2. FRACTURAS DEL ANILLO
PELVIANO
ASPECTOS ANATOMO-FISIOLÓGICOS
Se producen por traumatismos de gran
violencia. En el niño, tanto debido a una
mayor elasticidad ósea, como al mayor
contenido cartilaginoso, se requiere
traumatismos de muy alta energía para
causar dichas fracturas, lo que puede
ocasionar lesiones de gran importancia a
nivel abdominal.
3. Existen tres zonas de debilidad del anillo pélvico:
• La anterior: a nivel de las ramas ilioisquiopubianas
y a nivel de la sínfisis del pubis.
• La media: a nivel del acetábulo.
• La posterior: a nivel de los agujeros sacros, y en
las zonas adyacentes a las articulaciones
sacroilíacas.
4. CLASIFICACION DE LAS FRACTURAS
DEL ANILLO PELVIANO
TILE: que está basada en los grados de inestabilidad de la pelvis
fracturada.
TIPO A
Fracturas estables (arco posterior intacto).
A1: lesiones por avulsión.
• espina ilíaca antero-superior, por tracción del sartorio.
• espina ilíaca antero-inferior, por tracción del recto anterior
• tuberosidad isquiática, por tracción de los músculos
isquiotibiales.
A2: fractura del ala ilíaca o del arco anterior debido a golpe
directo
A3: fractura sacroccígea transversa
5.
6. Tipo B:
Fracturas parcialmente estables (rotura incompleta del arco
posterior) con inestabilidad horizontal
• B1: compresión anteroposterior: fracturas en libro abierto
(rotación externa), fractura flotante de las cuatro ramas
(son las que con mayor frecuencia se asocian a lesiones
vesicoureterales).
• B2: las fracturas por compresión lateral (rotación interna)
B2-1: ipsilaterales: lesión anterior y posterior del mismo
lado.
B2-2: contralaterales: en asa de cubo.
• B3: bilateral.
7.
8. Tipo C:
Fracturas inestables (rotura completa del arco posterior
con inestabilidad en dos planos: horizontal y vertical con
posibilidad de ascenso/descenso de los fragmentos > de 1
cm.
La rotura de la transversa de L5, y las avulsiones de
sacro o isquiáticas, deben hacer sospechar este tipo de
lesión, incluso en ausencia de desplazamientos importantes.
• C1: rotura unilateral (Fractura de Malgaigne).
• C1-1: fractura del ilíaco.
• C1-2: fractura-luxación sacroilíaca.
• C1-3: fractura sacra.
• C2: bilateral.
• C3: con fracturas acetabulares asociadas (pueden o no
asociarse a luxaciones de cadera)
9.
10. TRATAMIENTO
En las fracturas por avulsión: sólo se requiere reposos simple
e inicio de carga parcial según tolerancia en 2-3 semanas
En caso de fracturas de pelvis estables: en general, es
suficiente el reposo simple (depende del desplazamiento de
las fracturas y de las lesiones asociadas).
En caso de fracturas inestables en un solo plano: se debe
reducir el desplazamiento de las fracturas mediante
manipulación bajo anestesia general. El mantenimiento de la
reducción se puede realizar mediante yeso, fijador externo o
hamaca.
En el caso de fracturas inestables en dos planos es
imprescindible la reducción, y mantenimiento. En general, se
deben asociar la compresión del anillo y la tracción en el eje,
(ya que la simple fijación externa anterior no proporciona
estabilidad suficiente). También se puede practicar la
reducción y fijación interna, de la sínfisis pubiana
11. FRACTURAS DE CADERA
Las fracturas de cuello de fémur en el niño son raras.
Afectan a menos del 1% de todas las fracturas del fémur
en edades pediátricas.
La incidencia de estas fracturas de la extremidad proximal
de fémur en el niño respecto al adulto es de 1:130 a 1:300.
La edad media de presentación es de nueve años con
discreta predilección de varones.
El mecanismo de producción, a diferencia de lo que sucede
en los adultos, suele ser violento (accidentes de tráfico,
atropellos o caídas desde altura o de bicicleta) asociándose
con frecuencia lesiones graves a otros niveles (traumatismo
cráneo-encefálico, torácico o abdominal).
12. CLASIFICACIÓN:
Las fracturas del cuello femoral en el niño se
clasifican según la localización anatómica de la
lesión según Delbet y popularizada por Colonna en
1929 en cuatro tipos:
1.- FRACTURA TRANSEPIFISIARIAS
2.- FRACTURA TRANSCERVICAL
3.- CERVICO-TROCANTERICA
4.- PRETOCANTERICA Y
RETROTOCANTERICA
14. FRACTURAS DE DIAFISIS
FEMORAL
Las fracturas de la diáfisis del fémur son
frecuentes en los niños. Son más frecuentes en el
varón en una relación 3:1.
