2. Lola Flores. 'La Faraona' nos dejó en 1995 a causa de un cáncer de mama,
provocando la tristeza de todo el país. Sus restos descansan en el panteón
familiar de la Familia Flores, en el Cementerio de La Almudena de Madrid.
3. Fernando Martín. También en La Almudena podemos visitar la tumba del
primer español que desembarcó en la NBA. Nos dejó abrutamente en diciembre
de 1989, en un fatídico accidente de coche. Una estatua de un niño con un balón
de baloncesto junto a la tumba familiar recuerda su pasión.
4. Benito Pérez Galdós. Máximo exponente de la novela realista española, el
escritor descansa eternamente en el Cementerio de La Almudena junto a su
familia. Fallecido en 1920.
5. Enrique Urquijo. El alma de 'Los Secretos' nos dejó de manera inesperada
en noviembre de 1999. Sus restos descansan también en el Cementerio de La
Almudena.
6. Enrique Tierno Galván. El que fuera uno de los alcaldes más
emblemáticos de Madrid falleció en enero de 1986 dejando desolada a toda la
ciudad. Sus restos descansan en el Cementerio de La Almudena.
7. Sara Montiel.La querida actriz española falleció en 2013 y sus restos
descansan en el Cementerio de San Justo. En su funeral, el coche fúnebre
recorrió las calles del centro de Madrid como era el deseo de la actriz, en su
último paseo por la ciudad que tanto quiso.
8. Tony Leblanc. Otro de los grandes actores de la historia del cine español
falleció en Madrid en 2013. Sus restos descansan en el Cementerio de la
Almudena. 'Aquí yace un cómico. Fin de la primera parte', reza en su epitafio.
(Foto: capilla ardiente del actor).
9. Salvador Sánchez Povedano, 'Frascuelo'. El mítico torero
descansa eternamente en el Cementerio de San Isidro, desde que falleciera en
1898.
10. Las Trece Rosas. En 1988 se colocó la placa que conmemora el
fallecimiento de estas mujeres, la mayoría miembros de las Juventudes
Socialistas Unificadas, fusiladas en el Cementerio de la Almudena por el régimen
franquista en 1939.
11. Mariano José de Larra. Los restos mortales del célebre escritos
descansan en la Sacramental de San Justo. Larra se suicidó en Madrid a los 27
años de edad, dejando atrás importantes obras, estandartes del Romanticismo
español.