2. TEMA 2: DIVISIÓN DEL TRABAJO Y
ESPECIALIZACIONES PROFESIONALES:
3.1. El Interaccionismo simbólico: interacción y
biografía.
3.2. Cierre social, credencialismo y monopolio
profesional.
3.3. Mercado libre, mercado burocrático y
mercado profesional.
3.4. Las estrategias profesionales desde la
perspectiva de género.
3. Herbert Blumer (1938): Escuela de Chicago
Objeto de estudio:
Los procesos de interacción: acción social con una
orientación recíproca.
Subraya el carácter simbólico de la acción social
Análisis de las profesiones (años 50-60 del s.
XX):
E. Hughes
H. Becker
A. Strauss
4. Hughes (1952) llama la atención sobre el
“olvido” mutuo de la Sociología del Trabajo (se
ocupa sólo del trabajo industrial) y la Sociología
de las Profesiones (centrada en los grupos
profesionales).
Nuevo objetivo:
Dar cuenta de los procesos que han conducido a las
personas a ejercer su actividad
Describir las prácticas concretas
Encontrar los procesos, prácticas y problemas
comunes a todas las actividades laborales
5. Analizar todas las actividades laborales como
Procesos subjetivamente significativos
Relaciones dinámicas con los otros
“El oficio de un hombre es uno de los
componentes más importantes de su
identidad social, de sí mismo e incluso de su
destino en una existencia que no le está
dada sino una vez. En este sentido, la
elección de un oficio es casi tan irrevocable
como la elección de una pareja.”
(Dubar y Tripier, 1998, p. 95)
6. 1. “A diferencia de los animales inferiores, los seres humanos están dotados de
capacidad de pensamiento.
2. La capacidad de pensamiento está modelada por la interacción social.
3. En la interacción social las personas aprenden los significados y los símbolos
que les permiten ejercer su capacidad de pensamiento distintivamente humana.
4. Los significados y los símbolos permiten a las personas actuar e interactuar de
una manera distintivamente humana.
5. Las personas son capaces de modificar o alterar los significados y los símbolos
que usan en la acción y la interacción sobre la base de su interpretación de la
situación.
6. Las personas son capaces de introducir estas modificaciones y alteraciones
debido, en parte, a su capacidad para interactuar consigo mismas, lo que les
permite examinar los posibles cursos de acción, y valorar sus ventajas y
desventajas relativas para luego elegir uno.
7. Las pautas entretejidas de acción e interacción constituyen los grupos y las
sociedades.” (Ritzer, 1993, p. 237)
7. Formas de realización del yo: proceso biográfico, identidad
Lo esencial es poder resituar una actividad profesional en una vida
laboral que incluye
el acceso al oficio o al empleo,
el desarrollo de la actividad,
las bifurcaciones (turning points),
las anticipaciones,
los logros y fracasos.
Pero este punto de vista es insuficiente y debe articularse con otro que
considera toda actividad como relacional e interactiva, es decir,
producida por un grupo de pares, orientada hacia la creación de un
<orden interno>, seguramente provisional pero necesario.
(Dubar y Tripier, 1998, p. 98)
8.
9. E. H. Sutherland (El ladrón profesional): cómo diferenciar a los verdaderos
ladrones, profesionales como él, de los amateurs que no saben robar sin
dejarse atrapar:
▪ El sentido del “trabajo bien hecho”: el arte del ladrón profesional consiste en subutilizar
objetos sin dejar señales, lo que supone coraje y una destreza que no se adquiere sino al
final de un largo aprendizaje.
▪ Conwell ha ido a la escuela de ancianos, ha adquirido técnicas especializadas, múltiples
destrezas
▪ Adquirir el “golpe de oído”, saber meterse en el lugar del <cliente>, conocer
perfectamente el terreno donde opera
▪ No basta con haber adquirido el saber hacer, sino que se precisa también “la soberanía
territorial”
▪ Saber “entrar en contacto”, “tentar el terreno”, “hacerse respetar” por todos los actores
del lugar
▪ Ha debido constituirse redes de distribución sin hacerse denunciar, conquistando la
confianza de revendedores sin “hacerse malversador”, adquirir complicidades en el poder
administrativo y político
(Dubar y Tripier, 1998, pp. 98 y ss.)
