La otra, que constituye un punto de partida histórico más apropiado, es más abstracta, y se centra en el papel que desempeñan los seres humanos en una sociedad industrial, que incluye la búsqueda de formas estéticas apropiadas y mejora de los productos existentes, en una era tecnológica que avanza a gran velocidad. Hay dos raíces que nadie discute. Una de ellas parte de la mercadotecnia y la explotación del diseño industrial para aumentar las ventas de un producto y el volumen de operaciones de una empresa. El objetivo del diseño industrial es crear productos manufacturados, aplicando aspectos como la estética, la eficiencia funcional y la producción comercial, en los años 1920 y 1930 se uso el nombre por primera vez de diseño industrial.