1. CONVENIO DEFENSIVO, DE MUTUA DEFENSA Y AYUDA ECONÓMICA ENTRE ESTADOS UNIDOS
Y ESPAÑA
Frente al peligro que amenaza al Mundo Occidental, los Gobiernos de los Estados Unidos y de España,
deseosos de contribuir al mantenimiento de la Paz y de la Seguridad Internacional... han convenido lo
siguiente:
1.- Por parte de los Estados Unidos.... la concesión de asistencia a España en forma de suministro de
material de guerra... con la posible cooperación de la industria española... y para mejorar el material de sus
fuerzas militares y navales...
2.- ...el Gobierno de España autoriza al Gobierno de los Estados Unidos... a desarrollar, mantener y utilizar
para fines militares, juntamente con el Gobierno de España, aquellas zonas e instalaciones en territorio
bajo jurisdicción española que se convenga por la autoridades competentes de ambos Gobiernos...
Se autoriza a los Estados Unidos a preparar y mejorar las zonas e instalaciones convenidas para uso militar
y realizar las construcciones necesarias a tal fin, para acuartelar y alojar el personal civil y militar
indispensables en las mismas...
3.- Las zonas que en virtud de este Convenio se preparen para su utilización conjunta, quedarán siempre
bajo pabellón y mando español...
Hecho en Madrid el día 26 de septiembre de 1953.
CLASIFICACIÓN:
El 26 de septiembre de 1953, James Clement Dunn, embajador de los EEUU en España, y Alberto Martín
Artajo, Ministro de Asuntos Exteriores, firmaron en el Palacio de Santa Cruz de Madrid el presente texto,
por lo que se conoce como Pacto de Madrid. Va destinado a ambas naciones. Circunstancial, Publico,
legislativo y de temas militar y económico.
ANÁLISIS:
Resumen:
1.- USA se compromete a apoyar militarmente a España a cambio de la autorización de bases militares
conjuntas.
2.- USA facilita asistencia técnica y económica a España.
Definiciones:
Convenio: es un acuerdo escrito sujeto a Derecho internacional entre gobernantes de países diferentes o
sus representantes, como es el caso del embajador de EEUU.
Paz y de la Seguridad internacional: Se refiere en este contexto a la amenaza comunista, surgida tras la
guerra fría.
Jurisdicción española: Bajo las leyes de España.
Gobierno español: autoridades que dirigen, controlan y administran las instituciones del Estado, que
detentan el poder ejecutivo.
COMENTARIO:
ENCUADRE HISTÓRICO
Franco salió victorioso de la Guerra Civil y estableció una dictadura que duró hasta 1975, cuando murió.
Durante la II Guerra Mundial, aunque España oficialmente fue neutral, Franco ayudó, de forma más o
menos encubierta, a Hitler y Mussolini, que le habían prestado apoyo material durante la Guerra Civil.
Después del estallido de la Guerra, Franco ratificó un Pacto de Amistad con Alemania, vendió a los nazis
wolframio (un componente clave para la elaboración de acero de alta calidad para armamento), acero,
mercurio y zinc y envió a la División Azul a luchar junto a la Wehrmacht en el frente del Este.
La victoria de los aliados en 1945 convirtió al régimen de Franco en una especie de paria frente a EEUU y
Europa. Inicialmente, los EEUU adoptaron una postura de firmeza frente a Franco. Junto con Gran Bretaña
y Francia hicieron pública una Declaración Tripartita en la que se señalaba que los españoles no podrían
esperar una “asociación completa y cordial” con estos países mientras Franco permaneciera en el poder. No
se permitió a España entrar en las Naciones Unidas y se la excluyó del Plan Marshall de 1948.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, España era una nación económicamente empobrecida,
tecnológicamente atrasada y políticamente aislada. Además, desde que terminó la Guerra Civil, consideraba
a la Unión Soviética como una amenaza real, prácticamente la única, contra la seguridad e incluso la propia
integridad territorial de España. El aislamiento al que se vio sometido el régimen de Franco tras la Segunda
Guerra Mundial fue el rasgo más importante de la política exterior de nuestro país en esos años.
