2. LENGUA CASTELLANA
Y LITERATURA
Pedro Galván Magro
Félix Martín Cano
José Miguel Ocaña Iglesias
Miguel Ángel Rey Hellín
MADRID - BARCELONA - BOGOTÁ - BUENOS AIRES
AUCKLAND - HAMBURGO - LONDRES - MILÁN - MONTREAL
NUEVA DELHI - PARÍS - SAN FRANCISCO - SIDNEY - SINGAPUR
ST. LOUIS - TOKIO - TORONTO
2
Revisión técnica
Esperanza Mateos Donaire
Juan Carlos Pantoja Rivero
CARACAS - GUATEMALA - MÉXICO - NUEVA YORK
PANAMÁ - SAN JUAN - SANTIAGO - SÃO PAULO
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4. Presentación
Este es un libro nacido con una doble vocación: por una parte, la de ser la herramienta
más útil posible para la preparación del ejercicio de Lengua castellana y Literatura de
la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU); por otro lado, la de presentar el rigor exi-
gible a un manual dirigido a alumnos de 2.º de Bachillerato, sea cual sea la comunidad
autónoma española en que el alumno estudie o se examine.
Este manual está pensado para dos tipos muy distintos de aprendizaje: para el de la
enseñanza reglada (clases oficiales con profesor) y también para los casos de alumnos
que se preparan de forma autónoma o autodidacta.
En la presentación de los contenidos se ha seguido un enfoque muy práctico: toda la teo-
ría correspondiente a cada unidad se expone de forma ordenada, con abundancia de ejem-
plos que faciliten su comprensión. La parte práctica se desarrolla en el apartado PAU, con
ejercicios tomados directamente de exámenes reales de selectividad de años recientes, y
en otros apartados finales.
La materia del curso está dividida en cuatro bloques, que se reparten en un total de die-
ciséis unidades. Cada bloque y cada unidad desarrollan un solo tipo de contenido (de Len-
gua, de trabajo con textos, de Literatura...). Esta es su distribución:
• Bloque 1: La realidad lingüística de España (Unidad 1).
• Bloque 2: El estudio de la lengua (Unidades 2-5).
• Bloque 3: La variedad de los discursos y el tratamiento de la información (Unidades 6-8).
• Bloque 4: Literatura (española en castellano, de los siglos xviii, xix y xx, e hispanoa-
mericana del siglo xx. Unidades 9-16).
Cada bloque se inicia con una tabla que recoge de forma esquemática la frecuencia de
aparición de los contenidos del mismo en las PAU de cada una de las distintas comuni-
dades; tabla a la que sigue un resumen global de los contenidos más frecuentes. Conti-
núa con una prueba inicial, que dará al alumno una idea —aproximada, pero útil— de
su nivel de partida. Tras el desarrollo de las unidades correspondientes, cada bloque
concluye con unas actividades de carácter general sobre lo aprendido y un bloque de ac-
tividades para repasar lo estudiado y vincularlo con el contenido de unidades anteriores.
Cada unidad consta de los siguientes apartados:
• Una introducción breve con un esquema de su contenido global.
• Un desarrollo teórico conciso, pero completo, con ejemplos abundantes. En Literatu-
ra, se introducen textos representativos de cada apartado estudiado, que se trabaja-
rán, además, en las actividades finales de cada unidad.
• Dos actividades resueltas tomadas de exámenes de PAU reales o de modelos propues-
tos por las universidades, con indicaciones y pautas para su resolución. Como ejerci-
cios para el alumno, se incluyen otras preguntas tomadas de PAU reales.
• Más actividades, de creación propia, inspiradas también en las cuestiones más fre-
cuentes preguntadas en las PAU.
• En las unidades de Lengua, una página de ejercicios relacionados con el uso nor-
mativo de la lengua. En las de Literatura, una serie de textos complementarios con
actividades que promueven la reflexión.
Entendemos que la simple descripción de los contenidos del libro es suficientemente
indicativa de su condición de herramienta práctica, eficaz y rigurosa.
Los autores
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-hill.es
5. BLOQUE I. La realidad lingüística de España
Unidad 1. Las lenguas de España
1.1 Origen y desarrollo de las lenguas de España ....... 14
1.2 Las lenguas y dialectos de España en la actualidad ... 19
1.3 El español en el mundo ..................................... 22
PAU I ..................................................................... 26
PAU II .................................................................... 28
Actividades propuestas .......................................... 31
Uso del idioma ....................................................... 33
BLOQUE II. El estudio de la lengua
Unidad 2. El sistema de la lengua
2.1 El estudio de la lengua ..................................... 38
2.2 El nivel fónico ................................................. 40
2.3 El nivel léxico-semántico .................................. 43
2.4 El texto .......................................................... 48
PAU I ..................................................................... 50
PAU II .................................................................... 52
Actividades propuestas .......................................... 54
Uso del idioma ....................................................... 56
Unidad 3. El nivel morfológico
3.1 El monema y sus tipos ...................................... 58
3.2 Formación de palabras ...................................... 60
3.3 Las clases de palabras ...................................... 62
PAU I ..................................................................... 74
PAU II .................................................................... 76
Actividades propuestas .......................................... 78
Uso del idioma ....................................................... 80
Unidad 4. El nivel sintáctico I
4.1 El sintagma y sus tipos...................................... 82
4.2 La oración simple.............................................. 84
4.3 La oración compuesta........................................ 90
PAU I ..................................................................... 94
PAU II .................................................................... 96
Actividades propuestas .......................................... 98
Uso del idioma ....................................................... 100
Unidad 5. El nivel sintáctico II
5.1 Subordinación adjetiva o de relativo .................. 102
5.2 Subordinación adverbial .................................... 106
5.3 Construcciones con formas no personales ............ 113
PAU I ..................................................................... 116
PAU II .................................................................... 118
Actividades propuestas .......................................... 120
Uso del idioma ....................................................... 122
BLOQUE III. Variedad de discursos
y tratamiento de la información
Unidad 6. Los textos científicos, técnicos
y jurídicos
6.1 Los textos científico-técnicos ............................ 128
6.2 Los textos jurídico-administrativos .................... 134
PAU I ..................................................................... 136
PAU II .................................................................... 138
Actividades propuestas .......................................... 142
Uso del idioma ....................................................... 144
Unidad 7. Los textos de opinión e información
7.1 El lenguaje en los textos humanísticos ................ 146
7.2 El lenguaje periodístico .................................... 151
7.3 El lenguaje de la publicidad ............................... 157
PAU I ..................................................................... 158
PAU II .................................................................... 161
Actividades propuestas .......................................... 164
Uso del idioma ....................................................... 166
Unidad 8. Los textos literarios
8.1 El uso literario de la lengua ............................... 168
8.2 Características generales del lenguaje literario .... 170
PAU I ..................................................................... 178
PAU II .................................................................... 181
Actividades propuestas .......................................... 183
Uso del idioma ....................................................... 185
Índice
4
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6. BLOQUE IV. Literatura
Unidad 9. La literatura del siglo xviii
9.1 Marco histórico-cultural .................................... 190
9.2 La poesía del siglo xviii ..................................... 192
9.3 La prosa del siglo xviii ....................................... 194
9.4 El teatro del siglo xviii ...................................... 197
PAU I ..................................................................... 200
PAU II .................................................................... 204
Actividades propuestas .......................................... 206
Textos complementarios ......................................... 208
Unidad 10. La literatura del siglo xix
10.1 España y Europa durante el siglo xix .................... 210
10.2 Primera mita del xix: el Romanticismo ............... 211
10.3 La literatura de la segunda mitad del xix:
Realismo y Naturalismo ..................................... 217
PAU I ..................................................................... 222
PAU II .................................................................... 226
Actividades propuestas .......................................... 228
Textos complementarios ......................................... 230
Unidad 11. La literatura de principios del siglo xx.
Modernismo y Generación del 98
11.1 El siglo xx hasta la Segunda Guerra Mundial ........ 232
11.2 Modernismo y Generación del 98 ........................ 233
11.3 El modernismo ................................................. 234
11.4 La Generación del 98 ........................................ 239
11.5 Teatro español a comienzos del siglo xx ............... 243
11.6 El ensayo a principios del siglo xx ....................... 245
PAU I ..................................................................... 246
PAU II .................................................................... 250
Actividades propuestas .......................................... 252
Textos complementarios ......................................... 254
Unidad 12. Novecentismo y vanguardias
12.1 El periodo de entreguerras ................................ 256
12.2 Novecentismo o Generación del 14 ..................... 257
12.3 Las vanguardias ............................................... 266
PAU I ..................................................................... 270
PAU II .................................................................... 274
Actividades propuestas .......................................... 276
Textos complementarios ......................................... 278
Unidad 13. La Generación del 27
13.1 Contexto vital de la Generación del 27 ................ 280
13.2 La Generación del 27 ........................................ 281
13.3 Los poetas de la Generación del 27 ..................... 283
13.4 La prosa de la Generación del 27 ........................ 291
13.5 El teatro de la Generación del 27 ....................... 292
PAU I ..................................................................... 294
PAU II .................................................................... 296
Actividades propuestas .......................................... 298
Textos complementarios ......................................... 300
Unidad 14. La literatura de los años cuarenta
y cincuenta
14.1 Marco histórico-cultural .................................... 302
14.2 La poesía ........................................................ 303
14.3 La novela ........................................................ 307
14.4 El teatro de los cuarenta y cincuenta .................. 311
PAU I ..................................................................... 314
PAU II .................................................................... 318
Actividades propuestas .......................................... 320
Textos complementarios ......................................... 322
Unidad 15. La literatura española desde 1960
15.1 Marco histórico-cultural .................................... 324
15.2 La poesía desde 1960 ....................................... 324
15.3 La novela desde 1960 ....................................... 327
15.4 El teatro desde 1960 ......................................... 331
PAU I ..................................................................... 334
PAU II .................................................................... 338
Actividades propuestas .......................................... 340
Textos complementarios ......................................... 342
Unidad 16.La literatura hispanoamericana
del siglo xx
16.1 Marco histórico-cultural .................................... 344
16.2 La narrativa hispanoamericana del siglo xx .......... 345
16.3 La poesía hispanoamericana del siglo xx .............. 350
PAU I ................................................................. 354
PAU II ................................................................ 356
Actividades propuestas ....................................... 358
Textos complementarios ...................................... 360
Índice
5
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-hill.es
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-hill.es
7. CÓMO SE UTILIZA
ESTE LIBRO
Xxxxx BLOQUE
Introducción de bloque Autoevaluación final de bloque
Or sim dunt ex ea feuisim venis digna faccum eu
feuguero odiam, sumsan velendit, veliscipit, quat
incip ex endit, sismodigna feugiamet delestrud dio
conullam nullan hendit iure tiscilla feugiam, quat.
Ut adionsed tem in ulput
Xxxxx CD
Or sim dunt ex ea feuisim venis digna faccum eu
feuguero odiam, sumsan velendit, veliscipit, quat
incip ex endit, sismodigna feugiamet delestrud dio
conullam nullan hendit iure tiscilla feugiam, quat.
Ut adionsed tem in ulput
Or sim dunt ex ea feuisim venis digna faccum eu
feuguero odiam, sumsan velendit, veliscipit, quat
incip ex endit, sismodigna feugiamet delestrud dio
conullam nullan hendit iure tiscilla feugiam, quat.
Ut adionsed tem in ulput
Xxxxx
CÓMO SE UTILIZA
ESTE LIBRO
BLOQUE
Tipo de preguntas que puedes
encontrar en este bloque
En este apartado se clasifican las preguntas de PAU
y se detallan las características de las mismas en
las distintas autonomías: puntuación, frecuencia
de aparición, modelos de formulación de las pre-
guntas, etc.