Estas fracturas suelen estar producidas, en la
mayoría de los casos, por accidentes de tráfico,
por lo que es necesario prestar gran atención a las
posibles complicaciones vasculares y neurológicas
asociadas
Consolidación temprana con callo óseo abundante
Las fracturas pueden resultar de lesiones sobre la
diáfisis del fémur directas o indirectas.
15. Existe una gran variedad de clasificaciones
en función de la localización, trazo de
fractura, grado de conminución, severidad
de la lesión de partes blandas … Sin
embargo, ninguna clasificación es
ampliamente aceptada.
16. CLASIFICACION
DEPENDIENTE DE LA LOCALIZACION DEL RASGO
FRACTURAS DEL TERCIO MEDIO
Son las más frecuentes (60-70%). El cabalgamiento de los
fragmentos es importante, con desplazamiento posterior del
fragmento distal.
FRACTURAS DEL TERCIO PROXIMAL
El fragmento proximal se coloca en flexión por tracción de
músculo psoas-ilíaco, en abducción por los glúteos mediano y
menor, y en rotación externa por los músculos pelvi-trocantéricos
y el glúteo mayor.
El fragmento distal asciende por acción del cuádriceps y se
coloca en adducción. Esta colocación de los fragmentos explica las
dificultades de reducción de estos casos.
FRACTURAS DEL TERCIO DISTAL
El fragmento inferior bascula hacia atrás por acción de los gemelos
pudiendo en ocasiones producir complicaciones vásculo-nerviosas. El
Fragmento proximal suele penetrar en la masa muscular del cuádriceps
produciendo lesiones de partes blandas más o menos marcadas.
17. SEGÚN EL GRADO DE CONMINUCION
Winquist y cols.:
• Tipo I ausencia o mínima conminución.
• Tipo II pequeños fragmentos en menos del 50% de la
circunferencia.
• Tipo III conminución en más del 50% o 2 fragmentos
mayores.
• Tipo IV conminución circunferencial de la diáfisin
sin contacto de las corticales de los fragmentos
mayores tras la reducción.
• Tipo V gran conminución con pérdida de algún fragmento
óseo.
19. CLINICA
El paciente presenta dolor local, sensibilidad y
tumefacción, con impotencia funcional del miembro
afectado. Se puede observar también deformidad,
Acortamiento y movilidad anormal a nivel del muslo
con el miembro en rotación externa y acortamiento.
Estos signos, unidos a historia de traumatismo o
accidente de tráfico hacen evidente el diagnóstico.
Hay que valorar el estado neurovascular
20. TRATAMIENTO
El tratamiento ideal sería el que
Permitiera un control de la reducción
de la fractura, conservando la longitud
del miembro, que fuera confortable
para el niño, sin exposición radiológica
excesiva, con el menor impacto
psicológico negativo posible, que no
Requiera anestesia y que, además,
permita con facilidad los cuidados de
enfermería y de la familia.
Tratamiento quirúrgico en caso de
politraumatismos o de gran afección
de partes blandas
21. FRACTURAS DE RODILLA
FRACTURAS DE PATELA
Las fracturas de la rótula pueden producirse tras trauma
directo o indirecto. Golpes directos o caídas sobre una rodilla
flexionada, secundarios a accidentes de tráfico o de deporte
son las causas más frecuentes (80%). En estos casos las
fracturas pueden ser abiertas o asociadas a fracturas
Ipsilaterales de fémur/tibia (19%).
Los traumas indirectos se producen por sobrecargas,
crónicas (fracturas de estrés) o agudas (luxación aguda
rotuliana) desde los tejidos periféricos de la patela aplicados
en el mismo cartílago.
22. Podemos clasificar estas fracturas en 4 tipos:
1.Fracturas completas del centro de osificación primario que a su vez
pueden ser:
• Transversas (uno de los patrones más comunes).
• Longitudinales (raras).
• Conminutas (frecuentes y generalmente desplazadas).
Estas fracturas son comparables a las de los adultos.
2.Fracturas periféricas por avulsión. Pueden estar localizadas en
cualquier segmento periférico de la rótula y el fragmento avulsionado
puede ser totalmente cartilaginoso o incluir una fina capa de hueso
subcondral. Resultan de una tracción brusca aplicada periféricamente
en la Rótula
3.Fracturas de estrés. Están causadas por fuerzas repetitivas,
aplicadas de manera que no llegan al umbral de fractura. Hay dos
grupos de pacientes bien definidos: atletas y Paralíticos cerebrales. En
atletas jóvenes la línea de fractura puede ser longitudinal o transversa.
En los pacientes con parálisis cerebral infantil estas fracturas se
localizan en el polo inferior rotuliano y dan una imagen de
fragmentación patelar en Rx.
4.Fracturas osteocondrales de la superficie articular patelar.
Generalmente son debidas a golpes directos, o cizallamiento en una
luxaciónaguda rotuliana.
