1) El documento describe el movimiento arquitectónico orgánico y su principal exponente, Frank Lloyd Wright. 2) El organicismo buscaba una arquitectura más humana y en armonía con la naturaleza, alejada de las formas abstractas y utopías urbanísticas del racionalismo. 3) La obra más representativa de Wright fue la Casa Kaufmann, integrada en las rocas y la cascada sobre las que se construyó, simbolizando la visión de Wright de una fusión entre arquitectura y naturaleza.
Arquitectura orgánica y la simbiosis con la naturaleza
1. 3.2. El organicismo.
La simbiosis entre arquitectura y naturaleza
En 1933 cuando la arquitectura racionalista se halla en su cenit, se produce un súbito
paro que puede considerarse crítico en la evolución del quehacer edilicio. La absoluta
geometría, la pureza de las formas abstractas y la lógica constructiva que tanto
entusiasmo provocó entre sus elaboradores no llegó a calar en el fondo de la
sensibilidad de sus contemporáneos. En Europa, ante la llegada de los regímenes
totalitarios y el estallido de la Segunda Guerra Mundial se detiene toda actividad
constructora que será continuada en América, donde la joven sociedad, ávida de
novedades, aceptará de buen grado el caudal creativo que llegaba de Europa. Pero en
América se había ido desarrollando una arquitectura también nueva, absolutamente
moderna, pero menos intelectual que la europea.
Es la arquitectura orgánica. Ésta toma al hombre como referencia constante, pero no
para ordenar medidas, como hiciera Le Corbusier, sino en un sentido más individual,
quizás más directo y más poético. Es decir, esta arquitectura se alejaba de las utopías
urbanísticas de Le Corbusier y de la deshumanización de las formas. Este movimiento
nace con Wright, su creador y principal figura. Él es en cierta manera un continuador
de la Escuela de Chicago pero dedicado ahora a encargantes privados, casas familiares.
Se le denomina orgánica porque la libertad a la hora de construir está totalmente ligada
a su encargante; cada encargante puede vivir en la casa que quiera, en una vivienda
individual en concordancia con su personalidad y aquí el arquitecto no es más que el
que interpreta esa personalidad y la convierte en construcción.
No hay decorador porque el arquitecto lo diseña todo, hasta los muebles. Todo esto es
contrario al racionalismo donde el arquitecto es superior al encargante y el individuo es
inferior al colectivo. La arquitectura orgánica está pensada para seres humanos antes de
que el racionalismo inventara el bloque colmena aunque el organicismo sí es
segregacionista y discriminador socialmente.
La estética organicista puede ser planteada como un movimiento de superación del
racionalismo, pues partiendo de inquietudes similares, y compartiendo algunas de las
soluciones técnicas racionalistas, propone alternativas que huyen del excesivo
funcionalismo e introducen un componente menos social, más individual y poético:
1. Humanismo. Utiliza al ser humano como referencia para sus creaciones, pero
no desde un planteamiento funcional, sino considerando la estética un
componente fundamental para la existencia humana.
2. Armonía natural. Los edificios se integran en el entorno. Construcción y
paisaje son concebidos como una unidad que interacciona.
3. Materiales y estilos autóctonos. Para acrecentar la integración, se usan
materiales y estilos propios de la zona.
4. Flexibilidad. Los edificios se convierten en organismos vivos, dinámicos y
adaptables a las necesidades de habitabilidad.
Frank Lloyd Wrigt (1869-1959)
Es sin duda, el más impresionante arquitecto americano de este siglo. Es el arquitecto
“orgánico” por excelencia, discípulo de Sullivan. Trata de integrar la arquitectura en su
ambiente natural y siempre considerándolas características de las personas o del grupo
de personas a quienes va destinada.
Estaba convencido de que cada edificio debía ser el resultado de su función, pero
también de su entorno y de los materiales empleados. Se inspiró en todos los “ismos”,
aunque una de sus influencias permanentes fue la arquitectura japonesa, con la que tiene
claras coincidencias en la elaboración de espacios internos que se continúan y se
2. confunden con los externos y en espacios sencillos, funcionales y poco
compartimentados.
Wrigt acuñó el término de “arquitectura orgánica”, que exponía la necesidad de
integración entre arquitectura y naturaleza. Buscaba la síntesis entre el rigor de la línea
recta y el dinamismo de la curva y entre los nuevos materiales y los tradicionales.