EL ESTUDIO DE LA LENGUA
Contenido del bloque para las PAU
BLOQUE
34
II
Muy frecuente Frecuente Ocasional
Andalucía
Aragón
Asturias
Baleares
Canarias
Cantabria
C.–LaMancha
C.yLeón
Cataluña
Extremadura
Galicia
LaRioja
Madrid
Murcia
Navarra
PaísVasco
Valencia
Analizar oraciones compuestas
Analizar internamente las distintas proposiciones
Identificar tipo/función de proposiciones
Indicar/reconocer función sintáctica de
sintagmas o palabras concretas
Analizar/clasificar morfológicamente
Composición y derivación
Análisis de formas verbales
Segmentar/clasificar monemas
Explicar/comentar el significado de palabras
y expresiones
Estilística de clases de palabras
Reformulación léxica de pasajes
Escribir/redactar ejemplos
Buscar sinónimos
Buscar antónimos
Buscar términos del texto para
definiciones dadas
Identificar términos pertenecientes
a campos semánticos
Explicar conceptos semánticos
Adecuación del texto
Cohesión del texto
Rasgos de subjetividad o expresividad
Rasgos de registros del lenguaje
Clasificar nexos y/o conectores
Nivel 0
EL ESTUDIO DE LA LENGUA
36
Sintaxis de la oración simple (1.º de
Bachillerato). Base de la oración com-
puesta (3.º y 4.º de ESO).
Texto y teoría lingüística. Para preguntas ocasionales de las PAU y prue-
bas con enfoque comunicativo (País Vasco,
Navarra).
En este mismo libro (Unidad 2). Li-
bro de 1.º de Bachillerato.
Lo que ya sabes Para qué lo necesitas Dónde puedes repasar
Imprescindibles para afrontar el análisis sin-
táctico exigido en la mayor parte de las PAU.
En este libro se trabaja sistemáti-
camente la oración compuesta y se
hace un repaso de la simple (Uni-
dades 4 y 5). Libro de 1.º.
Morfología y semántica (ESO y 1.º de
Bachillerato).
Necesarias para responder a preguntas de mu-
chas PAU.
En las Unidades 2 y 3 de este libro.
Libro de texto de 1.º.
Comprueba lo que sabes
1 El sujeto de sepa (línea primera) es…
a) No hay: es una impersonal gramaticalizada.
b) No hay: es una impersonal refleja.
c) La gramática.
2 En el segmento un territorio que nunca acaba de explorar,
el elemento que…
a) Es una conjunción subordinante.
b) Es un relativo con función de CD.
c) Es un relativo con función de sujeto.
3 En … que cada día conoce un poco mejor (final del frag-
mento), la palabra mejor es…
a) El adjetivo bueno en grado comparativo.
b) En cualquier caso, funciona como complemento pre-
dicativo del verbo conoce.
c) El adverbio bien en grado comparativo.
4 La relación semántica entre castellano e idioma es:
a) Ambos términos son sinónimos contextuales en cual-
quier contexto.
b) Castellano es hipónimo de idioma.
c) Castellano es hiperónimo de idioma.
5 La proposición como si fueran legisladores es…
a) Una subordinada condicional.
b) Una subordinada comparativa.
c) Una subordinada modal.
6 En la oración Para el gramático, la lengua es esto y mucho
más, el elemento más…
a) Es un pronombre, que funciona como núcleo del SN
atributo mucho más.
b) Es un adverbio y funciona como CC de cantidad.
c) Es un determinante, igual que mucho.
¿Y qué consecuencias tiene saber mal la gramática?
No es que se sepa mal la gramática. Lo que sucede es que hay personas que no muestran el menor interés por el idioma. Creen que
la lengua es una institución externa, que los gramáticos imponen sus reglas a los hablantes como si fueran legisladores o como
si los principios de la gramática fueran normas de tráfico o de derecho mercantil. Es una opinión extendidísima. Es una pena que
sean tan pocos, proporcionalmente, los que comprenden que las palabras no son el envoltorio de las ideas, sino el material del
que están hechas. Para el gramático, la lengua es esto y mucho más. Es una aventura, un territorio que nunca acaba de explorar,
pero que cada día conoce un poco mejor.
«Entrevista con Ignacio Bosque», El País Semanal, 22 de abril de 2007.
1.c;2.b;3.c;4.b;5.c;6.a.
Soluciones
Preguntas sobre morfología
Algunas comunidades piden, sin más, el análisis morfológico
de un fragmento determinado. Sin embargo, lo más frecuente
es que la pregunta especifique y aclare su alcance (Unidad 3):
• Identificación y clasificación de la clase de palabra; catego-
ría y subcategoría (clasificación en sustantivo, verbo…).
• División en elementos constituyentes; analice la estructura
morfológica; analice la estructura interna de las siguientes
palabras descomponiéndolas en sus formantes morfológicos
básicos… (segmentación de la palabra o unidad léxica en
monemas o formantes en general).
• Derivación y composición morfemática (formación de pala-
bras por medios gramaticales).
Es posible que aun así te queden dudas, por ejemplo, sobre
si es preciso clasificar la palabra por su formación o tipo de
constituyentes: compuesta, derivada, parasintética… Ante la
duda, lo mejor es que seas «generoso», sin divagar.
Preguntas sobre léxico y semántica
Lo más habitual es que se pida explicar o comentar el signifi-
cado, en el texto propuesto, de determinadas palabras, locu-
ciones o unidades mayores, es decir, concretar lo más posible
el significado contextual o sentido de las mismas. En otras
ocasiones, se piden directamente sinónimos, conceptuales o,
más frecuentemente, contextuales.
Si sumas las comunidades en que se hacen esos dos tipos de
preguntas, verás que constituyen mayoría. Te conviene, pues,
ejercitarte en la reflexión sobre el significado de las palabras
en general y en la búsqueda de sinónimos en particular.
A veces se pide identificar campos semánticos, términos de
los mismos o incluso definir algunos conceptos semánticos
(Madrid, Cataluña), para lo que debes estar preparado.
Otras preguntas
En el País Vasco y Navarra, es dominante el enfoque comu-
nicativo, con preguntas generales del tipo de Adecuación del
texto, Cohesión del texto, Modalización (actitud del emisor),
etcétera. Aun en estos casos, los conceptos de morfosintaxis
y semántica te serán necesarios para desarrollar los comen-
tarios generales pedidos.
La destreza más solicitada en el conjunto de las PAU es el
análisis sintáctico completo de oraciones compuestas, con in-
dicación de las relaciones sintácticas entre las distintas pro-
posiciones y el análisis interno de las mismas. Las formulacio-
nes más habituales para esta cuestión son Análisis sintáctico;
Analice sintácticamente; Análisis (y comentario) sintáctico del
siguiente fragmento; Análisis sintáctico del siguiente texto;
Analiza sintácticamente el siguiente fragmento.
Algunas comunidades (Cantabria, Andalucía) ciñen la pregun-
ta a la sintaxis de la oración compuesta (relaciones entre
proposiciones o entre oraciones independientes de un frag-
mento). En otras (Cataluña, Galicia, Baleares…), no se piden
análisis sintácticos completos, pero sí actividades parciales
que, en conjunto, requieren un buen manejo de esta habi-
lidad: clasificar proposiciones tomadas del texto, indicar la
función sintáctica de palabras o sintagmas del mismo, etc.
La conclusión es clara: en la mayor parte de las PAU se te exi-
girá un buen nivel de análisis sintáctico. Incluso en las pocas
en que no se exige (Navarra, País Vasco), es fácil que haya
que recurrir a la morfosintaxis para responder a cuestiones de
alcance general, como la cohesión del texto, rasgos caracte-
rísticos del lenguaje coloquial, etc.
Casos especiales:
• En Andalucía, la pregunta sueñe ceñirse a las relaciones
sintácticas de la oración compuesta o entre oraciones inde-
pendientes de un fragmento. La formulación típica es esta:
Explique las relaciones sintácticas que se establecen entre
las oraciones del siguiente fragmento (Unidad 5).
• En Extremadura, se suele solicitar que se redacte la respues-
ta: El análisis sintáctico ha de ser redactado, no bastan los
esquemas de los que pueda servirse el alumno.
• En algunas comunidades (especialmente Galicia y Canarias),
se demanda analizar palabras o sintagmas aislados, o reco-
nocer ciertas estructuras sintácticas en el texto.
Preguntas sobre sintaxis
Tipo de preguntas que puedes encontrar en este bloque
contenido del bloque
para las PAU
Cada bloque comienza con una tabla de frecuencias
en la que se recogen muchas de las preguntas que
han aparecido, en los últimos años, en las Prue-
bas de Acceso a la Universidad (PAU) de las distin-
tas comunidades autónomas.
nivel cero
Este apartado plantea una prueba de nivel tipo
test, que te permitirá comprobar el grado de co-
nocimiento que tienes de conceptos estudiados
anteriormente, antes de abordar el estudio de las
nuevas unidades.
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w
w
.m
cgraw
-hill.es
w
w
w
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cgraw
-hill.es
8. Xxxxx UNIDAD
Tratamiento teórico de la materia
Or sim dunt ex ea feuisim venis digna faccum eu
feuguero odiam, sumsan velendit, veliscipit, quat
incip ex endit, sismodigna feugiamet delestrud dio
conullam nullan hendit iure tiscilla feugiam, quat.
Ut adionsed tem in ulput
Inicio de la unidad
Or sim dunt ex ea feuisim venis digna faccum eu
feuguero odiam, sumsan velendit, veliscipit, quat
incip ex endit, sismodigna feugiamet delestrud dio
conullam nullan hendit iure tiscilla feugiam, quat.
Ut adionsed tem in ulput
Autoevaluación de la unidad
Or sim dunt ex ea feuisim venis digna faccum eu
feuguero odiam, sumsan velendit, veliscipit, quat
incip ex endit, sismodigna feugiamet delestrud dio
conullam nullan hendit iure tiscilla feugiam, quat.
Ut adionsed tem in ulput
Or sim dunt ex ea feuisim venis digna faccum eu
feuguero odiam, sumsan velendit, veliscipit, quat
incip ex endit, sismodigna feugiamet delestrud
dio conullam nullan hendit iure tiscilla feugiam,
quat. Ut adionsed tem in ulput
Actividades propuestas
UNIDAD
inicio de unidad
Cada unidad comienza con un esquema que recoge
los puntos tratados en la misma y la relación entre
ellos. Es importante que tengas claro cómo se es-
tructura el contenido.
61EL NIVEL MORFOLÓGICO 0360 EL NIVEL MORFOLÓGICO03
j 3.2 Formación de palabras
En la unidad anterior distinguimos dos procedimientos generales para incre-
mentar el léxico de una lengua: el primero consistía en tomar palabras de una
lengua extranjera (préstamos, en general); el otro es utilizar los recursos de
formación de palabras nuevas que la propia lengua ofrece a partir de palabras
preexistentes, llamadas simples.
Algunos de estos medios son gramaticales (véase la Figura 3.1): unión de lexe-
mas o de palabras (composición), adición de prefijos y/o sufijos (derivación y
parasíntesis) o una combinación de ambos recursos (composición y derivación
a la vez). Otras posibilidades se basan en las abreviaciones de las palabras o en
el uso de siglas.
A. Composición
Así, sacacorchos o abrelatas son palabras compuestas a partir de un verbo y un nombre preexis-
tentes tomados en bloque: saca-corchos. La -s final no significa plural, porque no existe un
singular *sacacorcho.
Los compuestos cultos surgen a partir de formantes de origen grecolatino: antropología sig-
nifica, por sus formantes, ‘ciencia o estudio del ser humano’, pero tales formantes son griegos,
no castellanos. Lo mismo cabe decir de plenilunio, ‘luna llena’, según sus constituyentes la-
tinos. Este tipo de palabras compuestas son extraordinariamente frecuentes en el lenguaje
culto y técnico, y conviene estar familiarizado con ellas.
