2. Política estadounidense ( 1945-1960)
Desde 1945, uno de los objetivos principales de la política exterior
estadounidense fue mantener a Europa como una pieza subordinada y
altamente integrada de sus recursos estratégicos geopolíticos. Tras la
Segunda Guerra Mundial esto fue fácil de conseguir, ya que Europa, a
causa de los efectos de la conflagración, se encontraba económicamente
exhausta y la mayoría de sus poblaciones y especialmente de sus élites
políticas y económicas temían a las fuerzas comunistas, tanto por el
poder militar soviético como por la fuerza popular de los partidos
comunistas en Europa occidental.
El programa estadounidense tomó forma en el Plan Marshall de ayuda
económica para la recuperación europea, y en la creación de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Desde el punto de vista de Estados Unidos, las estructuras europeas
parecían entonces ser algo deseable, ya que fortalecerían las economías,
haciendo de ellas mejores clientes para las inversiones y exportaciones
estadounidenses, y podrían disipar los temores de Francia ante un
posible resurgimiento militar de Alemania y la integración de este país
en la OTAN.
En los años sesenta del pasado siglo comenzaron a modificarse
3. • Europa occidental se estaba haciendo demasiado fuerte. Charles de
Gaulle asumía de nuevo el poder en Francia. Y De Gaulle aspiraba a
estructuras europeas que fueran políticamente autónomas. a principal
preocupación de la política exterior estadounidense era cómo frenar lo
que parecía ser una creciente tendencia hacia la autonomía política
europea. Para lograrlo, EEUU ofreció a Europa un “partenariado”
geopolítico en dos frentes: la guerra fría con la URSS y las luchas
político-económicas del Norte contra el Sur. Y, por supuesto, el
“triunfo” final fue el colapso de la URSS. La Guerra del Golfo terminó
muy pronto con una tregua tras la retirada iraquí de Kuwait, pero eso se
fue haciendo cada vez más inaceptable para EEUU según avanzaba la
década.
• No obstante, los europeos occidentales mantuvieron una actitud que
evitaba cualquier abierta ruptura con EEUU sobre asuntos realmente
importantes. Y entonces llegaron George W. Bush y los halcones. Para
ellos, la política exterior practicada desde Nixon hasta Clinton era
increíblemente débil y contribuía decisivamente al persistente declive
del poder estadounidense en el mundo. Desdeñaban cualquier
dependencia respecto a las estructuras de la ONU y tenían un especial
deseo en poner un muro de contención ante las aspiraciones europeas a
la autonomía política.
4. El primer objetivo elegido era Irak. Había tres razones para ello:
- la guerra del Golfo había sido “humillante” para Estados Unidos porque
Sadam Husein sobrevivió;
- Irak podría ser un excelente asentamiento para bases militares
permanentes en Oriente Medio;
- Irak era un objetivo militar fácil, precisamente porque no contaba con
armas de destrucción masiva.
La teoría de los halcones era que la invasión de Irak demostraría la
imbatible superioridad militar de EEUU y tendría tres consecuencias:
- intimidaría a los europeos occidentales, y en segundo lugar a los asiáticos
orientales, y pondría fin a toda aspiración de autonomía política.
- intimidaría a los aspirantes a convertirse en potencias nucleares y los
induciría a abandonar toda pretensión de obtener tales armas.
- intimidaría a todos los Estados de Oriente Medio haciéndolos acceder a
un acuerdo entre Israel y Palestina en términos aceptables para Israel y
Estados Unidos.
5. Irak, supuesto fácil objetivo, ha resultado no ser tan fácil. En este momento,
la ocupación estadounidense se enfrenta con una resistencia y una creciente
sublevación El intento de dividir Europa en dos campos - la “vieja Europa” y la
“nueva Europa”- tuvo éxitos momentáneos, pero con las elecciones españolas
se ha producido un cambio rotundo en la dirección de la corriente. Ha
fracasado la chulería unilateralista de los halcones, y el respaldo a su política
disminuye notablemente en Estados Unidos, incluso entre los republicanos
conservadores, La adopción de una seria Constitución europea es algo que aún
está puesto en duda, sobre todo porque el voto negativo de un solo país en
algún referéndum puede anular cualquier acuerdo. La izquierda europea, en
particular, aún no está totalmente recuperada de las dudas que en torno a la
unidad europea mantuvo en los años posteriores a 1945, y por tanto no está
preparada para comprometerse con todas sus fuerzas y sin reticencias en la
construcción europea. Esto es particularmente cierto en los países nórdicos y
en Francia, pero hay similares reticencias en casi todos los países.
