El documento argumenta que ya no es suficiente medir el progreso de un país solo con el PIB o ingreso per cápita, sino que también se deben considerar índices como el IDH y de pobreza humana. Actualmente, el debate se centra en la desigualdad social y mala distribución del ingreso entre los habitantes de un país, lo cual suele medirse con el coeficiente Gini. El documento señala que el país en cuestión tiene uno de los peores niveles de distribución del ingreso en América Latina y a nivel mundial