Concretamente, la década que abarca de 1945 (cuando se le negó a España el ingreso en la ONU) hasta
diciembre de 1955 (fecha en la que es admitida en dicho organismo) fue trascendental.
1
2. El cambio de política y actitud hacia España, que comenzó a fines de 1947, fue debido a las relaciones de
ésta con EEUU lo que ayudó a consolidar el régimen de Franco tanto en el interior como internacionalmente.
Las razones del acercamiento norteamericano a España fueron el apogeo de la Guerra Fría y su situación
estratégica en la entrada del Mediterráneo, que favorecía la política estadounidense de crear bases
militares para impedir la expansión de los países comunistas. En estos momentos una de las prioridades de
las autoridades norteamericanas era la elaboración de diversos planes o estrategias para estar preparados
en el caso de que estallase una guerra con la URSS. Por ello, era necesario que se recuperasen
económicamente tras la Segunda Guerra Mundial, y de ahí surgió el Plan Marshall. Éste es obra del
secretario de Estado, el general George C. Marshall, y en él se concedían doce mil millones de dólares para
ayudar a la reconstrucción de Europa. De esta manera, los norteamericanos pretendían frenar el avance del
comunismo.
Fueron los EEUU los que iniciaron su acercamiento a Franco. Con su ayuda y gracias a su presión los
embajadores extranjeros volvieron a Madrid (1950-51). España era el eslabón que faltaba para completar el
despliegue de bases americanas en el que estaba empeñado el Comando Aéreo Estratégico para cercar a la
Unión Soviética (en 1951 se establecían bases en las Azores, Portugal, y en 1952 en Turquía). España
suponía poco más que una propiedad inmobiliaria estratégicamente situada. En marzo de 1950, la
Administración americana echó mano de sus reservas de excedentes y vendió 86 millones de libras de
patatas a España, contribuyendo así al fin de su racionamiento, en vigor desde el final de la Guerra Civil en
1939. En 1951 se firmaron los primeros pactos que significaban la llegada de créditos y materias primas
vitales para el régimen franquista. Por fin, en 1953 se firmó el acuerdo bilateral que tenemos delante que
permitió la ayuda norteamericana a cambio de la instalación de bases militares en Torrejón (cerca de
Madrid), Zaragoza y Morón de la Frontera (Sevilla) y la base naval base de Rota (Cádiz)
COMENTARIO DEL TEXTO
James Clement Dunn y Alberto Martín Artajo firmaron tres convenios: uno sobre ayuda económica
bastante extenso; otro breve, de carácter defensivo y un último sobre ayuda para la mutua defensa.
De esta manera ambas naciones establecían un compromiso para la defensa de la paz y la seguridad
internacional frente al “peligro comunista”. El convenio defensivo era el más importante de los tres, ya que
supuso el establecimiento de Bases norteamericanas en nuestro territorio. Para los estadounidenses dichas
instalaciones militares eran indispensables para el fortalecimiento de su dispositivo estratégico, sin
embargo la España franquista no se podía permitir ni su construcción ni su defensa; por ello era necesario
proporcionar al régimen ayuda económica y militar.
Cuando en octubre de 1953 Franco abrió las Cortes, en su discurso afirmaba que los acuerdos de Seguridad
Mutua terminarían proporcionando la asistencia militar y económica tan deseada por los españoles. Según
Martín Artajo, en un principio los norteamericanos sólo querían la concesión de un territorio donde pudieran
instalar unas Bases militares propias que pudieran ser temporalmente utilizadas por sus tropas. Las
autoridades españolas esperaban que en caso de una agresión externa pudieran usar las Bases que
previamente hubiesen sido preparadas gracias a la ayuda técnica y económica de los EEUU.
Nuestro país necesitaba un ejército capaz de hacer frente a unos potenciales “peligros comunistas”, así
como una mejora de su aviación y marina, dada la gran extensión de nuestra costa.