Una Europa fuerte y autónoma es un primer y esencial elemento para la
construcción de un mundo multipolar. Una Europa autónoma que estuviera
dispuesta a trabajar en favor de una restructuración fundamental de la
economía-mundo, siguiendo vías que pudiesen comenzar a superar la
persistente polarización Norte-Sur, constituiría un cambio aún mayor en la
escena mundial. Ambas situaciones son muy posibles. Pero ni la una ni la otra
están aseguradas.
6. Plan Marshall
• El Plan Marshall (denominado oficialmente European Recovery Program
o ERP) fue el principal plan de los Estados Unidos para la reconstrucción
de los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial, que a la
vez estaba destinado a contener un posible avance del comunismo. La
iniciativa recibió el nombre del Secretario de Estado de los Estados
Unidos, George Marshall, y fue diseñada principalmente por el
Departamento de Estado, en especial por William L. Clayton y George F.
Kennan. El plan de reconstrucción se planteó en una cumbre entre los
Estados europeos participantes, que se celebró el 12 de julio de 1947.
La Unión Soviética y los Estados de la Europa del Este también fueron
teóricamente invitados, aunque las condiciones que se les exigió
(someter su situación económica interna a controles externos e
integrarse en un mercado europeo) eran obviamente incompatibles con
el sistema económico y con los principios ideológicos y de propaganda del
denominado socialismo realmente existente. Aun así, Moscú tuvo que
ejercer su control sobre algunos países que sí habían mostrado interés
(Polonia y Checoslovaquia), obteniendo su rectificación. El plan tuvo una
vigencia de cuatro años fiscales a partir de julio del año 1947 y, durante
este periodo, los Estados europeos que ingresaron en la Organización
Europea para la Cooperación Económica (OECE) (precursora de la OCDE)
recibieron un total de 13 mil millones de dólares de la época, así como
servicios de asistencia técnica.
7. Creación de la OTAN
• El 26 de agosto de 1949 tomó fuerza el Tratado que define la misión de
la OTAN. Este organismo internacional cuyas bases se asientan en una
alianza política y militar para los países del Atlántico Norte. Por esto su
objetivo principal es la defensa conjunta de cualquiera de sus miembros
ante el ataque armado de un tercer país en cuestión a través de los
medios que ellos crean necesarios. Esto último está sentado en la Carta
de las Naciones Unidas, con precisión en su artículo 51. El lugar en que
puede ser ejecutado el mismo incluye el territorio y dependencias de los
países miembros: en Europa y América del Norte, así como también las
aguas, islas, navíos y aeronaves bajo su jurisdicción en el Atlántico al
norte del trópico de Cáncer.
8. • Los países Europeos, más precisamente los del occidente, comenzaron a
ver gran desconfianza el mantenimiento de colosos contingentes del
ejército en suelo europeo, tras la segunda Guerra Mundial cuando
desmovilizaron sus fuerzas. Entre 1946 y 1948, URSS ejerció una
presión tal sobre el establecimiento de regímenes socialistas en la
Europa central y oriental, desembocando en un clima de total suspicacia
mutua entre los antiguos aliados contra la Alemania nazi. Como resultado
de ello y tras un enorme escenario de temor se desató lo que conocemos
como Guerra Fría. Así el 17 de marzo de 1948, entre Bélgica, Francia,
Luxemburgo, los Países Bajos y el Reino Unido, se firma el Tratado de
Bruselas, motivo de los acontecimientos acaecidos en Grecia y Turquía
en manos del poder soviético y su ambición de extensión del poder. En
este Tratado los países se prometieron mutuamente asistencia ante un
caso de agresión. Tres meses después esta firmeza tomada por este-
oeste quedó plasmada en el bloqueo soviético en Berlín.