Ensayo-consulta acerca de la importancia del sistema tegumentario, piel, y sus estructuras anexas en relación a la conservación del calor o a la perdida del mismo mediante distintos mecanismos biofísicos.
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Sistema tegumentario partícipe activo en la termorregulación
SISTEMA TEGUMENTARIO PARTICIPE ACTIVO EN LA TERMORREGULACIÓN
El ser humano es uno de los seres vivos más complejos, esto se debe a la existencia de una gran
variedad de sistemas, los cuales están relacionados entre sí; sin embargo, cada uno posee un
accionar diferente. Entre estos sistemas encontramos el sistema tegumentario,el cual está
compuesto por diferentes estructuras como la piel, compuesta por epidermis y dermis, uñas,
folículos pilosos,los cuales son precursores del pelo, glándulas sudoríparas y sebáceas, todos
estos conocidos como las estructuras anexas de la piel. A su vez, se encuentra un tejido
subcutáneo llamado hipodermis, este se encuentra entre el músculo y la piel, bajo la dermis, y
posee números vasos sanguíneos y linfáticos. Dispersos por todo el sistema tegumentario
tenemos una serie de estructuras, muchas de ellas llamadas corpúsculos sensitivos, estos han sido
definidos como“Cada una de las terminaciones nerviosas situadas en la periferia del organismo”
(Larousse Editorial, 2009) y son de gran importancia, ya queestos poseen muchas funciones en
relación a la piel y las funciones del tacto, en este caso nos centraremos en los corpúsculos
sensibles a temperatura o termorreceptores cutáneos.Los termorreceptores poseen una
característica esencial que los hacen tan importantes, estos“detectan cambios en la temperatura
del medio ambiente” (Kent, 2003), es por esto que en la actualidad los termorreceptores se
clasifican en receptores para el calor y el frio, estos a su vez son llamados corpúsculos de Ruffini
y de Krause respectivamente. La determinación de estos como corpúsculos termorreguladores es
aún tema de debate, ya que “otros científicos están convencidos de que los receptores son simples
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terminaciones nerviosas y que los corpúsculos de Ruffini y Krause son mecanorreceptores.”
(Kent, 2003, pág. 754)
Los primeros son “terminaciones nerviosas, receptores de calor, alargadas y sensitivas que se
hallan distribuidas en la dermis y en la región subcutánea, constituidos por finas fibras de
colágeno (proteína de la piel) que termina en una especie de botón” (Lopez, 2011, pág. 39),
mientras los segundos están “presentes en la superficie de la dermis y sensibles al frío, se ubican
en especial en la lengua y los órganos sexuales” (Lopez, 2011, pág. 39).Toda esta información
es enviada al cerebro, específicamente al hipotálamo, este “regula la temperatura corporal. El
hipotálamo anterior tiene neuronas sensitivas al calor y al frío capaz de responder a estímulos
ambientales. La serotonina liberada en el hipotálamo es capaz de estimular la producción de calor
en esta zona, efecto debido a la liberación de catecolaminas. El hipotálamo posterior, en respuesta
a estímulos del hipotálamo anterior, es capaz de conservar el calor por medio de vasoconstricción
y escalofrío. La acetilcolina inyectada en el hipotálamo posterior produce hipotermia” (Orrego,
Velez, Rojas, Borrero, & Restrepo, 2004, pág. 22).Además de esto, mediante 4 mecanismos
físicos la piel posee la capacidad de regular su temperatura interna, termorregulación, y poder
desarrollar una homeostasis interna ideal, permitiendo el libre desarrollo de todos los sistemas del
cuerpo humano y protegiéndolos de cualquier daño o afectación en su función; estos mecanismos
son la convección,“movimiento de calor por medio de un conductor o transportador, tal como el
aire o el agua” (Enriquez, 2003, pág. 220), la conducción, “Es el flujo de calor a través de una
sustancia de un extremo a otro. El flujo de calor por conducción se puede dar entre dos
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sustancias u objetos si éstos se tocan uno a otro” (Enriquez, 2003, pág. 220), la evaporación, “la
humedad se evapora de una superficie caliente. La evaporación de la humedad de una superficie
caliente remueve el calor de la superficie y la enfría” (Enriquez, 2003, pág. 218), y la
radiación,“Es la transferencia de calor por ondas, en forma similar a las ondas de luz o de radio
(…) Las ondas de calor radiante sin absorbidas por los objetos, no por el aire a través del cual
viajan” (Enriquez, 2003, pág. 220); estos permiten mantener una temperatura en promedio de 36°
C.