Existen ejemplos de palabras compuestas muy complejas; por ejemplo, correveidile (‘persona
que lleva y trae cuentos y chismes’, según el DRAE) es una palabra compuesta a partir de nada
menos que cuatro palabras, tres de las cuales son verbos: corre, ve, y, dile. Sin embargo, al
formar una palabra única, su clasificación no ofrece dudas: es una palabra compuesta.
Los compuestos de varias palabras son combinaciones de dos o más palabras con significado
unitario y que funcionan en la oración como una palabra simple. Su nombre genérico habitual
es el de locuciones (las locuciones nominales son llamadas también compuestos sintagmáti-
cos o sintagmas lexicalizados). Las locuciones se clasifican según la clase de palabra a la que
equivalen. Así, se puede hablar de diferentes tipos de locuciones:
• Nominales: el más allá, luz verde.
• Adjetivas: de pelo en pecho, a carta cabal, de cine.
• Verbales: echar de menos, andarse con chiquitas.
• Adverbiales: en el acto, a derechas, por sistema, de sobra.
• Prepositivas: acerca de, con arreglo a, en dirección a.
• Conjuntivas: aun cuando, a pesar de que, así es que.
El significado de estos compuestos es unitario y distinto de la suma de sus componentes: por
ejemplo, ni con la locución patas de gallo (‘arrugas de las esquinas de los ojos’) ni con ojo de
buey (‘ventana o claraboya circular’) se habla de ninguna parte del cuerpo de ningún animal.
También son combinados unitarios desde el punto de vista funcional. El análisis de la expre-
sión echar en falta (‘añorar’) a alguien debe ser: echar en falta a alguien.
núcleo verbal CD
Fig. 3.1. A partir de agua se forman tres palabras:
paraguas por composición, aguador por derivación
y paragüero por composición y derivación.
La composición consiste en la obtención de una palabra nueva,
llamada compuesta, a partir de dos o más lexemas, morfemas
independientes o palabras simples en general.
B. Derivación
Locuciones
Para identificar las locuciones, pue-
des seguir estos criterios:
1. Que el conjunto de palabras sea
estable.
2. Que su significado global no sea
el resultado de la suma de sus
componentes, sino otro nuevo.
3. A veces las locuciones son sus-
tituibles por una sola palabra
simple de significado equivalen-
te (luz verde = permiso), pero
no siempre es así: ¿a qué verbo
simple equivaldría andarse con
chiquitas?
Claves y consejos
Formantes de los compuestos
cultos
Es frecuente que en los libros se
aluda a estos formantes como prefi-
jos o sufijos. Ello se debe a que son
muy productivos en la formación
de palabras nuevas cultas o técni-
cas. Así, antropo, ‘ser humano’ se
encuentra en primer lugar en antro-
pólogo y en segundo lugar en filán-
tropo (‘benefactor’), pero en ambos
casos el formante debe ser conside-
rado lexema, pues tiene significado
léxico… en griego (e indirectamente
en español).
Y además…
Son parasintéticas enjaular, aterrizaje, enlutado… En cambio, una palabra como imperdonable
consta de prefijo + lexema + sufijo, pero no es parasintética, sino derivada (existe perdonable).
A menudo se puede deducir un orden lógico-cronológico en los procesos de formación de
palabras nuevas por medios gramaticales. En la palabra compuesta y derivada paracaidista, lo
primero fue la creación del término compuesto paracaídas y a partir de él se formó el derivado
paracaidista. Prueba indirecta de ello es que no existe *caidista.
D. Reducciones, siglas y acrónimos
Son reducciones: tele(visión), cine(matógrafo)… Son muy productivas para la formación
de neologismos (palabras nuevas): cinéfilo, telebasura…
Son siglas ONU (Organización de las Naciones Unidas), ESO (Enseñanza Secundaria Obli-
gatoria), AVE (Alta Velocidad Española)… Se recogen las iniciales de las palabras signi-
ficativas, no los determinantes ni las partículas, y se escriben sin puntos.
En español se suelen leer las siglas (onu, no o-ene-u), salvo que la pronunciación sea
difícil: ONG: oenegé. Por ello, las siglas españolas tienden a convertirse en acrónimos.
Por acrónimo se entienden dos conceptos distintos:
• La palabra o unidad léxica obtenida mediante la unión de fragmentos de otras pala-
bras: Banesto (Banco Español de Crédito), Fitur (Feria Internacional de Turismo), etc.
• La palabra «normal» obtenida a partir de siglas, escrita con minúsculas y que sigue
las reglas gramaticales (la -s del plural, la tilde…): ovni (plural, ovnis), láser o radar
(procedentes de siglas inglesas), sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirido), etc.
La parasíntesis consiste en la aplicación simultánea de un prefijo y un sufijo
a un lexema, de tal manera que no existen como palabras independientes ni
la combinación prefijo + lexema ni la combinación lexema + sufijo.
La derivación consiste en la obtención de una palabra nueva, llamada deri-
vada, por el procedimiento de añadir morfemas derivativos (prefijos o sufijos)
a un lexema.
Una reducción o abreviación consiste en el acortamiento de la palabra
original mediante apócope (eliminación de sonidos del final de la palabra).
Se llaman siglas las unidades léxicas formadas por la unión de las ini-
ciales de las palabras originales.
• Es frecuente el error de llamar
palabras *derivativas a las deriva-
das. Recuerda, derivativos son los
morfemas afijos, especializados en
formar palabras derivadas.
• En muchos libros se plantea la
cuestión terminológica de cla-
sificar los combinados del tipo
centrocampista como palabras
compuestas y derivadas a la vez
o como parasintéticas. Se reco-
mienda la terminología usada en
la unidad. Por lo demás, puedes
estar seguro de que los correcto-
res de las PAU conocen y admiten
estas divergencias terminológicas.
Errores comunes
Fig. 3.2. Gracias a los mecanismos de
formación de palabras, el caudal léxico
de una lengua puede ir aumentando.
Observa cuántos de estos mecanismos son
evidentes en esta portada de una revista
de divulgación científica.
agua aguador
paragüeroparaguas
Así, las palabras predecir, motivador, ruindad, infatigable son derivadas, respectivamente, de
decir, motiv(o), ruin, fatiga.
A veces se combinan composición y derivación en una misma unidad: centrocampista (centro
+ campo + -ista); picapedrero (pica + piedra + -ero). Son muy frecuentes los derivados de com-
puestos cultos: telefonista (tele-, ‘lejos, a distancia’ + fono, ‘sonido’ + -ista).
C. Parasíntesis
Antes de responder
Lee atentamente y fíjate
Como ves, el texto, publicado en un periódico, es un elogio fúnebre de un escritor reciente-
mente fallecido, Miguel Delibes, basado en la experiencia personal que la autora ha vivido con
respecto a ese autor. Ella descubrió sus libros en la biblioteca de su padre, luego tuvo que
leerlos al estudiar Bachillerato y ha acabado recomendándoselos a sus alumnos, por lo que de-
ducimos que es profesora. Además, defendió a Delibes en ciertas épocas en que las modas o
el gusto literario dominante lo consideraban un novelista un tanto anodino o pasado de moda
dado el carácter sencillo de sus tramas y de sus personajes, casi siempre del ámbito rural.
Recuerda
Hemos citado a Miguel Delibes en esta unidad como uno de los principales narradores de posgue-
rra, partícipe tanto de la novela existencial en los cuarenta como de la social en los cincuenta y
de la experimental en los sesenta y setenta, aunque siempre de una forma muy personal, basada
en la preocupación ética por la naturaleza y por la deshumanización de la vida moderna.
El fragmento es un ejemplo de la variedad de tonos y lenguaje que caben en los textos pe-
riodísticos de opinión; aquí se mezcla el obituario (reseña sobre un personaje recientemente
fallecido) con una evocación subjetiva, y con cierto tono lírico del escritor.
Cómo responder a la pregunta
En las preguntas más cerradas (1a y 1c) debemos ser precisos, claros, y no extendernos innece-
sariamente. Las preguntas 1b y 2a son más abiertas. La cuestión planteada en la primera no es
fácil, ya que obliga a distinguir muy bien entre realidad y obra artística. Para ello, buscaremos
ejemplos de obras de arte (no necesariamente literarias) que se basen en una realidad medio-
cre o anodina y que, sin embargo, tengan interés artístico, e intentaremos justificar tal hecho.
Respuesta
1.a) Resumen
La autora se aficionó a la lectura de Delibes en los libros de su padre, luego los leyó de forma
obligatoria en el instituto, y ahora los recomienda a sus alumnos con resultados dispares.
Siempre valoró su capacidad para expresar la realidad de la gente sencilla del campo y, ahora
que ha muerto, sus alumnos lo seguirán evocando, en pretérito imperfecto, como un maestro.
1.b) Opinión
Por supuesto, la obra artística o de ficción puede resultar atractiva por anodina que resulte la
situación real en la que se inspire o que trate de reflejar. Precisamente el mérito del artista es
hacer interesante esa realidad, ya sea porque descubre en ella, ahondando en la psicología de
los personajes, conflictos profundos o universales del ser humano que anidan bajo la vulgari-
dad de lo cotidiano, ya porque a través del tratamiento formal (hablamos no solo de literatura,
sino también, por ejemplo, de pintura) adopte perspectivas inéditas en ella (pensemos en los
bodegones tanto barrocos como cubistas).
Si trasladamos la cuestión a los géneros literarios, veremos que el sentido de su evolución
histórica es que se han potenciado precisamente aquellos géneros más basados en la realidad
común (novela, comedia, drama) en detrimento de aquellos otros más basados en sucesos
grandiosos y extraordinarios (épica, tragedia).
PRUEBAS DE ACCESO A LA UNIVERSIDAD
314 315
PRUEBA I
Diario de un cazador, La hoja roja, El camino y otros muchos ocupaban
las estanterías de una casa que no existe. Sigue en pie, pero no está ha-
bitada por quienes nos criamos con el Nini, o Uca Uca, que vivían en
libros desencuadernados, llenos de anotaciones con la letra de médico de
mi padre. Delibes fue lectura obligatoria en mis años de instituto, y yo lo
recomiendo a mis alumnos, con desigual fortuna. Hay quien se engancha
para siempre y quien protesta al usar el diccionario, porque las palabras
de Delibes no son pompas de jabón, sino que se saborean lentamente
con el regusto de lo perdido, de aquellos días en que cada realidad tenía
un único nombre ahora olvidado. Hubo un tiempo en que afirmar que
me gustaban los cuentos de Viejas historias de Castilla la Vieja sonaba
antiguo, a vivir anclada en los libros azules de la editorial Anaya. Cómo
puede gustarte alguien que solo habla de campo y cazadores, o lugares
donde nunca pasa nada. Pero a mí entonces ya me parecía difícil encon-
trar la palabra justa, y mucho más contar vidas que seguían el ritmo de
las estaciones. Lo fácil era la novela urbana, imitar el argot de los jóvenes
o la cultura estadounidense. Contra las supuestas innovaciones, estaba la
novedad permanente de su mirada. Reflejaba lo que veía o lo que pen-
saba que pudo haber pasado, como en El hereje. No hacía falta que el
mundo apareciera, porque él hacía aparecer al mundo. En sus ojos estaba
la literatura. Ahora que se han cerrado, mis alumnos tendrán que cam-
biar los tiempos verbales de sus trabajos y escribir que era un maestro, en
imperfecto, porque sus libros siguen enseñándonos todavía.
Pilar Galán (publicado en El Periódico de Extremadura,
18 de marzo de 2010).
