Las impresoras 3D usan plástico ABS fundido a alta temperatura para imprimir piezas de forma aditiva a partir de archivos digitales 3D en formato STL, los cuales se pueden descargar, diseñar o escanear. La impresión comienza con una base y el tiempo depende del tamaño del objeto, como una taza que puede tomar 2 horas, aunque objetos grandes deben imprimirse en partes.