2. Hace mucho mucho tiempo, los conejos eran de todos los colores. Había
conejos rosas, conejos blancos, conejos grises, conejos marrones, conejos
anaranjados y también conejos azules.
Era muy lindo verlos correr por los bosques y por los campos, adornándolo
todo con su colorido.
Todo su pequeño mucho vivía tranquilamente en las campiñas. Lo cierto era
que los concejos no prestaban mucha atención a sus diferencias de color. Es
mas, esas diferencias les permitían reconocerse con mayor facilidad. Era una
ventaja.
Incluso había familias totalmente colorinches. Por ejemplo: jacinto conejo era
azul, pero su hermana era gris, su padre negro y su madre marrón. Su
abuelo era blanco y su abuela toda azul, como el.
Era imposible equivocarse!!! Todos sabían quien era quien.
Todos se llevaban bien. Los concejos eran muchos y como son muy
familieros, hacían crecer rápidamente su número. Cada vez se volvían más y
más. La vida era fácil, sencilla y todo el mundo era feliz.
3. Un día, sin embargo –no se sabe bien por que- la hierba de los campos de
volvió menos verde, menos sabrosa, y comenzó a ser escasa en algunos
lugares.
Entonces, algunos conejos tuvieron la idea de cerrar los campos donde ellos
vivan con alambres y cuidar las hierbas que crecían bien verde. Esos conejos
comenzaron a engordad mientras que los otros, los que quedaron del otro
lado del alambrado, corrían por todos lados buscando comida para poder
alimentarse.
Los conejos hambrientos veían a los conejos regordetes en sus bellas casas y
no podían creer que antes todos habían sido compañeros. Ante la falta de
hierba, algunos de ellos trataban de entrar a los campos cerrados para
trabajar para los conejos gordos y que estos les dieran algo de hierba verde
a cambio.
Pasaron los días y los conejos ya flacos se agruparon y comenzaron gritar
por las calles: TENEMOS HAMBRE!!! , Formando grandes manifestaciones. Los
conejos se quejaban y se quejaban de que los otros conejos hubieran cerrado
los campos donde crecía la hierba.
Los conejos gordos comenzaron a tener miedo. “Esto no puede continuar así”
–decían- “Nosotros no somos como esos conejuchos de afuera. Nosotros
somos conejos blancos, comos inteligentes, somos mejores, por eso nos
merecemos la hierba”. Entonces, comenzaron a decir que si la hierba no
creía tan verde y era menos sabrosa, y el invierno era mas frío, todo eso era
por culpa de los conejos de colores.
¡¡¡Tenemos
hambre!!!
4. Lo decían y lo repetían. Hasta que un día, a un conejo blanco muy malo, mas
malo que todos los otros conejos blancos malos, se le ocurrió un plan. Decidió
empezar a separar a los conejos de colores y a prohibirles definitivamente
que entraran a los campos donde vivían los conejos blancos. Y lo que hizo
fue mandarlos a vivir a zonas especiales.
Este conejo blanco, que tenía un pequeño bigote negro, se volvió jefe de todos
los conejos blancos, y siguió intensificándose su plan. Finalmente, decidió
matar a todos los conejos de colores, empezando por los azules que eran
especialmente bellos y llamaban la atención.
- “Quedaremos solo nosotros en el bosque. Y entonces la hierba nos
alcanzara” decía.
Para el solo debían quedar los conejos blancos.
El resto de los conejos no dijo nada. Ni los conejos grises, los marrones, los
anaranjados, los rosas, ni los conejos negros protestaron pensando que, de
esa manera, si no armaban alboroto, el jefe se olvidaría de ellos. Después de
todo, ellos no eran conejos blancos, pero tampoco azules. ¿Para que meterse?
Es así, como los conejos malos, los blancos (pero ayudados por algunos
conejos de colores distintos) comenzaron a matar a los conejos azules y
hacerlos sufrir mucho.
Primero separaron a las familias. Los chicos por un lado, los papas conejo
por otro, las conejas para otro lado…
Los hicieron trabajar y trabajar sin parar y sin darles siquiera un poco de
hierba. Muchos murieron de hambre y de tristeza. Pero los conejos azules
eran muy valientes y no se daban por vencidos…
Sin embargo, los conejos blancos insistían con que ellos eran los mejores y
que solo ellos debían vivir. Y siguieron matándolos durante años.
5. Y pasaron los años así, de esta manera, hasta que un día, al jefe de los
conejos malos, en medio de un discurso que estaba dando bajo el árbol
mayor sobre el nuevo plan que estaba armando para matar a los conejos
azules de una forma mas rápida para que de una vez y para siempre no
quedara ni uno solo (y de paso podían empezar a eliminar los de los otros
colores también), le dio hambre. Entonces inmediatamente mando a pedir
que le trajeran una fuente de hierba verde. El gritaba dando su discurso y
comía. Gritaba y masticaba. Gritaba y tragaba. Gritaba y tragaba y se ponía
nuevamente hierba en la boca, gritaba y masticaba, hasta que en medio del
acto, se atraganto con la hierba que se le atasco con tanto grito, y así ahí en
un instante, murió atragantado su propia hierba.
No se sabe bien por que, pero ese mismo día, de golpe, la hierba volvió a
crecer otra vez verde y sabrosa por todos lados. Incluso en las zonas
especiales de los conejos azules.
Cada conejo comenzó a comer y a comer por varios días para recuperar
fuerzas. Hasta que ya no tuvieron más hambre. Entonces de pronto,
empezaron a mirarse unos a los otros y mirar a su alrededor…Nadie
entendía bien por que habían estado separados unos de otros. Si había
hierba en todos lados. Adentro y afuera de los campos cerrados.
Nadie se acordaba ya por que triste razón se habían separado los blancos de
los negros, los negros de los grises, los grises de los rozas, los rosas de los
marrones…
Poco a poco volviera las cosas a su lugar y a vivir como antes, todos juntos…
Pero, faltaban muchísimos conejos azules. Muchos compañeros que ya no
estaban mas.
En realidad, ya nada era como antes.
Se había cometido una gran injusticia, una barbaridad. Había pasado algo
terrible.
6. El resto de los animales observaron muy bien lo que le paso a los conejos y
aprendieron a resolver sus diferencias y sus problemas de otra manera,
teniendo mucho cuidado de que no les pasara lo mismo que a los conejos.
Todos los animales aprendieron la lección. Todos menos el hombre.
Los hombres, que son mucho mas inteligentes, todavía no han aprendido que
es necesario y mucho mejor mas divertido y mas interesante ser de distintos
colores, de distintas religiones, pensar distinto, ser diferentes unos de otros.
Los hombres no aprendieron que debemos aceptarnos.
Que ninguno es mejor que otro.
Que nadie debe matar a nadie.
Que no hay razones para odiarse.
Porque todos somos seres humanos, y en eso, somos todos iguales…
7. El resto de los animales observaron muy bien lo que le paso a los conejos y
aprendieron a resolver sus diferencias y sus problemas de otra manera,
teniendo mucho cuidado de que no les pasara lo mismo que a los conejos.
Todos los animales aprendieron la lección. Todos menos el hombre.
Los hombres, que son mucho mas inteligentes, todavía no han aprendido que
es necesario y mucho mejor mas divertido y mas interesante ser de distintos
colores, de distintas religiones, pensar distinto, ser diferentes unos de otros.
Los hombres no aprendieron que debemos aceptarnos.
Que ninguno es mejor que otro.
Que nadie debe matar a nadie.
Que no hay razones para odiarse.
Porque todos somos seres humanos, y en eso, somos todos iguales…