Realice un comentario del texto anterior, conforme al siguiente guion:
PARTE 1 (relacionada con la estructura interna y contenido del texto)
a) Resuma el texto propuesto.
b) ¿Opina Ud. que el escritor puede crear un mundo imaginario que nos
resulte atractivo a pesar de que recree una realidad que, como tal rea-
lidad, pudiera resultarnos muy aburrida? Argumente sus opiniones.
c) Miguel Delibes es uno de los narradores más importantes de la pos-
guerra española. Por tanto, desarrolle Ud. el tema «La narrativa espa-
ñola desde la posguerra hasta finales de los años 60».
PARTE 2 (relacionada con la estructura externa y forma del texto)
a) Explique qué tipo de texto es el que se ha propuesto y sus características.
Baremo: Parte 1: a) 1 punto; b) 2 puntos; c) 2,5 puntos.
Parte 2: a) 1 punto.
Extremadura, junio de 2012
En este texto encontrarás un buen
ejemplo de lo que denominamos
argumento por contraste o con-
traargumento. Consiste en exponer
de algún modo la tesis contraria a
la nuestra para luego rebatirla y
reforzar así nuestra tesis. Es lo que
hace aquí la autora cuando, para
defender la literatura de Delibes,
plantea la pregunta que le hacían
sus detractores (y que llevaba implí-
cita una crítica contra él), la cual le
sirve como pie para reivindicar su
defensa del escritor vallisoletano.
RECUERDA
Actividades propuestas
207LA LITERATURA DEL SIGLO XVIII 09206 LA LITERATURA DEL SIGLO XVIII09
Repaso
7 Los últimos años de Moratín estuvieron marcados por
circunstancias difíciles. Lee detenidamente el texto 1
y responde a las siguientes preguntas:
a) ¿A qué circunstancias se refiere?
b) ¿Qué deseo manifiesta al final?
c) ¿A qué lugar se refiere en esos últimos versos?
8 El texto 2 es representativo de una corriente estética
que es muy característica del siglo xviii. Vuelve a leerlo y
responde:
a) ¿De qué corriente se trata?
b) ¿Qué otros subgéneros líricos son característicos de
esta corriente?
9 El texto 3 corresponde a una novela de intención satí
rica. Léelo y responde a estas preguntas:
a) ¿Qué pretende satirizar?
b) ¿Qué recursos retóricos utiliza?
10 El texto 4 es muy representativo de la mentalidad de
los ilustrados. ¿Por qué?
11 En las Cartas marruecas, Cadalso hace gala de un pa
triotismo crítico. Justifícalo tomando como base las
palabras que dedica a las provincias españolas y a los
rasgos del carácter español en el fragmento recogido
en el texto 5.
12 ¿Cómo se refleja la mentalidad del despotismo ilustrado
en la obra de Jovellanos? Júzgalo a partir de las ideas
expresadas en el texto 7.
13 Explica los rasgos característicos del prerromanticismo
en el texto 6.
14 Localiza el fragmento de El sí de las niñas (texto 8) en
el conjunto de la obra, atendiendo al argumento, el
conflicto dramático y los personajes.
15 Analiza el lenguaje del texto 8 en relación con el con
cepto de comedia de los ilustrados.
Recapitulación
16 Comenta las modalidades oracionales que aparecen en
el texto 4 y responde:
a) ¿Qué función cumplen?
b) ¿De qué tipo de texto son características?
17 Señala algunos rasgos, propios de la función expresiva,
que le confieran emotividad al texto 8.
18 ¿Cuáles de estos textos considerarías ensayísticos? Jus
tifica la respuesta basándote en sus características lin
güísticas.
Comentario de un ensayo literario
No temáis, hijos míos, que para inclinaros al estudio de las
buenas letras trate yo de menguar ni entibiar vuestro amor
a las ciencias. No por cierto; las ciencias serán siempre a mis
ojos el primero, el más digno objeto de vuestra educación;
ellas solas pueden ilustrar vuestro espíritu, ellas solas enri
quecerle, ellas solas comunicaros el precioso tesoro de verda
des que nos ha transmitido la antigüedad, y disponer vuestros
ánimos a adquirir otras nuevas y aumentar más y más este
rico depósito; ellas solas pueden poner término a tantas in
útiles disputas y a tantas absurdas opiniones; y ellas, en fin,
disipando la tenebrosa atmósfera de errores que gira sobre la
tierra, pueden difundir algún día aquella plenitud de luces y
conocimientos que realza la nobleza de la humana especie.
Mas no porque las ciencias sean el primero deben ser el único
objeto de vuestro estudio; el de las buenas letras será para
vosotros no menos útil, y aun me atrevo a decir no menos
necesario.
Porque ¿qué son las ciencias sin su auxilio? Si las ciencias
esclarecen el espíritu, la literatura le adorna; si aquellas le en
riquecen, este pule y avalora sus tesoros; las ciencias rectifican
el juicio y le dan exactitud y firmeza; la literatura le da discer
nimiento y gusto, y la hermosea y perfecciona. Estos oficios
son exclusivamente suyos, porque a su inmensa jurisdicción
pertenece cuanto tiene relación con la expresión de nuestras
ideas; y ved aquí la gran línea de demarcación que divide los
conocimientos humanos. Ella nos presenta las ciencias emplea
das en adquirir y atesorar ideas, y la literatura en enunciarlas;
por las ciencias alcanzamos el conocimiento de los seres que
nos rodean, columbramos su esencia, penetramos sus propie
dades, y levantándonos sobre nosotros mismos, subimos hasta
su más alto origen. Pero aquí acaba su ministerio, y empieza
el de la literatura, que después de haberlas seguido en su rá
pido vuelo, se apodera de todas sus riquezas, les da nuevas
formas, las pule y engalana, y las comunica y difunde, y lleva
de una en otra generación.
Gaspar Melchor de Jovellanos: Oración sobre la necesidad
de unir el estudio de la literatura al de las ciencias (1797).
19 Fíjate en la estructura interna del texto. Observa que el
primer párrafo desarrolla una idea, el segundo sirve de
transición (con el conector adversativo mas) y el ter
cero desarrolla una nueva idea que matiza la primera.
Esquematiza brevemente dicha estructura.
20 El texto intenta convencer de cierta tesis a los lectores.
Por lo tanto, ¿cuál es su modalidad textual? ¿Cómo se
manifiesta todo ello en la estructura y en el lenguaje?
21 Desarrolla tu valoración crítica y opinión personal so
bre la relación entre las letras y las ciencias.
Actividades propuestas
1 Lee esta oda anacreóntica. Indica los rasgos métricos,
formales y temáticos característicos de la poesía rococó
que aprecies en ella.
Inquieta palomita,
que vuelas y revuelas
desde el hombro de Filis
a su halda1
de azucenas;
Si yo la inmensa dicha
que tú gozas tuviera,
no de lugar mudara,
ni fuera tan inquieta.
Mas desde el halda al seno
solo un vuelito diera;
y allí hallara descanso,
y allí mi nido hiciera.
Juan Meléndez valdés: «Oda XXIII», en La paloma de Filis.
1
halda. Regazo.
2 En esta carta se reflexiona acerca de la llamada Le
yenda Negra sobre la conquista de América. Averigua
en qué consiste tal leyenda. ¿Cuál parece ser la postura
del autor al respecto?
Acabo de leer algo de lo escrito por los europeos no españoles
acerca de la conquista de la América. Si del lado de los espa
ñoles no se oye sino religión, heroísmo, vasallaje y otras voces
dignas de respeto, del lado de los extranjeros no suenan sino
codicia, tiranía, perfidia y otras no menos espantosas. No pude
menos de comunicárselo a mi amigo Nuño, quien me dijo que
era asunto dignísimo de un fino discernimiento, juiciosa crítica
y madura reflexión; pero que entre tanto, y reservándome de
formar el concepto que más justo me pareciese en adelante,
reflexionase por ahora solo que los pueblos que tanto vocean
la crueldad de los españoles en América son precisamente los
mismos que van a las costas de África, compran animales ra
cionales de ambos sexos a sus padres, hermanos, amigos o
guerreros felices, sin más derecho que ser los compradores
blancos y los comprados negros; los embarcan como brutos; los
llevan millares de leguas desnudos, hambrientos y sedientos;
los desembarcan en América; los venden en público mercado
como jumentos, a más precio los mozos sanos y robustos, y a
mucho más las infelices mujeres que se hallan con otro fruto
de miseria dentro de sí mismas; toman el dinero; se lo llevan a
sus humanísimos países, y con el producto de esta venta impri
men libros llenos de invectivas, retóricos insultos y elocuentes
injurias contra Hernán Cortés por lo que hizo.
José Cadalso: «Carta IX», en Cartas marruecas (178990).
3 Lee el texto y contesta las preguntas: ¿Qué dos tipos de
teatro censura Jovellanos? ¿Qué critica de cada uno?
La reforma de nuestro teatro debe empezar por el destierro de
casi todos los dramas que están sobre la escena. No hablo so
lamente de aquellos a que en nuestros días se da una necia y
bárbara preferencia; de aquellos que aborta una cuadrilla de
hambrientos e ignorantes poetucos que, por decirlo así, se han
levantado con el imperio de las tablas para desterrar de ellas
el decoro, la verosimilitud, el interés, el buen lenguaje, la cor
tesanía, el chiste cómico y la agudeza castellana. Semejantes
monstruos desaparecerán a la primera ojeada que echen sobre
la escena la razón y el buen sentido; hablo también de aque
llos justamente celebrados entre nosotros, que algún día sir
vieron de modelo a otras naciones y que la porción más cuerda
e ilustrada de la nuestra ha visto siempre y ve todavía con
entusiasmo y delicia. Seré siempre el primero a confesar sus
bellezas inimitables: la novedad de su invención, la belleza de
su estilo, la fluidez y naturalidad de su diálogo, el maravilloso
artificio de su enredo, la facilidad de su desenlace, el fuego,
el interés, el chiste, las sales cómicas que brillan a cada paso
en ellos. Pero ¿qué importa si estos mismos dramas, mirados a
la luz de los preceptos y principalmente a la de la sana razón,
están plagados de vicios y defectos que la moral y la política
no pueden tolerar? ¿Quién podrá negar que en ellos, según la
vehemente expresión de un crítico moderno, «se ven pintados
con el colorido más deleitable las solicitudes más inhonestas,
los engaños, los artificios, las perfidias, fugas de doncellas,
escalamientos de casas nobles, resistencias a la justicia, due
los y desafíos temerarios, fundados en un falso pundonor, ro
bos autorizados, violencias intentadas y ejecutadas, bufones
insolentes, y criados que hacen gala y ganancia de sus infa
mes tercerías»? Semejantes ejemplos, capaces de corromper la
inocencia del pueblo más virtuoso, deben desaparecer de sus
ojos cuanto más antes.
Es por lo mismo necesario sustituir a estos dramas otros capa
ces de deleitar e instruir, presentando ejemplos y documentos
que perfeccionen el espíritu y el corazón de aquella clase de
personas que más frecuentará el teatro.
Gaspar Melchor de Jovellanos: «Teatros»,
en Memoria para el arreglo de la policía
de los espectáculos (1795).
4 ¿Qué virtudes reconoce en uno de ellos?
5 ¿Qué medidas propone?
6 ¿Crees que este texto es una argumentación? Justifica
la respuesta.
Actividades propuestas
NOTA: Todas las actividades de esta página deben hacerse en cuaderno aparte. NOTA: Todas las actividades de esta página deben hacerse en cuaderno aparte.
EL NIVEL SINTÁCTICO II
En esta unidad concluiremos el estudio del nivel sintáctico de la lengua. Veremos la subordi-
nación adjetiva y adverbial y haremos un recorrido sistemático por las construcciones con
formas no personales. El estudio detenido de esta unidad es tan esencial como el de la anterior
para el dominio del análisis sintáctico, que, como ya sabes, constituye una de las preguntas
fijas de las PAU en casi todo el territorio nacional. El estudio de las adverbiales y de las cons-
trucciones con formas no personales te exigirá un esfuerzo extra de memoria.
