alas, para poder volar? - dijo tiernamente el hada.
Al día siguiente el hada nuevamente fue al bosque para ver la hermosa flor mágica.
Cuando iba caminando del cielo cayeron unas alas muy lindas, que brillaban como
estrellas. Se posaron en la espalda del hada y se cumplió muy bien su deseo y finalmente
pudo volar.
Fin.
Fernanda Galaz
57
59. La mariposa que no tenía colores
Érase una vez, una mariposa que no tenía colores.
A ella siempre la molestaban, incluso sus amigas. Muy triste decidió hacer algo que se le ocurrió.
- Para que nadie más me moleste, he decidido cambiar mi look - dijo la mariposa.
Entonces decidió tomar un pincel y témpera de muchos colores hermosos y comenzó a pintarse.
Primero pintó de un solo color sus alas, cuando la pintura se secó, hizo puntitos de muchos
colores y finalmente puso brillos sobre sus alas.
Cuando volvió al jardín de las flores, todas las mariposas incluso los saltamontes la miraban
con la boca abierta. No creían lo que veían.
Sus amigas, se acercaron lentamente y le pidieron disculpas por haberse burlado de ella.
Entonces los amigos del jardín de flores, decidieron llamarla “la Mariposa Brillante”.
- ¿Por qué Brillante? - Dijo la mariposa- ¿por qué me llaman así?
Un saltamontes dijo:
- Brillante por tus lindos colores de alas y porque tu idea fue brillante.
Todos los animales y bichitos del jardín se rieron mucho y siguieron jugando felices.
Fin.
Catalina Cuevas
59
61. La estrella se cayó del cielo
Había una vez, un niño llamado Juan. Él vivía en el campo.
Cuando Juan estaba durmiendo, escuchó un ruido muy extraño. Se levantó de su
cama y fue a ver que sucedía.
Cuando salió de su casa, se encontró con una estrella que se había caído del cielo y
estaba llorando.
Cuando Juan la estaba consolando, bajó un platillo volador y salió un marciano.
El niño, llamó al marciano y le mostró la estrella que se había caído del cielo.
El marciano muy amable, se ofreció subir la estrella a su nave y llevarla al cielo.
Desde ese día Juan va todas las noches al patio de su casa y contempla el cielo y
sabe distinguir perfectamente cuál es la estrella que él conoció y acarició en el patio
de su casa.
Fin.
61
63. El perro y el mago
Había una vez, un perro que vivía en el bosque y que de día y de noche pasaba mucha
hambre.
Un día el perrito iba caminando en busca de comida y encontró una linda casa de piedra
con barro y paja en el techo. Salía de la casa un rico olor a comida y el perro comenzó
a ladrar. Tan fuerte ladró que desde su interior salió un hombre, pero no era cualquier
hombre, era un mago.
El mago invitó a entrar al perro y le dio de su comida, todo al parecer estaba tan rico,
que el perrito se comió todo, hasta le pasó la lengua al plato.
El perrito muy agradecido le dio las gracias al mago y le dijo que estaba dispuesto en
ayudarlo en lo que el necesitara, por haberle dado alimento.
El mago muy contento, lo invitó a que se quedará a vivir con él. Le dijo que serían muy
buenos amigos y que por las noches podrían salir a volar para poder alcanzar las estrellas.
Fin.
63
65. Mi día de suerte
Un día desperté muy contenta. Me vestí para ir a la escuela y cuando iba en
camino me regalaron una linda y brillante manzana, entonces pensé y decidí que
este sería mi día de la suerte y que comenzaría todo bien.
Cuando llegue al colegio, la profesora me regalo una goma, muy linda.
Al terminar mis clases fui al parque y mi amiga me regalo un peluche.
Al final del día, llegué a mi casa y mi mamá me regaló un cuaderno para dibujar, el
cual decidí dejarlo para escribir cuentos como este.
Fin.
65
69. Mi muñeca
Mi muñeca es linda, tierna y adorable.
La tengo desde niña,
Yo crezco y ella no.
Pero siempre va a estar en mi corazón.
Muñequita, muñequita,
aunque tú pelo,
tu cara
y tú ropa.
Ya no estén como cuando yo era pequeñita.
Te regalaré, para que ahora
seas de mi hermanita.
Fernanda Galaz
69
71. Mis tres gatitos
Mis tres gatitos, muy bonitos son.
Tienen los ojos azulitos.
Son dos mujeres y un hombrecito.
Las dos son grises y él rubiecito.
71
75. La luna
La luna está en el cielo,
para iluminar la noche.
A veces, está llena,
otras solo media, pero para el que la vea
sigue siendo bella.
Los niños la observan
cada noche
por la ventana
y en su corazón dan gracias
por hacer cada noche
tan iluminada.
Al entrar la madrugada,
los niños se levantan
y su única esperanza
es mirar el cielo
y ver la bella luna
iluminar sus casas,
que están en los cerros.
75
77. Mi sueño
Después de una larga noche
un bello amanecer.
Con flores y rosas
y bellos pájaros también.
Un pájaro cantando,
un pájaro volando.
Y tuve un bello sueño
que con el estoy despertando.
Florencia Sandoval
77
79. Quisiera ser
Quisiera ser una futbolista
para ir al extranjero.
Conocer a un hipnotizador
Y ganar mucho dinero.
Quisiera ser una flor
conocer una abejita,
cuando toque su reloj
ella será mi amiguita.
Quisiera ser una princesa,
conocer un príncipe hermoso
tener un gran castillo
y un collar precioso y valioso.
79