La ayuda económica que recibió España en 1953 ascendía a 226 millones de dólares. La forma de distribuir
el total de dicha cantidad consistió en que más de la mitad se destinaba a gastos militares y la restante
para fortalecer económicamente el programa de cooperación militar.
Uno de los datos más sorprendentes de las negociaciones es que el ministro de Asuntos
Exteriores, Alberto Martín Artajo, se mantuvo al margen. En su lugar, fue el teniente general Juan Vigón,
Jefe del Alto Estado Mayor, el que se encargó de los aspectos más importantes de las mismas. Otro
apartado de gran relevancia fue la magnitud de las concesiones hechas en las cláusulas secretas de
dichos acuerdos, de forma que suponían un importante recorte para la soberanía nacional y en ocasiones
contradecían los artículos hechos públicos.
En cuanto al Convenio sobre ayuda económica cabría apuntar que España se comprometió a la
estabilización de la moneda, el equilibrio de los presupuestos, el mantenimiento de una estabilidad
financiera, el fomento de la competitividad y de la productividad, el desarrollo del comercio internacional y,
en general, a poner todos los medios para mantener saneada la economía. El pacto mutuo de defensa trajo
consigo 226 millones de dólares en ayuda militar y tecnológica de los Estados Unidos. La asistencia
económica general se limitó a proyectos de tipo estructural con finalidades militares, como la construcción
de carreteras, puertos e industrias armamentísticas. Otros compromisos estadounidenses significaban que
la aportación de material militar se limitaría a los equipos excedentes del rearme general de la OTAN y a
las armas, aviones y vehículos ya utilizados en la Segunda, Guerra Mundial o la guerra de Corea. Al
igual que en los anteriores convenios, éste también contaba con cláusulas secretas. Así, por ejemplo, se
2
3. fijaba el tipo de cambio de dólar a peseta en 35 pesetas por dólar y se explicitaba el uso que se iba a dar a
la ayuda norteamericana: un 30% se dedicaría a mejorar los medios de transporte interior y a aumentar el
material militar, y un 60% en la construcción y en el mantenimiento de las Bases militares. La ayuda
económica llegaba con condiciones que significaban para Franco, aplazo medio o largo, la admisión de
cambios en la naturaleza misma de su régimen. Detrás de la retórica altisonante, había condiciones de
orden práctico como el de establecer un tipo de cambio realista para la peseta, equilibrar el presupuesto
del Estado y restablecer la confianza en el sistema financiero; medidas todas que socavaban la existencia
misma de su querida autarquía. Los cambios deseados no se pondrían en práctica hasta el final de la
década. Llegado el momento, no sería la presión estadounidense sino el colapso de la economía española lo
que forzaría a la liberalización económica. Franco continuó aferrándose a la autarquía durante otros seis
años, y finalmente la abandonó de mala gana y sin comprender lo que pasaba. Paradójicamente los acuerdos
proporcionaron los estímulos necesarios que dejarían al descubierto la rigidez estructural de la
autarquía franquista. En ese sentido, constituyeron otro de los pasos en el proceso de desarrollo
económico y social que finalmente relegaría al Caudillo a una irrelevancia anacrónica. Como se ve el
objetivo de esta ayuda era preparar a España para la defensa en caso de un ataque bélico, pero no
se fomentaban programas de desarrollo económico.
Europa a través del Plan Marshall se benefició de la ayuda económica norteamericana, la mayoría de ella
concedida antes de la década de los cincuenta. España, en cambio, realizó unas concesiones de gran
importancia visibles hasta la actualidad y, sin embargo, apenas se benefició económicamente.