05
SUBORDINACIÓN
ADJETIVA O DE
RELATIVO
Los relativos
Clasificación de las
subordinadas adjetivas
Proposiciones adjetivas
sustantivadas
Construcciones equivalentes
con formas no personales
Función del relativo dentro
de la subordinada
Lista de los relativos
CONSTRUCCIONES
CON FORMAS NO
PERSONALES
De gerundio
De infinitivo
De participio
SUBORDINACIÓN
ADVERBIAL
Propias:
• de lugar
• de tiempo
• de modo
De relaciones lógicas:
• condicionales
• causales
• consecutivas (lógicas)
• concesivas
• finales
Correlativas:
• consecutivas (correlativas
o intensivas)
• comparativas
Clasificación de las
subordinadas adverbiales
Tratamiento teórico de la materia
La teoría se presenta de manera concisa, directa y
completa. Las tablas, cuadros y figuras te ayudarán
a tener una visión general y organizada de los con-
tenidos. En las unidades de Literatura, los textos
representativos de las corrientes estudiadas jalonan
la exposición teórica a modo de ejemplos.
Apartados finales
Encontrarás una nutrida batería de actividades.
Además, en las unidades de Lengua (1-8) hay un
apartado de Uso del idioma, y en las de Literatura
(9-16), otros textos complementarios con activi-
dades que promueven la reflexión.
Tras el bloque de teoría, se resuelven dos exámenes
tipo PAU, la mayoría de ellos extraídos de pruebas
reales. En la primera parte, se dan una serie de
consejos y pautas para abordar la respuesta. Des-
pués, se resuelve esta, tal y como deberás hacerlo
en el examen. Por último, se proponen actividades
relacionadas.
PAU resueltas y guiadas
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cgraw
-hill.es
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9. CONSIDERACIONES SOBRE
LA PRUEBA DE ACCESO
A LA UNIVERSIDAD
¿cómo es el examen?
Lo más frecuente es que el examen presente dos op-
ciones, con preguntas distintas, habitualmente sobre
textos diferentes. Deberás escoger en bloque una de
las dos opciones, sin posibilidad de combinar las pre-
guntas de ambas. Generalmente, cada pregunta (y cada
apartado de pregunta, cuando hay más de uno) indica
su puntuación máxima.
¿Qué me van a preguntar?
Las preguntas pueden versar sobre cuatro tipos de con-
tenidos, que se corresponden con los cuatro bloques
de este libro: la realidad lingüística de España; gra-
mática del español; comentarios de textos; literatura
en castellano de los siglos xviii a xx (el siglo xviii pue-
de estudiarse en 2.º o en 1.º de Bachillerato, según
la comunidad autónoma). Las tablas y los resúmenes
iniciales de cada bloque de unidades de este libro te
guiarán sobre las cuestiones más frecuentes. También
es muy conveniente que revises por tu cuenta exáme-
nes concretos recientes de tu comunidad. En Internet
encontrarás con facilidad muchos de ellos con la sim-
ple ayuda de un buscador.
¿cuánto tiempo tengo?
Tienes hora y media, tiempo suficiente para abordar el
examen con relativa tranquilidad. Es muy importante
que dediques una parte de ese tiempo a leer detenida-
mente la totalidad del examen (las dos opciones) y a
sopesar bien cuál te conviene más. La mayor pérdida
de tiempo es la de los alumnos que cambian de opción
una vez iniciado el examen (algunos tribunales lo per-
miten, pero no cuentes con ello). Escoge bien desde el
principio y céntrate en la opción elegida.
¿De cuánto papel dispongo?
De un cuadernillo con dos hojas (cuatro páginas), y
no te darán más. Eso significa que deberás repartirte
mentalmente el espacio y echar mano de tu capacidad
de síntesis en aquellas cuestiones que lo requieran.
Normalmente la hoja del examen, con el texto y las
preguntas, queda para el alumno. Aprovéchala para su-
brayar y hacer anotaciones, posibles esquemas, borra-
dores de análisis sintáctico, etc.
esTRUcTURA geneRAl Del eXAmen
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-hill.es
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10. Antes del examen
Es normal estar nervioso en una situación como la PAU,
de modo que procura no añadirte más estrés tú mis-
mo. Duerme bien la noche anterior, prevé tu despla-
zamiento al lugar donde te examines con tiempo más
que suficiente y no intentes aprovechar hasta el último
segundo para repasar: a esas alturas, ello solo serviría
para añadirte más tensión y quizá más confusión. Ase-
gúrate de llevar tu DNI o pasaporte (tendrás que iden-
tificarte) y, en su caso, otros posibles elementos de
identificación personal que te entreguen el primer día
de la prueba, por ejemplo, pegatinas con un código de
barras individualizado. Por lo demás, para este examen
solo necesitarás bolígrafos (asegúrate de que escriben
bien) y lápiz, según tus hábitos.
Durante el examen
Lleva reloj y controla el tiempo, sin agobiarte, y evi-
ta escribir mucho y deprisa en el último minuto. Una
vez elegida la opción (tras haber analizado bien am-
bas), relee otra vez con detenimiento cada pregunta
y asegúrate de entenderla bien. Si a pesar de todo te
queda alguna duda seria, puedes planteársela a algún
miembro del tribunal, pues en tu misma sala o en otra
habrá especialistas en Lengua castellana y Literatura
que podrán aclarártela. No preguntes por preguntar o
para que te informen de cosas que tú debes saber: no
conseguirás nada, salvo desconcentrarte y perder un
tiempo precioso. Generalmente no se pide responder
a las preguntas en un orden concreto. Algunos tribu-
nales permiten dar un cuadernillo nuevo a alguien que
se ha equivocado, rompiendo previamente el primero.
No te conviene contar con ello, pues en cualquier caso
significaría una grave pérdida de tiempo.
Una buena apariencia
Una buena apariencia no puntúa por sí misma, pero
predispone a favor. Sea cual sea tu letra, esfuérza-
te por hacerla lo más clara posible. No olvides dejar
márgenes y no abuses de los líquidos correctores; de
hecho, procura no usarlos en absoluto: revela insegu-
ridad. Lo mejor es pensar bien antes de escribir. Si a
pesar de todo tienes que corregir algo, puedes recurrir
al paréntesis y a una tachadura sencilla, de una sola lí-
nea. Recuerda que en los exámenes oficiales todo debe
quedar escrito con tinta, así que si utilizas el lápiz de
modo provisional, acuérdate de pasar lo escrito a tinta
antes de entregar tu examen, y ten previsto un tiempo
para ello.
Un buen contenido
Ortografía: las faltas de ortografía se penalizan. Repa-
sa con cuidado el examen antes de entregarlo (y, por
favor, no uses abreviaturas y recuerda que todos los
nombres propios se escriben con mayúscula: un exa-
men no es un SMS).
Redacción: habrá preguntas en las que tengas que
redactar (resúmenes, opiniones personales, valoracio-
nes críticas, las propias preguntas teóricas de litera-
tura...). Puedes estar seguro de que la calidad de tu
redacción influirá en la nota. Organiza mentalmente lo
que tengas que escribir, decide un orden lógico y pien-
sa en uno o más párrafos para cada cuestión. Cierra
la respuesta con una breve conclusión para no dejarla
como inacabada.
Claridad: en las preguntas en que se te permita respon-
der esquemáticamente (análisis sintáctico, segmenta-
ciones de palabras en unidades significativas...), cuida
la claridad y, si usas abreviaturas, asegúrate de que no
son ambiguas (por ejemplo, una E. podría significar
enunciativa o exclamativa; añade alguna letra más).
Deja siempre claro al corrector a qué pregunta estás
respondiendo, y no juntes, sin diferenciarlas, las res-
puestas a diferentes preguntas, pues eso dificulta la
labor de corrección y puede ocasionar que alguna de las
respuestas no te puntúe.
Recomendaciones generales
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-hill.es
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cgraw
-hill.es
11. LA LITERATURA DEL SIGLO XIX
10
En líneas generales, distinguimos dos grandes periodos literarios, con sus respectivos movimien-
tos, durante el siglo XIX:
• Primera mitad del siglo XIX: Romanticismo
• Segunda mitad del siglo XIX: Realismo y Naturalismo
En las PAU suelen ser más frecuentes las cuestiones vinculadas a la literatura del siglo XX. Aun así,
del siglo XIX alguna vez preguntan las características generales del Romanticismo o del Realismo;
o el desarrollo de alguno de los géneros (más frecuentemente la poesía en el Romanticismo y la
novela en el Realismo) en cualquiera de dichos movimientos en España. En esos casos debes in-
dicar las características del movimiento o del género en cuestión y reseñar los principales autores
y obras, si es posible con algún rasgo identificador. Para los comentarios, elegimos textos de las
obras más representativas de cada movimiento (Rimas, de Bécquer; Misericordia, de Galdós), que
encontrarás al final de la unidad.
LA LITERATURA
DE LA SEGUNDA
MITAD DEL XIX:
REALISMO Y
NATURALISMO
El pensamiento en la época
del Realismo
La novela realista
y naturalista en España
El teatro en la época realista
El Realismo
El Naturalismo
La poesía del Realismo
Tendencias dentro del Realismo
Etapas del Realismo en España
Principales novelistas realistas
El Naturalismo en España
PRIMERA MITAD
DEL XIX: EL
ROMANTICISMO
El pensamiento durante
el Romanticismo
Tendencias y etapas dentro
del Romanticismo
Concepto y características
del Romanticismo
La poesía romántica
La prosa romántica
El teatro: el drama
romántico
La novela
El cuadro de costumbres
Mariano José de Larra
Gustavo Adolfo Bécquer
Rosalía de Castro
Libertad vital
Libertad estética
El sentimiento de la naturaleza
El nacionalismo y la valoración
de la historia
ESPAÑA Y EUROPA
DURANTE EL
SIGLO XIX
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-hill.es
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-hill.es
12. 210 LA LITERATURA DEL SIGLO XIX10
j 10.1 España y Europa durante el siglo XIX
El siglo XIX se caracteriza en Europa por la necesidad de aca-
bar definitivamente con el Antiguo Régimen absolutista y la
búsqueda de unas bases sólidas sobre las que asentar el nuevo
orden burgués y liberal. Es el gran siglo de la burguesía.
• En la economía, se va desarrollando la Revolución Industrial
y el capitalismo moderno, con el crecimiento de la clase bur-
guesa y del proletariado urbano.
• Se pasa de la sociedad estamental a la clasista, si bien per-
dura atenuado el conflicto entre nobleza y burguesía. El pro-
letariado va tomando conciencia de clase, identificándose con
las nuevas doctrinas socialistas y asumiendo su protagonismo
en la sociedad, lo cual genera tensiones sociales.
• La búsqueda del poder político de la burguesía, cuyo primer
gran paso fue la Revolución francesa de 1789, se basa en la
ideología del liberalismo (libertades individuales y colecti-
vas); serán continuos los movimientos de revolución y reac-
ción entre los más moderados y los más progresistas.
• Se desarrollan los nacionalismos, primero como reacción ante el imperialismo napoleó-
nico, y luego por motivaciones económicas e ideológicas (conformación de una identidad
basada en la lengua, el carácter, la raza, la religión y las costumbres); surgen así la Guerra
de Independencia de Grecia (1822) contra los turcos o las unificaciones de Alemania e Ita-
lia ya en la segunda mitad del siglo y, en España, los incipientes nacionalismos periféricos
y el despertar de las lenguas regionales.
• A todo ello se añade el colonialismo: la pugna creciente entre las potencias europeas por
controlar los mercados internacionales y los territorios productores de materias primas.
La situación histórica española muestra ciertas peculiaridades:
• Una burguesía débil, causa y consecuencia de un menor desarrollo industrial, por lo demás
muy desigualmente repartido en el territorio.
• Pugnas políticas entre los sectores más progresistas y más reaccionarios (apoyados estos
por la Iglesia).