10. Esos mecanismos, reflejados por los relatos de Conwell, ¿son
extrapolables a grupos profesionales “ordenados”, no desviados ni
marginales?
Encontramos procesos significativos de socialización profesional
que pueden ser parcialmente generalizados:
aprendizaje “sobre el conjunto”,
rol de los “ancianos”,
“sentido del trabajo bien hecho”,
“soberanía territorial”,
“capacidad de negociación”…
Esos procesos difieren de la imagen habitual que las profesiones
dan de sí mismas. Y, sin embargo, ¿no les conciernen también a ellas?
11. Licencia: “autorización para ejercer”
Mandato: “obligación de misión”
Todo colectivo que ejerce una actividad, un oficio, un
empleo, aspira a estabilizar su campo, su territorio, su
definición, obteniendo de sus iguales (y de quienes
tienen ese “poder”):
▪ una autorización específica (“licencia”), limitando la competencia,
▪ y reivindicando una misión reconocida (“mandato”), que da valor
al grupo.
Cuando un grupo consigue esto, se convierte, al
menos durante un tiempo, en una “profesión”.
12. Ciertas actividades tienen más oportunidades de
conseguir esto que otras:
Son las que intervienen en lo que es considerado
como “sagrado”, en un espacio y en un periodo dados
porque manejan saberes responsables de, por
ejemplo, el nacimiento y la muerte, el crimen o la
sexualidad, la enfermedad o la desgracia.
Es porque la sociedad transfiere una parte de esas
funciones vitales que asumen ciertos grupos (juristas,
médicos, enseñantes,…) por lo que tienen derecho, a
cambio, a algunos privilegios.
13. Todos intentamos, ante los demás, argumentar el valor eminente
de nuestra actividad profesional para obtener esta licencia que nos
protegerá de la competencia y ese mandato que nos dará un
reconocimiento en nuestro trabajo:
licencia y mandato son el objetivo de conflictos, de luchas políticas
entre grupos profesionales en competencia por la protección y la
valoración de sus empleos.
Como consecuencia de estas luchas y de la evolución de la división
del trabajo, los criterios de autorización para el ejercicio o de las
obligaciones de la misión evolucionan, lo que modifica,
permanentemente, la configuración de las profesiones.
14. “Carrera”: “Recorrido de una persona en el curso de su ciclo vital.”
Se aplica a todo el mundo, pero no todos tienen la suerte de desarrollar
una carrera totalmente trazada, en una institución que asegura a sus
miembros un incremento regular de dinero, de autoridad y de prestigio.
Junto a la ”vía formal”, existen diversos medios de permitir
reorientaciones, reconversiones, redefiniciones de la actividad
(“turning point”), a medida que se avanza en la edad de las personas y
que evolucionan las instituciones laborales.
Objetivo del estudio sociológico de las “carreras”:
Analizar, identificar la relación entre la estructuración de las organizaciones
laborales (y principalmente de las carreras de una ocupación) y las
trayectorias de los trabajadores (y especialmente sus recorridos biográficos).
15. Contraste con el enfoque de los rasgos en la definición
de las profesiones:
No las definen a partir de valores o de una configuración
abstracta de “variables” (rasgos).
No es la unidad comunitaria de una profesión, sino lo
contrario, los conflictos de interés y los cambios lo que
interesa estudiar.
No definen la profesión como “compartir una misma
identidad o valores comunes” sino como “un
conglomerado de segmentos en competición y en
continua reestructuración”.
Lo importante y significativo es “la diversidad, las
alianzas y los movimientos”.
16. Un segmento es una “comunidad invisible”: sólo se visualiza al
organizar acciones colectivas como, por ejemplo, apropiarse de
posiciones de poder en las asociaciones o comités oficiales. Debe
dotarse, para ello, de portavoces específicos y de medios de
comunicación públicos.
Deberá entablar alianzas, asumir compromisos, puede incluso
que tenga que renegociar las fronteras con otros segmentos.
