Pronunciamiento de Mujeres en defensa de la Ley 348
Reportaje sobre la muestra 'Titanic. The exhibition'.
1. James Horner compondría la gloriosa banda sonora de
‘Titanic’ (1999), la galardonada película dirigida por James Ca-
meron y protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet.
Estos temas sonorizan la narración del guía personal de todo
viajero que se sube a bordo de esta conmovedora travesía,
cuya emotividad combina con la historia del famoso transat-
lántico británico protagonista de esta impresionante muestra.
A través de una experiencia cargada de intensidad y emoción,
cada visitante se convierte en uno de los pasajeros del fatídi-
co viaje inaugural del más imponentes de las naves hasta ese
momento.
Lo llamaron el buque de los sueños, porque anhelos y
aspiraciones marcaban el porvenir de muchas de las personas
que se embarcaron en este barco con destino Nueva York, una
ciudad en la que pretendían empezar de cero y optar a nuevas
oportunidades. La verdadera historia del Titanic es la historia de
las 2207 personas que viajaban a bordo, el equipaje más caro
que transportaba el barco, y esto es lo que rescata esta pericia
que nos trasladada a la noche del 14 al 15 de abril de 1912, a
un hecho que no podremos ver ni tocar, pero algo que ‘Titanic.
The Exhibition’ insta a sentir.
El Fernando Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa
(Madrid) se convierte en el puerto en el que se ancla la fas-
cinante exhibición itinerante más visitada del mundo. Noventa
minutos de un cuidado viaje cargado de sentimentalismo y hu-
manidad con el que conocer cómo era la vida a bordo del más
lujoso trasatlántico de todos los tiempos, pudiendo recorrer un
pasillo de primera clase, observar los camarotes de tercera o
tocar un auténtico iceberg y sentir en su piel cómo el frío puede
quemar en segundos.
BIENVENIDOS A BORDO DE ‘TITANIC. THE EXHIBITION’
NEVER AN
ABSOLUTION
‘Titanic. The Exhibition’ propone un viaje sensorial, donde la emoción viaja de popa a proa, de primera a tercera
clase. Una experiencia imprescindible sobre la tragedia marítima más famosa de la historia. Una visita cuya
intensidad y emocionante narración sobre la verdadera historia del Titanic, el buque de los sueños, ensimisma-
rá y entusiasmará a grandes y pequeños.
100 años después de su hundimiento, del naufragio del “buque
insumergible” podemos ser testigos de una muestra que reú-
ne unos doscientos objetos originales, algunos de los cuales
se exponen por primera vez, desvelando al público historias
el poder erizante de ‘Titanic. The Exhibition’, que invita a re-
Primera parte: Bienvenidos a bordo
El origen del Titanic y las mentes que lo hicieron rea-
lidad. Durante este primer tramo del trayecto nuestro guía nos
pone en situación, contextualizando año, climatología, epicentro
que la muestra establece. Punto por punto, el visitante se pon-
drá al tanto de que Lord William Pirrie es la persona que soñó
e ideó un plan que que haría realidad la creación de un tridente
de navíos de gran embergadura que formarían el Olimpic, el
Titanic u el Gigantic, - este último acabaría rebautizado como el
Britanic-. Un pensamiento comentado durante una cena vera-
niega a sus invitados que no quedó en unas simples palabras. A
modo de curiosidad, la mansión donde podría decirse que nació
el protagonista de esta impresionante y emocionante exhibición
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2. España en Reino Unido.
Otro de los altos es la International Mercan-
til Marine, y es que, fue su director comercial
– también pasajero a bordo del viaje inaugural
del Titanic - quien extendió el cheque con el que
arrancaría la construcción de este barco, un
personaje al que algunas historias le consideran
el culpable de la tragedia: se cuenta que él fue
quien ordenó navegar a más velocidad por la
zona de hielo en la que acabaría la travesía.
Año y medio después de la cena en la que
se hablaría por primera vez del Titanic, el 31 de
marzo de 1909 sería una fecha importante en la
que se llevaría a cabo un hito vital: la construc-
ción de la primera pieza del Titanic, un proceso
que acabaría 27 meses después, habiendo utili-
zado unas 27.000 toneladas del mejor acero.
El coste total alcanzaría los 10.000 millones
de dólares de 1912, unos 1.000 millones de eu-
ros de ahora, un precio arrendado por el fran-
cés J.P.Morgan.
Pero lo que todo viajero está ansiando es a
puesta en marcha del barco, un hecho fechado
el 31 de mayo de 1911, día en el que se alzo a la
mar. Eso fue un importante acto que reunió a
múltiples personalidades, cientos de medios y al
menos una centena de personas en el puerto
de Southampton fueron testigos del nacimiento
del que habían bautizado como ‘el buque de los
sueños’.