• Tensiones sociales, especialmente en la segunda mitad del siglo, derivadas del auge de los
movimientos obreros.
• Divergencias en la cultura entre los tradicionalistas (Donoso Cortés, Menéndez Pelayo) y los
progresistas (la Institución Libre de Enseñanza y los krausistas).
Nuestro siglo XIX transcurre en constantes conflictos. Primero la lucha durante la Guerra de la
Independencia (1808-1812) contra los franceses y sus partidarios: la derrota de José I obliga
al exilio a muchos afrancesados. La subida al trono de Fernando VII y su derogación de la
Constitución de Cádiz, promulgada en 1812, inicia un periodo de tiranía (solo interrumpida
por el Trienio Liberal entre 1820 y 1823) que envió al exilio a muchos intelectuales. Tras la
muerte del tirano, en 1833, estalla la primera de las tres guerras carlistas entre liberales y
absolutistas, en sucesión intermitente hasta 1876. En el orden político asistimos a una pug-
na entre moderados y progresistas durante el periodo isabelino (1843-1868), truncado por
movimientos revolucionarios, como la Revolución de la Gloriosa de 1868 o la proclamación
de la I República (1873-1874), que darán paso a la Segunda Restauración borbónica en la
figura de Alfonso XII (1875) y a una nueva sucesión de gobiernos conservadores y progresis-
tas. Nuestro siglo terminará con el desastre de la pérdida de las últimas colonias de ultramar
conocido como el Desastre de 1898.
Fig. 10.1. El fusilamiento de Torrijos,
Antonio Gisbert, 1888. El general Torrijos se
levantó contra la tiranía de Fernando VII;
por ello fue fusilado en Málaga en 1831
y esto hizo que se convirtiera en símbolo
romántico de la lucha por la libertad.
¿Crees que la libertad que disfrutas es
un derecho sin más o una conquista que
ha costado el sudor, la sangre y las
lágrimas de muchos?
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13. 211LA LITERATURA DEL SIGLO XIX 10
j 10.2 Primera mitad del XIX: el Romanticismo
El Romanticismo, concebido como una lucha por la libertad en todos los ámbitos, se desarrolla
en Europa y América durante la primera mitad del siglo XIX.
A. El pensamiento durante el Romanticismo
El pensamiento político romántico se basa en el liberalismo, que prolonga las ideas ilustradas.
Propugna el constitucionalismo y los modernos derechos y libertades individuales, políticos y eco-
nómicos. El pensamiento filosófico dominante en la primera mitad del siglo XIX, y que sustenta el
Romanticismo, es el idealismo, consecuencia de la crisis del racionalismo: la razón no basta para
explicar y dar sentido al mundo; se sustituye por el «espíritu, gran fuerza creadora». La historia
se concibe como la lucha del espíritu por su liberación. En cuanto al pensamiento estético, este
reacciona contra el Neoclasicismo: el arte y la literatura eran medida, orden; ahora serán libertad.
B. Tendencias y etapas dentro del Romanticismo
Se diferencian dos tendencias, ambas insatisfechas ante el nuevo orden burgués surgido del
derrumbamiento del Antiguo Régimen:
• Los románticos liberales exaltados. Consideran que la burguesía ha frustrado las ilusiones
ilustradas de un mundo nuevo y por tanto exaltan la libertad individual y los derechos de
los pueblos (Lord Byron, Victor Hugo, Larra y Espronceda).
• Los románticos tradicionalistas. Rechazan el mundo burgués por excesivamente revolu-
cionario y propugnan la vuelta a los antiguos valores tradicionales (los hermanos Schlegel,
Novalis, Chateaubriand, Walter Scott, Zorrilla y el Duque de Rivas).
Podemos distinguir las siguientes etapas en el Romanticismo europeo y español:
• Prerromanticismo. Se origina en el último tercio del siglo XVIII en Alemania y en Inglaterra.
A principios del XIX, el Romanticismo se impone a la Ilustración. En España, por causas po-
líticas (represión absolutista) y sociales (escasa burguesía), no triunfará plenamente hasta
1833; no obstante, nuestros neoclásicos ya mostraban cierta actitud romántica: Meléndez
Valdés, Cienfuegos, Quintana, Blanco White y Alberto Lista. Estos conviven con la primera
generación o avanzada romántica (Rivas, Martínez de la Rosa).
• Apogeo del Romanticismo. Cuando ya en Europa perdía impulso, en 1833, al morir Fer-
nando VII, regresan los exiliados a España, empapados de los nuevos ideales románticos
progresistas. A la ya moderada avanzada romántica se suma el entusiasmo de los jóvenes de
la generación de los románticos exaltados; pero algunos de ellos mueren pronto (Larra,
Espronceda) y otros se tornan conservadores (Zorrilla).
• Pervivencia del Romanticismo. Hacia 1840 la estética del Realismo se implanta en Europa.
En España, en la década de 1850 empiezan a surgir rasgos realistas, que se impondrán a
partir de la Revolución de 1868. Los posrománticos o generación de los románticos reza-
gados se vuelven más intimistas (Bécquer, Rosalía de Castro).
C. Concepto y características del Romanticismo
El Romanticismo es un movimiento ideológico, literario y artístico, pero tam-
bién una actitud vital, una forma de ser y estar en el mundo, marcada por el
anhelo de libertad y el conflicto con sus límites.
Caracteriza a los románticos su amor por la libertad, la ruptura de los límites en su afán de
infinitud, el subjetivismo, lo irracional, el sentimiento de la naturaleza y la conformación
de una identidad (la propia, la social, la nacional).
Sturm und Drang
El «primer Romanticismo» recibe
en Alemania el empuje del Sturm
und Drang (‘tempestad e impul-
so’), un movimiento de la segunda
mitad del siglo XVIII que rechaza el
excesivo apego a las normas y a la
razón ilustrada. A este movimien-
to estuvieron vinculados Herder,
Goethe, Schiller…
Les poètes maudits
El conflicto con el mundo y el orden
burgués establecido hace surgir la
figura del poeta maldito, que
desprecia a la sociedad burguesa
que muchas veces le aplaude y asi-
mila. Poetas malditos son por ex-
celencia Baudelaire, Rimbaud (en
la imagen) y Verlaine.
Y además…
Neoclásicos frente a románticos
Las polémicas entre los adictos al
Neoclasicismo y los partidarios de
las nuevas corrientes fueron inten-
sas. Así, la polémica sobre el teatro
de Calderón que iniciaron en 1814
el cónsul alemán Nicolás Böhl de
Faber y José Joaquín de Mora; o la
repercusión de manifiestos román-
ticos como el «Análisis de la cues-
tión agitada entre románticos y
clasicistas», de López Soler (1823).
Recuerda
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14. 212 LA LITERATURA DEL SIGLO XIX10
C.1 Libertad vital
La libertad potencia el individualismo y el subjetivismo: el romántico, en su afán por romper
sus límites, entra en conflicto consigo mismo, con el mundo y con el destino.
• El yo ansía el absoluto, la infinitud; por ello se sirve del espíritu irracional para romper
los límites de lo racional y lo real. Pero las limitaciones y desengaños del yo generan una
desazón vital: a veces es un simple tedium vitae, pero otras veces conlleva la atracción por
el suicidio.
• El conflicto con el mundo convierte al romántico en rebelde. Sus anhelos de felicidad y
libertad se oponen a las normas de un mundo mezquino y una realidad limitadora. De ahí su
predilección por marginados, piratas, templarios, mendigos…
• El héroe romántico sucumbe en su lucha contra el destino (como en Don Álvaro o la fuerza
del sino), no sin identificarse a veces con el satanismo (El estudiante de Salamanca, de
Espronceda) o el titanismo (el Prometeo liberado, de Shelley, rebeldía ante todo lo humano
y lo divino).
La lucha contra los límites del yo, del mundo y del destino desemboca en dos posturas:
• La acción, en un intento por cambiar el mundo (Lord Byron murió en la campaña por la in-
dependencia de Grecia; Espronceda luchó en las barricadas revolucionarias de París en 1830
y en las intentonas por destronar a Fernando VII).
• La evasión, ante una vida y un mundo insatisfactorios, tanto en el espacio (orientalismo,
con su lujo y sensualidad; los lugares exóticos, irreales) como en el tiempo (la Edad Media,
el Siglo de Oro) o en el viaje sin retorno (a mundos de ultratumba o el suicidio literario
—Werther— o real —Larra—). O el refugio en un cierto misticismo religioso.
Romanticismo y romántico
Estas palabras proceden del fran-
cés roman (‘novela’). En un princi-
pio tenían el significado de nove-
lesco, fantástico, libre, grandioso.
Ya a comienzos del XIX, hay auto-
res que se identifican a sí mismos
como románticos. Aún queda hoy
día en el término romántico ese
cierto sentido de novelesco y sen-
timental. Incluso hoy ser románti-
co es ir contracorriente.
Recuerda
Werther, una novela del autor
alemán Goethe en que el protago-
nista acaba suicidándose, provocó
una verdadera epidemia de sui-
cidios por toda Europa, especial-
mente en Alemania. ¿Recuerdas
lo que sucedió hace unos años
tras la muerte de Kurt Cobain,
guitarrista y vocalista del grupo
Nirvana?
Y además…
C.2 Libertad estética
La libertad y la naturaleza dictan el arte, no las normas neoclásicas. La libertad rompe los
moldes y da alas a la creatividad, a la fantasía, a lo irracional. El «espíritu creador», libre de
las ataduras de la razón universal, alcanza lo sublime o cae en lo cursi.
• Se rechazan las reglas. Los géneros diluyen sus límites; se mezcla prosa con verso, la belleza
canónica con la belleza terrible (incluso el feísmo), lo serio con lo grotesco, lo grandilocuen-
te con lo intimista, el lenguaje elevado con el vulgar, lo épico con lo trivial.
• Se niega la imitatio, es decir, se busca la originalidad. Si las obras neoclásicas eran ra-
cionalmente estructuradas, las románticas son muchas veces fragmentarias, inacabadas,
producto del arrebato del genio.
• Frente a la contención neoclásica, el romántico tiende a la desmesura expresiva, a veces
con un recargamiento retórico excesivo. Predominan el léxico valorativo, connotativo; los
campos semánticos de las emociones, los sentimientos, la muerte y la ilusión; las excla-
maciones, las interrogaciones y las suspensiones; los arcaísmos y cultismos, los términos
castizos. Se busca un nuevo lenguaje simbólico para expresar lo inefable.
Fig. 10.2. Fue tal la plaga de suicidios
románticos (el mal du siècle) que ya en
pleno Romanticismo tal acto fue objeto de
parodias y sátiras, como esta del pintor
Leonardo Alenza (1839).
[…] Grandiosa, satánica figura,
alta la frente, Montemar camina,
espíritu sublime en su locura,
provocando la cólera divina:
fábrica frágil de materia impura,
el alma que la alienta y la ilumina,
con Dios le iguala, y con osado vuelo
se alza a su trono y le provoca a duelo.
Segundo Lucifer que se levanta
del rayo vengador la frente herida,
alma rebelde que el temor no espanta,
hollada sí, pero jamás vencida:
el hombre en fin que en su ansiedad quebranta
su límite a la cárcel de la vida,
y a Dios llama ante él a darle cuenta,
y descubrir su inmensidad intenta. […]
Texto 1
José de Espronceda: El estudiante de Salamanca, parte IV (1840).
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15. 213LA LITERATURA DEL SIGLO XIX 10
C.3 El sentimiento de la naturaleza
La naturaleza se adapta al estado anímico. Suele tratarse de una naturaleza salvaje, ambien-
tada en lugares recónditos (desolados yermos, ruinas melancólicas, jardines y cementerios
solitarios, altas montañas, bosques misteriosos, torrentes, tormentas, el mar embravecido).
