5. • Humildad es la característica que define a una persona
modesta, alguien que no se cree mejor o más
importante que los demás en ningún aspecto. Es la
ausencia de soberbia.
• Virtud que debe ser cultivada, pues Dios se humilló (Sal
113.5–6) y también Cristo, cuando adoptó forma
humana (Flp 2.5–11). La humildad y la mansedumbre
agradan a Dios
• Renunciar a todo sentimiento de superioridad y vivir
consagrado a mejorar la suerte de los tristes y los
abatidos, infundiéndoles ánimo para superar sus
dificultades
6.
7. • Santa Teresa de Jesús (1515-1582) dijo alguna vez que humildad es andar en verdad.
8. • "El grado mas perfecto de humildad es complacerse en los
menosprecios y humillaciones. Vale mas delante de Dios un
menosprecio sufrido pacientemente por su amor, que mil ayunos
y mil disciplinas."-San Francisco de Sales, 1567
9.
10. • Jamás te sientas grande por ninguna razón derivada de el entorno en que
casualmente estás inserto/a: tu apellido, ciudad, raza, religión, identidad sexual,
profesión etc. pues al compararte practicas una forma de agresión emocional.
• No agredir a personas animales o plantas aunque creas tener justificación: la base de
la humildad es la inofensividad, inocuidad.
• No vuelvas a usar pronombres posesivos en primera persona, como
yo, mi, me, mío, etc. pues implica poner la propia personalidad como ejemplo y
centro de atención, lo cual es contrario a la humildad: El Cordero se refería a si mismo
en tercera persona.
• Procura ser siempre el último, ten el honor de identificarte con la cola del pez, que EN
REALIDAD ES lo único que impulsa al pez.
11. • Jamás seas el primero en nada, ni en ser atendido, servido
ni tomado en cuenta: ser el primero es la satisfacción más
grande para la personalidad y el daño más inmenso para el
alma.
• Nunca ponerse de ejemplo de nada, ni ante nadie: ponerse de
ejemplo es la manifestación del orgullo más temible que puede
hacer la personalidad o carácter.
• NO busques ser el centro de atención en
reuniones, conversaciones o compartimientos y fiestas. NO
llames la atención: quien hoy te aplaude mañana te puede
hundir.
• Sé suave, silencioso, armonioso y risueño al hablar
12. • Sé silencioso en la manera de caminar y conducirte.
• Nunca tires nada ni produzcas ruidos innecesarios.
• Sé silencioso en la manera de caminar y conducirte.
• Trata siempre de ser quien da y no quien recibe. Y cuando te
toque recibir, se noblemente agradecido y trata devolver el
doble de lo recibido.
• Cuando te griten, te culpen de defectos, te humillen o
sean injustos contigo, no contestes, quédate tranquilo
e invoca a tu maestro para que purifique esa energía y
se la devuelva en amor a quien la emitió.
13. • No te apegues a ningún objeto físico, emociones o
pensamientos, nada te pertenece. Al aferrarte y querer
poseer, estás siendo orgulloso porque te estás identificando con
"lo mío".
• NO hables mal de nadie, aunque lo merezca, pues lo único que
te concierne es ver la perfección que puede existir en cada
quien; y si te cuesta visualizar tu propio camino por estar
concentrado en el ajeno, pide consejo a tu guía espiritual.
• El ser pobre o rico NO garantiza automáticamente la humildad o
el orgullo ya que existen ricos orgullosos y ricos; también hay
pobres muy orgullosos, así que NO te sientas humilde por ser
pobre ni orgulloso por cualquier posesión.
• Nunca reclames nada para tí, ya sea verbal emocional o
físicamente.
14. • Recuerda a cada instante que estás en el mundo par
servir a Dios a través de las personas.
• Recuerda a cada instante que estás en el mundo par
servir a Dios a través de las personas.
• Recuerda a cada instante que estás en el mundo par
servir a Dios a través de las personas.
• Recuerda a cada instante que estás en el mundo
par servir a Dios a través de las personas.
15. • Solo habla lo positivo de los ausentes, no hables mal de nadie
bajo ninguna justificación.
• Trabaja de incógnito en el anonimato y que la acción se
mantenga en sigilo: el silencio es la primera condición para el
crecimiento y la victoria privada.
• Hay que ascender directamente a la cumbre de la MONTAÑA en
vez de extraviarnos por tantos senderos que la cruzan.
• El árbol expone sus frutos a hombres y animales sin orgullo ni
falsa humildad, solo con franca naturalidad, su lección muda
solo la aprenden los humildes.