1. Soplo
Para volver a la pureza
De verte comer mandarinas
Desde la ventana
Y reírnos juntos
de tu boca enchastrada de verano
Por venir
En esta casita pobre
De la que ni somos dueños,
Los dos como un corazón
Ventrículo y aurícula:
La sangre pasa
Por la ventana
2. Pares
Girado
Ensimismado en tus nobles tareas
arqueás los pies como si fueras a salir volando de la silla
Las pinzas y argumentos de una nueva figura
te acompañan
Te miro
perdida en mi deseo
celosa de tu soledad como un fuerte pacífico
y de los pares que forman tus manos y tus pies
Mientras en mi boca
incendio palomas y fresas
3. A esos pájaros
Se fueron los pájaros que teñían el Conicet
De elegante negro en movimiento
Procurándole un lúgubre y a la vez cierto toque vital
Caracoleros,
Pues detrás, en la laguna de la reserva
Cientos y miles de armazones de caracol
Bajo el sol, crujían al paso.
Uno que otro bicho grande y patudo
Parecía aullar sobre una rama
Cerca de la isla de las estructuras vacías
Pero también los pájaros se fueron
Detrás de la universidad
Alejados del ruido, vivían
Dando su señal de tierno espanto
Sobre los árboles quietos
Y el agua verde
Qué delicia era verlos hacer lo suyo
Tan lejos del color amarillo
4. El monje
Por la noche un monje me acompaña.
quieto y callado extiende sobre mi cama
su dócil túnica como una ofrenda negra:
eso quizá sea todo lo que traiga
su presencia frugal
me deja ebria,
y una póstuma grandeza
en su humildad presiento
al permitir que venga o que se vaya
nuestro silencio de ensueño es una gema
5. Huella en la lengua
Lo que una vez fue fruto,
Hoy es huella
Que el viento se lleva en la lengua.
Como un espejo de su paso en la voz,
El cigarrillo me corta la garganta:
Me saca tu pulpa fresca.
Trago el humo en silencio.
Así;
Sedoso y roto devuelvo el verso:
Trepa la tráquea.
Porque todo es dulce y es feroz.
6. Mala costumbre
Es una mala costumbre
Dividir los dedos
Procurando espacios
Sinapsis
En soledad
Mirar la luna
Mala costumbre
Anclarse en el mar de las dudas
Beneficiarse de un destello
Una palabra
En silencio
Robar la luna
Pensar despacio
Enredar imagen y texturas
Sonidos con aromas
Buscar la ausencia
Y ahí
Poner la luna
7. Entrada a la luna llena
El corazón vacío
Sobre caricias quedas
Es pescador fortuito
Sobre el reflejo manso
Las manos invisibles
Hunde en deseo azul
Húmedo y entristecido
Entra a la luna llena
8. Nena
Había una vez
Mi estupidez
No maléfica o sarcástica
Mi estupidez lozana
Rotunda estupidez
Era tan dulce
Que en el flequillo
Le colgaban chupetines
Y en el vestido lucía
Flores pegadas con chicles
Cuando salía a pasear
La seguían perros vagabundos
Y abejas africanas
Tenía la piel de oruga
Y en la espalda tatuado un abrelatas
en el bolso, un abanico y un surtidor
En algún jarrón guardo sus ojos
Entre huesitos de la suerte y
Un cassette o dos
9. En Santa Fe
De orilla a orilla los brazos de la ciudad se extienden rígidos
sobre la tierra
Para unir a los seres que en ella residen.
Ampliamente grises
Curvados en esquinas, en sombras de follajes verdes y
amarillos,
Los bulevares redondean el cuerpo de veredas antiguas
Amigas todas de Gori.*
Dos enormes pulseras metálicas relucen sobre la laguna
Forjadas en atavíos agudos y poderosos.
En sus bases,
El agua repica soltando repetidos suspiros
Atardeciendo en compañía de viejos y nuevos pescadores.
La ciudad duerme al sol de la siesta,
Y en la noche espía a los amantes
Que sentados en la arena ríen
O simplemente se toman de la mano.
Julio, 2009.
Humildemente a Gaston Gori
10. O no
Uno puede
entre las infinitas posibilidades
habientes
o no
muchas veces
no saber buscar
y otras tantas
no saber
encontrar