Se redefinen los grupos profesionales como movimientos
sociales, que tratan de conseguir:
una alianza con otros segmentos,
la adhesión de ciertos clientes,
ventajas materiales y simbólicas por parte del Estado,
revisión en su beneficio de las reglas del mercado.
17. La Medicina, una coalición contingente de segmentos
correspondientes a:
instituciones empleadoras diferentes (hospitales, facultades,
gabinetes médicos),
estatus diferentes (generalistas, especialistas, investigadores)
y asociaciones diversas.
Lo que distingue los segmentos entre ellos no son tanto
las definiciones oficiales, las clasificaciones establecidas,
sino “una construcción común de su situación” y
creencias compartidas sobre el “sentido subjetivo de la
actividad profesional”. (Dubar y Tripier, 1998)
18. Denuncia que los estudios sociológicos
asuman acríticamente las autodefensas de
los propios grupos profesionales.
Cuestiona la existencia de criterios
universales y racionales de delimitación entre
ocupaciones y profesiones.
Permite aclarar procesos comunes a todas las
actividades laborales y las estrategias
diferenciadoras de los grupos profesionales.
19. Configuración de un marco conceptual original, desde el
que realizar los estudios empíricos.
Comparación de los procesos de profesionalización
surgidos a principios del siglo XIX en las principales
profesiones liberales en Inglaterra y Estados Unidos.
Afrontar el análisis de movimientos profesionalizadores
contemporáneos, tratando de buscar evidencias sobre una
hipótesis central de partida: “la recuperación y extensión
de la ideología del profesionalismo entre numerosos
sectores de asalariados medios en el seno de grandes
organizaciones modernas.”
20. Los "grupos profesionales" constituyen
históricamente verdaderas organizaciones que
intentan acceder a controlar intelectual y
organizativamente áreas de interés para la
sociedad.
Considera los procesos de profesionalización, en
el orden social, como "proyectos de movilidad
social", en los que los grupos profesionales
"intentan convertir un orden de escasos recursos
sociales -conocimiento y destrezas- en otro
orden de recompensas sociales y económicas”.
23. “Proyecto Profesional” (Professional
Proyect= PP):
“el proceso histórico por el cual ciertos grupos
profesionales consiguieron objetivamente
establecer un monopolio sobre un segmento
específico del mercado de trabajo, y obtuvieron el
reconocimiento su competencia por el público,
con la ayuda del Estado.”
Estrategias colectivas.
24. “Cierre Social” (Social Closure= CS): el
resultado final de estos proyectos
Un cierre “económico”: la consecución de un mercado
de trabajo “cerrado”, es decir, de un monopolio legal
de ciertas personas sobre ciertas actividades
Un cierre “social y cultural, o simbólico”: el
reconocimiento de la adquisición de un saber legítimo
adquirido, sin el cual el ejercicio profesional sería
imposible. Implica un cierre cultural de ciertos grupos
profesionales frente a los que no pueden probar la
posesión de ese saber.
25. El cierre social (CS) resulta de la combinación
entre un cierre en el orden económico de un
mercado de trabajo y un cierre cultural de un
grupo por la apropiación de un saber
legítimo. Esta unión se obtiene al final de un
proyecto o estrategia profesional (PP).
26.
27. “Mercado Profesional” (MP):
un “tipo de mercado –o de segmento del mercado-
sobre el cual un servicio no puede ser comprado o
vendido sino a un profesional que pertenece a un
mercado cerrado y específico de trabajo”.
El profesional está por tanto en una doble posición de
monopolio: él mismo (o su fuerza de trabajo) en el
mercado de trabajo, y su servicio (o su trabajo de
servicio) en el mercado de servicios.
Este doble monopolio se garantiza por la vía legal,
jurídica, constituyendo un monopolio de venta de un
servicio a los que reúnen ciertos requisitos legales: las
credenciales educativas.
