1. ADMEL
Adolescentes Mercedarios Liberadores
Tema: Jesús es la buena semilla.
Objetivo: Que los adolescentes interioricen que si Jesús es la buena
semilla nuestro corazón debe ser buena tierra para recibirlo a él.
• Ambientación/ORACIÓN:
Colocar sobre una mesa: una Biblia abierta, rostro de Jesús, una vela, un
vaso con agua y un recipiente o macetero con tierra.
Opcional:
Colocar cinco o seis diferentes tipos de semillas en la mesa:
(Sandía, naranja, manzana, flor, calabaza)
Cuando lleguen los adolescentes, dígales que examinen las semillas y que
adivinen que tipo de semilla son. Pregúnteles como piensan que algo tan
pequeño como la semilla de una sandía puede crecer en una fruta tan grande y
deliciosa.
Damos la bienvenida a los participantes y comenzamos enseñándoles
distintos tipos de semillas: de sandía, calabaza, melón, manzana... y
conversamos y sobre todo el propósito de estos temas de cara al
ENCUENTRO ADMEL:
- ¿De qué son estas semillas?
- ¿Qué significa sembrar?
- ¿Has plantado alguna vez una semilla?
- ¿Lo has visto hacer a alguien?
- ¿Cómo cuidamos una semilla que hemos plantado?
- ¿En que se convertirá cada una de estas semillas?
- ¿Qué ocurriría si no las cuidamos una vez plantadas?
¿TE HAS PUESTO A PENSAR EN QUE TIERRA HA CAÍDO LA SEMILLA QUE PLANTÓ
JESÚS EN TU CORAZÓN?
2. ADMEL
Adolescentes Mercedarios Liberadores
Canto:
Sois la semilla
1. Sois la semilla que ha de crecer, sois la estrella que ha de brillar, / sois levadura, sois
granos de sal, antorcha que debe alumbrar. / Sois la mañana que vuelve a nacer, sois
la espiga que empieza a granar, / sois aguijón y caricia a la vez, testigos que voy a
enviar.
Id amigos por el mundo anunciando el amor / mensajeros de la vida, de la paz y el perdón / sed
amigos los testigos de mi resurrección, / id llevando mi presencia, con vosotros estoy.
2. Sois una llama que ha de encender resplandores de fe y caridad, / sois los pastores que han de guiar al
mundo por sendas de paz. / Sois los amigos que quise escoger, sois palabras que intento gritar, / sois
Reino nuevo que empieza a engendrar justicia, amor y verdad.
3. Sois savia y fuego que vine a traer, sois la ola que agita la mar, / la levadura pequeña de ayer fermenta
la masa del pan. / Una ciudad no se puede esconder ni los montes se han de ocultar, / en vuestras obras
que buscan el bien, los hombres al Padre verán.
Cuento…
EL VENDEDOR DE SEMILLAS
Un adolescente soñó que entraba en un supermercado recién
inaugurado y, para su sorpresa, descubrió que Jesucristo se
encontraba atrás del mostrador.
- ¿Que vendes aquí? - le preguntó.
- Todo lo que tu corazón desee - respondió Jesucristo.
Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, el adolescente emocionado se decidió a
pedir lo mejor que un ser humano podría desear:
- Quiero tener amor, felicidad, sabiduría, paz de espíritu y ausencia de todo temor -
dijo el adolescente-. Deseo que en el mundo se acaben las guerras, el terrorismo, el
narcotráfico, las injusticias sociales, la corrupción y las violaciones a los derechos
humanos.
Cuando el adolescente terminó de hablar, Jesucristo le dice:
- “Amigo, creo que no me has entendido. Aquí no vendemos frutos; solamente vendemos
semillas. Convierte en frutos las semillas que hay en ti".
3. ADMEL
Adolescentes Mercedarios Liberadores
Desarrollo del tema:
Introducción:
Dios es el sembrador, su Palabra es la semilla, y nosotros esa tierra creada por él pero de la cual somos, en un
sentido, propietarios y responsables. La esperanza del sembrador es el
fruto a recoger, para ello ha elegido la mejor semilla, su Palabra, su propio
Hijo. Volvemos a encontrar en esta parábola ese tema permanente en la
relación entre Dios y el hombre que es la libertad, nuestra libertad; en
ella está nuestra dignidad, pero también nuestra responsabilidad. La
parábola nos plantea de un modo sencillo la realidad de la cooperación del
hombre con la obra de Dios.