En este arranque de la ruta, otro nombre
importante, el ingeniero jefe, Thomas Andrews,
un personaje imprescindible que intentó ayudar
durante el naufragio, pero acabó pereciendo en
el nivel donde viajaba la tercera clase. Y durante
esta toma de contacto, la experiencia empieza a
cobrar más atención con los objetos que expo-
nen las vitrinas de este primer tramo de recorri-
do: desde invitaciones para el Olimpic, publicidad
de la época, herramientas usadas, el menú original de la cena
de inauguración del Titanic, cartas y recortes de prensa.
Segundo parte: El Titanic por dentro
Sin duda, el entusiasmo va in crescendo a partir de
este momento. Curiosidades, piezas sorprendentes y más per-
sonajes serán las paradas de este segundo tramo, pero tam-
bién las impresionantes recreaciones de pasillos, salones y
camarotes que dotan a esta experiencia de una verdad emocio-
nante.
Desde la reproducción de una de las puertas del Ti-
tanic, con la que la visita hace testigo al visitante de la ember-
gadura y conciencudo forjado de unas piezas que señalaban
a este buque un trabajo “prácticamente insumergible”, unos
elementos con los que se apuntaba la alta seguridad del bar-
co, pasando por una gigante fotografía que muestra las tres
grandes máquinas de vapor del Titanic, capaces de alcanzar
los 80.000 caballos (22 nudos por hora). Desde poder con-
templar el detalle de uno de los paneles del gran salón del que
disfrutaban los pasajeros de primera clase, uno de los espacios
más imponentes y más bellos. Todo era lujo en una estancia
que podemos contemplar en una fotografía y admirar el detalle
expuesto, pasando por contemplar una tumbona original sobre
la que se puede ver de las numerosas mantas que había en el
Titanic con el logo y grafía de la White Star Line. Saber que
tumbarse al sol en una tumbona era algo que podía hacer los
de primera y segunda clase. Desde ensimismarse con la de-
coración de lujo del barco, con la preciosidad de las paredes,
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mientos del Titanic, cuyas suites más caras contaban con un
salón propio, dos dormitorios y dos baños, apreciar una de las
lujosas vajillas desplegada en una mesa que ayuda a apreciar
y EE.UU, como se atrevieron a denominarlo, pasando por ver
ella, sellada el 10 de octubre de 1912, constan 1309 pasajeros.
Pero lo más impresionante de este tramo es la recreación de
la escalinata, la famosa escalera con el reloj, un elemento de
transición hasta el último tramo de esta travesía.
aprovecha para enfatizar este emotivo homenaje a este primer,
y último viaje, de este buque de ensueño. El 10 de abril de
1912 arrancaba con 2207 personas a bordo, un total entre
pasajeros y tripulación, el barco más grande del mundo inicia-
ba una travesía que la historia nunca se olvidaría de recoger.
Entre los pasajeros que iban a bordo, además de ilusión, feli-
cidad y ensimismamiento ante estar a bordo de tan imponente
barco, algunos tenían miedo o premonitoriaron que algo malo
historias: siendo uno de los más reconocidos, mencionados y
honrados cuando se cuenta la historia del Titanic, el capitán
de los millonarios, el Capitán Smith es sin duda un bravío per-
sonaje fallecido aquella fatídica noche; también se presenta a
-
sonaje destacable por la labor que desempeñó tras el choque
con el iceberg. Su rapidez y efectividad le hizo desempeñar una
BIENVENIDOS A BORDO DE ‘TITANIC. THE EXHIBITION’
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3. evacuación en una de las cubiertas del barco gracias a la cual
salvo a tantas vidas como se podía aprovechando al máximo
los botes que él embarcó.
Algunas de sus pertenencias, como dos cartas diri-
gidas a su hermana y otra a sus padres se exponen al lado de
la imagen de Murdoch; a Carl Robert Carlsson, un ingeniero
que viajaba en tercera clase, de quien puede verse y leerse
una postal que escribió a su padre en la que le comenta que
“de haber sabido que todo iba a salir también habría lleva a
Ana”. Pertenencias expuestas junto a esta postal más objetos
de personas que iban en tercera clase. El cuerpo de Carl nunca
se encontró; o pasajeros como Maritz Adahl, uno de tantos
sueños truncados, que pese a recuperar su cuerpo se decidió
darle sepultura en alta mar. De él se exponen en una pequeña
vitrina algunas de sus pertenencias: una libreta y una carta,
Alfred Nourney, un viajero de primera clase cuyo sueño era
llegar a Nueva York, un lugar donde empezar una nueva vida,
Víctor Peñasco, un español a bordo del Titanic, uno de los des-
aparecidos, cuya pareja pudo salvarse saltando in extremis a
un bote. Su historia se lee en el esmoquin original perteneciente
a Peñasco, incluso destaca el hacer y ejemplo de la brigada
negra, los carboneros, contando como uno de los empleados
de calderas pudo salvarse.
