1. El expresionismo
4.1. Definición y periodización del expresionismo
El Expresionismo no tuvo un lenguaje artístico propio y por ello no puede ponerse en
el mismo plano que el Fauvismo o el Cubismo; los expresionistas, más que inventar un
nuevo lenguaje, utilizaron los existentes y los adaptaron a su propia temática siempre
en clave de angustia y pesimismo. En general, su uso del color es plano y se alejan de
la representación de la realidad para buscar el sentimiento.
El expresionismo fue una corriente artística que buscaba la expresión de los
sentimientos y las emociones del autor, más que la representación de la realidad
objetiva. Es decir anteponía esos sentimientos a las propias formas. El artista
expresionista lo que busca es que se experimente un impacto fundamentalmente
emotivo ante sus obras Lo importante en este movimiento es la forma y el sentimiento
del autor. La pintura, por tanto, se toma como un medio de desahogarse y de ver la vida
con otro punto de vista. Para ello los pintores expresionistas utilizan los colores fuertes
y puros. Distorsionan las formas retorciéndolas y pintan rostros desfigurados y
tristes, tratando de buscar con las líneas, transmitir el ritmo de esos sentimientos.
Esta temática la repitieron en distintos momentos históricos, razón que permite hablar
de varias generaciones de expresionistas.
- Una primera en torno a 1900, que coincidió en tiempo y espíritu con el
simbolismo.
- La segunda coincidió con el Fauvismo, aunque se prolongó algo más
llegando a coexistir con el Cubismo. Fue esta generación la que vio nacer
grupos como Die Brücke (El puente) o Der Blaue Reiter (El jinete azul)
- Finalmente, la tercera generación corresponde al momento inmediatamente
posterior a la Primera Guerra Mundial, y abarcó no sólo a la pintura y la
escultura, sino también la arquitectura y el cine.
Aun así, y a pesar de que el expresionismo fue un movimiento internacional, tuvo su
epicentro en Alemania, especialmente en Berlín, Munich y Dresde. El régimen nazi
alemán definió al expresionismo como "arte degenerado", los artistas de esta tendencia
fueron proscritos y muchas de sus obras destruidas.
4.2. Los pintores de la primera generación del expresionismo
Los maestros más representativos de la primera oleada expresionista fueron.
Edvard Munch (1863-1944). Fue un artista noruego formado en el academicismo de su
época. Tras viajar a Bruselas y París en 1885, descubrió a los simbolistas y de ellos
tomó el gusto por la expresión de sentimientos extremos. Su primera exposición en
Berlín en 1892 se convirtió en el estímulo para el desarrollo del expresionismo alemán.
Munch representó sentimientos como la soledad o el miedo de manera desgarradora
con un uso expresivo del color, el cual llena sus obras deformando las figuras. El
empleo de líneas ondulantes en el paisaje, y de diagonales rectilíneas que acaban en
el horizonte aumentan la sensación de angustia. Los personajes solitarios y aislados
parecen cadáveres. Estas características se aprecian en obras como Paseo vespertino en
Oslo o El grito, cuya figura en primer plano parece fundirse en un sentimiento de
pánico con las angustiosas líneas onduladas de las montañas, el cielo y el mar. En sus
obras es frecuente la aparición de un puente sobre el que se sitúan los personajes.
En Bélgica destacó James Ensor (1860-1949). Personaje excéntrico y de carácter
violento, pintó en 1888 La entrada de Cristo en Bruselas que no pudo exponer por su
temática revolucionaria: el tema representaba como una gran muchedumbre con
pancartas socialistas que acompañaban a Cristo, todo ello realizado con colores
brillantes y estridentes que remarcaban un ambiente festivo.
3. El Grito. 1893. Óleo y temple sobre cartón; 91x73 cm. Galería Nacional de Oslo.
(Existen alrededor de 50 copias)
Un pobre ser humano emite un grito de angustia que parece transmitirse a todo el
entorno, excepto a las dos personas que, en el otro extremo del puente siguen paseando.
Munch quiso reflejar en sus obras lo más oculto del alma humana. La escena se
desarrolla en las afueras de la ciudad de Oslo, en uno de los lugares de paseo favoritos
de la burguesía local. El artista convirtió este lugar idílico en una pesadilla.
Los elementos plásticos se supeditan a la marcada expresividad de la obra. El malestar
vital del protagonista se exterioriza a través de las curvas sinuosas presentes en todo el
cuadro; por el contrario, el puente, su baranda en diagonal y las dos figuras humanas
que, al fondo, pasea por él, están dibujados con líneas rectas. La figura principal se
encuentra en primer término y centrada. Sin embargo, tanto la barandilla como las
curvas del fondo (así como su postura ondulada), dan un fuerte dinamismo a toda la
escena.
Hay una fuerte contraposición entre las líneas rectas (diagonales) de la zona izquierda y
las ondulaciones constantes de la derecha. Tanto unas como otras dinamizan la
representación, haciendo moverse al ojo constantemente por toda la superficie del
lienzo.
