El documento describe el arte barroco, que se desarrolló entre los siglos XVII y XVIII. Se originó en Roma y se expandió por Europa, impulsado por la Contrarreforma Católica. Se caracterizó por el uso de formas curvas, la búsqueda del movimiento, los efectos de luz y sombra, y la integración de las artes con fines espirituales. La arquitectura barroca se distinguió por romper las formas clásicas y la escultura y pintura buscaron transmitir emociones mediante
2. Los estilos “barrocos” en la historia del
Arte
• El término “barroco” se
comienza empleando de manera
peyorativa, en alusión al exceso
de ornamentación y fastuosidad
y a la falta de armonía y equilibrio
propios del arte clásico del arte
anterior al siglo XVIII.
• El mismo concepto se usará
también para caracterizar a otros
estilos “anti-clásicos” con los
mismos rasgos formales
(Helenístico, Gótico,
Modernismo, …)
• No obstante, a lo largo del siglo
XX, se reivindicará su fuerza
creativa y sus valores estéticos,
restableciendo su lugar en la
Historia del Arte.
3. El Período Barroco
• Período del arte
europeo y de
hispanoamérica que
abarca los siglos XVII y
XVIII (1ª mitad)
• Se sitúa entre el
Manierismo y el
Rococó.
• Surge en Roma, en Italia
(“Seicento”) a fines del
siglo XVI y se expande
por Europa desde
principios del siglo
XVII, en buena medida,
de la mano de la
Contrarreforma
católica.
• Se desarrolla durante
una época de crisis
cultural, económica y
política y será reflejo de
todo ello.
4. Características del Barroco
• Se imponen las sensaciones a la razón,
lo irracional sobre lo mesurado, la
curva sobre la recta y lo plástico sobre
lo macizo.
• Se ocultan las líneas y estructuras
fundamentales de la obra de arte.
• La búsqueda del movimiento se
convierte en el eje fundamental del
arte.
• Son normales los contrastes de luces y
sombras y se busca la teatralidad y el
efectismo.
• Se integran todas las artes buscando la
espiritualidad del llamado “Theatrum
Sacrum” a través de la luz y el color.
• La religión vuelve a inspirar, a
patrocinar y a “utilizar” el arte como
medio de propagación, sobre todo en
el ámbito de la Contrarreforma
Católica.
5. La Arquitectura Barroca
• Se mantienen los elementos
clásicos pero se rompen, se
deforman y se usan con absoluta
libertad.
• La planta más utilizada seguirá el
modelo de la iglesia de Il Gesú de
Vignola, de nave única con
capillas en los laterales y
transepto, con cúpula sobre el
crucero.
• La cúpula pierde su forma
semiesférica perfecta para
deformarse y acabar prefiriendo
la elipse como modelo básico.
• Iglesias y, en menor medida,
palacios, serán los tipos de
edificios más construidos.
San Carlo alle Quattro Fontane (Roma), de Borromini.
6. Gian Lorenzo Bernini (1598 – 1680).
Baldaquino de San Pedro del
Vaticano, auténtico muestrario de
la culminación ornamental del
estilo barroco.
Columnata de San Pedro, en la que aúna arquitectura y urbanismo mediante la creación de una
gran plaza con dos grandes brazos (pórticos con columnas, coronados por estatuas) que
simbolizan la Santa Madre Iglesia acogiendo en su seno a la humanidad
7. Bernini: San Andrés del Quirinal
Planta y
perspectiva
frontal inferior
Debajo de estas líneas,
la fachada principal,
con pórtico inspirado
en el Panteón, aunque
con una visión más
libre de los elementos
constructivos clásicos.
9. Otros arquitectos italianos
Izquierda: Pietro da Cortona (arriba, Santi Martina e Luca; debajo, Sta. Maria della Pace, ambas en Roma)
Centro: Arriba, Guarino Guarini (Palazzo Carignano); debajo, Baldassare Longhena (Sta. Maria della Salute, en Venecia)
Derecha: Filippo Juvara (arriba, Palazzo Madama y, debajo, Basílica de Superga, ambas en Turín)
10. Arquitectura barroca en Francia
• Francia es la gran potencia absolutista europea y la
arquitectura será más palaciega que religiosa.