No obstante, en-
tre tantas historias y tes-
timonios, quizás cuatro de
las que podemos conocer
en este tramo son realmen-
te conmovedoras. Unas
feliz para una familia que
parecía desquebrajarse con
el hundimiento del barco.
Ser testigos de
la historia del Matrimonio
-
timentalismo que provoca esta exhibición. Pasajeros de terce-
ra clase que poseía cada uno un anillo muy especial: sendos
objetos, además de simbolizar su unión y amor, también eran
unas joyas que se enlazan la uno con la otro. Eran dos anillos
que se hacían uno. El de Gerda es el que sirve a la exposi-
ha poder subirse él en un bote, ella no pudo, aunque estuvo un
largo tiempo sujetada de la mano por uno de los hombres que
estaban en ese refugio salvavidas. No obstante, el frío le impidió
seguir cerca de Edvard cuando el pasajero que la sujetaba le
soltó la mano porque no podía más, y su cuerpo se hundió en
el Atlántico. Su marido falleció a causa del frío en el interior del
bote. Meses después de la tragedia fue cuando se encontró el
anillo que puede verse en la vitrina.
Strauss, un matrimonio de primera clase. Él era el propietario
de uno de los almacenes más importantes de Nueva York. Su
historia es también recogida en la cinta de Cameron, ¿os sue-
na la escena de la pareja que permanece unida en una tumbona
de cubierta cuando el Titanic está a punto de hundirse? Ellos
fueron vistos por última vez de esa misma manera, abrazados
en una tumbona, tras rechazar ella a ponerse a salvo sin su
marido: “donde tu vayas, allí iré yo”, son las palabras que Isi-
la muerte les llegó más unidos que nunca.
Otra de las historias imprescindibles de destacar es la
para los miembros de esta familia que viajaba en tercera clase
lo fue. Junto al retrato de la madre y la pequeña de los Kink con
otras dos supervivientes tomado unos días después de aquella
fatídica noche, se exponen las pequeñas botitas de su niña.
Pero la de Kate Phillips es la más inolvidable para
todo visitante. Ella es la protagonista de la más emblemática
de las historias que nos dejó este naufragio, una historia en
la que James Cameron se inspiraría para enmarcar el famoso
romance de su oscarizada película, cuya joya, símbolo de amor,
guarda su relación con la de la joven Kate. El colgante corazón
un comerciante y a su jovencísima trabajadora de hogar como
protagonistas. Dos enamorados que decidieron hacer un viaje
con identidades falsas en el que dar rienda suelta a su amor.
Durante la travesía, se cuenta que se dejaron ver muy enamo-
rados, y cuatro días antes del accidente, él le regalo a ella un
precioso colgante en señal de su amor. Su desenlace fue tan
emotivo como el de Jack y Rose. Ambos fueron a la cubierta
para salvarse, pero únicamente le dejaron subir a un bote a
Kate. De esta historia la exposición cuenta con algunas perte-
necías de Kate: la llave de una maleta, su cartera y la preciada
sólo apreciarla.
El Titanic provocó tanta expectación, que tal y como
los pasa jeros de este viaje pueden ver en una impresionante
maqueta del barco, éste contaba con cuatro chimeneas, pero
¿funcionaban todas? Pues no. La cuarta era puro marketing
que se había decidido incluir para hacerlo más imponente y
como guiño nostálgico a los antiguos barcos de vela, los cuales
hasta hacía pocos años contaban con cuatro. La guinda de
emoción que completa este alto pasa de lo visual a lo sonoro
con la grabación del sonido original de una bocina del Titanic.
que se puede ver la trayectoria de esta travesía funesta a tan
sólo dos paradas de haber llegado a su destino: Nueva York.
Arriba: Maqueta del Titanic. Abajo: detalle lateral de la maqueta.
Arriba: Joya original que inspiró historia corazón de la mar.
Abajo: Anillo original de la pasajera Gerda Lindell
Arriba: : Tumbona original y manta con la rúbica de White Star Line.
Abajo: Una de las vajillas originales de 2º clase.
BIENVENIDOS A BORDO DE ‘TITANIC. THE EXHIBITION’
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