Antes de la Primera Guerra Mundial, Wrigt ya había sentado las bases de su revolución
personal con sus “casas de la pradera”. Estas casas de campo son viviendas
unifamiliares que elevan dos plantas sobre un basamento: la planta baja, sin divisiones
internas, estructurada en torno a la chimenea, y la planta superior. Luz, naturaleza,
proporciones humanas, … Introdujo la novedad de ocultar las instalaciones (cables,
tuberías,…) en los elementos constructivos.
Aunque él siempre estuvo convencido de la trascendencia de su arquitectura, no sería
hasta bastante avanzada su dilatadísima carrera, cuando alcanzó el reconocimiento
unánime a su labor. Aunque frecuentemente incluido dentro del Movimiento Moderno,
sólo en algunos edificios, en especial la Casa de la Cascada, se acerca claramente a sus
principios. El resto de su producción es, sencilla y absolutamente, personal.
Definido su estilo inicial, su obra se hace más variada y original, evolucionando hacia la
progresiva incorporación de líneas curvas y formas orgánicas, como ocurre en su obra
más conocida, el Museo Guggenheim de Nueva York, obra cumbre de la arquitectura
orgánica.
3. Wright usa formas orgánicas en una espiral de caracol que articula todo el edificio
4. Casa Kaufmann (Casa de la Cascada). 1936-1939. Frank Lloyd Wright. Bear Run -
Pensilvania, Estados Unidos.
Es considerada por muchos la más hermosa, moderna e imaginativa casa del mundo y la
más completa manifestacion de las convicciones románticas de Wright. Se ha
convertido en un muy visitado monumento en Norteamérica.
Diseñada en un solo día, la Casa de la Cascada era un encargo de la familia Kaufmann a
Wright para construir su segunda residencia; Edgar Kaufmann deseaba erigirla cerca de
la cascada sobre cuyas rocas acostumbraba a tomar el sol. ¿Por qué no ubicar la casa
sobre la misma cascada? La original propuesta fue adoptada prácticamente sin cambios.
En el futuro, esta casa simboliza el ideal de Wright de fusión entre arquitectura y
naturaleza.
El edificio guarda una relación con el entorno que llega a ser de respeto o adaptación al
medio. Así, los cimientos de la casa son las rocas del lugar, y algunas de ellas
sobrepasan el ancho forjado de la primera planta asomándose junto a la chimenea. La
corriente de agua pasa por debajo de la casa de manera que parece salir de ella.
La sencillez parece dominar el aspecto de esta casa que, sin embargo, incluye en sí
misma un planteamiento muy elaborado. La construcción se diseñó tomando como
elemento fundamental los grandes planos de hormigón que se entrecruzan quedando
5. perpendiculares entre sí. Estos planos son grandes voladizos que por si disposición
centrífuga hacen suyo el espacio de alrededor.
Para el habitante de la casa las terrazas combinan una zona al aire libre y otra cubierta.
Para esta última se tiene en cuenta la importancia de la luz y se disponen grandes
ventanales que respetan incluso las zonas de esquina facilitando la posibilidad de
disfrutar del paisaje (amplias perspectivas) y meterlo casi dentro de la casa.
Su carácter revolucionario, sin embargo, estriba en el hecho de romper con la
concepción del edificio como “caja”. Ya no existen, por tanto, ni paredes, ni esquemas
geométricos, ni simetrías, ni puntos de perspectiva privilegiados (desaparece la
jerarquía entre las fachadas).
Otra clave del edificio es la libertad en el uso de materiales diferentes. Dominan en las
estructuras verticales texturas naturales propias del paisaje circundante ya que del
terreno del lugar se extrajeron rocas que conforman mamposterías de la parte baja de las
fachadas del edificio, colocadas en ese lugar para crear una progresión desde la roca
natural del suelo hasta el hormigón de las partes altas asi como en el núcleo que crece
verticalmente donde esta la chimenea. Mientras que lo que se ha dispuesto
horizontalmente se construye en hormigón marcando un fuerte contraste entre el color
crema de la construcción con el entorno verde o marrón (según la estación).
Las zonas construidas en hormigón acaban imponiendo su masa sobre el conjunto de
manera que se hace notar el artificio arquitectónico. Esto supone para Wright la
integración orgánica con el entorno no tiene necesariamente que ser un ocultamiento de
la arquitectura sino una forma de convivencia.
Esta casa de tres plantas parece que vuele ya que no vemos claramente todos los puntos
de apoyo.
En la cara norte de la casa, la opuesta a la que “vuela” sobre el arroyo, hay una serie de
pérgolas a modo de toldo que transcurren desde la pared exterior hasta un talud de
piedra que se eleva sobre el camino que conduce a la entrada.
Los materiales, la concepción del espacio, la integración del agua, las rocas y los
árboles son símbolos de una arquitectura integrada en el entorno.