Este documento clasifica los contratos romanos en seis categorías: 1) accidentales, naturales y esenciales, dependiendo de si sus elementos son opcionales, inherentes o fundamentales; 2) verbales, que se perfeccionan con la palabra; 3) reales, que requieren la entrega de un bien; 4) consensuales, que se completan con el solo consentimiento; 5) escritos, que se basan en documentos; y 6) ofrece como ejemplos la condición en el comodato, la evicción en la compraventa y la causa