28. “Estatus Social” (SS): resultado en el orden socio-
simbólico
el cierre social juega un papel de legitimación para justificar el
acceso de los grupos profesionales a ciertas posiciones sociales
privilegiadas en la estratificación social
el reconocimiento de ese estatus social (SS) no aporta
solamente beneficios económicos: implica también adquirir
“disposiciones culturales”, siempre asociadas a la superación
de un proceso formativo prolongado, desarrollado en centros
dotados de prestigio social y, por lo tanto, con un carácter
selectivo
Los Professional Project (PP) de esos grupos profesionales
fueron, por tanto, inseparables de estrategias de movilidad
social ascendente, individual y colectiva.
29.
30. “Autonomía profesional”:
Los profesionales se controlan a sí mismos
“porque el proceso mismo del doble cierre hace
imposible cualquier otra forma de control”.
Pueden lograr el cierre social porque tienen
autonomía para “construir y controlar los criterios
de su propia pericia”.
¿ES POSIBLE EL CONTROL TOTAL?
31. Sin embargo, Magali S. Larson reconoce que la tendencia a que
los servicios profesionales fueran abarcados por corporaciones
o directamente por la burocracia estatal ha tenido como efecto
una creciente subordinación de los servicios profesionales al
control estatal o corporativo que ha conducido a la
transformación de muchas profesiones "libres" en empleos
burocráticos "dependientes", asumiendo los profesionales la
condición de trabajadores asalariados sujetos al control
burocrático administrativo.
El "profesionalismo", el discurso que tiende a reforzar la identidad
de estos grupos como "profesionales", bajo estas condiciones se
convierte:
o en un "mecanismo interno de control del experto subordinado" por
parte del Estado o las corporaciones,
o en una ideología a la que recurren los propios grupos profesionales
para justificar diferencias y privilegios.
32. R. Collins, F. Parkin, R. Murphy: cierre social
Concepto central: grupos de estatus weberiano:
“Los <grupos de status> se forman sobre la base de
experiencias, intereses comunes y distintivos. Pueden
derivar de situaciones profesionales y territoriales
(étnicas): los grupos con un status basado en una
clase social provienen de experiencias profesionales,
intereses comunes en la lucha por el poder y la
riqueza, y recursos diferenciales que facilitan un estilo
de vida, una movilización de grupo y una idealización
cultural.”
33. Comunidades ocupacionales.
Se organizan en el trabajo, no en la esfera del consumo.
Su base es la práctica de ciertas actividades complejas y
fácilmente monopolizables y el uso de procedimientos
que por su propia naturaleza trabajan muy eficazmente a
favor del secreto y la idealización.
Esta base sustenta la formación de un grupo asociativo
activo en la defensa de la riqueza, el poder y el prestigio, a
través de
Controles colectivos
Sanciones contra los intrusos
34. R. Collins: La sociedad credencialista (1989):
A pesar de que los estudios empíricos ponen en duda la relación
efectiva entre las cualificaciones aportadas por el sistema educativo y
la productividad en los puestos de trabajo, la sociedad (tanto los
empresarios como los aspirantes a profesionales y trabajadores) sigue
considerando que las titulaciones educativas son útiles para la
ubicación de los individuos en la jerarquía ocupacional.
Los títulos educativos son más importantes por lo que simbolizan que
por los conocimientos que aportan a la práctica profesional : “la
cultura es el vehículo crucial para la organización de la lucha por los
bienes económicos (y por cualquier otro bien) y para la división del
trabajo productivo en cada una de las distintas ocupaciones”
35. Cierre social excluyente:
“El proceso mediante el cual las colectividades sociales
buscan ampliar al máximo sus recompensas limitando el
acceso a los recursos y oportunidades a un número
restringido de candidatos. Ello supone la necesidad de
designar ciertos atributos sociales o físicos como bases
justificativas de tal exclusión.“
En las sociedades modernas, la propiedad incluso puede
perder importancia en tanto que factor generador de
desigualdad social frente al "cierre ocupacional": “la
organización cultural conforma la lucha de clases en uno
de sus más cruciales puntos: la formación de varios grados
de propiedad en la forma de “posiciones” ocupacionales.”