El uso predominante de tonalidades irreales de rojo, azul y negro contribuye a realzar,
asimismo, el sentimiento de sufrimiento y la angustia del individuo. Existe, de nuevo,
una contraposición entre las gamas cálidas y frías que contrastan entre sí. Tantos unos
4. como otros son por completo antinaturalistas, sin ningún contacto con la realidad,
colores arbitrarios.
El cielo crepuscular llama la atención por su combinación de rojos y naranjas.
En un primer plano, un individuo se lleva las manos a la cabeza y tapa sus oídos para no
escuchar su propio grito y abre la boca para gritar con toda su energía y expresar así su
angustia. Su figura está deformada a través de constantes curvas, dándole un aspecto de
llama. Se prescinde de todo tipo de detalles, siendo muy esquemática la realización de
la cara o manos. Los rasgos deformados de su rostro fueron inspirados, probablemente,
por los de una momia peruana expuesta en el Museo del Hombre de París; la ligera
inclinación de la cabeza y la posición de las manos son muy veraces.
El personaje principal permanece quieto mientras las otras dos figuras humanas pasean
indiferentes en el otro extremo del puente. Más allá del puente, todo parece solidarizarse
con la angustia del protagonista, pues adquiere la misma sinuosidad que él.
La baranda separa dos ambientes. Al fondo de la composición se puede apreciar un
fiordo (elemento típico del paisaje noruego) y dos siluetas de barcos.
La pincelada es la que crea la forma y se aplica directamente espesa y al temple, como
si se tratara de desgarrones, se administra con cuchillo o espátula. Esta pincelada da una
linealidad en arabesco: las ondas del grito oscilan en el aire, se retuercen, se doblan a lo
largo del cuadro y luego estallan más allá de la tela.
El cromatismo es duro y contrastado: un cielo estriado en rojo y amarillo con una
pinceladas azules y que deja arriba una especie de ojo; en el horizonte, la ola de color
azul oscuro que envuelve una isla amarilla del mar y que sigue a la izquierda
prolongándose fuera del cuadro; un espectro humanoide de tonos oscuros: rojos, azules
y amarillos del puente.
Luz antinaturalista, sin un foco determinado ni empleo del claroscuro.
Perspectiva: gracias a las diagonales y las líneas onduladas (así como por la diferencia
de tamaño entre las figuras) se tiene una fuerte sensación de espacio que nos lleva desde
el primer plano hasta el fondo sin puntos intermedios, comunicando así figura con
fondo y creando un cierto desasosiego a la hora de contemplar la escena, llevándonos
con movimientos rápidos de un lugar a otro. (Perspectiva acelerada).
Ante todo destaca la deformación, la expresividad. Estamos ante uno de los cuadros más
angustiosos de toda la Historia del Arte. Precedente del Expresionismo.
5. 4.3. La segunda oleada expresionista
En 1905 un grupo de estudiantes de arquitectura de Dresde formó el primer grupo
expresionista consciente. Su asociación se llamó Die Brücke, es decir, El Puente,
porque pretendían tender un puente que uniera todos los elementos agitadores y
revolucionarios, tanto artísticos como literarios, y entre todos rechazar el arte coetáneo
alemán. Expresaban devoción por Van Gogh, y los grabados de Munch fueron el punto
de partida de sus propias obras. A estas influencias añadieron el uso del color propio
de los fauvistas. El puente desarrolló su actividad en Dresde y en Berlín.
La motivación profunda del grupo es el deseo de transmitir las preocupaciones políticas
y sociales ocasionadas por el clima prebélico existente en esta época en Alemania y,
sobre todo, comunicarlas al mayor número posible de personas ya que esta escuela
pretende ser profundamente popular.
Sus obras se caracterizan por la potencia de las imágenes, de temática macabra y
expresiva, las formas angulosas y el colorido muy intenso, de influencia fauvista, una
formulación estética por el camino de lo feo y hacia la expresividad.
Ernst Ludwing Kirchner (1880-1938) fue el pintor más representativo del grupo. Su
obra se basa en el valor expresivo solamente del color, puro y saturado. Desarrolla
formas simples y angulosas, de volúmenes planos, inspiradas en el grabado sobre
madera (xilografía) Kirchner se traslado a Berlín en 1911, y allí pintó numerosas
escenas nocturnas representando agitación y modernidad en las calles berlinesas.
Kirchner.
Autorretrato con una modelo; Cinco mujeres en la calle; Calle de Dresde
Otro autor destacado es Emil Nolde (1867-1956). La obra más representativa de este
pintor alemán es Danza alrededor del becerro de oro, pintado en 1910, donde el
movimiento extenuante propio de una danza primitiva, se representa en una
composición donde no hay una estructura lógica pero donde la febril aplicación del
color se erige como principal vehículo de expresión.