• Los palacios, son exteriormente majestuosos y de
líneas clásicas, rodeados de grandes jardines y
explanadas que los realzan aún más. A los exteriores,
sin embargo, se oponen unos interiores suntuosos y
más “barrocos”, con una decoración, a veces
desbordante, de cielos pintados y espejos.
• Sus más grandes arquitectos son Claude Perrault, de
líneas clasicistas (columnata de la fachada del Palacio
del Louvre, abajo) y Jules Hardouin Mansart, autor del
gran complejo palaciego de Versalles (a la derecha,
interior de la Capilla Real)
11. Arquitectura barroca en Alemania y
Austria
• Tienen una clara influencia de la arquitectura barroca italiana (Austria y Norte de
Alemania) y francesa (Sur de Alemania) y, en líneas generales, adquiere gran
extensión en ambos países.
• Los principales arquitectos son Pöpelmann (Pabellón Zwinger, en Dresde, abajo a la
derecha) y J.B. Fischer Von Erlach, arquitecto de gran solemnidad, que trabaja en
Viena y Salzburgo (Iglesia de San Carlos Borromeo, en Viena, abajo a la derecha).
12. Arquitectura barroca en España (I)
El Barroco se encuentra en España, más que en otros países, al servicio de la iglesia, aunque también
el urbanismo será importante en la redefinición de espacios públicos como las plazas mayores
castellanas.
La fantasía ornamental contrasta con el mantenimiento de una unidad relativamente clásica de las
líneas y esquemas del edificio.
En el siglo XVII, destacan los siguientes autores:
• Fray Alberto de la Madre de Dios, que construye el Convento de la Encarnación de Madrid (abajo
a la derecha), de líneas muy puras.
• Juan Gómez de Mora, con obras como la Cárcel de Corte y la Plaza Mayor de Madrid (abajo a la
izquierda) y la Clerecía de Salamanca.
13. Arquitectura barroca en España (II)
• José de Churriguera autores del Retablo de San Esteban (abajo a la izquierda) y la Plaza Mayor
de Salamanca, así como otras muchas obras cada vez más recargadas de decoración, que
llegaron a conformar el llamado estilo “churrigueresco”
• Narciso Tomé es el autor que mejor sabe captar y expresar el nuevo lenguaje espacial del
barroco italiano (Transparente de la Catedral de Toledo, en el centro)
• Pedro Ribera es el más importante arquitecto barroco español, de fantasía desbordante, autor
del Puente de Toledo y el antiguo Hospicio de Madrid (en la fotografía de la izquierda)
14. El barroco en Galicia:
Torre del Reloj, abajo, de
Andrade, y fachada del
Obradoiro, a la derecha,
de Casas Novoa, en la
Catedral de Santiago de
Compostela.
15. Palacios barrocos en España
Palacio Real de Madrid (imágenes de la izquierda), de la Granja de San Ildefonso (derecha arriba) y Aranjuez (abajo).
16. La Escultura Barroca.
• Tiene su origen en Italia y su principal
representante es el gran Bernini.
• Alcanza enorme omnipresencia:
fachadas, interiores, monumentos
públicos, retablos, etc.
• Se convierte en pieza clave del
concepto escenográfico propio del
Barroco.
• El material más usado es el mármol,
combinado con alabastro, bronce y,
sobre todo en España, la madera.
• Aunque domina la temática religiosa,
abunda también la mitológica, aunque
con sentido simbólico, referida siempre
a virtudes humanas.
• Domina la escultura de bulto redondo
sobre el relieve y, a diferencia del
Manierismo, jugará con la visión
unifrontal (un único punto de vista).
17. Bernini, escultor.
• Es el virtual creador del Barroco.
