La historia de la máquina de coser desde sus orígenes hasta su perfeccionamiento
1. La industrialización en el siglo XVIII trajo consigo la mecanización de la hilatura y el tejido, pero la
milenaria tarea de coser seguía efectuándose a mano.
En el siglo XIX se perfeccionó la máquina de coser, primera de muchas otras máquinas destinadas
a aliviar el trabajo doméstico que desarrollaría además la industria de la confección. La clave de la
máquina de coser fue una aguja con el ojo junto a la punta que podía pasar un bucle de hilo a
través de la tela sin necesidad de introducir la aguja entera. Fue inventada por el alemán
BalthazarKrems, operario de una fábrica de géneros de punto, que construyó en 1810 una
máquina para punto de cadeneta. La aguja subía y bajaba al girar una manivela y pasaba un bucle
a través de la tela, que era atravesado por el siguiente para sujetarlo.
En 1830, el sastre francés BarthélemyThimonnier construyó una máquina parecida para punto de
cadeneta que constituyó un éxito comercial. Estableció una fábrica en París con 80 máquinas para
confeccionar uniformes para el ejército, pero las máquinas fueron destruidas en 1831 por una
manifestación de sastres que temían por su subsistencia.
Hacia 1833, el norteamericano Walter Hunt (inventor del imperdible), construyó una máquina para
pespuntear, accionada por una manivela. Se valía de dos hilos, uno encima de otro debajo de la
tela, para formar un punto entrelazado. Una aguja con el ojo en la punta formaba bucles con el hilo
superior a través de la tela, y una canilla pasaba el hilo inferior a través de los bucles. Hunt vendió
su invento al fabricante neoyorquino George Arrowsmith en 1834, pero por falta de capital no se
comercializó.
En 1845, el norteamericano EliasHowe fabricó un modelo más práctico. La tela se sujetaba con
unas púas que sobresalían del costado de una tira metálica. Colgaba verticalmente y la aguja
curva, que se deslizaba de atrás adelante sobre una palanca movida por una manivela, atravesaba
horizontalmente la tela, pero, una vez que la tiraba habían avanzado toda su longitud (unos 18 cm),
había que volver a sujetar la tela para poder seguir cosiendo.
Los sastres de Boston William Grover y William Baker habían patentado en 1851 una máquina de
coser y fundaron una compañía para fabricarla. El mismo año, Allen Benjamin Wilson, de Michigan,
había patentado un dispositivo de gancho rotatorio que cosía a cadeneta con más rapidez. Formó
una compañía con un fabricante de hebillas llamado Nathaniel Wheeler. En 1854, Wilson inventó la
barra dentada situada debajo de la tela para hacerla avanzar regularmente después de cada
puntada.
En 1851, el mecánico de Nueva York Isaac Merritt Singer patentó la máquina de su invención que
formaba un pespunte accionada por un pedal. Una rueda dentada hacía avanzar la tela entre cada
puntada, y un prensatelas mantenía el tejido en su sitio. La aguja se movía verticalmente.
El socio de Singer, el abogado Edward Clark, inició el sistema de ventas a plazos en 1856.
Comprada al contado, una Singer costaba 50 dólares; a plazos, con 5 dólares de entrega inicial y 3
dólares al mes, ascendía a 100 dólares. En 1858 Singer produjo el modelo ligero “Family”; sus
máquinas anteriores habían sido pesados modelos industriales. Singer abrió fábricas en Europa,
donde obtuvo el mismo éxito y, cuando murió en 1875, sus empresas estaban valoradas en 13
millones de dólares.
Las industrias del vestido y del calzado crecieron espectacularmente a partir de 1860 e impulsaron
el desarrollo de máquinas de coser especializadas, como las que confeccionan ojales. La
reducción del tiempo de fabricación hizo descender los precios de la ropa. En 1889 se introdujo el
motor eléctrico, pero tardó en instalarse en las máquinas domésticas.
Los fabricantes industriales prefirieron el punto de cadeneta por su mayor rapidez: las máquinas
modernas pueden llegar a 7.000 puntadas por minuto y utilizan una bobina de hilo mucho mayor
que las máquinas de canilla. Pero este punto resulta inadecuado para el uso doméstico porque si
se rompía un hilo podía soltarse toda una costura. La máquina doméstica más moderna de
2. pespuntear está controlada por circuitos de microprocesadores programados por botones sensibles
al tacto. Puede coser en zigzag o hacia atrás; hacer ojales y coser botones; zurcir, bordar, realizar
calados y jaretas
La historia se inició en 1755 en Londres, cuando el aleman, Charles Weisnthal, patentó
una aguja para utilizarse en un precario tipo de costura mecanicanizada. En ningún
momento se mancionó que cosiera con una maquina de coser.
Pasaron 34 años hasta que Englishman Thomas Saint inventó, lo que actualmente se
considra, la primera maquina de coser. En 1790 se patentó una maquina con la cual
una aguja agujereaba el cuero, permitiendo que una aguja lo atravesara. Los críticos
de Saint destacan la posibilidad de que Saint únicamente patentara una idea y lo mas
problable es que nunca llegara a construir la máquina. De hecho, 1880 se intentó
construir la maquina de coser basándose en los dibujos de Saint, pero no se logró,
fueron necesarias modificaciones considerables.