36. “Usurpación”: la respuesta
"Se entiende por usurpación el tipo de cierre social puesto en práctica
por un grupo en respuesta a su status de excluido y a las experiencias
colectivas que lleva consigo la exclusión. El denominador común a
todas las acciones de usurpación es el objetivo compartido de
apoderarse de una parte de los beneficios y recursos propios de los
grupos dominantes en la sociedad.“
La "usurpación", practicada por agentes excluidos como ciertos
colectivos obreros, grupos étnicos y de mujeres, tiende a apoyarse no
tanto en la legalidad como en la movilización pública de miembros del
colectivo y partidarios (huelgas, manifestaciones, marchas...), y tiende
a marcarse como objetivo la redistribución de las oportunidades de
mercado.
37. “Cierre social dual”: las semiprofesiones
“Ocupaciones que justifican su demanda de recompensas sobre la
base de cualificaciones formales, pero que no han sido capaces de
establecer un estricto cierre social profesional mediante un monopolio
legal o el control del número y la calidad de los aspirantes a
ejercerlas“.
El "fracaso" de la profesionalización de estos grupos no viene dado por
problemas derivados de la débil base de conocimientos, o de la
incapacidad efectiva para obtener un reconocimiento legal de la
autonomía, sino por la Crisis Fiscal del Estado, que ha supuesto un
recorte de los servicios públicos.
Los grupos "semiprofesionales" responden, de forma específica, a
través de un "cierre social dual", por el que se combinan las tácticas de
solidaridad y los instrumentos de lucha de los procesos de
"usurpación" (huelgas, sindicalismo...) con el uso de los dispositivos
excluyentes de las titulaciones .
38. "La táctica sindical, las huelgas y las alianzas
con la fracción organizada del proletariado
(movimiento obrero), son en conjunto
medios estratégicos que los profesionales y
grupos titulados pueden usar en coyunturas
particulares para mantener, reforzar o
mejorar sus privilegios, incluyendo sus
ventajas tradicionales (condiciones de
trabajo, poder discrecional, salarios y
beneficios...) sobre el proletariado."
39. No es posible analizar las profesiones al
margen de las relaciones de poder en las
organizaciones y en la sociedad.
Centralidad de los procesos históricos frente
a los debates abstractos
No se ha podido analizar en toda su
complejidad el fenómeno de las profesiones
en el marco de la división ocupacional del
trabajo en general (E. Freidson)
40. Los modelos de división del trabajo (competitiva, burocrática y profesional) están
estrechamente relacionados con modelos de mercados de trabajo, que son los
que organizan las relaciones de intercambio entre los trabajadores y los
consumidores de trabajo. Por lo tanto, existen también tres tipos ideales de
mercados laborales: el mercado libre, el mercado burocrático y el mercado
ocupacional.
Mercado libre:
Opera sin limitaciones, es controlado por las decisiones individuales de sus participantes, es
decir, los trabajadores (que venden su fuerza de trabajo) y los empleadores (consumidores de
fuerza de trabajo).
Se realiza en determinados ámbitos con más frecuencia: el trabajo descualificado, sectores de
la economía informal.
Mercado burocrático:
Se organiza jerárquicamente y es controlado por la autoridad administrativa.
Mercado ocupacional:
Es organizado y controlado por los que ofrecen su trabajo especializado.
41. Los mercados, a su vez, llevan aparejados
modelos diferentes de carrera a lo largo del
ciclo vital de los trabajadores/as.
La carrera laboral asociada al Mercado
Libre: no tiene consistencia ni orientación,
sino que resulta más determinante la “suerte”
como fuente de oportunidades que la
movilidad ascendente.
42. El Mercado Burocrático es regulado por una autoridad o por un staff de
especialistas en gestión, diseño y planificación de recursos humanos, que
rinden cuentas más ante el estado burocrático, el sector industrial o la
empresa que ante los productores o consumidores.
División del trabajo sistemática compuesta por posiciones o puestos cuyas
tareas están definidas por normas escritas y que se establecen
jerárquicamente (o verticalmente) tanto como funcionalmente (u
horizontalmente). La dimensión jerárquica implica un escalafón de puestos a
través de los cuales se puede promocionar.