• Su primera época es de influencia
clásica y manierista (multifrontalidad).
• Más adelante se inclina por la
unifrontalidad (David) y asume
influencias de pintores de la época:
Carracci (interés por la escultura
antigua), Guido Reni (expresiones y
gestualidad) y Caravaggio
(naturalismo).
• Su capacidad para combinar el
sentimiento y la expresión, el
significado de las esculturas, con el
medio en el que se sitúan, lo
convirtieron en el gran intérprete de la
Contrarreforma católica y su visión
propagandística del arte.
Neptuno y Tritón (1620)
18. Bernini: diversidad de géneros y temas.
Como escultor, Bernini cultivó todos los temas, desde los bíblicos (David, a la izquierda) hasta los mitológicos (Apolo y Dafne, a la
derecha), pasando por géneros como la escultura funeraria (Tumba de Urbano VIII, centro superior) o el retrato (Luis XIV, debajo).
20. Escultura Barroca
en Francia.
De inspiración clásica en cuanto a la temática y las
formas, adoptará de Bernini sus composiciones y el
carácter unifacial y teatral. Pierre Puget (Milon de
Crotona, a la izquierda), François Girardon (Apolo y las
ninfas, debajo a la izquierda) y Antoine Coysevox (Ninfa
de la concha y retrato de Le Brun), serán sus principales
representantes.
21. La imaginería barroca española.
• El peso de la Iglesia Católica y la
profunda religiosidad popular,
encontraron en la escultura en
madera policromada, un medio de
expresión inigualable. Por ello,
retablos, pasos de Semana Santa y
escultura de bulto redondo para
iglesias y conventos, se convertirán
en los grandes activos de la
escultura española de la época.
• La talla en madera encuentra su
máxima expresión en el realismo
tan del gusto popular en españa, y
enlaza, además, con la tradicional
policromía de la escultura medieval.
En ella, pues confluían la labor de un
escultor (talla) y de un pintor
(dorado, policromía, encarnado y
estofado).
• En España existen varias escuelas,
entre las que destacan:
- Sevilla, con Martínez Montañés.
- Valladolid, con Gregorio Fernández.
- Granada, con Alonso Cano y Pedro de
Mena.
- Murcia, de una cronología más tardía,
con Francisco Salzillo.
22. La escuela de Sevilla.
Martínez Montañés.
El Buen Pastor. Retrato de San Francisco de Borja. San Bruno.
23. La escuela de Valladolid.
Gregorio Fernández.
Cristo a la Columna, debajo de estas
líneas; Dolorosa, arriba a la derecha;
y Cristo yacente, abajo a la derecha.
24. La escuela de Granada.
Pedro de Mena y Alonso Cano.
Magdalena penitente, de Pedro de Mena. Inmaculada y San Juan Bautista, de Alonso Cano.
26. Pintura barroca
• Predominará una estética naturalista,
en la que lo grandilocuente convivirá
con el gusto por la realidad cotidiana.
• Tiene una función propagandística,
trata de transmitir ideas y emociones y,
por tanto, es colorista y efectista.
• El color se impone sobre el dibujo y la
luz sirve para acentuar contrastes que
originan el Tenebrismo o claroscuro.
• Composiciones complejas (aparatosas,
asimétricas) y dinámicas, con escorzos
y contorsiones violentas.
• Gusto por la acumulación de formas
decorativas.
• Prevalece la técnica del óleo sobre
lienzo.
• Predominan temas o asuntos
religiosos, pero conviviendo con otros
históricos y mitológicos, y con géneros
como el retrato, los paisajes y los
bodegones.
27. Naturalismo barroco:
de la grandilocuencia religiosa a la sencillez de lo
cotidiano
Anníbale
Carracci:
Asunción de
la Virgen
(Santa María
del Popolo,
Roma)
Bartolomé E.
Murillo: Niños
comiendo
melón
(Museo del
Prado,
Madrid)
28. La pintura barroca al servicio de la
Contrarreforma.
