2. Radiación electromagnética; ondas producidas por la
oscilación o la aceleración de una carga eléctrica. Las
ondas electromagnéticas tienen componentes eléctricos
y magnéticos. La radiación electromagnética se puede
ordenar en un espectro que se extiende desde ondas de
frecuencias muy elevadas (longitudes de onda pequeñas)
hasta frecuencias muy bajas (longitudes de onda altas).
La luz visible es sólo una pequeña parte del espectro
electromagnético. Por orden decreciente de frecuencias
(o creciente de longitudes de onda), el espectro
electromagnético está compuesto por rayos gamma,
rayos X duros y blandos, radiación ultravioleta, luz
visible, rayos infrarrojos, microondas y ondas de radio.
Los rayos gamma y los rayos X duros tienen una longitud
de onda de entre 0,005 y 0,5 nanómetros (un nanómetro,
o nm, es una millonésima de milímetro). Los rayos X
blandos se solapan con la radiación ultravioleta en
longitudes de onda próximas a los 50 nm. La región
ultravioleta, a su vez, da paso a la luz visible, que va
aproximadamente desde 400 hasta 800 nm. Los rayos
infrarrojos o `radiación de calor. e solapan con las
frecuencias de radio de microondas, entre los 100.000 y
400.000 nm. Desde esta longitud de onda hasta unos
15.000 m, el espectro está ocupado por las diferentes
ondas de radio; más allá de la zona de radio, el espectro
entra en las bajas frecuencias, cuyas longitudes de onda
llegan a medirse en decenas de miles de kilómetros.
Frecuencia
Término empleado en física para indicar el número de
veces que se repite en un segundo cualquier fenómeno
periódico. La frecuencia es muy importante en muchas
áreas de la física, como la mecánica o el estudio de las
ondas de sonido. Las frecuencias de los objetos
oscilantes abarcan una amplísima gama de valores. Los
3. temblores de los terremotos pueden tener una frecuencia
inferior a 1, mientras que las veloces oscilaciones
electromagnéticas de los rayos gamma pueden tener
frecuencias de 1020 o más. En casi todas las formas de
vibración mecánica existe una relación entre la
frecuencia y las dimensiones físicas del objeto que vibra.
Por ejemplo, el tiempo que necesita un péndulo para
realizar una oscilación completa depende en parte de la
longitud del péndulo; la frecuencia de vibración de la
cuerda de un instrumento musical está determinada en
parte por la longitud de la cuerda. En general, cuanto más
corto es el objeto, mayor es la frecuencia de vibración.
En todas las clases de movimiento ondulatorio, la
frecuencia de la onda suele darse indicando el número de
crestas de onda que pasan por un punto determinado
cada segundo. La velocidad de la onda y su frecuencia y
longitud de onda están relacionadas entre sí. La longitud
de onda (la distancia entre dos crestas consecutivas) es
inversamente proporcional a la frecuencia y directamente
proporcional a la velocidad. En términos matemáticos,
esta relación se expresa por la ecuación v = l f, donde v
es la velocidad, f es la frecuencia y l (la letra griega
lambda) es la longitud de onda. A partir de esta ecuación
puede hallarse cualquiera de las tres cantidades si se
conocen las otras dos. La frecuencia se expresa en
hercios (Hz); una frecuencia de 1 Hz significa que existe 1
ciclo u oscilación por segundo. La unidad se llama así en
honor del físico alemán Heinrich Rudolf Hertz, el primero
en demostrar la naturaleza de la propagación de las
ondas electromagnéticas. Las unidades como kilohercios
(kHz) —miles de ciclos por segundo—, megahercios
(MHz) —millones de ciclos por segundo— y gigahercios
(GHz) —miles de millones de ciclos por segundo— se
usan para describir fenómenos de alta frecuencia como
las ondas de radio. Estas ondas y otros tipos de
4. radiación electromagnética pueden caracterizarse por
sus longitudes de onda o por sus frecuencias. Las ondas
electromagnéticas de frecuencias extremadamente
elevadas, como la luz o los rayos X, suelen describirse
mediante sus longitudes de onda, que frecuentemente se
expresan en nanómetros (un nanómetro, abreviado nm,
es una milmillonésima de metro). Una onda
electromagnética con una longitud de onda de 1 nm tiene
una frecuencia de aproximadamente 300 millones de
GHz.
