Contextualización y aproximación al objeto de estudio de investigación cualit...
Malestar posterior a la segunda guerra mundial
1.
2. Concluyó con la firma por separado de cuatro tratados que afectaron a las
potencias derrotadas. Se celebraron en sesiones separadas en las proximidades de
París:
El tratado de Versalles: con Alemania
El tratado de Saint-Germain: con Austria
El tratado de Trianon: con Hungría
El tratado de Neuilly: con Bulgaria
De estos tratados quedó, por parte de los vencidos, la sensación de haber sido
injustamente perjudicados.
3. Los tratados no resolvieron el problema de las
nacionalidades, quedando desvirtuado el principio teórico
que los había impulsado, es decir, el respeto a la
independencia de naciones, consideradas como
comunidades con rasgos comunes de identidad cultural y
lingüística. Por el contrario, los nuevos estados que
surgieron se crearon sin respetar esa política, lo que
generó tensiones que se prolongaron hasta el estallido de
la Segunda Gran Guerra.
No contribuyeron en absoluto a estabilizar la situación
europea y mundial.
4. En el Tratado de Versalles, el ser declarada “responsable del conflicto” las
pérdidas territoriales en el este y las enormes reparaciones y las enormes
reparaciones de guerra a las que se vió obligada fueron las cláusulas
especialmente inaceptables para los alemanes.
Alemania no fue ocupada militarmente, la gran contradicción fue que el Tratado
de Versalles trataba de imponer una paz muy dura a un estado que aún era muy
poderoso, fue considerado humillante.
En estas condiciones, agravadas por las dificultades de la posguerra, las
posiciones “revanchistas” contra el Tratado de Versalles pronto se extendieron en
Alemania. La falsa noción histórica de haber perdido la guerra no por el frente
sino por la “puñalada por la espalda” de los demócratas, socialistas, judíos…que
habían protagonizado la revolución de noviembre de 1918 se propagó entre los
ámbitos ideológicos de la derecha alemana.
5. Tras la firma de los tratados de paz en Italia se repetía la frase “Hemos ganado la
guerra, pero hemos perdido la paz”. Así se resumía la generalizada sensación
italiana de haber sido menospreciados en París y haber conseguid pocos beneficios
tras haber perdido 460,000 vidas humanas durante el conflicto.
La no anexión de territorios en Dalmacia debido a la aplicación del principio del
las nacionalidades en la nueva Yugoslavia y las exiguas conquistas coloniales
causadas por el egoísmo franco-británico, hicieron que las anexiones del Trentino-
Alto Adigio y la península de Istria (9,000 kilómetros cuadrados) parecieran muy
poco a muchos italianos.