1. Mons. José Trinidad Zapata Ortiz
VIII Obispo de Papantla
Curia Diocesana: Av. Juárez # 1102, Apdo. Postal 27, Colonia Centro, 73800, Teziutlán, Puebla, México.
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MENSAJE DE AÑO NUEVO
1 de enero 2015.
“Que el Señor te dé la paz” (Nm 6, 27)
A todos los sacerdotes, diáconos, religiosas, laicos y hombres y mujeres de buena voluntad.
“Gracias, perdón y petición”. Son tres palabras que, bajo la mirada protectora de la Madre de Dios, pueden
dar sentido a todos nuestros sentimientos y pensamientos al terminar un año y comenzar un año nuevo.
“Gracias”. Inmersos en el tiempo, hay momentos en los que nuestra mirada, desde el presente, se vuelve
atrás y hacia adelante. Hacia atrás para recordar todo lo vivido, especialmente en el último año y la
primera palabra que surge de nosotros es: “Gracias a Dios estamos terminando un año”. Gracias, es la
primera palabra porque Dios nos ha permitido vivir. La vida es el máximo don, sin ella no hay ningún
otro. Gracias por la fe en la que hemos perseverado y aunque nuestra caridad ha dejado mucho que desear
no perdemos la esperanza en la misericordia de Dios que supera todas nuestras miserias porque Dios es
amor (cfr. 1 Jn 4, 8). Dice la Escritura que el amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que él nos amó primero (cfr. 1 Jn 4, 10). Si somos honestos veremos que Dios nos ha colmado de
bendiciones, a manos llenas, a pesar de nuestros pocos esfuerzos y a pesar nuestras acciones contrarias a
su voluntad. Por eso tenemos que decir a Dios: “Gracias por tu amor”.
“Perdón” es la segunda palabra porque por nuestras limitaciones y pecados no hicimos las cosas de la
mejor manera posible y en algunos casos no sólo eso, sino que las hicimos contrariamente a la voluntad de
Dios y en perjuicio nuestro y de nuestros hermanos. Lo que hicimos mal en el año que termina hay que
reconocerlo y pedir perdón a Dios en lo que le hayamos ofendido, así como a nuestros prójimos.
Ciertamente a Dios directamente no le hacemos nada, sino a través de los seres humanos más cercanos, en
concreto nuestros familiares, nuestros compañeros de trabajo o vecinos. Por lo anterior hay que pedir
perdón a quienes hemos ofendido. Ciertamente tenemos la tendencia de que las ofensas a nuestros
prójimos, simple y sencillamente le pedimos perdón a Dios y se acabó; sin embargo Dios quiere que su
perdón pase a nosotros a través del perdón del prójimo. Por eso es muy importante reconciliarnos con
nuestros hermanos (cfr. Mt 5, 23-24). Hecho lo anterior, de cualquier manera, hay que decirle a Dios:
“Perdona nuestros pecados”.
“Petición” es la tercera palabra. Sí, se trata de pedirle a Dios las gracias que necesitamos para vivir el año
nuevo. Para ello, por un lado hay que considerar las fallas que hemos tenido este año que termina así como
el llamado profundo que Dios quiere de nosotros como hijos suyos destinados a reproducir la imagen de
su Hijo (cfr. Rm 8, 29). Por otro lado, hay que tener en cuenta los vacíos que tenemos en nuestra sociedad:
la falta de paz, de justicia, de solidaridad. Estamos inmersos en una cultura de muerte y de violencia y no
podemos decir que esto es voluntad de Dios, sino resultado de apartarnos del designio de su amor. Por eso
hay que pedirle a Dios que: “Sepamos ser promotores de justicia y de paz para que en Cristo nuestra Paz,
México tenga vida digna”.
2. Mons. José Trinidad Zapata Ortiz
VIII Obispo de Papantla
Curia Diocesana: Av. Juárez # 1102, Apdo. Postal 27, Colonia Centro, 73800, Teziutlán, Puebla, México.
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Que por intercesión de la Santísima Virgen María: “El Señor les bendiga y les guarde, haga resplandecer
su rostro sobre ustedes y les dé su paz”.
+ Mons. José Trinidad Zapata Ortiz
VIII Obispo de Papantla