Tienen receptores olfativos. Según revela un estudio realizado en EEUU, este descubrimiento podría ayudar a desarrollar nuevos tratamientos contra enfermedades respiratorias como el asma. Ante la presencia de agentes químicos como los contaminantes del aire pueden enviar mensajes de alerta al cerebro, a través de una masiva liberación de hormonas en la sangre.