27. Tipo I: Fractura a través del centro de osificación
secundario, a nivel del borde posterior de la
inserción del tendón rotuliano.
Tipo II: Fractura en la unión de los centros de
osificación primario y secundario de la epífisis
tibial proximal.
Tipo III: La fractura se propaga proximalmente
a través del centro de osificación primario de la
epífisis proximal de la tibia, dentro de la
articulación de la rodilla.
29. Tratamiento
Aunque mínimamente desplazados,
pequeños fragmentos avulsionados
(tipo I) con frecuencia pueden ser
tratados con éxito de forma cerrada,
pero la mayoría de los autores
aconsejan la reducción abierta y la
fijación interna para las fracturas
tipo II y III
30. Fracturas de la diáfisis tibial
Las fracturas de la diáfisis tibial en niños son
frecuentes y suponen el 8% de las fracturas en el
niño, pero si se analizan las fracturas que
requirieron ingreso hospitalario ocupan el segundo
lugar en frecuencia tras las fracturas de fémur.
Aunque se producen a cualquier edad, son más
frecuentes en edades inferiores a los 10 años,
siendo la gran mayoría de ellas benignas y se
tratan mediante inmovilización enyesada, con o sin
necesidad de reducción previa y con buenos
resultados.
31. MECANISMO DE PRODUCCIÓN
Pueden estar producidas por mecanismo directo o
indirecto y el tipo de fractura varía con la edad del niño.
Son más frecuentes los mecanismos indirectos que
originarían trazos espiroideos u oblicuos y generalmente se
produce al quedar atrapado el pie y girar el cuerpo en la caída.
El mecanismo directo ocasiona trazos transversos o
fracturas conminutas y pueden atribuirse en un 50% de lo
casos a atropellos por vehículos y un 17% a caídas
32.
33. Clasificación
Las fracturas diafisarias pueden clasificarse
según sean de uno o los dos huesos, y
también por su inestabilidad tras la reducción
en estables e inestables.
Fracturas diafisarias:
1. Fracturas aisladas de la tibia.
2. Fracturas aisladas del peroné.
3. Fracturas de ambos huesos.
34.
35. Un 70% de las fracturas son aisladas bien
completas o incompletas. La mayoría suelen
ser por mecanismos indirectos, ocasionando
trazos espiroideos con peroné intacto y
tendencia a la desviación en varo.
En niños pequeños suele ser la fractura más
frecuente.
Generalmente son fracturas con posible
inestabilidad si dicho mecanismo obra con
Elevada energía
La clínica varia dependiendo de la lesión
36. Tratamiento
En niños el tratamiento de las fracturas abiertas de tibia
varía respecto a los adultos:
- Las lesiones de tejidos blandos curan mejor en niños que
Adultos
- El hueso descontaminado y desvitalizado puede ser
cubierto
con partes blandas e incorporarse al callo de fractura.
- La fijación externa puede mantenerse hasta la
consolidación.
- El periostio es capaz de regenerar hueso aún en caso de
pérdidas de fragmentos óseos
37. El tiempo de inmovilización dependerá de
la edad y el tipo de fractura. Así en neonatos
será de 2 a 3 semanas, niños jóvenes de 4 a
6 semanas, adolescentes entre las 8 y 16
semanas y en fracturas abiertas puede
Prolongarse hasta las 24 semanas.
38. FRACTURAS DE TOBILLO
Las epifisiolisis del tobillo son las lesiones fisiarias más
frecuente en niños. En más del 50% de los traumatismos de
tobillo en el esqueleto en desarrollo la placa de crecimiento
está afectada. Esta elevada incidencia, junto con la
posibilidad de dejar graves secuelas, y la dificultad
diagnóstica que presentan algunas de estas lesiones
justifican su conocimiento.
La fusión fisiaria se produce entre los 15 y 17 años
según el sexo.
Los núcleos de osificación secundarios en los maleólos
medial y lateral pueden semejar una fractura, por lo que
siempre es importante en estos casos una comparación
radiológica con el lado contralateral sano.
39.
40. En todos los casos son imprescindibles las
proyecciones anteroposterior (AP) y lateral (L)
estándar.
41. Tratamiento
Reducción cerrada
Afortunadamente se puede practicar en la mayoría de los
casos. Es necesaria una anestesia general para conseguir una
adecuada relajación y analgesia. Las maniobras de reducción
consisten en la inversión del mecanismo de producción
acompañada siempre de una tracción en el eje del miembro.
Si hay dudas, la rotación interna reduce la fractura en la
mayoría de las ocasiones.
Inmovilización
En las fracturas sin desplazamiento después de obtenida una
reducción adecuada, se inmoviliza con yeso.
42. La reducción abierta
1. Imposibilidad de obtener o mantener una reducción cerrada
satisfactoria (fracaso de reducciones en tipo II).
2. Incongruencia articular y/o fisaria. (tipos III y IV).
3. Fractura expuesta o asociada a lesión vascular.