En cuanto al Convenio relativo a la ayuda para la Mutua Defensa entre España y EEUU, para empezar,
simplemente diremos que guardaba semejanzas con los concertados por este último con otros países de
Europa y América pero con particularidades perjudiciales para España. En este convenio la administración
estadounidense se hacía responsable de proporcionar ayuda militar a España, pero en el mismo no se
especificaba la cuantía de la misma, ni se exponía un plan elaborado de cómo se iba a distribuir. Sin
embargo, las obligaciones de España quedaban recogidas claramente. Otro ejemplo de este desequilibrio es
que las obligaciones aceptadas por el gobierno español tenían una vigencia de diez años y no se podían
alterar hasta que transcurriese este plazo de tiempo. En cambio, las asumidas por los norteamericanos si
podrían ser sometidas a consulta en este plazo o, incluso, ser canceladas antes de que finalizase el mismo.
El régimen de Franco aceptó unas condiciones durísimas, hecho que en aquellos momentos era
desconocido por la opinión pública. EEUU y España se comprometían a velar por el mantenimiento de la paz
y la seguridad internacional. Sin embargo, no se especificaban en que consistía ese “peligro”. España no
recibió el apoyo de EEUU en el conflicto el Sáhara o de Ifni por lo que se deduce que esa amenaza
se reducía exclusivamente al “peligro comunista”.
Además, la ambigüedad era considerable, porque no se precisaba exactamente qué tipo de material
de guerra iba a recibir España. Se pretendía mejorar la defensa aérea de España y el material de sus
fuerzas militares y navales, pero tal apoyo dependía de las prioridades debidas a los compromisos
internacionales de EEUU.
Resulta muy significativa la cláusula secreta por la que si los norteamericanos, así lo
decidían, podían hacer participar a nuestro país en un conflicto bélico, sin que sin embargo supusiese,
que en caso de un ataque a España, los estadounidenses se comprometiesen a ayudar en su defensa.
Esta circunstancia no se daba en los tratados bilaterales que por esta época había firmado EEUU con otros
países. Además se hablaba de zonas a las que sólo los norteamericanos tendrían acceso y de las que serían
los únicos responsables. Resulta difícil explicar esto suponiendo que se había establecido que las Bases
estaban bajo pabellón español y, por tanto, éste debería tener derecho a conocer todo lo que pasase dentro
de ellas, teniendo en cuenta que EEUU tenía bombas atómicas. En caso de agresión soviética, los Estados
Unidos tendrían que hacer poco más que «comunicar la información referida a su alcance y sus
intenciones» al gobierno de Madrid. Ni siquiera se estipuló si dicha comunicación debía hacerse por escrito.
Hubo muy poca reciprocidad. Todos los compromisos de los Estados Unidos estaban subordinados a los
compromisos establecidos anteriormente con la OTAN, de la que España continuaría excluida. En el caso de
que España fuera atacada por un agresor no comunista, los Estados Unidos no tenían ninguna obligación de
socorrerla. En efecto, amplias áreas de España permanecieron sin la adecuada cobertura defensiva. De la
misma forma, la prioridad que se daba a las acciones estadounidenses dentro de la OTAN significó que
España tuviera que aceptar equipos excedentes de segunda categoría. En ese sentido, Franco había
traicionado a su país, según la reputada opinión de Paul Preston. Franco autorizó el establecimiento de
bases aéreas en Torrejón de Ardoz, Sevilla, Zaragoza y Morón de la Frontera; la creación de una base naval
en Rota, junto con una buena cantidad de instalaciones aéreas y de reabastecimiento de combustible naval,
más pequeñas, en otros puertos de España. Se ofreció más de lo que los estadounidenses fueron jamás
capaces de utilizar. De la misma forma, el personal militar estacionado en España quedaba exento de las
leyes y el sistema tributario español. Según Preston, El Caudillo había malbaratado la neutralidad y la
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4. soberanía sin distinguir entre lo que era bueno para España y lo que era bueno para Francisco Franco.
En particular, el emplazamiento de las bases cerca de las principales ciudades constituía un acto de
consumada irresponsabilidad.
Por otro lado, el anexo a este convenio trata sobre las exenciones fiscales y de su lectura se deduce una
dispensa prácticamente total de impuestos para los norteamericanos. Se establecía que el gobierno español
garantizaría que todas las actividades y los gastos que realizase EEUU, para la defensa común o debidos a
la ejecución de cualquier programa de ayuda exterior, quedarían exentos de tasas.