José de
Ribera:
Santísima
Trinidad,
del Museo
del Prado
Bartolomé
Esteban
Murillo:
Inmaculada
Concepción
de El
Escorial
(1660-65)
29. Un nuevo tratamiento de la luz:
el claroscuro y el tenebrismo.
La vocación de San Mateo, de Caravaggio. Judith decapitando a Holofernes, de Artemisia
Gentileschi.
30. El triunfo del
color en la
pintura barroca
Rubens: El desembarco de María de Medici en
el puerto de Marsella (Museo del Louvre)
Velázquez: Las Hilanderas (Museo del Prado)
31. El paisaje barroco: la importancia de la luz.
Vista de Het
Steen al
amanecer,
de Rubens.
La alameda
de
Middelharnis
de Meindert
Hobbema.
Paisaje con el
embarco de
Santa Paula
Romana en
el puerto de
Ostia de
Claudio de
Lorena.
32. Pintura barroca italiana.
• En un principio existen dos tendencias o movimientos artísticos:
- El caravaggismo tenebrista, con autores como el propio Caravaggio, José de Ribera
o Artemisia Gentileschi.
- El clasicismo romano-boloñés, con los Carracci y sus discípulos Domenichino, Guido
Reni y Guercino.
• Posteriormente, evolucionará hacia el pleno barroco, bajo la influencia de Rubens y
con autores que se dedican a la decoración de los efectistas interiores de los edificios
barrocos. Entre ellos, destacan Pietro da Cortona, Andrea Pozzo y Luca Giordano.
Caravaggio: autorretrato como
Baco
Domenichino: Asunción de la
Magdalena
Pietro da Cortona: Bóveda del gran Salón del Palacio Barberini, en
Roma, representando la Glorificación del reinado de Urbano VIII,
33. Caravaggio (1573 – 1610)
El tenebrismo en “la cena de Emaús” (dos versiones)
1
36. José de Ribera, “Lo Spagnoletto”
(1591-1652 ).
El martirio de San Felipe. El apóstol San Andrés.
37. Annibale Carracci (1560-1609) y Guido
Reni (1575-1642).
A. Carracci: La Coronación de la Virgen Guido Reni: Hipómenes y Atlanta.
Ambos autores marcan dos tendencias claras que influirán sobre muchos otros artistas:
Los Carracci, especialmente Annibale, siempre dentro de líneas barrocas, serán más
clásicos; por otro lado, Guido Reni, representa una corriente más puramente barroca en la
que el movimiento será decisivo.
38. Andrea Pozzo (1642-1709) y Luca
Giordano (1634-1705).
Luca Giordano: El arcángel san
Miguel y los ángeles caídos.
Andrea Pozzo: Apoteosis de San Ignacio (Iglesia de San Ignacio, en Roma)
39. La pintura Barroca en Flandes y
Holanda
• Alcanza una enorme importancia, gracias, sobre todo, a la relevancia e influencia de
algunos autores como son Rubens y Rembrandt.
• Frente a la católica Flandes, donde dominan los temas religiosos, en la protestante
Holanda, se prefieren los temas profanos y costumbristas.
• Los géneros más destacados son el retrato, el paisaje, los interiores y los bodegones
o naturalezas muertas.
Jacob Jordaens:
El pintor y su
familia.
Johannes Vermeer:
La lechera.
40. Rubens
(1577-1640)
• Rubens sintetiza como nadie la
variedad del Barroco europeo,
gracias en parte, a sus viajes como
diplomático por España e Italia.
• Su estilo se resume en los siguientes
aspectos:
- La exaltación del color como
principal elemento expresivo.
- El movimiento y el dinamismo de
sus composiciones.
- El interés por las formas curvas,
redondeadas y gruesas, que se
plasma en su modelo de mujer.
• Toca una gran variedad de temas,
desde costumbristas (aldeanos
danzando, arriba) hasta religiosos
(la adoración de los Reyes Magos,
abajo) pasando por los mitológicos
y el retrato de corte.
