1. salvador Rodríguez Aldrete
Director General de Asesores Patrimoniales CAS del Bajío, S.C.
srodriguez@sryamex.com
El futuro de la computación es desaparecer.
La computación nació en el siglo XIX, hace poco menos de 200 años. Desde entonces, ha atravesado
cinco épocas distintas en las que ha ido progresando paulatinamente hacia su desaparición.
La primer época fue la más larga, abarcando desde 1833 hasta 1953. Esta época vio el nacimiento del
motor de diferencia de Charles Babbage y siguió el desarrollo de las computadoras a gran escala,
particularmente durante la segunda guerra mundial. Los bulbos y las tarjetas perforadas caracterizaron a
esta época.
En 1953, se creó el primer transistor en la Universidad de Manchester. Con este desarrollo se inició la
segunda época de la computación. El transistor es un circuito integrado que funciona como un motor de
diferencia en miniatura. El transistor bajó el costo de las computadoras, sacándolas de los laboratorios de
gobierno y colocándolas en el mundo de los negocios. Las computadoras dejaron atrás los bulbos y
consistían ahora de paneles de estos transistores.
La tercera época inició durante la década de los 60, con la invención del microchip o circuito integrado.
Los microchips son una colección de transistores contenidos en un espacio tridimensional muy pequeño.
El poder computacional explotó y las computadoras cambiaron, de ser monolitos que ocupaban una
habitación entera, a ocupar nuestros escritorios. La velocidad de los procesadores se duplicó cada dos
años y los sistemas operativos con interfaz gráfica trajeron la computación a todos.
La cuarta época no empieza en una fecha definida ni corresponde a una sola innovación tecnológica.
Fueron las fuerzas económicas y el acelerado desarrollo tecnológico lo que definió esta nueva
generación: la era de ubicuidad. Una computadora en cada hogar (o dos o diez), una computadora en
nuestros automóviles, en nuestros refrigeradores, en nuestros teléfonos. Las computadoras el día de hoy
están alrededor de nosotros, mejorando nuestras vidas.
Lo cual nos trae a la quinta época: integración. Nos encontramos en la cúspide entre la cuarta y quinta
generación, con un pie en una y el otro en la otra. La computación desaparecerá de nuestras vidas para
integrarse en ellas. Rara vez consideramos que nuestros teléfonos son computadoras o que traemos en
nuestro reproductor portátil de música suficiente espacio para almacenar todos los textos de la biblioteca
nacional.
Esta integración continuará hasta que las computadoras no existan como tales, sino que sean parte de
nuestras herramientas diarias. Permítanme un ejemplo. La semana pasada se ofreció en la tienda de
iPhone la primera aplicación de realidad aumentada para este dispositivo. Con este tipo de aplicación, el
usuario puede pararse frente a un cartel de horarios de trenes y sacar su iPhone. El iPhone, utilizando
esta aplicación proyectará en su pantalla la imagen del cartelón, pero agregará datos actuales que
obtiene de Internet e incluso video. De este modo un cartel estático se convierte en una experiencia
dinámica para el usuario. Si su computadora tiene webcam, navegue
a http://ge.ecomagination.com/smartgrid para ver una demostración en vivo.
2. El ejemplo ilustra las cuatro tendencias que facilitarán esta integración: miniaturización, centralización,
reducción de costos e interfaces orgánicas.
Iniciemos discutiendo la miniaturización. Esta tendencia en la computación ha permitido que cada vez
podamos tener mayor capacidad de procesamiento y almacenaje en espacios más reducidos, con
mejores eficiencias de costo.
A la centralización se le conoce como “cloud computing”. En un revés de las tendencias tecnológicas, el
Internet está permitiendo que nuevamente nuestras computadoras reciban servicio de una estructura
centralizada. Ya podemos guardar nuestros datos en línea, usar procesadores de palabras y hojas de
cálculo en línea (Google Docs), tener nuestra agenda y correo en línea, etc. Incluso un nuevo servicio
anunciado nos permitirá rentar espacio en una computadora que actuará como una consola de
videojuegos, mandando sólo el video a nuestra pantalla y encargándose de todo el trabajo de
almacenamiento y el procesamiento de los juegos (OnLive).
La reducción de costos, por el otro lado, es una tendencia que solamente se ha acelerado con el paso del
tiempo. En general, son las economías de escala las que permiten estas reducciones. El aumento en
computadores personales per capita a nivel mundial se ha disparado, sin mencionar otros dispositivos
como los teléfonos celulares. Cuando incluso nuestros autos y refrigeradores tienen pantallas de cristal
líquido, el costo de estas baja constantemente.
El componente final de esta nueva generación es la interfaz orgánica. El mouse revolucionó el mundo
computacional en su época, permitiendo el uso de interfaces gráficas. Pero hoy en día existen mejores
maneras de interactuar con los componentes electrónicos. Las pantallas táctiles son un buen ejemplo de
esta tendencia. Los controladores de el sistema de videojuego de Nintendo (Wii) son un mejor ejemplo, en
donde para mover una raqueta en la pantalla, movemos el controlador como si fuera una raqueta.
Recientemente, Microsoft anunció una actualización para su propia consola de videojuegos (Xbox 360)
llamada Natal. Esta nueva actualización utilizará una cámara y software muy avanzado para poder
traducir los movimientos de los jugadores en acciones en la pantalla, sin la necesidad de un controlador.
Otro ejemplo es un lente de contacto desarrollado por científicos en la Universidad de Washington, que
contiene una pequeña pantalla y un receptor minúsculo para proyectar imágenes sencillas directamente
en nuestros ojos.
Estas cuatro tendencias y una gran cantidad adicional de avances tecnológicos permitirán que la
computación se desvanezca y pase desapercibida; asistiéndonos en todas las facetas de nuestra vida sin
ser intrusiva. Las cuatro son complementarias y dibujan el futuro de la computación: desaparecer de
nuestra conciencia, para integrarse completa y totalmente en nuestras vidas cotidianas.
Una última palabra acerca del futuro de la computación. Hemos discutido la quinta época de la
computación. ¿Qué podemos esperar de la sexta? Aunque predecir el futuro lejano siempre es
imprudente, éste viene cada vez más rápido. Ya hoy se pueden vislumbrar los inicios de la sexta época: la
era de la inteligencia artificial.