Nolde: Danza en torno al becerro de oro Pentecostés
6. En 1911 se formó en Munich el otro movimiento expresionista, Der Blaue Reiter, es
decir, El Jinete Azul. Los pintores de este movimiento abandonaron el dramatismo y
la amargura de los otros expresionistas, para entregarse a una experimentación,
llegando a abandonar todo naturalismo para llegar a la abstracción.
Su trascendencia radica en el hecho de haber sabido mantener toda la potencia visual y
cromática del expresionismo, para, asimilando los postulados cubistas, derivar
rápidamente hacia la abstracción. Se trata, por tanto, de un interesantísimo fenómeno de
simbiosis vanguardista que, por desgracia, se vio truncado por el estallido de la Gran
Guerra.
Por esos años Munich era un centro cultural de importancia similar al de París. A él
acudían artistas de todo el mundo entre los cuales destacaría Vassily Kandinsky, jurista
ruso que en plena madurez, a los 44 años, decide incorporarse al universo artístico.
Kandinsky (1866-1944) será el fundador de la nueva formación junto con Franz Marc
(1880-1916). Destaca también Paul Klee. Kandinsky, venía asimilando diversas
experiencias formales de la vanguardia con un talante espiritual, en lugar de patético,
donde los colores son como reflejos de profundas visiones místicas.
Kandinsky. La calleja Grün en Mumau. 1908. Empleó la técnica del color fauvista,
buscando ahora la expresión del silencio y de un cierto misterio.
Kandinsky que cada vez redujo más el naturalismo en su arte, como en sus
“Improvisaciones”, en las que prescinde de elementos narrativos y pretende que el
color y los trazos del pincel transmitan al espectador el sentido de la obra.
Improvisación nº 28 nº 26 nº 23
Kandinsky abogaba por las formas puras en conexión con la interioridad del artista pero
pasando por encima de las formas reales, de la Naturaleza, en definitiva de la
figuración. Así empezó el camino de la abstracción pictórica.
Franz Marc (1880-1916). De origen alemán, deja ver en su obra una enorme
geometrización, influida por el cubismo. Es destacable la transparencia lograda en sus
figuras, como se aprecia en Establos.
Establos. El Sueño de Franz Marc. 1912
7. Museo Thyssen
4.4. El Expresionismo tras la Primera Guerra Mundial
Tras la Primera Guerra Mundial, hacia 1922, surge una nueva generación expresionista
que quieren traducir en su arte el dolor de aquel tiempo de locura. El nombre de Nueva
Objetividad, fue dado por el crítico G. F. Hartlaub para designar a un nuevo
movimiento que recuperaba elementos del expresionismo alemán inicial pero con un
marcado carácter crítico.
La nueva corriente expresionista no se estructura en grupos organizados, sino que es la
suma de pintores muy diferentes entre sí que se inscriben, además, en la tendencia de
recuperación de la realidad conocida como Nueva Objetividad. Fue el momento de
mayor éxito del Expresionismo, y sus principios rompieron las barreras de la pintura
para extenderse por la arquitectura (expresionismo constructivo basado en un concepto
orgánico de la arquitectura convirtiéndose en una alternativa al racionalismo de Le
Corbusier), escultura, cine, música, poesía, teatro…
Otto Dix (1891-1969) es, junto con Oskar Kokoschka (1886-1980) el gran
representante de la tercera generación expresionista. Destaca igualmente George Grosz
(1893-1959), Max Beckmann (1884-1950).
Características
- Rechazo del planteamiento sensorial y subjetivo del cubismo, del futurismo y del
expresionismo, buscando la vuelta a los lenguajes objetivos del realismo.
- Figuración de carácter crítico-satírico tratada de manera agresiva y ácida mediante
un dibujo caricaturesco de gran libertad expresiva.
- Representación ambivalente de la realidad: ausencia de emoción en la representación,
casi superficial, pero al mismo tiempo tratada con una perspectiva socialmente
comprometida.
- Temática de denuncia social, próxima a lo vulgar, que resalta los aspectos más
sórdidos de la realidad: corrupción, víctimas de la guerra, deshumanización de la vida,
escenas de gran ciudad con figuras perdidas entre edificios o inmersas en ambientes
industriales, trasfondos de miseria, prostitución, etc.
- Equiparación plástica de personas y objetos que son representados de manera rígida,
mecánica, grotesca y desindividualizada.
- Gran nitidez visual con contornos bien marcados y trazos ágiles y vigorosos
Otto Dix
Oskar Kokoschka. La novia del viento o la tempestad. 1914. Es en realidad un
autorretrato con su amante Alma Mahler en el que ambos aparecen en el aire envueltos
en un torbellino, relacionando el amor y la danza con las fuerzas cósmicas. El medio de
8. expresión de esta fuerza y sentimiento es una aplicación violenta del color, llevada a
cabo con grandes y gruesas pinceladas.