Alrededor de 1810, en Alemania, el inventor BalthasarKrems desarrolló una maquina
para coser gorras. No disponemos de fechas exactas para situar el modelo de Krems
y se dispone de pocos datos.
Un sastre austriaco Josef Madersperger produjo una serie de maquinas durante
principios del siglo XIX que patentó 1814. Con la ayuda del gobierno australiano,
continuó trabajando en su invención en 1839, pero no consiguió su objetivo y murió en
la más absoluta pobreza.
Dos sistemas de maquinas de coser fueron patentados en 1804, una en Francia por
Thomas Stone y James Henderson - otra maquina que simulaba parte de la costura -
y otra de Scout John Duncan de utilizando varias agujas. No se conoce nada sobre lo
que ocurrió con estos inventos.
El primer americano en reclamar la fama fue en 1818. En Vermont, John Adams Doge
y su compañero Jon Knoeles pusieron en marcha un dispositivo, que a pesar de
realizar una puntada, sólo podía coser una longitud limitada y necesitaba un proceso
laborioso para volver a colocar la tela.
Parece ser que la persona considerada como el inventor de la maquina de
coser podría ser BarthelemyThimonnier a quien, en 1830, el gobierno francés le
concedió la patente. Usaba una aguja de púas para que su maquina fuera construida
únicamente de madera. Se dice, que originalmente diseñó la maquina para bordar, y
que luego describió su potencial como maquina de coser.
Probablemente predecesores suyos fueron capaces de convencer a las autoridades de
la utilidad de su invento y le concedieron un contrato para construir un lote de
maquinas y utilizarlas para coser los uniformes del ejercito francés. En menos de 10
años después de la concesión de su patente, Thimonner tenía en funcionamiento una
fábrica con 80 maquinas de coser, hasta que topó con los problemas ocasionados
por los sastres parisinos: tenían miedo que las maquinas de coser les quitaran el
trabajo.
Una noche un grupo de sastres entraron en la fabrica, destrozaron todas las maquinas
e incluso Thimonnier temió por su vida. Con un nuevo compañero, empezó de nuevo,
produciendo maquinas mejoradas y producidas en cadena; pero los sastres atacaron
de nuevo. Con Francia en medio de la revolución, Thimonnier podía esperar poca
3. ayuda de la policia o el ejercito y huyó a Inglaterra con la única maquina de
coser que consiguió salvar.
Sin duda fue el primer fabricante de la primera maquina de coser, fue el primer
hombre en ofrecer maquinas para su venta y dirigió la primera fabrica de ropa. A pesar
de ello, murió en la casa de los pobres en 1857.
En Estados Unidos Walter Hunt inventó en 1833 la primera maquina que no
únicamente simulaba parte de la costura manual. Hizo una puntada mediante dos
carretes de hilo y se incorporó la aguja con orificio, tal como se utiliza hoy en día.
Pero, de nuevo, solo se podía coser una longitud limitada.
Nueve años mas tarde, John Greenough, produjo una maquina que la aguja pasaba
completamente a través de la tela. A pesar de construir un modelo y mostrarlo con la
esperanza de conseguir capital para su producción, no pudo conseguir financiación.
Quizás todos los elementos de una moderna maquina de coser los encontramos a
principios de 1844, cuando el inglés John Fisher inventó una maquina, que aunque
habia sido diseñada para la producción de encajes, era básicamente una maquina de
coser. Probablemente debido a la falta de patente, este invento fue pasado por alto
años posteriores.
A pesar de un nuevo aluvión de invenciones menores en la década de 1840, la mayoría
de los estadounidenses afirman que la máquina de coser fue inventada por los
agricultores de Massachusetts EliasHowe que completó su primer prototipo en 1844,
poco después de Fisher.
Un año más tarde fue patentado y Howe se dedicó a tratar de comercializarla. Pero, no
tuvo éxito, el mundo no estaba preparado para mecanizar la costura. Deseperado y
endeudado, Howe envió a su hermano Amasa a Inglaterra con la esperanza de
despertar más interés por su maquina de coser. Amasa sólo consiguió convencer a
William Thomas, fabricante de corses, que finalmente compró los derechos del invento
y se asoció con Howe con el objetivo de volver a Londres y seguir desarrollando
la maquina de coser.
La unión no funcionó, se acusaron mutuamente de incumplir los acuerdos pactados y,
finalmente, Howe, arruinado, regresó a Estados Unidos. Cuando llegó, se encontró que
se habían apropiado de su maquina de coser; incluyendo Singer, y que docenas de
fabricantes estaban produciendo maquinas sin respetar su patente.
Se sucedió una larga disputa legal, sólo cuando Wheeler& Wilson y Grover& Baker
unieron sus patentes consiguieron proteger el monopolio.
Singer no introdujo ningún gran avance en la maquina de coser, aunque fue pionera
en poner en marcha el alquiler con derecho a compra y desarrolló técnicas agresivas
de venta.
Ambas empresas, Singer y Howe acabaron sus días como multi-millonarios.
Como hemos visto la cosa no está clara, es poco probable que haya un acuerdo sobre
quién fue el inventor de maquina de coser. Sin embargo, podemos afirmar, sin duda,
que sin la labor de sus “pioneros” el sueño de mecanizar la costura nunca habría sido
posible.