El acceso a esas posiciones o puestos, así como el traslado o la promoción
entre ellas, está determinado por criterios impersonales especificados de
competencia así como por otras políticas formales de personal.
Los salarios o ingresos están graduados según la posición en la jerarquía y
excepto el caso de los incrementos basados en el cargo tienden a ser
uniformes para todos dentro de cada posición y además pueden ser percibidos
como en equilibrio.
Los trabajadores buscarán formarse específicamente para promocionar o
acceder a un trabajo. La formación variará según el nivel de autoridad y la
naturaleza de los puestos a los que aspiran.
43. Mercado ocupacional típico del profesionalismo : papel activo de
las ocupaciones en su estructuración.
Los grupos profesionales organizados tienen el derecho exclusivo a
determinar la cualificación requerida para empleos particulares y la
naturaleza de las tareas que se tienen que realizar en éstos.
Su jurisdicción es el resultado de negociaciones o conflictos con otros
grupos profesionales cercanos en la división del trabajo. La jurisdicción
puede ser establecida unilateralmente por el Estado en algunos
ámbitos, tras consultar a los grupos profesionales. También se negocia
con los consumidores del trabajo, que sólo pueden contratar a los
miembros auténticos de la profesión. Los grupos ocupacionales que
pueden competir con el grupo autorizado deben tener asignada otra
jurisdicción o pueden ser excluidos del mercado de trabajo.
La autorización de la exclusividad del ejercicio profesional para
aquellos que tienen la cualificación reconocida por la ocupación es un
mandato legal.
44. Teóricamente, los trabajadores controlan el acceso a la ocupación, de
modo que su cuantía global no dificulte la maximización de sus ingresos
medios en relación con la demanda.
Las diferencias retributivas en un mercado laboral ocupacional no se
establecen por la administración, ni son el resultado del libre intercambio
con los consumidores en el mercado: se establecen por negociaciones
entre los propios grupos ocupacionales, o entre estos y los consumidores
de su trabajo.
El acceso y la propia organización del mercado de trabajo están limitados
por el rasgo principal de las profesiones: “antes de entrar en el mercado
de trabajo como miembro pleno de la profesión se debe obtener la
formación que cualifica para el empleo”. Por lo tanto, ni las burocracias ni
las empresas son libres para diseñar los puestos de trabajo y establecer la
división del trabajo en la firma ni en el mercado.
45. El mercado de trabajo ocupacional puede organizarse de
varias formas:
División entre firmas ocupacionales que producen bienes y
servicios (lo que Derber (1992) denomina “logofirmas”).
Exclusividad en el acceso a ciertas posiciones (“profesionales”)
integradas en firmas “heterónomas”, es decir, controladas por
administradores (en las que se establecen lo que Derber
denomina “logofirmas internas”).
Ejercicio autónomo de la profesión, en el que los miembros
individuales de la ocupación ofrecen sus cualificaciones
especializadas en el mercado directamente, con la protección
legal de la “licencia”, que permite que el autoempleo pueda ser
una opción relativamente segura y atractiva.
46. Las “carreras profesionales”:
Aunque el modelo típico pueda ser la permanencia en una
ocupación durante toda la vida laboral, la diversidad de
carreras profesionales es mayor que en el mercado
burocrático.
El mercado ocupacional se caracteriza por la preeminencia
de una carrera horizontal frente a las carreras verticales
(más típicas de las organizaciones burocráticas).
▪ La carrera horizontal deriva de una creciente reputación o prestigio
basado en el dominio de la profesión.
▪ Supone la posibilidad de movilidad entre empresas controladas
ocupacionalmente, e incluso entre posiciones de “socio
contratante” o “ejerciente”.
47. Los profesionales se enfrentan al dilema de la
posibilidad de optar entre dos tipos de
“movilidad ascendente” en sus carreras:
una que deriva de la práctica continuada de la
profesión, que puede dar con el tiempo la posibilidad
de intervenir como supervisor de otros miembros de
la profesión,
otra que supone el abandono del ejercicio de la
profesión para acceder a posiciones directivas y
ascender en la jerarquía de la autoridad de una
empresa.