Antes de mirar la tierra, es importante que contemplemos la obra de
Dios, que se nos muestra en la figura del Sembrador y en la riqueza de su
Palabra. Antes de ver nuestra pequeñez es necesario considerar la
grandeza del amor de Dios que nos ha creado, como su permanente
presencia que nos acompaña. Dios no nos crea y se desentiende, sino que
vive pendiente de su obra. Esta conciencia se hizo oración en la voz del salmista: “Señor, no abandones la obra de
tus manos” (Sal. 137, 8).
La primera certeza de la fe es que Dios nos creado por amor y nos ama, somos sus hijos. La segunda es que ese Dios
no es lejano ni un enigma, sino cercano y que nos habló por su Hijo. Es por ello que el Amor de Dios y la Palabra
de Jesucristo, son las dos certezas que sostienen nuestra fe. Es esta verdad la que nos lleva a mirar primero el
camino de Dios, para luego preguntarnos por lo que nosotros, con nuestra libertad, debemos hacer para cooperar
en esta historia única que es nuestra vida.
La diversidad de terrenos, en los que cae la semilla, será la que determina la abundancia del fruto esperado. Como
dice el texto, la semilla puede caer al borde del camino, o sobre terreno pedregoso y de poca profundidad, algunas
entre malezas y otras, finalmente, en tierra buena. Sólo esta última dio fruto abundante. La sabia sencillez de la
parábola no necesita de mayor explicación; ella nos pone frente a una pregunta que sólo cada uno de nosotros
puede responder. Nuestra respuesta es a una invitación personal que Dios nos hace a disponer nuestro corazón,
para que la riqueza de la semilla que él ha sembrado, encuentre la tierra fértil que dé frutos abundantes.
Que sepamos descubrirnos con generosidad en esta parábola, en la que Jesucristo nos enseña el camino de nuestra
libertad con la obra de Dios.
Reflexión
1. El Reino de Dios es un mundo mejor que tenemos que construir aquí en la tierra y que
llegará a su plenitud en el cielo.
2. Yo puedo abrir mi corazón para que fructifique la semilla.
3. Es una decisión mía: soy libre para tomarla o no.
4. Me va a exigir un esfuerzo que seré capaz de hacer.
5. Será importante el amor con que de mi respuesta y realice mi esfuerzo diario.
6. No estoy solo, me alentará el contarle mis cosas al Señor, la oración (también el rezar
con mis amigos de catequesis y compartir con ellos mis pensamientos, sentimientos...)
4. ADMEL
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ILUMINACIÓN BÍBLICA
PARÁBOLA DEL SEMBRADOR
(Mt 13, 18-23) (Parábola del Reino de Dios
¿Qué es una parábola?
Una parábola es un ejemplo de experiencias ordinarias para
ilustrar una verdad moral o
espiritual.
¿De qué experiencia ordinaria habla esta parábola?
Un sembrador que va para sembrar su semilla.
En aquel tiempo, la mayoría de la gente era algún tipo de sembrador. Ellos no tenían
muchos trabajos profesionales como hoy. Por eso esta parábola usa muchas experiencias
muy similares a la gente.
Opcional (POR GRUPOS)
Estas dos preguntas se pueden trabajar en grupo llevando ellos el texto bíblico
Aplicación
¿Qué tipo de tierra mejor te describe en este momento de tu vida?
¿Qué podemos hacer para ser como el buen terreno?
Profundizamos CON TODO EL GRUPO la Palabra de Dios:
- ¿Quién es el Sembrador?
- ¿Qué es la semilla?
- ¿Qué tipos de tierra hay?
Semilla que cae en el camino:
Dialogamos:
• ¿Cómo es la tierra que hay en el camino?
• ¿Qué le ocurrió a esta semilla?
• ¿Llegaremos a hacer un mundo mejor sólo escuchando las Palabras de Jesús?
Reflexión: La tierra del camino está apretada, cerrada y sin trabajar, por eso la semilla quedó
en la superficie y las aves se la comen.
Son las personas que van a la iglesia y escuchan el Evangelio pero pronto se les olvida todo lo
que escucharon porque no lo comprendieron y no le dieron importancia. Para ellos en la vida
lo más importante no es esa semilla.
5. ADMEL
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Semilla que cae entre las piedras:
Dialogamos:
• ¿Qué les pasó a las semillas que cayeron en piedras?
