3. Su verdadero nombre era
Fontana, pero fue apodado
Tartaglia por su tartamudez,
causada por una cuchillada
propinada por un soldado
francés, en la Catedral de
Brescia, que le derivó
secuelas en el habla, durante
la masacre de 1512, cuando
fue capturada su ciudad natal.
Su cara quedó desfigurada, lo
cual lo obligó siempre a usar
barba para disimular sus
cicatrices.
4. Tartaglia, después de mucha persuasión y
con el compromiso de mantener en
secreto estos métodos, se lo confía a
Cardano. Lo hace en forma de poema, por
si llegara a caer en manos extrañas.
Tartaglia parte de regreso a Venecia con
una carta de recomendación para el
gobernador y con la duda de si había
hecho bien en confiar a Cardano su
fórmula. Considera que fue presionado a
entregarla a cambio de favores políticos.