1. Pintar la Moto
Seguro que a muchos se os ha ocurrido alguna vez la idea de pintar la moto, porque
no os gusta el color que tiene, os habéis cansado de él o simplemente porque de
tantos golpes y caídas (O por que tiene más años que Matusalen) la pintura, el
carenado y otras piezas se encuentran en un estado bastante lamentable.
Pero claro, no se va coger uno la brocha de pintar techos y la pintura plástica y
darle una manita...
Así que vamos a intentar contar cómo hacerlo y que no quede una chapuza. Es más,
que quede bien.
Preparar la moto para pintarla
Lo primero que tenemos que hacer con nuestra moto para pintarla es dejarla "en
bolas". Es decir, desmontar todo lo que podamos.. Y esto quiere decir todo lo que
podamos: carenado en todas sus partes, protecciones, guardabarros, etc....
Lo que se quede sin desmontar tendremos que taparlos cuidadosamente con cinta
adhesiva de papel (de la que usan los pintores de casas). Para irlos pintando por
partes.
Si la pintura está intacta y sólo queremos cambiar el color, podemos pasar
directamente a la limpieza. En este caso, no hay que darle imprimación, sólo
pasarle una lija fina para que agarre la pintura. Si no, lo primero es eliminar toda la
pintura que tenga. Para ello tenemos varios métodos. El que yo os recomiendo es
usar un producto decapante de los que venden en cualquier droguería. Se llevan
casi cualquier tipo de pintura. El único inconveniente es que hay que eliminarlos
luego muy bien (con agua o disolventes, según las instrucciones del propio
producto), y mucho cuidado al abrirlo, no te salte a la cara, evita el contacto con la
piel.
Raspar es otro método, imprescindible si se resiste al decapante (sería rarísimo).
Tened cuidado con qué raspáis, porque podéis hacer unos arañazos que luego no
haya manera de quitar. También podéis utilizar discos de lija o cepillos metálicos
circulares puestos en la taladradora. Finalmente, hay pistolas de aire caliente para
decapar, pero la mayoría no disponemos de ella. Si la usáis, mucho cuidado con
cualquier parte de plástico que halláis dejado puesta o cerca, pues se os puede
fundir.
Limpiarla perfectamente
Cuando ya tenemos las piezas sin pintura, tenemos que limpiarlo
concienzudamente.
IMPORTANTÍSIMO eliminar cualquier resto de oxido que haya, lijando o con un
cepillo metálico. Ojo especialmente a las soldaduras, que son "escondites"
perfectos para el oxido y la suciedad. Recomiendo que frotéis las piezas metálicas
con una lija fina o con lana de acero. Así eliminamos cualquier capa fina de oxido y
dejamos una superficie algo rugosa donde agarra mejor la pintura.
Ahora se trata de dejar perfectamente limpio el metal para aplicar la pintura. Lo
mejor es quitarle el polvo con un trapo, y desengrasar bien todo con un trapo
empapado en acetona. Dadle varias pasadas con acetona cambiando siempre la
acetona y el trapo, para no dejar ningún resto.
Desde este momento, estas pìezas no se pueden tocar, pues dejaríamos la grasa de
los dedos. Para manejarlo, hacedlo con guantes o agarrando con un trapo.
Aprovechad antes de la última limpieza para tapar con cinta o papeles todo lo que
no queráis pintar.
Tampoco conviene que pase demasiado tiempo desde que lo limpiáis hasta que
pintáis, para que no se forme nada de óxido. Si tenéis que hacerlo, dejar todo en el
sitio más seco posible
Si la moto tuviera grietas o golpes, hay que masillar, lijar, masillar, hasta que
2. quede liso..
Imprimacion
La imprimación es una primera capa de pintura que se agarra bien al material a
pintar y nos sirve de base para la pintura de acabado. Esta primera capa (o capas)
es fundamental y de ella depende en gran medida el "éxito" de nuestra operación.
Esta capa cumple varias funciones: es una capa que se adhiere bien a la base, y a la
que se adhiere bien la pintura de acabado.
Con ello aseguramos que la pintura no se levante, salte, ampolle, etc. Esto es
especialmente importante si estamos pintando un plástico (no olvidemos que los
cuadros de fibra de vidrio son, al fin y al cabo, de plástico) o metal, que crea una
capa de óxido que impide (además de que se oxide) que la pintura se agarre bien.
Otra función que cumple es proporcionar una superficie más lisa y regular, tapando
algunos arañazos o irregularidades del metal. Con ello el aspecto final de la pintura
de acabado es mucho mejor. Finalmente, proporciona una base de color opaco y
uniforme, para que la capa de acabado sea a su vez uniforme en color y brillo.
Cuando se trata de piezas de acero, cumple además una función primordial: es
antioxidante. El famoso "minio" naranja que todos hemos usado alguna vez para
pintar la barandilla de la terraza no es más que un tipo de imprimación.
Estas capas antioxidantes impiden la formación de herrumbre en el hierro, que sólo
con una pintura de acabado no podríamos impedir.
Bueno, pues ya que sabemos para que sirve, llega la hora de utilizarla. Lo primero,
es elegir el tipo, especial para cada material que queramos pintar. Para el acero se
suele utilizar una pintura antioxidante de oxido de hierro, que tiene un color rojo
granate. La podemos encontrar fácilmente, incluso en centros comerciales, pues se
usa para todo. En tiendas de repuestos de coches también la tenemos, pues es la
misma que se usa para los coches. En cualquier caso, si conocéis una buena tienda
de pinturas será donde mejores cosas encontréis y más fácilmente, además del
asesoramiento. Para los que viváis en Madrid, hay una muy buena que se llama
Mavi, en la calle Luis Cabrera, esquina a Eugenio Salazar (no es por hacer
publicidad, sino por facilitar el trabajo). Para el aluminio existen unas
imprimaciones especiales. Lo mejor es seguir las instrucciones del fabricante, ya
que pueden variar de unos a otros.