• ¿Qué significa burlarse? ¿Y perseguir?
• ¿De qué forma podemos tener problemas por ser cristianos?
• ¿Conoces a alguien que haya tenido por esa razón muchos problemas?
• ¿Es más importante lo que piensan de nosotros las personas o lo que piensa
Dios?
Reflexión: Hay personas que reciben con gozo y entusiasmo el Evangelio pero ante las
dificultades, abandonan porque su corazón no tiene profundidad, su entusiasmo es de corta
duración.
Semilla que cae entre zarzas:
Dialogamos:
• ¿Qué le ocurrió a la semilla que cayó entre zarzas?
• ¿Qué cosas nos preocupan en nuestra vida?
• ¿Cuáles son las cosas que más nos gustan?
• ¿Qué podemos hacer para que Dios tenga un sitio bien importante en nuestras vidas?
• ¿A qué deberemos darle más importancia?
Reflexión: Hay personas que no ponen a Dios primero en sus vidas, porque se dejan ahogar
por el afán de riqueza, por la avaricia, la envidia. Debemos sacar de nuestra vida lo que no deja
crecer nuestra relación con Dios.
Semilla que cae en buena tierra:
Dialogamos:
• ¿Qué le ocurrió a la semilla que cayó en tierra buena?
• ¿Cómo comparamos esa semilla con nosotros siendo cristianos?
• ¿Es importante el mensaje de Jesús?
• ¿Qué tipo de tierra soy?
• ¿Quiero ser yo buena tierra
• ¿Qué frutos puedo dar? (Haced caer en la cuenta a los PARTICIPANTES de que una sola
semilla de sandía se convierte en un hermoso fruto que, a su vez, lleva dentro de sí
muchas más semillas)
• ¿Qué ingrediente hará que mi semilla crezca bien sana y fuerte? (El amor que ponga en
mis acciones).
Reflexión: Así como toda semilla que sembramos hay que cuidarla (regarla, quitarle las malas
hierbas, abonarla,... —con cariño—) así nosotros debemos vivir una vida productiva, haciendo
que con nuestras buenas obras construyamos un mundo mejor y crezcamos como
6. ADMEL
Adolescentes Mercedarios Liberadores
mercedarios liberadores al estilo del Beato P. Zegrí. Será importante el amor con que vivamos
y actuemos para con los demás y nosotros mismos. No somos perfectos y aunque cometamos
errores, trataremos de vivir una vida agradable a Dios.
Compromiso: Cada participantes confecciona un
cartelito con los frutos que puede dar (se hace en
común, aportando ideas). Otra opción es confeccionar
un solo cartel en un folio grande o en media cartulina.
Podemos ir añadiendo lo que se nos ocurra cada
semana. Comenzaremos por la primera idea que
apuntemos. Ofrezco un punto de partida, pero daremos
el papel en blanco, para que cada grupo saque sus
propias conclusiones según sus características peculiares.
Estos cartelitos los colocaremos en un lugar bien visible.
Leemos todos juntos despacito la oración “quiero ser servidor de todos”.
Ayudo al compañero que lo necesita. (PIMC)
Acompaño al amigo que está solo.
Hago bien mi trabajo del colegio.
Hago las paces con mis amigos.
Colaboro en casa y en el colegio.
Orar por las vocaciones mercedarias
Orar por el Encuentro de ADMEL
Doy lo mejor de mí mismo en cada cosa que hago.
AGREGAR OTROS FRUTOS…
Quiero ser servidor de todos
Jesús,
tú me enseñas
que para seguir tus pasos
hay que servir a los demás.
Ayúdame
7. ADMEL
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a ser servicial, de buenas acciones.
a preocuparme por los demás, Quiero ser solidario
a vivir pensando en ellos. y amar a los demás
Enséñame a ayudar con gestos, hechos y actitudes,
a ser generoso y abierto, no sólo con palabras.
a estar siempre dispuesto Ayuda a que mi semilla pueda dar
muchos frutos de cosas buenas
para dar una mano. como lo hizo el Beato P. Zegrí.
Quiero dar muchos frutos
Ordenar palabras para formar frases.
Para el próximo encuentro
8. ADMEL
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(Entregar a cada participante una hoja para llevar a
su casa y traerla para el próximo encuentro).
Ordena la frase
Ensalada de palabras
Pon en orden las siguientes palabras O
Lema(
Escribe la frase. Explícala.
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