Longitud de onda
Distancia entre dos puntos consecutivos de una onda
que tienen el mismo estado de vibración. Por ejemplo, la
longitud de onda de las olas marinas es la distancia entre
dos crestas consecutivas o entre dos valles. La longitud
de onda representa un concepto fundamental en la
resolución de cualquier tipo de movimiento ondulatorio, y
puede variar de valores muy grandes —por ejemplo,
cientos de metros para radioondas largas— a valores
muy pequeños —por ejemplo, de millonésimas de millón
(10-12) para los rayos gamma. Las ondas en el agua o en
una cuerda están formadas por movimientos
transversales de materia, en dirección perpendicular a la
dirección del movimiento de la onda. Las crestas y los
valles son aquellos lugares en los que el movimiento
transversal es máximo. Una onda de sonido, sin
embargo, está compuesta por movimientos
longitudinales de las moléculas de aire —movimientos
hacia adelante y hacia atrás en la dirección del
movimiento de la onda—, lo que constituye una serie de
compresiones y enrarecimientos sucesivos. La longitud
de onda es la distancia entre dos compresiones o
enrarecimientos consecutivos.
Movimiento ondulatorio
5. Proceso por el que se propaga energía de un lugar a otro
sin transferencia de materia, mediante ondas mecánicas
o electromagnéticas. En cualquier punto de la trayectoria
de propagación se produce un desplazamiento periódico,
u oscilación, alrededor de una posición de equilibrio.
Puede ser una oscilación de moléculas de aire, como en
el caso del sonido que viaja por la atmósfera, de
moléculas de agua (como en las olas que se forman en la
superficie del mar) o de porciones de una cuerda o un
resorte. En todos estos casos, las partículas oscilan en
torno a su posición de equilibrio y sólo la energía avanza
de forma continua. Estas ondas se denominan mecánicas
porque la energía se transmite a través de un medio
material, sin ningún movimiento global del propio medio.
Las únicas ondas que no requieren un medio material
para su propagación son las ondas electromagnéticas;
en ese caso las oscilaciones corresponden a variaciones
en la intensidad de campos magnéticos y eléctricos.
Tipos de ondas
Las ondas se clasifican según la dirección de los
desplazamientos de las partículas en relación a la
dirección del movimiento de la propia onda. Si la
vibración es paralela a la dirección de propagación de la
onda, la onda se denomina longitudinal (ver figura 1). Una
onda longitudinal siempre es mecánica y se debe a las
sucesivas compresiones (estados de máxima densidad y
presión) y enrarecimientos (estados de mínima densidad
y presión) del medio. Las ondas sonoras son un ejemplo
típico de esta forma de movimiento ondulatorio. Otro tipo
de onda es la onda transversal, en la que las vibraciones
son perpendiculares a la dirección de propagación de la
onda. Las ondas transversales pueden ser mecánicas,
como las ondas que se propagan a lo largo de una cuerda
tensa cuando se produce una perturbación en uno de sus
6. extremos (ver figura 2), o electromagnéticas, como la luz,
los rayos X o las ondas de radio. En esos casos, las
direcciones de los campos eléctrico y magnético son
perpendiculares a la dirección de propagación. Algunos
movimientos ondulatorios mecánicos, como las olas
superficiales de los líquidos, son combinaciones de
movimientos longitudinales y transversales, con lo que
las partículas de líquido se mueven de forma circular. En
una onda transversal, la longitud de onda es la distancia
entre dos crestas o valles sucesivos. En una onda
longitudinal, corresponde a la distancia entre dos
compresiones o entre dos enrarecimientos sucesivos. La
frecuencia de una onda es el número de vibraciones por
segundo. La velocidad de propagación de la onda es
igual a su longitud de onda multiplicada por su
frecuencia. En el caso de una onda mecánica, su
amplitud es el máximo desplazamiento de las partículas
que vibran. En una onda electromagnética, su amplitud
es la intensidad máxima del campo eléctrico o del campo
magnético.