42. Rubens
El juicio de Paris
Arriba, izquierda:
Autorretrato.
Arriba, centro: El
rapto de las hijas de
Leucipo.
Arriba, derecha:
Retrato ecuestre del
duque de Lerma.
Debajo: El juicio de
Paris
La influencia de
Rubens se dejará
notar en toda
Europa y en los
Países Bajos,
especialmente en
autores como Van
Dyck y, sobre
todo Jacob
Jordaens.
43. Anton Van Dyck (1599-1641) y Jacob
Jordaens (1593-1678)
Van Dyck:
Retratoo del
cardenal
Bentivoglio
Jordaens: La
expulsión de
los
mercaderes
del templo
Jordaens: tres
músicos
ambulantes.
44. Rembrandt Van Rijn (1606-1669)
• La figura más importante del barroco
holandés y una de las cumbres de la
pintura mundial de todos los
tiempos.
• Su estilo parte del claroscuro (a
través de las influencias recibidas de
Caravaggio), aunque sin cortes tan
tajantes entre luces y sombras,
creando así una atmósfera
misteriosa.
• Su pincelada limpia y nítida de los
comienzos evolucionará hacia una
mayor soltura y trabajo del color.
• Cultiva todos los géneros, aunque
destacará la calidad de sus
insuperables retratos.
Autorretrato, ya anciano
45. Primer período en Amsterdam (1632-1636)
Retrato de mujer y Descendimiento.
52. Frans Hals (1580-1666)
Es el gran retratista holandés, de técnica suelta y rápida, basada en la aplicación de grandes manchas de color, tal
como puede observarse en dos de sus más famosas obras: La gitanilla y El alegre bebedor.
53. Jacob Van Ruiysdael (1628-1682) y
Uno de los más
grandes paisajstas
holandeses, capta en
sus obras la especial
atmósfera de las
tormentas, como se
puede ver en “El
molino de Wijk Bijk
Duurstede”.
54. Vermeer de Delft (1632-1675)
Gran estudioso de la luz en interiores, refleja la
realidad de forma detallista y reposada, como puede
observarse en dos de sus obras: el artista en su
estudio (a la izquierda) y la joven con la jarra de agua.
55. Otros géneros cultivados por
Vermeer: un detalle de la lechera
(pintura de género) en el que se
puede observar su técnica pictórica,
Vista de Delft (un paisaje en el que nos
muestra su ciudad natal, que nunca
abandonó) y la joven de la perla (un
retrato).
56. La pintura barroca francesa.
Muy influida por la pintura italiana de la época, coexisten en ella dos tendencias:
• Una naturalista, con gran influencia del tenebrismo caravaggiano, en la que destacan Georges de
la Tour (a la izquierda, Magdalena penitente) y los hermanos Le Nain;
• Y otra clasicista, seguidora de la pintura de los Carracci, en la que destacan Nicolás Poussin (Los
pastores de Arcadia, a la derecha) y Claudio de Lorena.
57. La pintura barroca española.
• Adquiere en este período una gran
importancia y se acompaña de una gran
calidad y singularidad.
• Madrid es el gran centro artístico, por
estar radicada en esta ciudad la corte,
gran patrocinadora de la pintura.
• Otros focos interesantes y singulares
son Sevilla (donde se iniciaron
Velázquez, Zurbarán, Alonso Cano,
Murillo, etc.) y Valencia (muy influida por
el tenebrismo, tiene en Ribalta a su
principal representante), lo que permite
hablar de escuelas.
• Abundan los temas religiosos, pero
destacarán también los retratos,
paisajes y, algo novedoso en España, los
bodegones y naturalezas muertas.
• El autor que más influyó fue Caravaggio,
con su naturalismo tenebrista.
El triunfo de San Agustín, de Claudio Coello.