O se acopla la naturaleza plácida a la paz interior. Predomina lo nocturno (frente a la «luz»
ilustrada), que propicia lo sobrenatural (fantasmas), lo macabro (cadáveres)… Los elementos
se tornan símbolos: los astros, las tempestades, las flores…
C.4 El nacionalismo y la valoración de la historia
Los románticos, en contraste con el universalismo ilustrado, buscan lo identitario y lo dife-
rencial: identidad en una nación, una lengua, una historia nacional real o legendaria; en el
folclore, las tradiciones, las costumbres y los tipos nacionales (reflejados literariamente en
el costumbrismo). En esta línea se inscriben los movimientos reivindicativos de las lenguas y
culturas postergadas, como la Renaixença en Cataluña y el Rexurdimento en Galicia.
D. La poesía romántica
La libertad romántica se manifiesta, aunque también en los temas, especialmente en la ver-
sificación: se recuperan formas métricas (el romance, la octava real, la silva…), se innova
mezclando estrofas y metros en un mismo poema (polimetría); se potencia la musicalidad del
verso, con nuevos ritmos acentuales, poemas polirrítmicos, escalas métricas, rimas agudas y
esdrújulas, etc. Los poetas se sirven de un lenguaje connotativo y simbólico. Crean la poesía
moderna. Podemos distinguir dos modalidades: poesía narrativa y poesía lírica.
• La poesía narrativa. Trata asuntos histórico-legendarios o exóticos (orientalismo), sin dejar
de lado el lirismo. Entre los grandes poemas narrativos, históricos o basados en leyendas,
destacamos El moro expósito (1834), del Duque de Rivas; o los poemas simbólicos El diablo
mundo (1841) y El estudiante de Salamanca (1840), ambos de Espronceda. En los poemas
narrativos breves predomina el romance, como en los Romances históricos (1841), del Du-
que de Rivas; o las leyendas populares o históricas, como las de José Zorrilla («Margarita la
tornera», «A buen juez, mejor testigo», entre otras).
• La poesía lírica. Está impregnada de subjetivismo y sentimentalismo. Predominan los temas
íntimos, como el amor (el anhelo por el absoluto, el desengaño), la naturaleza, el sentido
de la vida, la soledad, la desazón vital, la religiosidad… Pero también los temas grandiosos,
como la lucha por la libertad o el amor patrio. La naturaleza aparece «animada» (se adap-
ta al estado de ánimo del yo lírico) y sus elementos adquieren muchas veces cierta carga
simbólica.
Dejando al margen la poco representativa lírica de la avanzada romántica (desde 1770 has-
ta 1840, periodo en que conviven los neoclásicos prerrománticos —Cienfuegos, Quintana,
Lista— con la primera generación romántica, poetas aún de formación neoclásica, como
el Duque de Rivas o Martínez de la Rosa), debemos distinguir entre:
– Líricos propiamente románticos (entre 1840 y 1850), que —como es propio del Roman-
ticismo exaltado— componen una poesía exaltada y en exceso retórica. Destacan Arolas,
Pastor Díaz, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Carolina Coronado, y Gil y Carrasco. Pero al
igual que en la poesía narrativa, sobresale Espronceda, célebre por «La canción del pira-
ta», «A la muerte de Torrijos», «A Jarifa en una orgía»…, muestras de su espíritu rebelde,
luchador y desencantado.
– Líricos posrománticos o románticos rezagados. La poesía se torna más intimista y esen-
cial, influida por el alemán Heine, y con un estilo más natural y sencillo (en consonancia
con el Realismo ya imperante). Destacan Bécquer y Rosalía de Castro.
Fig. 10.3. «La naturaleza soy yo»,
parece decir El navegante en el mar
de la niebla, de Caspar Friedrich.
José de Espronceda (1808-1842)
fue llamado «el Lord Byron espa-
ñol» por su carácter revolucionario.
Hubo de exiliarse por sus ideas li-
berales, debido a la represión ab-
solutista de Fernando VII; ello le
permitió conocer el Romanticismo
europeo en Inglaterra, Francia, Ho-
landa… Su vida amorosa también
resultó bastante agitada, en espe-
cial las relaciones con su amante
Teresa Mancha. La temprana muer-
te de esta le inspiraría el «Canto
a Teresa» (incluido en El diablo
mundo). Murió a los 34 años.
Biografía
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16. 214 LA LITERATURA DEL SIGLO XIX10
D.1 Gustavo Adolfo Bécquer
Es el poeta más influyente del siglo XIX, gracias a sus Rimas. Perdido el manuscrito original,
Bécquer reescribió de memoria los poemas en un cuaderno titulado Libro de los gorriones.
Muerto el poeta, sus amigos publicaron en 1871 las Rimas, pero con una ordenación distinta,
que responde a esta estructura temática: 1) Rimas I-XI: la poesía; 2) Rimas XII-XXIX: el amor;
3) Rimas XXX-LI: el desengaño; 4) Rimas LII-LXXVI: la desazón vital y el pesimismo existencial.
Las Rimas son algo más que una «historia de amor», son expresión de las inquietudes esencia-
les del ser humano. Son poemas breves en su mayoría, que combinan endecasílabos y hepta-
sílabos (en asonancia alternante como silva arromanzada) con uso del pie quebrado. Su estilo
es sencillo, más natural, menos recargado retóricamente que el de los románticos exaltados;
son frecuentes los paralelismos, las anáforas, los hipérbatos expresivos; la historia es mínima,
y la sugerencia máxima. Es perceptible la influencia de los lieder y de los poemas de Heine.
Las Leyendas becquerianas, en prosa, presentan claros rasgos románticos (la fantasía, el mis-
terio, la noche, el anhelo amoroso, la ambientación medieval, la naturaleza animada…).
D.2 Rosalía de Castro
También participa de esa sencillez y desnudez retórica en su poemario En las orillas del Sar
(1884), que aúna, en un tono íntimo y doliente, las preocupaciones esenciales de la vida con
las de su tierra gallega. En gallego escribió libros como Follas novas (1880), donde su tono
intimista tampoco deja de lado la denuncia social. Fue precursora del Rexurdimento gallego.
E. La prosa romántica
Podemos distinguir dos vertientes principales: la novela y los cuadros de costumbres.
La novela. Cobra un gran auge debido al desarrollo de una burguesía ávida de novedades. Se
prefiere la novela histórica, con asuntos históricos y legendarios, ambientados en la Edad
Media. Esa evocación se suele hacer desde una postura tradicionalista: un pasado idealizado,
cuyos nobles valores se oponen a la mezquindad presente. Destaca El señor de Bembibre
(1844), de Enrique Gil y Carrasco, donde los caídos templarios representan los conflictos ro-
mánticos contemporáneos.
Rima I
Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de ese himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.
Yo quisiera escribirle, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.
Pero en vano es luchar, que no hay cifra
capaz de encerrarle; y apenas, ¡oh, hermosa!,
si, teniendo en mis manos las tuyas,
pudiera, al oído, cantártelo a solas.
Rima XXXVIII
Los suspiros son aire y van al aire.
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?
Gustavo Adolfo Bécquer: Rimas (1871).
Texto2Texto3
Una luciérnaga…
Una luciérnaga entre el musgo brilla
y un astro en las alturas centellea;
abismo arriba, y en el fondo abismo;
¿qué es al fin lo que acaba y lo que queda?
En vano el pensamiento
indaga y busca en lo insondable, ¡oh, ciencia!
Siempre, al llegar al término, ignoramos
qué es al fin lo que acaba y lo que queda. […]
Rosalía de Castro: En las orillas del Sar (1844).
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-
1870) nació en Sevilla. En Madrid,
colaboró en revistas literarias, en
mediodepenuriaseconómicas.Ena-
morado de Julia Espín, mas no co-
rrespondido, acabó casándose con
Casta Esteban. Sus problemas de
salud lo abocaron a una muerte
prematura.
Biografía
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17. 215LA LITERATURA DEL SIGLO XIX 10
Las novelas históricas de Larra (El doncel de don Enrique el Doliente, 1834) y Espronceda (San-
cho Saldaña, 1834) tienen un componente personal y crítico que las hace distintas. En 1845,
ya bajo la influencia realista, surge la novela social: Ayguals de Izco, con María o la hija de
un jornalero, de título bien representativo.
El cuadro de costumbres. Son «cuadros» satírico-descriptivos, tratados muchas veces de
forma hiperbólica o caricaturesca, y con cierto gracejo, que intentan reflejar, más o menos crí-
ticamente, la vida cotidiana en lo que tiene de más genuino y autóctono, castizo y tradicional
(tipos, costumbres y modos de vida populares, defectos sociales…). Los cuadros de costum-
bres, dotados de un desarrollo narrativo, forman la novela de costumbres y anticipan la novela
realista. Destacan las Escenas matritenses, de Mesonero Romanos, y las Escenas andaluzas, de
Estébanez Calderón, que ofrecen una visión más pintoresca y folclórica.
E.1 Mariano José de Larra
Larra va más allá del costumbrismo castizo: representa el costumbrismo crítico. Publicó unos
doscientos artículos en revistas y periódicos diversos con distintos seudónimos (como «El
duende satírico del día», «El pobrecito hablador» o, el más popular, «Fígaro»). Sus artículos se
suelen agrupar en artículos políticos (contra el absolutismo, el carlismo, la vana politique-
ría), artículos literarios (sobre la literatura de su época) y artículos de costumbres. Estos,
por su perenne actualidad, son los que más nos interesan. Selecciona los defectos de la socie-
dad española, «el mal español» (la incultura, el atraso secular, las costumbres retrógradas, la
pereza, la hipocresía social, la burocracia, etc.). Todo aquello que frena el progreso de España
se critica ferozmente, pero con ironía y un humor amargo o sarcástico. Sus artículos más cono-
cidos son «El café», «El casarse pronto y mal», «El castellano viejo», «Vuelva usted mañana»,
«El Día de Difuntos de 1836», etc. Su estilo es sencillo, pero elaborado (el mejor prosista del
Romanticismo). Larra escribe no para describir, sino para cambiar la sociedad (al igual que los
ilustrados y, luego, los regeneracionistas y los del 98).
La mayor parte de los artículos o cuadros costumbristas se publicaron en los periódicos y
revistas. El periodismo experimenta durante el siglo XIX un importante desarrollo (salvo en
la Década Ominosa de Fernando VII, que acabó con la libertad de prensa y expresión). En la
prensa se publicaron también muchas novelas en forma de folletín (el folletín era una sección
fija en el periódico para las narraciones por entregas o para leyendas, poemas), lo que hizo de
la novela un género de masas.
Mi sobrino salía de mañana a buscar dine-
ro, cosa más difícil de encontrar de lo que
parece, y la vergüenza de no poder llevar
a su casa con qué dar de comer a su mujer,
le detenía hasta la noche. Pasemos un velo
sobre las escenas horribles de tan amarga
posición. Mientras que Augusto pasa el día
lejos de ella en sufrir humillaciones, la infe-
liz consorte gime luchando entre los celos
y la rabia. Todavía se quieren; pero en ca-
sa donde no hay harina todo es mohína; las
más inocentes expresiones se interpretan
en la lengua del mal humor como ofensas
mortales; el amor propio ofendido es el más
seguro antídoto del amor, y las injurias aca-
ban de apagar un resto de la antigua llama
que amortiguada en ambos corazones ardía;
se suceden unos a otros los reproches; y el
infeliz Augusto insulta a la mujer que le ha
sacrificado su familia y su suerte, echándole
en cara aquella desobediencia a la cual no
ha mucho tiempo él mismo la inducía; a los
continuos reproches se sigue, en fin, el odio.
¡Oh, si hubiera quedado aquí el mal! Pero un
resto de honor mal entendido que bulle en
el pecho de mi sobrino, y que le impide pres-
tarse para sustentar a su familia a ocupacio-
nes groseras, no le impide precipitarse en el
juego, y en todos los vicios y bajezas, en to-
dos los peligros que son su consecuencia.
