El documento describe lo que la Escuela Carlos Pereyra significa y merece para el autor. Para él, Pereyra es un gran colegio que le ha brindado una excelente educación y formación jesuita durante muchos años, lo que le ha permitido crecer mucho como persona. Además, el autor cree que Pereyra merece ser percibida como una institución honesta con valores jesuitas muy arraigados, que ofrece una educación con un fuerte sentido humano y conciencia social para romper esquemas en el mundo.