Todos los mecanismos termorreguladores de la piel son bastante eficientes garantizando así que
la variación de temperatura dentro del núcleo del cuerpo humano en diferentes condiciones
fisiológicas sea muy poca; mediante una tomografía por emisión de positrones,“examen
imagenológico que utiliza una sustancia radiactiva, llamada marcador, mostrando cómo están
funcionando los órganos y tejidos”(A.D.A.M., Inc.), se investigaron las respuestas corticales,
viéndose involucradas estructuras como el tálamo y el hipotálamo en respuesta al enfriamiento y
calentamiento de la piel, identificando como estas regiones en la corteza pueden estar
influenciadas por los cambios de temperatura en la piel independientemente a los cambios de la
temperatura central, todo esto conllevo a que se demostrara que “La imagen de la piel de
calefacción cuando se contrasta con las dos imágenes de control iniciales produce un patrón
similar de respuestas de activación corticales. Las cortezas somatosensoriales demostraron
activación bilateral muy similar a la observada con enfriamiento. Del mismo modo, la ínsula
bilateral mostró aumento de la señal en relación con las imágenes iniciales de control, mientras
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que la corteza cingulada anterior mostró activación en el hemisferio derecho. La activación
también se observó en el lado derecho del hipotálamo y en el parahipocampo izquierda (…) Los
incrementos muestran activación del tálamo en ambas condiciones de la piel (calefacción y
refrigeración). Por el contrario, el hipotálamo muestra una reducción durante la condición de la
piel de refrigeración y un aumento en la condición dela piel-calefacción” (Egan, y otros, 2005).
Todos estos hallazgos permitieron unificar aún más los conceptos que se tenían acerca del papel
que desempeñaba el sistema nervioso y el proceso de percepción de los sentidos, pero, aún más
importante, se logró concluir quela “temperatura corporal central se mantiene estable en los
mamíferos a pesar de que haya una variación de la temperatura ambiente demostrando la
eficacia de los mecanismo termorreguladores” (Egan, y otros, 2005), permitiendo a los
mecanismos termorreguladores adquirir todo el reconocimiento e importancia que merecían,
demostrando que no solo se necesita de piel para regular la temperatura y haciendo de esta una
estructura compleja tanto anatómica como física mente.
En otro de los experimentos relacionados con la regulación de la temperatura gracias a la piel, se
ha logrado demostrar la importancia de los mecanismos adaptativos en los seres humanos a la
temperatura del medio ambiente, un caso especial es el que se presenta en los neonatos, ya que el
calor materno es distinto al calor que se presenta en el ambiente, es por esto que para muchos
investigadores, es el contacto con la madre el que ayuda a esta adaptación, ya que “El nacimiento
expone al neonato a pérdidas de calor por evaporación, convección, conducción e irradiación, lo
que puede ocasionar descenso de su temperatura corporal de hasta 1ºC por minuto si no es
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protegido adecuadamente.” (Badner & Quiroz, 2002). Esta hipótesis ha sido demostrada por un
experimento realizado por Badner y Quiroz en 2002 en el cual se tomaron recién nacidos y se
organizaron en grupos de 30 en los cuales a un grupo se le permitió el contacto con la madre justo
después del parto y al otro no, los resultados fueron que “El grupo A tiende a aumentar su
temperatura rectal en el curso del tiempo, considerándose esto como buen indicador de la
capacidad del recién nacido de adaptarse y poder mantener una temperatura adecuada; en tanto
que en el grupo B la tendencia de la temperatura corporal es a descender sugiriendo que esta
capacidad de adaptación no consigue expresarse adecuadamente.” Gracias a estos hallazgos se
pudo concluir que “los neonatos que al nacimiento tienen contacto piel a piel con su madre
tienen una mejor respuesta térmica adaptativa que los recién nacidos que no tienen este contacto
inmediato” (Badner & Quiroz, 2002), demostrando así que la posibilidad de tener contacto con
un medio caliente como lo es el cuerpo de la madre, permite al neonato calentarse y adecuarse de
una mejor manera al ambiente y su calor totalmente distinto al que se presentaba en el interior de
la madre durante la gestación.
En conclusión, podemos decir que la piel además de protegernos de los agentes externos con los
que interactuamos diariamente, nos permite mantener una temperatura idónea, en condiciones
saludables y normales, la cual permite que nos adaptemos cuando nacemos y que podamos
desarrollar los procesos metabólicos y fisiológicos adecuados. A su vez podemos decir que el
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papel del hipotálamo en la regulación de la temperatura interna es fundamental, ya que, gracias a
la información que recibe de los termorreceptores, puede decidir de la mejor manera que
temperatura es la adecuada para el cuerpo humano; estos termorreceptores son a su vez una parte
fundamental en la percepción de esta sensación, sin ellos la información que llega al hipotálamo
no sería la adecuada y determinar la temperatura adecuada para el organismo, sería una labor más
difícil para el mismo.
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