CONCLUSIÓN
En la práctica, el defensor de la independencia nacional había renunciado a una buena parte de la soberanía
nacional. Franco demostró lo alto que era el precio que estaba dispuesto a pagar para mantenerse en el
poder. En las últimas etapas del regateo, les había dicho a sus negociadores: «Y en último término, si no
consiguen ustedes lo que quieren, firmen lo que les pongan delante. El acuerdo lo necesitamos.» El
abandono de la tradicional política española de neutralidad era, en efecto, un precio muy alto, aunque
Franco había estado ya dispuesto a pagárselo al Tercer Reich en 1940, cuando había considerado que las
recompensas eran lo suficientemente tentadoras. Sin embargo, la forma en que los acuerdos le fueron
presentados al pueblo español, le permitieron a Franco bañarse en la gloria inventada por sí mismo de ser el
igual del presidente de la potencia militar más poderosa del mundo. Los montajes fotográficos de Franco y
Eisenhower fueron acompañados por artículos que decían que las naciones del mundo comentaban con
asombro y satisfacción este último triunfo del Caudillo.
Franco había obtenido lo que deseaba: el fin del aislamiento internacional, la consolidación de su régimen y
el derecho a presentarse como valioso aliado de los Estados Unidos. El precio era la limitación de la
soberanía y el peligro de una guerra en la era atómica. Los beneficios inmediatos para el régimen fueron la
inmediata integración de España en el sistema occidental, la entrega de ayuda militar (con fondos extra-
presupuestarios) y la neutralización del descontento militar por los escasos recursos disponibles. La
esperanza de Franco de asegurarse la ayuda económica general no se materializó porque el aflujo de fondos
para Europa del plan Marshall estaba disminuyendo.
En las décadas de los cuarenta y los cincuenta la estrategia militar de los EEUU consistía en desplegar un
dispositivo de Bases a lo largo y ancho del planeta como una forma de intimidar a los soviéticos, así como
para que en un hipotético caso de ataque de éstos les resultase más difícil alcanzar sus objetivos al estar
más repartidos. Esta política estaba condicionada porque en esos momentos la principal arma eran los
aviones de bombardeo cargados con armas nucleares y éstos necesitaban de lugares para repostar y hacer
escala. De ahí, la importancia de las Bases aéreas.
EEUU facilitó que España se convirtiera en miembro del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial,
sin lo cual el país no hubiera podido establecer una economía vinculada a la economía mundial. Sin embargo,
también provocó un fuerte sentimiento de antiamericanismo entre la izquierda española. En las décadas de
1950 y 1960, EEUU se convirtió en el principal inversor extranjero en España a la par que el Plan de
Estabilización de 1959 fraguó un período de fuerte crecimiento, el más elevado de Europa.
El pacto suscitó gran polémica, especialmente en Gran Bretaña y Francia, donde se consideró que el pacto
minaba la autoridad moral del bloque occidental, y entre los liberales estadounidenses, los demócratas
españoles y los españoles en el exilio. Para Franco, el acuerdo fue un triunfo, especialmente al no
exigírsele liberalización política. El régimen del dictador ganó respetabilidad internacional,
especialmente en el terreno multilateral (España entró en las Naciones Unidas en 1955), e,
internamente, la dictadura se sintió más segura con las tropas de EEUU en su suelo, aunque por
entonces la amenaza de la oposición política, débil y dividida, era despreciable. España había pasado de
“país marginado de la Naciones Unidas a socio de EEUU”. En lugar de liberar a los españoles de un
yugo autoritario, Washington consolidó la dictadura y le confirió un amplio sentimiento de seguridad.
BIBLIOGRAFÍA
Paul Preston. Franco "caudillo de España". Mondadori. Barcelona 1993
Paul Preston. El gran manipulador. Ediciones B. Barcelona 2008
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