Ernesto está cavando un pozo para enterrar a su madre. Recuerda las palabras de su madre diciéndole que había nacido para enterrar muertos. A lo largo de su vida, Ernesto ha cavado muchos pozos y ha examinado los huesos de los muertos para tratar de reconocer su identidad. Ahora cavando el pozo para su madre, piensa en su trabajo de enterrar a los muertos del pueblo y cómo la muerte es parte natural de la vida.
2. Cavo el pozo. En la oscuridad veo una sombra. Veo una sombra moverse pendularmente. No es sino la sombra de un gato que ha oído mis pasos.
3. Veo eso. Veo la sombra de un gato que ha oído mis pasos y ha decidido huir. Puede que no sea un gato. Puede que sea una sombra, nada más. Puede que sea Gerardo, o Esther.
6. — “ Tú naciste para enterrar muertos, Ernesto. ”—
7. Lo decía sentada en el sillón de mecer. Con una risa macabra, lo decía. Luego, miraba por encima de sus anteojos, esperando que yo le respondiera. Pero yo callaba.
10. De a poco la pala va cubriéndose de líquenes, de tierra húmeda. No ha sido removida antes, me digo, esta tierra. He cavado otros pozos, he ahondado en la espesura negra del humus. He visto de los huesos la impávida matriz ósea
13. Esternones, he visto, esfenoides, parietales, tórax, vómeres, lagrimales. Nada queda del nombre propio en ellos. Los he tomado entre mis manos como se coge a un niño pequeño .
14. Uno a uno los he tomado para mirarles de cerca. Para reconocerles lo que del nombre persistía los he acercado a mi retina. Este fémur es de Lorenza Daza, por su ligera curvatura. Aquél vómer, de Santos Rey, el suicida. Los he olido uno por uno para recomponer, de los despojos, el tormento de la parca.
15. — La Parca no se anuncia — repetía mi madre meciéndose en el sillón. Lo decía cada vez que el campanario anunciaba un nuevo difunto. Regodeándose en la muerte de los otros, lo decía.
17. Lánguidamente cavo el pozo. A un costado voy dejando la tierra. La tierra va formando un montículo. Detrás del montículo de tierra veo una sombra. Debe ser la sombra de un gato , me digo.
18. Debe ser la sombra de un gato que se rehúsa a acompañar la muerte conmigo.
19. — Tú naciste para enterrar muertos, Ernesto . Yo nací para enterrar muertos. Para tapar muertos he nacido. Para devolver los muertos a la tierra. Para cavar el pozo. Para cavar uno a uno los pozos de los muertos.
20. Para cavar uno a uno los pozos de los muertos de este pueblo. Los hombres mueren y vuelven a la tierra. Las mujeres también mueren y vuelven a la tierra. Todas las mujeres muertas son cadáveres sonrientes de una vida bien vivida. Todos los hombres muertos son cadáveres sonrientes de una muerte bien muerta.
21. — Tú naciste para enterrar muertos, Ernesto . Cavo el pozo . Lánguidamente cavo el pozo para enterrar a mi madre.