48.
49. La conceptualización neoweberiana de las profesiones
debe ser sometida a una revisión para integrar
efectivamente las singularidades de las dinámicas
profesionales típicas de las mujeres y los conflictos de
género que han ido aparejados a numerosos proyectos
profesionalizadores, estrategias de “cierre social” y al
ejercicio del poder profesional.
La autora realiza un ejercicio de definición, en claves de
género, de un nuevo esquema conceptual de las
estrategias de cierre ocupacional, identificando sus
“formas de género”.
Considera cuatro conceptos de “cierre ocupacional” :
cierre excluyente, demarcación, usurpación inclusiva,
cierre social dual.
50. Las formas de género de la estrategia excluyente han sido empleadas
para asegurar que los hombres tuviesen un acceso privilegiado a
recompensas y oportunidades en el mercado de trabajo ocupacional.
Estas estrategias emplean dos tipos de criterios:
criterios colectivistas de género: excluyentes para con las mujeres
criterios individualistas de género: inclusivos con relación a los hombres.
Sirven para hacer de las mujeres una clase de “inelegibles” al excluirlas de
las rutas de acceso a recursos tales como destrezas, conocimiento,
credenciales de entrada o competencia técnica, imposibilitando de este
modo a las mujeres para el acceso y el ejercicio en una ocupación:
exclusión de las universidades
exclusión del ejercicio profesional
51. Estrategias dirigidas a “hacerse con el control inter-ocupacional de los asuntos
de ocupaciones afines o adyacentes en la división del trabajo”.
Están estrechamente relacionadas con lo que se ha dado en llamar la
“segregación horizontal” de las ocupaciones:
Esta división “horizontal” del trabajo entre ocupaciones supone un “imperialismo
ocupacional”: los intentos de una serie de ocupaciones de moldear la división del trabajo a
su favor.
Emplean mecanismos de “robo” de habilidades a otras ocupaciones o de delegación de
habilidades con el fin de asegurarse ingresos, status y control.
No se centran en la exclusión sino en el enclaustramiento de las mujeres dentro
de una esfera de competencia relacionada pero distinta dentro de una división
ocupacional del trabajo y, además, en la posible (más bien probable)
subordinación de las competencias de las mujeres a las ocupaciones dominadas
por los hombres.
El género de los grupos ocupacionales inmersos en conflictos inter-ocupacionales
y de demarcación,no es un elemento fortuito ni contingente, sino un factor
necesario para explicar tanto la forma como el resultado de tales estrategias.
52. El concepto de Parkin de las respuestas de “usurpación”
pasa a ser matizado con la noción de “inclusión” :
Las formas por las cuales las mujeres, sujetas a estrategias
excluyentes de género, no aceptan sin más las prácticas de
cierre patriarcal sino que desafían el monopolio masculino
sobre la competencia. Pretenden ser incluidas en una estructura
de posiciones de la cual son excluidas debido a su género.
Esta estrategia es usurpadora porque es compensatoria y entra
en conflicto con una estrategia de exclusión.
Asimismo, es una estrategia inclusiva de usurpación porque
pretende sustituir criterios de exclusión colectivista de género
por criterios de inclusión individualistas no sesgados por el
género.
53. Otro mecanismo compensatorio ante la
exclusión, pero a través de estrategias de género
mediante las cuales las mujeres pueden
contrarrestar la “demarcación”, ejerciendo el
poder bajo dos formas:
en dirección ascendente, como forma de usurpación
en dirección descendente, como forma de exclusión
Se trata de la forma adoptada por los “proyectos
profesionales femeninos”.
54. Se debe distinguir entre “líneas de actuación
estratégicas”, dotadas de género, y “estructuras
facilitadoras o limitadoras”, que son patriarcales:
“Al referirnos a las estrategias de género y a las
estructuras patriarcales, estamos sosteniendo que los
actores, de uno u otro género, que se implican en
proyectos profesionales como parte estratégica de su
acción, tendrán diferente acceso a los medios tácticos
para lograr sus objetivos en una sociedad patriarcal en
la que el poder masculino está institucionalizado y
organizado. Ha habido recursos de poder cuyo acceso
ha sido denegado a las mujeres y que, por tanto, éstas
no han podido movilizar.”
