Andrés Krakenberger, expresidente de Amnistía Internacional, sostiene que «es un error de bulto pensar que no hay vulneraciones de derechos humanos en democracia». 26 Diciembre 2014 El Correo
Que la tortura no se investigue en un Estado de Derecho no es de recibo
1. Expresidente de
Amnistía Internacional,
sostiene que «es un error
de bulto pensar que no
hay vulneraciones de
derechos humanos en
democracia»
:: DAVID GUADILLA
BILBAO. Andrés Krakenberger
compareció recientemente en el
Parlamento como miembro de la
asociación Argituz para presentar
un informe sobre la tortura en Es-
paña que no deja en muy buen lu-
gar ni a las fuerzas de seguridad ni
a los forenses de la Audiencia Na-
cional ni a los jueces. El dossier, en
cuya elaboración también han par-
ticipado la Asociación Española de
Neuropsiquiatría, el Grupo de Ac-
ción Comunitaria, Ekimen Elkar-
tea, Jaiki Hadi, Osasun Mentalaren
Elkartea y Osalde, documenta 45
casos de malos tratos por diferen-
tes cuerpos policiales.
La credibilidad de los testimo-
nios se establece mediante el cono-
cido como ‘protocolo de Estambul’,
un manual reconocido por Nacio-
nes Unidas en el año 2000 para con-
firmar las torturas mediante un cru-
ce de entrevistas en las que parti-
cipan especialistas de diferentes
campos (médicos, psicólogos, psi-
quiatras...). Krakenberger, expresi-
dente de Amnistía Internacional
en España, advierte que los abusos
por parte de la Policía no es algo
«puntual» en nuestro país.
– ¿España ha sido permisiva con
la tortura?
– Todo da a entender que sí. Es muy
inquietante que llevemos ya cinco
sentencias del Tribunal Europeo de
Derechos Humanos condenando a
España, no ya por torturar, sino por
ni siquiera investigar las denuncias.
Mucha gente me suele decir: «Bue-
no, pero no se le ha condenado por
torturar». Como quitándole impor-
tancia. ¿Cómo reaccionaría la gen-
te si un tribunal denunciase a Es-
paña por no investigar casos de co-
rrupción? Sería inaceptable, ¿no?
– Esos 45 casos, ¿son excepciona-
les o demuestran que hay una tor-
tura sistemática?
– Yo tendría mucho cuidado con el
adjetivo sistemática. Lo que sí de-
muestra es una pauta de denuncias
persistentes en el tiempo que no se
pueden descartar por el hecho, como
ha sido en el contexto del País Vas-
co, de que ETA daba instrucciones
de denunciar torturas, las hubiese
habido o no. Hay que entender que
España ratificó hace casi treinta años
el Convenio contra la Tortura de
Naciones Unidas, que establece la
obligación de investigar todas las
denuncias. La tortura en España no
se puede calificar como algo pun-
tual que ocurre muy de vez en cuan-
do.Tenemos un problema grave. Ha
habido delitos y tienen que ser in-
vestigados. Y esta situación en un
estado de Derecho no es de recibo.
– Su informe deja en muy mal lu-
gar no sólo a la Policía, sino tam-
bién a los forenses de la Audien-
cia Nacional, por ejemplo, y a los
jueces, ¿no?
– Las entrevistas de los forenses en
la Audiencia Nacional no se daban
en una situación en la que el dete-
nido pudiese hablar con el médico
de forma privada. Más bien al con-
trario, con la puerta abierta, con el
policía mirando. En otras ocasio-
nes, el propio agente advertía al de-
tenido de «cuidadito con lo que di-
ces...». Es evidente que algo falla.
– Pero si eso es así, los forenses de
la Audiencia Nacional habrían te-
nido una labor, digamos, poco di-
ligente. Es una insinuación bas-
tante seria.
– Yo he hablado con algún médico
y me ha dicho que da un poco la sen-
sación de que esos profesionales no
cumplieron del todo correctamen-
te su juramento hipocrático.
– ¿Y el papel de los jueces?
– El informe también arroja dudas
en ese sentido. Algo ha fallado en
la totalidad del Estado de Derecho
para que se haya producido todo eso
que hemos demostrado en el infor-
me.
– La situación en España, ¿es di-
ferente a la de otros países de nues-
tro entorno?
– Hay países de nuestro entorno que
tienen mecanismos independien-
tes de investigación para aclarar
cualquier posible delito cometido
por un miembro de las fuerzas de
seguridad. Pero si la Policía encar-
gada de investigar denuncias de tor-
tura es la misma que la denuncia-
da... También ahí falla el sistema.
– ¿Qué otro tipo de medidas ha-
bría que poner?