Comportamiento de las ondas
La velocidad de una onda en la materia depende de la
elasticidad y densidad del medio. En una onda
transversal a lo largo de una cuerda tensa, por ejemplo,
la velocidad depende de la tensión de la cuerda y de su
densidad lineal o masa por unidad de longitud. La
velocidad puede duplicarse cuadruplicando la tensión, o
reducirse a la mitad cuadruplicando la densidad lineal. La
velocidad de las ondas electromagnéticas en el vacío
(entre ellas la luz) es constante y su valor es de
aproximadamente 300.000 km/s. Al atravesar un medio
material esta velocidad varía sin superar nunca su valor
en el vacío. Cuando dos ondas se encuentran en un
punto, el desplazamiento resultante en ese punto es la
7. suma de los desplazamientos individuales producidos
por cada una de las ondas. Si los desplazamientos van en
el mismo sentido, ambas ondas se refuerzan; si van en
sentido opuesto, se debilitan mutuamente. Este
fenómeno se conoce como interferencia. Cuando dos
ondas de igual amplitud, longitud de onda y velocidad
avanzan en sentido opuesto a través de un medio se
forman ondas estacionarias. Por ejemplo, si se ata a una
pared el extremo de una cuerda y se agita el otro extremo
hacia arriba y hacia abajo, las ondas se reflejan en la
pared y vuelven en sentido inverso. Si suponemos que la
reflexión es perfectamente eficiente, la onda reflejada
estará media longitud de onda retrasada con respecto a
la onda inicial. Se producirá interferencia entre ambas
ondas y el desplazamiento resultante en cualquier punto
y momento será la suma de los desplazamientos
correspondientes a la onda incidente y la onda reflejada.
En los puntos en los que una cresta de la onda incidente
coincide con un valle de la reflejada, no existe
movimiento; estos puntos se denominan nodos. A mitad
de camino entre dos nodos, las dos ondas están en fase,
es decir, las crestas coinciden con crestas y los valles
con valles; en esos puntos, la amplitud de la onda
resultante es dos veces mayor que la de la onda
incidente; por tanto, la cuerda queda dividida por los
nodos en secciones de una longitud de onda. Entre los
nodos (que no avanzan a través de la cuerda), la cuerda
vibra transversalmente. Las ondas estacionarias
aparecen también en las cuerdas de los instrumentos
musicales. Por ejemplo, una cuerda de violín vibra como
un todo (con nodos en los extremos), por mitades (con
un nodo adicional en el centro), por tercios… Todas estas
vibraciones se producen de forma simultánea; la
vibración de la cuerda como un todo produce el tono
fundamental y las restantes vibraciones generan los
8. diferentes armónicos. En mecánica cuántica la estructura
del átomo se explica por analogía con un sistema de
ondas estacionarias. Gran parte de los avances de la
física moderna se basan en elaboraciones de la teoría de
las ondas y el movimiento ondulatorio.
Propiedades
Las ondas electromagnéticas no necesitan un medio
material para propagarse. Así, estas ondas pueden
atravesar el espacio interplanetario e interestelar y llegar
a la Tierra desde el Sol y las estrellas.
Independientemente de su frecuencia y longitud de onda,
todas las ondas electromagnéticas se desplazan en el
vacío a una velocidad c = 299.792 km/s. Todas las
radiaciones del espectro electromagnético presentan las
propiedades típicas del movimiento ondulatorio, como la
difracción y la interferencia. Las longitudes de onda van
desde billonésimas de metro hasta muchos kilómetros.
La longitud de onda (l) y la frecuencia (f) de las ondas
electromagnéticas, relacionadas mediante la expresión
l·f = c, son importantes para determinar su energía, su
visibilidad, su poder de penetración y otras
características
Teoría
El físico británico James Clerk Maxwell estableció la
teoría de las ondas electromagnéticas en una serie de
artículos publicados en la década de 1860. Maxwell
analizó matemáticamente la teoría de los campos
electromagnéticos y afirmó que la luz visible era una
onda electromagnética. Los físicos sabían desde
principios del siglo XIX que la luz se propaga como una
onda transversal (una onda en la que las vibraciones son
perpendiculares a la dirección de avance del frente de
ondas). Sin embargo, suponían que las ondas de luz
9. requerían algún medio material para transmitirse, por lo
que postulaban la existencia de una sustancia difusa,
llamada éter, que constituía el medio no observable. La
teoría de Maxwell hacía innecesaria esa suposición, pero
el concepto de éter no se abandonó inmediatamente,
porque encajaba con el concepto newtoniano de un
marco absoluto de referencia espaciotemporal. Un
famoso experimento realizado por el físico
estadounidense Albert Abraham Michelson y el químico
de la misma nacionalidad Edward Williams Morley a
finales del siglo XIX socavó el concepto del éter, y fue
muy importante en el desarrollo de la teoría de la
relatividad. De este trabajo concluyó que la velocidad de
la radiación electromagnética en el vacío es una cantidad
invariante, que no depende de la velocidad de la fuente
de radiación o del observador.