58. Diego Velázquez (1599-1660)
• Velázquez, uno de los más geniales pintores
españoles de la historia, comenzó su carrera
en Sevilla, bajo la influencia del naturalismo
italiano (Caravaggio) y dedicándose a la
pintura de género, bodegones y retratos de
gente de la calle.
• Posteriormente, una vez en Madrid, recibirá
influencias de los grandes pintores de la
época (Tiziano y Rubens), lo que hace que
su paleta sea más viva, suelta y colorista,
rasgos que se consolidan tras su viaje a
Italia.
• Sus grandes obras llegarán tras dicho viaje,
de vuelta a Madrid, a partir de 1630: La
fragua de Vulcano, la rendición de Breda, etc.
• Tras un segundo viaje a Italia, donde pinta
uno de sus grandes retratos (Inocencio X),
realiza sus más excelsas obras: Las Meninas y
las Hilanderas.
Retrato ecuestre del príncipe Baltasar Carlos
59. Primera época en Sevilla (hasta 1623).
A la izquierda de estas líneas, La adoración de los Reyes Magos (1619), una de sus primeras y escasas
obras religiosas. Debajo, Vieja friendo huevos (1618) y el aguador de Sevilla (1620), que denota ya su
calidad artística al introducir una atrevida composición en círculos que, desde el cántaro más
próximo, llega hasta el roto de la capa del aguador, pasando por los rostros de los personajes.
61. Primer viaje a Italia (1629-1631)
A la izquierda, dos vistas de los jardines de la Villa Medici (el pabellón de
Ariadna, arriba, y la entrada a la gruta, debajo), auténticos precedentes del
impresionismo decimonónico. En la Fragua de Vulcano, Velázquez muestra
su alejamiento del tenebrismo y su aproximación al clasicismo romano-
boloñés, así como su gran dominio de la anatomía.
62. Período de madurez en Madrid (1631-1649)
La rendición de Breda o las Lanzas (1635)
63. En este período,
alcanza su
máxima fama
como pintor de
corte. En el
retrato de Felipe
IV, comienza a
cambiar su trazo
por una
pincelada suelta
que busca la
impresión visual.
También pinta el
retrato ecuestre
del Conde Duque
de Olivares y
retratos de
sirvientes y
bufones de la
corte, como el
angustioso
retrato del Bufón
Calabacillas.
64. 2º Viaje a Italia (1649-1650)
La Venus del Espejo
Derecha: Retratos de Juan Pareja,
esclavo morisco del propio
Velázquez, de una calidad suprema, y
del Papa Inocencio X, uno de los más
fascinantes de la historia del Arte.
65. La última década
(1651- 1660):
Plenitud y cumbre
de su arte.
Las Meninas (1656). Es considerada la
obra maestra del pintor. Es un gran
compendio de pintura: luz, espacio,
ambiente, retratos (incluido un
autorretrato), vida cortesana, etc. Se
trata, en definitiva, de una original
representación de la familia real en la
que el espectador está invitado a
participar. Abajo, líneas compositivas y
distribución de los personajes.
67. Francisco Zurbarán
(1598-1664).
De temática básicamente religiosa, buena parte de su
clientela la encontró en los conventos (San Hugo en el
refectorio de los cartujos) sevillanos y extremeños,
aunque también tuvo encargos para la corona (la defensa
de Cádiz) y algunas de sus mejores obras son bodegones o
naturalezas muertas (Agnus Dei).
68. Bartolomé E. Murillo
(1617-1682)
Representa una religiosidad tierna y familiar, muy popular, a la
que se acogió sin problemas, mostrando una temática muy
repetitiva de amables escenas religiosas (El Buen Pastor y La
Sagrada Familia del Pajarito, abajo) 0 de la vida cotidiana (niño
expulgándose y niño en la ventana).
69. Otros pintores españoles del siglo XVII
Alonso Cano: Inmaculada Concepción.
Juan Carreño de Miranda: Retrato de
la reina Mariana de Austria.
Claudio Coello: la Adoración de
la Sagrada Forma por Carlos II.