Para el plástico también hay imprimaciones para que agarre la pintura, como las
que se usan antes de pintar los parachoques de los coches. Si no dais imprimación
en un plástico, en cuanto se seque la pintura empezará a saltar.
Os recomiendo que compréis la imprimación en spray, pues a no ser que tengáis
pistola de pintar es la única forma decente de aplicar la pintura de manera
uniforme.
Aplicad varias capas finas. Para evitar que chorree os recomiendo que empecéis
por las partes más recónditas, con capitas muy ligeras. Después de varias capas
(con 3-5 suele quedar bien) tiene que quedar con una capa uniforme y sin
chorretones, que se notarían luego.
Si no habéis podido evitar gotas, lijadlas (cuando estén bien secas) con una lija de
agua del 600, y volved a dar un poco de imprimación encima.
El acabado
Esta es la parte que se va a ver, pero os aseguro que por muy bien que hagáis el
acabado, no hay manera de dejarlo bien si no habéis seguido los pasos anteriores.
El tipo de pintura es bastante libre, asegurándose siempre de la compatibilidad con
la imprimación, pero los esmaltes acrílicos, como los que se usan para los coches
quedan muy bien, con un buen brillo y resisten bastante.
En esta parte es donde entra más la subjetividad. Podéis elegir pinturas brillantes o
mates, o incluso con efectos extraños (dorados, metálicos, con reflejos...). La
imprimación tiene que estar bien seca (depende del tipo, pero por lo general unas
24 horas).
Aplicar el acabado es lo más difícil, porque aquí si que no podemos lijar, y cualquier
mota de suciedad o chorretón se notará. Pero como ya tenéis experiencia de la
imprimación, seguro que esto os sale mucho mejor.
3. El polvo es un gran enemigo; si hay polvo se os pegará a la pintura mientras se
seca. Aunque aparentemente no se vea, quita brillo y si es entre capa y capa puede
producir sombras y "aguas" en la pintura, que no hay forma de quitar. Si en la
imprimación era muy recomendable, aquí es imprescindible aplicar la pintura con
pistola o con spray (que será lo que usemos la mayoría). Podemos comprar la
pintura en spray directamente, pero hay sitios, como en la tienda que antes os dije,
donde te fabrican el color exacto que tu quieras (puedes elegir en catálogos) y te lo
meten luego en el bote de spray. Es muy cómodo y no sale demasiado caro.
Agenciaros unas cuantas boquillas porque siempre se acaban obstruyendo.
Además, dependiendo del tipo las hay que pulverizan más o menos, más abierto o
más cerrado... O sea, haced pruebas y elegid. Y ahora viene lo más difícil: pintar.
Como antes, el muy importante dar varias capas finas, empezando por las zonas
más complicadas. Quedan mejor y no chorrean.
Hay que agitar muy bien el bote, durante varios minutos. Si, si, es un rollo y se te
cansa el brazo, pero nos estamos jugando el aspecto de nuestra máquina. Y antes
de darle a la moto, pulverizamos un poco en un cartón o papel, para que luego el
chorro sea uniforme. No paréis el chorro en la mitad. Si ha quedado con poco, dar
más pasadas, pero siempre moviendo el spray. Puede ser necesario dar incluso 5 o
más capas, para dejarlo uniforme. No lo intentéis hacer en una o dos sólo, porque
chorreará la pintura.
Esperad entre capa y capa a que se seque la anterior. Y un último consejo: pintad
sin miedo. Si vais "acojonaos" os quedará peor. Los habilidosos pueden incluso
hacer degradados, o dibujos en distintos colores, enmascarando las zonas que no
queremos pintar con cinta adhesiva. Esto ya queda al gusto y la habilidad del
consumidor. Como toque final, si queremos que nos quede con mas brillo, existen
productos especiales para pulir pinturas. Algunos incluso incorporan siliconas que
aumentan la resistencia al agua y la intemperie. Si no queréis pulir, pero queréis
proteger algo más, podéis darle un barniz de acabado como los que se dan en las
pinturas metalizadas de los coches (por supuesto, también en spray). Ya solo
queda poner pegatinas, quitar la cinta, montar la moto y a correr. Bueno, pues si
habéis llegado hasta aquí siguiendo todo bien, y con un mínimo de maña, os habrá
quedado la moto como nueva (o mejor, a vuestro gusto). Sólo una advertencia
IMPORTANTE: las pinturas llevan disolventes, en su mayoría muy tóxicos y muy
inflamables. Cuando además, las estamos pulverizando, los riesgos se multiplican.
Así que tened cuidado con chispas, llamas, etc., pintad en un lugar ventilado y
poneros mascarilla, mejor de gases (de las de filtros) que de las de polvo (las de
papel) que para disolventes poco hacen, aunque siempre es mejor que nada. Y
luego, avisarme para darnos una vuelta...
La pistola de aire comprimido
Es una pistola de pintura que se adapta a un compresor de aire. El aire comprimido
llega del compresor a la pistola a través de una manguera. Este sistema no requiere
una fuerte presión (de 0 a 10 bar).
Precisas aparte el compresor.
La pistola electrica
Es un aparato autónomo, manejable y ligero. Su presión varía en función de la
potencia del aparato: Potencia: 40 ó 120 vatios Presión: 100 ó 180 bar Caudal: 270
ó 350 gramos/min.
No os la recomiendo, la mayoría son una porquería.
Material obtenido de http://www.espiritucustom.com/