2. COSTUMBRES
• Los osos pasan el invierno en un estado de hibernación, utilizando la mayor parte del tiempo en
prepararse para el letargo invernal, guardando en los tejidos adiposos un 75% de la energía
obtenida de los alimentos. En las últimas comidas antes de la hibernación ingiere hierbas y tierra
junto a la comida para que se mezcle con la saliva formando un bolo alimenticio que al llegar al
intestino grueso colapse el orificio secretor e impida su salida. Gracias a ese "tapón" los
alimentos se van amontonando para que así, aparte de la grasa acumulada, también se puedan
extraer nutrientes realizando la digestión, eso sí, de una forma más lenta.
• También utilizan tierra y hierba para acomodar sus madrigueras, en las que duermen con un
sueño entrecortado, sin variaciones en su temperatura corporal.
• Cuando despierta, la obstrucción se expulsa sin problemas y es también en este período cuando
las osas paren (diciembre-enero) y comienzan a criar a sus hijos.
• Las hembras suelen moverse por áreas de algunas decenas de km² que utilizan de forma
intensa. Por el contrario, los machos tienen grandes áreas de campeo, que engloban las de
varias hembras. Un macho adulto radiomarcado en el actual Parque Regional de Riaño (León) se
movió durante cuatro años por una extensión de 2.447 km². La calidad del hábitat tiene una
notable influencia sobre la extensión del área de campeo. Los ejemplares que viven en los
bosques boreales de coníferas -mucho menos productivos que los bosques caducifolios
templados más típicos de España- tienen áreas de campeo mucho mayores. Por ejemplo, los
machos estudiados en Suecia y Noruega se mueven por extensiones de 5.430 km² de media,
mientras que las hembras tienen áreas de campeo medias de 345 km².