La educación preescolar facilita el crecimiento y desarrollo global de los niños a través del juego y otras actividades. La autora disfruta enseñar a los niños y ayudarles en lo que necesiten porque ama su profesión de maestra preescolar, a la que se dedica por vocación. Se siente orgullosa de su trabajo y agradecida a Dios por haberla puesto en el camino de la educación.