Corramos de nuevo, corramos un velo sobre
el cuadro a que dio la locura la primera pin-
celada, y apresurémonos a dar nosotros la
última.
En este miserable estado pasan tres años,
y ya tres hijos más rollizos que sus padres
alborotan la casa con sus juegos infantiles.
Ya el himeneo y las privaciones han roto la
venda que ofuscaba la vista de los infelices:
aquella amabilidad de Elena es coquetería a
los ojos de su esposo; su noble orgullo, in-
sufrible altanería; su garrulidad divertida
y graciosa, locuacidad insolente y cáustica;
sus ojos brillantes se han marchitado, sus
encantos están ajados, su talle perdió sus es-
beltas formas, y ahora conoce que sus pies
son grandes y sus manos feas; ninguna ama-
bilidad, pues, para ella, ninguna considera-
ción. Augusto no es a los ojos de su esposa
aquel hombre amable y seductor, flexible y
condescendiente; es un holgazán, un hombre
sin ninguna habilidad, sin talento alguno,
celoso y soberbio, déspota y no marido… en
fin, ¡cuánto más vale el amigo generoso de su
esposo, que les presta dinero y les promete
aun protección!
Mariano José de Larra: Artículos (1832).
Texto4
Mariano José de Larra (1809-
1837) nació en Madrid, pero, por
ser su padre afrancesado, hubo de
pasar su infancia en Francia hasta
los nueve años. En Madrid se de-
dicó al periodismo. A los 20 años
contrajo matrimonio, que fracasó
prontamente. Su ideología liberal
se fue radicalizando con el paso
del tiempo. Mantuvo turbulentos
amores con Dolores Armijo, una
mujer casada. Esa relación fraca-
sada y su pesimismo ante la si-
tuación política y social española
lo arrastraron al suicidio.
Biografía
El casarse pronto y mal
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18. 216 LA LITERATURA DEL SIGLO XIX10
F. El teatro: el drama romántico
A principios del XIX eran más aclamadas las representaciones de autores barrocos que las de los
neoclásicos (pensadas para mover al espectador a la racionalidad). Además, Lope y Calderón,
junto con Shakespeare, eran referencia para el nuevo teatro romántico europeo. Y en 1830
triunfa en Francia el drama romántico con el Hernani, de Victor Hugo. Se daban las condiciones
para que, muerto Fernando VII en 1833, se impusiese en España el teatro romántico.
En 1834, tras su exilio francés, Martínez de la Rosa estrena La conjuración de Venecia (que aún
tiene algo de melodrama dieciochesco). Ese mismo año Larra estrena el Macías (sobre la figura de
Macías, el malhadado trovador que no renuncia al amor de su dama, obligada a casarse con otro).
Pero el gran éxito no llega hasta el estreno, en 1835, de Don Álvaro o la fuerza del sino, del
Duque de Rivas; el público, estupefacto al principio, la acogió apoteósicamente.
A partir de ese momento, triunfan obras como El trovador, de Antonio García Gutiérrez, o el
Abén Humeya, de Martínez de la Rosa, ambas estrenadas en 1836. Un año después, en 1837,
obtiene un éxito arrollador Los amantes de Teruel, de Juan Eugenio Hartzenbusch.
Se inicia luego un periodo de moderación con los éxitos de José Zorrilla: El zapatero y el rey
(1840); Don Juan Tenorio (1844, el mayor éxito del siglo XIX); o Traidor, inconfeso y mártir (1849).
El drama romántico, o drama histórico (cuya obra más representativa es el Don Álvaro o la
fuerza del sino), será el subgénero dramático por excelencia. Se caracteriza por:
• La evocación histórica: asuntos histórico-legendarios de la Edad Media y el Siglo de Oro.
• Tratamiento de temas como las pasiones del hombre y los conflictos del yo romántico con
el mundo: los anhelos de amor, felicidad y libertad frustrados por una sociedad implacable
y un destino trágico.
• Libertad creativa. Rompe con las normas neoclásicas: aúna la tragedia y la comedia; la
división en actos ya no se limita a tres; tampoco se respeta la regla de las tres unidades; se
mezcla prosa y verso en una misma obra; los estilos aparecen también mezclados (el estilo
sublime y elevado con el bajo y coloquial, incluso vulgar).
• El héroe romántico, amoral, ingenuo o misterioso (de pasado oscuro), casi siempre rebelde,
se ve envuelto en un torbellino de arrebatados amores y pasiones imposibles, causantes
(por azar muchas veces) de muertes, venganzas, suicidios… La sociedad o el destino se
encargan de «castigar» al héroe rebelde: marcado por el fatum, está abocado a la catástrofe.
• La escenografía recrea lugares exóticos, ruinas, cementerios, naturalezas inhóspitas (gra-
cias a los efectos especiales), o ambientaciones más costumbristas, como tabernas o ventas.
• Su intención es conmover, despertar pasiones, liberar catárticamente al espectador.
El romántico es un ser trágicamente conflictivo; de ahí que la comedia quede relegada a un
segundo plano. Siguió básicamente el modelo moratiniano. Destacan en la comedia Manuel
Bretón de los Herreros, con obras satíricas como Muérete ¡y verás! (1837), y Ventura de la
Vega, con su comedia costumbrista El hombre de mundo (1845), que abre el paso al teatro
realista de la alta comedia o comedia de salón burguesa.
El trovador, de Antonio García
Gutiérrez (1813-1884), obtuvo tal
éxito que el público reclamó la
salida del autor a escena —empe-
zó así una costumbre que, en
triunfos sonados, se sigue desde
entonces—. Verdi se inspiró en
El trovador para su opera homó-
nima. La ópera, como obra total,
es también muy romántica.
Don Álvaro o la fuerza del sino,
de Ángel de Saavedra (1791-
1865), más conocido como Duque
de Rivas, supone la síntesis del
drama romántico español. En don
Álvaro podemos identificar el des-
tino trágico del héroe romántico,
en búsqueda de la identidad per-
dida y de su lugar en el mundo:
como amante, soldado, asceta,
restaurador del honor familiar…
Pero el mundo lo rechaza y con-
duce «fatalmente» a la destruc-
ción y al suicidio. El Don Álvaro o
la fuerza del sino también sirvió
de base para otra ópera de Verdi:
La forza del destino.
Y además…
Texto5
(Se ve pasar por la izquierda luz
de hachones, y rezan dentro).
Don Juan.— ¿Y aquel entierro que pasa?
Estatua.— Es el tuyo.
Don Juan.— ¡Muerto yo!
Estatua.— El capitán te mató
a la puerta de tu casa.
Don Juan.— Tarde la luz de la fe
penetra en mi corazón,
pues crímenes mi razón
a su luz tan solo ve.
Los ve… y con horrible afán,
porque al ver su multitud,
ve a Dios en su plenitud
de su ira contra don Juan.
¡Ah! Por doquiera que fui
la razón atropellé,
la virtud escarnecí
y a la justicia burlé,
y emponzoñé cuanto vi.
Yo a las cabañas bajé,
y a los palacios subí,
y los claustros escalé;
y pues tal mi vida fue,
no, no hay perdón para mí. […]
José Zorrilla: Don Juan Tenorio, parte
segunda, acto III, escena II (1844).
Fig. 10.4. Escena de la obra Don Juan
Tenorio. Don Juan (Juan Carlos Naya)
intenta seducir a Doña Inés (Natalia
Dicenta). En el Texto 5, Don Juan
conversa con la estatua del Comendador,
el padre de Inés, a quien cree muerto.
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19. 217LA LITERATURA DEL SIGLO XIX 10
j 10.3 La literatura de la segunda mitad
del XIX: Realismo y Naturalismo
Tras el idealismo romántico, la realidad vuelve a reclamar sus derechos: la
compleja vida contemporánea se torna fascinante.
A. El pensamiento en la época del Realismo
Las ideas del positivismo y el materialismo marcarán el Realismo. El positivis-
mo reacciona contra el «espíritu idealista» romántico. Comte, en su Sistema de
Filosofía positiva (1850), propone el empirismo: rechazar todo aquello que no
es real, sensible y material, y, por tanto, sujeto a medición y experimentación.
El interés por lo material contribuye al desarrollo de las ciencias experimen-
tales (por ejemplo, en medicina el método experimental de Claude Bernard)
y al surgimiento de teorías como el evolucionismo (El origen de las especies,
1859, de Darwin: las especies se adaptan al medio y en la lucha por la vida
triunfa la selección natural) o las teorías deterministas de Gregor Mendel
sobre la herencia. El interés por la realidad se centra en los problemas sociales. Karl Marx
sostiene que la filosofía no debe limitarse a interpretar el mundo, sino que también debe
transformarlo; la historia es la lucha del hombre por la materia.
B. El Realismo
Fig. 10.5. En El Capital Marx critica la
alienación del hombre, considerado como
una pieza más del engranaje productivo
capitalista.
El término Realismo para designar
esta corriente literaria aparece en
1853, en un artículo sobre Balzac,
autor que inaugura en Francia el
movimiento realista (su Eugénie
Grandet es de 1833). Pero ya
Stendhal, para quien la novela es
un «espejo en el camino», podría
considerarse realista (El rojo y el
negro se publicó en 1831). El escri-
tor más representativo de la corrien-
te es Flaubert, el autor de Madame
Bovary. Otros escritores realistas
son los rusos Dostoievski, Tolstoi y
Chejov; el inglés Dickens; el alemán
Fontane… En Italia, donde destaca
Giovanni Verga, la corriente recibió
el nombre de verismo.
Y además…
El Realismo surge en Francia y se desarrolla en Europa y América durante la
segunda mitad del siglo XIX. Concibe el arte y la literatura como espejos de
la realidad contemporánea, de modo que la imagen reflejada permita una vi-
sión crítica, pero objetiva. En literatura, entiende que la novela es el género
que mejor abarca la complejidad de la realidad.
Veamos las características del Realismo:
• Visión objetiva de la realidad cotidiana, contemporánea al autor. Es necesario documen-
tarse y estudiar objetivamente todos los aspectos de la realidad: la diversidad de personajes
(burgueses sobre todo, pero también obreros o seres marginales), sus ambientes (urbanos,
pero asimismo rurales), costumbres (a veces de marcado localismo) y conflictos. También
se estudia la realidad interior, pero no desde una perspectiva subjetiva, sino analizando
los caracteres de los individuos, sus conflictos íntimos, las motivaciones de sus actos… Se
origina la gran novela psicológica.
• Los temas suelen ser los problemas intrínsecos a la burguesía (ideológicos, económicos,
amorosos, morales, etc.) o bien las relaciones y conflictos entre esta y las otras clases. Se
ha definido la novela realista como la épica de la burguesía.
• Objetivismo narrativo. El narrador describe la realidad tal como la ve, «fotográficamente»,
habitualmente como narrador externo omnisciente en tercera persona, aprovechándose del
estilo indirecto libre o el monólogo interior para «entrar» en los personajes. A veces, el punto
de vista narrativo orienta ideológicamente al lector.
• Intencionalidad crítica. Se refleja la realidad para criticarla. Si el lector percibe los de-
fectos sociales, puede verse movido a cambiar la sociedad. Se trata de un concepto de la
literatura como arte útil y social. Esto conduce a veces a la «novela de tesis».
• Un nuevo lenguaje realista. Los excesos retóricos románticos se sustituyen por un lenguaje
sobrio, preciso, más sencillo, aunque a veces la prolijidad descriptiva es excesiva; el léxi-
co emocional y valorativo se objetiva; los periodos sintácticos se alargan, con abundante
subordinación, en extensos párrafos; se intenta reflejar el lenguaje real de los personajes,
más coloquial (se introduce ocasionalmente el habla popular, regional, jergal), etc.
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