– La rueda se inventó hace ya mu-
cho tiempo. Son fórmulas que lle-
van años recomendándose. Por
ejemplo, instalar una videovigilan-
cia y un sistema de audio para con-
trolar todo el trayecto de un dete-
nido. Supone una garantía mutua:
del detenido de no ser maltratado
y del funcionario de no ser acusa-
do falsamente.
– ¿En qué medida influyó la exis-
tencia de ETA para que a las de-
nuncias por torturas nunca se les
haya dado credibilidad? ¿El dolor
causado por la banda terrorista in-
sensibilizó ante la tortura?
– Puede ser hasta una reacción hu-
mana. Pero un Estado de Derecho
tiene que ser un Estado de Dere-
cho, no tiene que dejarse llevar por
las emociones. Esto es fundamen-
tal. Jean Baptiste Lacordaire (polí-
tico y religioso francés del siglo XIX)
ya dijo que la libertad solo es posi-
ble en aquellos países en los que el
Derecho prevalece sobre las pasio-
nes.
Error conceptual
– ¿Cree que existe una cierta per-
misividad social con respecto a la
tortura a nivel general o ante de-
terminadas situaciones muy trá-
gicas? Durante la investigación
del caso Marta del Castillo, mu-
chos ciudadanos no dudaban en
afirmar que la Policía tenía que sa-
car la información a los sospecho-
sos cómo fuese.
– Eso, aparte de dejarse llevar por
las pasiones, también es un error
conceptual clarísimo. Como méto-
do de investigación, ¿uno realmen-
te puede creer que una información
obtenida con torturas es fiable? El
primer interés de una persona que
está siendo torturada, ¿cuál es? ¿Dar
información veraz o que le dejen
de torturar? No sirve como méto-
do de investigación.
– Algo sí parece que está cambian-
do. La pasada legislatura ya se re-
dactó en Euskadi una ley de repa-
ración de las víctimas de abusos
policiales.
– Bueno... Hay una serie de princi-
pios de Naciones Unidas sobre la re-
paración de las víctimas que son el
origen de la triada de derechos que
manejamos mucho aquí: verdad,
justicia y reparación. Pero en las di-
rectrices básicas de Naciones Uni-
das aprobadas en 2005 hay un cuar-
to derecho. Uno que no sé por qué
en nuestro entorno se nos olvida:
la no discriminación. Lo bueno de
la ley impulsada por el Gobierno de
Patxi López fue que era el primer
decreto que hablaba de estas cues-
tiones, pero se paraba en 1978. Y es
un error de bulto pensar que no se
producen vulneraciones de dere-
chos humanos en democracia.
«Que la tortura no se investigue en un
Estado de Derecho no es de recibo»
AndrésKrakenbergerMiembrodelaasociaciónpro-derechoshumanosArgituz
Andrés Krakenberger, en el Parlamento vasco. :: EL CORREO
:: D G.
BILBAO. Andrés Krakenberger es
miembro de la asociación en favor
de los derechos humanos Argituz,
que se presentó públicamente en
el Parlamento vasco en marzo de
2011, y presidió la sección españo-
la de Amnistía Internacional des-
de 1993 a 2001. Entre las funcio-
nes del colectivo al que ahora re-
presenta figuran la investigación
de posibles casos de conculcación
de derechos fundamentales, tra-
bajar para que se cumplan todas las
normas nacionales e internacio-
nales en esta materia y evitar si-
tuaciones de discriminación.
– La persecución de la tortura ha
puesto en entredicho durante los
últimos meses la Ley de Amnis-
tía de 1977. La Justicia argentina
ha dictado órdenes de detención
contra varios altos cargos del fran-
quismo y laTransición. ¿Cree que
hay que revisarla o incluso dero-
garla?
– Así es. Hace muchos años que el
Derecho Internacional ha ilegali-
zado estas leyes de punto y final.
– Eso también supondría que se
podrían perseguir algunos críme-
nes de ETA.
– Lógicamente, habría que revisar
cualquier conculcación de los De-
rechos Humanos.
– ¿Pero eso no supondría abrir he-
ridas innecesarias casi cuarenta
años después?
– Lo que no puede haber son zonas
grises y opacas respecto a hechos
del pasado. Una situación como la
que tenemos aquí es insostenible.
– ¿Han estudiado el perfil del tor-
turador?
– Como grupo, Argituz no, pero
está bastante claro. Ya lo dijo
Hannah Arendt: la banalidad del
mal. Gente que es capaz de hacer
las conculcaciones de derechos hu-
manos más atroces son gente de lo
más normal.
«Hace mucho que a nivel internacional se han
ilegalizado leyes como la amnistía de 1977»
Veracidad
«Haydemandasquenose
puedendescartarporel
hechodequeETAdiera
instruccionesdedenunciar
torturaslashubieraono»
Reflexión
«¿Cuáleselprimerinterés
deunapersonatorturada?
¿Darinformaciónverazo
quedejendemaltratarle?»
LAS FRASES
POLÍTICA26 Viernes 26.12.14
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