55. 1. “Abandonar cualquier concepto genérico de profesión y redefinir la
sociología de las profesiones como la historia sociológica de ocupaciones
consideradas como casos individuales, empíricos y, sobre todo,
históricos, y no como ejemplares de un concepto más general y fijo.”
2. Recurrir al concepto de “proyectos profesionales” instaurado por
Larson, pero partiendo de los términos en que lo plantea Freidson: la
propia declaración que hace una ocupación sobre su identidad
profesional o su deseo de llegar a serlo, de modo que se incluyen en los
análisis los “proyectos profesionales femeninos”.
3. Los proyectos profesionales incluyen, como aspectos generales, el ser
“estrategias de cierre ocupacional que pretenden establecer un
monopolio sobre la provisión de habilidades y competencias en un
mercado de servicios”, que hacen uso de dos tipos de “tácticas”:
credencialistas y legalistas.
56. 4. El credencialismo, organizado a través del nexo estructural
entre educación y ocupación, ha estado profundamente
recubierto por la “exclusión de género”: varones involucrados
en proyectos profesionales han utilizado criterios de exclusión
colectivistas y de género. Ello ha sido así cuando se han
movilizado “medios de cierre autónomos” en la sociedad civil
(caracterizada en los tiempos de los principales procesos
profesionalizadores por una clara hegemonía y dominio
masculino), las asociaciones profesionales (que organizaron e
institucionalizaron el poder masculino) y la universidad
moderna (gobernada por hombres, y durante mucho tiempo
cerrada al acceso de las mujeres y de la formación vinculada a
los proyectos femeninos de profesionalización: magisterio,
enfermería, trabajo social,…).
57. Las maniobras “legalistas” han consistido en “el intento de conseguir un
monopolio legal mediante el permiso del Estado”, movilizando por tanto
“medios de cierre heterónomos” dentro del espacio institucional del Estado, un
ámbito estructurado patriarcalmente hasta bien entrado el siglo XX.
Fue dentro de estos escenarios institucionales de la sociedad civil y el Estado
donde el cierre profesional quedó asegurado históricamente como una forma
patriarcal de cierre:
Los proyectos profesionales femeninos, se enfrentaron a singulares dificultades,
dado que las instituciones que participaron en el desarrollo de estos proyectos
“habían planteado serias reservas sobre la capacidad de las mujeres para tomar parte
en tales proyectos”.
Las mujeres ni intervenían en el aparato institucional del Estado, ni podían intervenir
directamente en la sociedad civil (no se les permitía, por ejemplo, constituir
asociaciones profesionales ni estudiar en las universidades), viéndose obligadas a
“echar mano del poder masculino para representar su interés colectivo a nivel
institucional del estado”, o a utilizar otros espacios institucionales no universitarios
para desarrollar sus programas formativos (por ejemplo, las enfermeras en los
hospitales).
58. En definitiva, integrar la perspectiva de género
debe suponer la necesidad de ahondar en
experiencias históricas concretas, en contextos
particulares, y en la necesidad de abordar el
análisis de las historias de las mujeres en su
trabajo, de modo que se analice el cruce entre:
las condiciones que pueden limitar a las mujeres
pero también las formas de resistencia que las
mujeres han sabido (o podido) articular frente a
éstas.
59. Collins, R. (1989): La sociedad credencialista, Madrid, Akal.
Derber, Ch. y Schwartz, W. (1992): “¿Nuevos mandarines o nuevo proletariado?: poder profesional
en el trabajo”, R.E.I.S., nº 59.
Dubar, C. – Tripier, P. (1998): Sociologie des Professions, Paris, Armand Colin.
Freidson, E. (2001): Professionalism: The Third Logic, Chicago, Chicago University Press.
Hughes, E. (1952): “The sociological Study of Work: An Editorial Foreword”, The American Journal
of Sociology, vol. 57, May.
Hughes, E. (1958), Men and their Work, Glencoe, The Free Press.
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