Luz Visible:
Rayos Gamma:
10. Radio y Televisión:
Colores:
Cuantos de radiación
No obstante, a principios del siglo XX los físicos se
dieron cuenta de que la teoría ondulatoria no explicaba
todas las propiedades de la radiación. En 1900, el físico
alemán Max Planck demostró que la emisión y absorción
de radiación se produce en unidades finitas de energía
denominadas `cuantos'. En 1904, Albert Einstein
consiguió explicar algunos resultados experimentales
sorprendentes en relación con el efecto fotoeléctrico
externo postulando que la radiación electromagnética
puede comportarse como un chorro de partículas. Hay
otros fenómenos de la interacción entre radiación y
materia que sólo la teoría cuántica explica. Así, los
físicos modernos se vieron obligados a reconocer que la
radiación electromagnética se comporta unas veces
como partículas y otras como ondas. El concepto
paralelo que implica que la materia también puede
presentar características ondulatorias además de
corpusculares fue desarrollado en 1925 por el físico
francés Louis de Broglie.
Efecto Fotoeléctrico
Formación y liberación de partículas eléctricamente
cargadas que se produce en la materia cuando es
irradiada con luz u otra radiación electromagnética. El
término efecto fotoeléctrico designa varios tipos de
interacciones similares. En el efecto fotoeléctrico externo
se liberan electrones en la superficie de un conductor
metálico al absorber energía de la luz que incide sobre
dicha superficie. Este efecto se emplea en la célula
fotoeléctrica, donde los electrones liberados por un polo
de la célula, el fotocátodo, se mueven hacia el otro polo,
11. el ánodo, bajo la influencia de un campo eléctrico. El
estudio del efecto fotoeléctrico externo desempeñó un
papel importante en el desarrollo de la física moderna.
Una serie de experimentos iniciados en 1887 demostró
que el efecto fotoeléctrico externo tenía determinadas
características que no podían explicarse por las teorías
de aquella época, que consideraban que la luz y todas las
demás clases de radiación electromagnética se
comportaban como ondas. Por ejemplo, a medida que la
luz que incide sobre un metal se hace más intensa, la
teoría ondulatoria de la luz sugiere que en el metal se
liberarán electrones con una energía cada vez mayor. Sin
embargo, los experimentos mostraron que la máxima
energía posible de los electrones emitidos sólo depende
de la frecuencia de la luz incidente, y no de su intensidad.
En 1905, para tratar de explicar el mecanismo del efecto
fotoeléctrico externo, Albert Einstein sugirió que podría
considerarse que la luz se comporta en determinados
casos como una partícula, y que la energía de cada
partícula luminosa, o fotón, sólo depende de la frecuencia
de la luz. Para explicar el efecto fotoeléctrico externo,
Einstein consideró la luz como un conjunto de
"proyectiles" que chocan contra el metal. Cuando un
electrón libre del metal es golpeado por un fotón, absorbe
la energía del mismo. Si el fotón tiene la suficiente
energía, el electrón es expulsado del metal. La teoría de
Einstein explicaba muchas características del efecto
fotoeléctrico externo, como por ejemplo el hecho de que
la energía máxima de los electrones expulsados sea
independiente de la intensidad de la luz. Según la teoría
de Einstein, esta energía máxima sólo depende de la
energía del fotón que lo expulsa, que a su vez sólo
depende de la frecuencia de la luz. La teoría de Einstein
se verificó por experimentos posteriores. Su explicación
del efecto fotoeléctrico, con la demostración de que la
12. radiación electromagnética puede comportarse en
algunos casos como un conjunto de partículas,
contribuyó al desarrollo de la teoría cuántica. El término
efecto fotoeléctrico también puede referirse a otros tres
procesos: la fotoionización, la fotoconducción y el efecto
fotovoltáico. La fotoionización es la ionización de un gas
por la luz u otra radiación electromagnética. Para ello, los
fotones tienen que poseer la suficiente energía para
separar uno o más electrones externos de los átomos de
gas. En la fotoconducción, los electrones de materiales
cristalinos absorben energía de los fotones y llegan así a
la gama de niveles de energía en la que pueden
desplazarse libremente y conducir electricidad. En el
efecto fotovoltáico, los fotones crean pares electrón-hueco
en materiales semiconductores. En un transistor,
este efecto provoca la creación de un potencial eléctrico
en la unión entre dos semiconductores diferentes