Comedia breve que habla de las adicciones al alcohol, las medicinas y el trabajo. Tres personajes, escenario casi vacío. Perfecto para teatro escolar o para un espectáculo de teatro breve. Más obras en http://www.taniaruizg.com/
El Año Litúrgico es el desarrollo de los misterios de Cristo. sus tiempos, ce...
Adicciones y decisiones
1.
2. Esta obra trata sobre la adicción al alcohol, al trabajo y a las
medicinas. La escribí para ser representada en una empresa tequilera
así que no se podía hablar mal del alcohol. Eso fue fácil porque
estoy de acuerdo con ello. No me gusta el teatro didáctico ni
moralizante que dice de manera contndente “no hagas esto”, prefiero
contar la historia y dejar que cada espectador tome sus decisiones.
Aquí esta el texto, se pueden presentar las tres situaciones juntas o
por separado. Es perfecto para teatro escolar o para un montaje
breve.
Espero que este texto llegue a quien deba de llegar, espero que estas
palabras se conviertan en acción pura.
3. Tania Ruiz
Las palabras son mi medio de expresión y a través de ellas busco
aportar valor al mundo. Escribo cuentos, relatos, obras de teatro y
la mayoría de mis palabras terminan en la papelera de mi computadora.
Entré al mundo teatral, al reducido mundo teatral de Guadalajara
Jalisco, en 1996, actúe en varias obras durante poco más de 15 años,
pero en el 2012 decidí que quería escribir, crear esas historias que
emocionen a las personas, que toquen corazones, que hagan soñar.
Comencé con obras cortas, y tengo la fortuna de que casi todos mis
textos se han representado, algunos en países como Argentina, Chile,
Uruguay y España.
Mi sueño es vivir completamente de la venta de mis libros, ebooks o
de las palabras que comparto en mi blog, por eso te pido que, si vas
a presentar esta obra de manera profesional, te pongas en contacto
conmigo para tratar el asunto de las regalías. Puedes escribirme a
contacto@taniaruizg.com
Si vas a presentar esta obra sin fines de lucro, adelante, por favor
no olvides darme el crédito correspondiente y si es posible envíame
fotos o vídeo de la presentación.
Sin más por el momento, te dejo con el texto...
4. ¿Adicta yo?
Personajes:
Rosi
Lupita
Psicólogo
SITUACIÓN 1: ADICCIÓN AL ALCOHOL
Rosi está trabajando (buscar una actividad que se pueda hacer en
el espacio donde se van a presentar las situaciones), está triste,
observa a su alrededor para confirmar que está sola, saca una botella
de su bolsa y le da un trago. Guarda la botella, pero de inmediato se
arrepiente, la saca de nuevo y da otro trago, la guarda, intenta
controlarse, pero no puede, la saca de nuevo, observa que no haya
nadie y toma como desesperada. Mientras está tomando entra Lupita,
Rosi no la ve.
Lupita: ¡Rosi Perez!
Rosi: (esconde la botella tras su espalda, contesta con voz de
quien empieza a sentir los efectos del alcohol) ¡Presente! Digo...
¿qué digo? ¿tengo que decir algo?
Lupita: ¡sí! Tiene que decirme qué es eso que trae en las manos
Rosi: (saca una mano, deja la otra atrás) ¡nada por aquí!
(cambia la botella de mano) ¡nada por acá! Bueno un poquito de mugre
nada más, pero en seguida me lavo las manos, voy al baño... (quiere
salir)
Lupita: ¿cómo de que nada? Si vi la botella desde hace rato ¿no
le parece que me subestima tratando de engañarme con ese truco tan
antiguo?
Rosi: no supervisora, no trataba de engañarla, estaba haciendo
magia, pero no me salió. Ahora si me disculpa, voy a continuar con mi
trabajo.
Lupita: claro que no, no puede seguir trabajando en estas
condiciones. Te vas a ir directo con el psicólogo. Te voy a dar un
pase y le voy a marcar para que te atienda porque este es un caso
urgente. ¡No puedes tomar tanto!
Rosi: uy que exagerada. (Lupita le da un papel) ¿Oiga y tengo
que ir a las dos direcciones?
5. Lupita: ¿cuáles dos direcciones?
Rosi: a esta y esta (señala un papel inexistente)
Lupita: ¡ay, ya estás viendo doble! Mejor le llamo al psicólogo
para que venga, no vaya a ser que te pase algo por el camino. (le
llama al psicológo o le manda un mensaje)
Rosi: (se pone a llorar) ¡que buena es usted! ¡muchas gracias
por preocuparse por mi! La aprecio tanto que voy a brindar por usted
(saca la botella) ¡salud! (Lupita la detine)
Lupita: ¡no!
Rosi: ¡está bien pues! No brindo por usted, brindo por la vida,
por el psicólogo, ¡salud!
Lupita: ¡qué no! ¡que este no es el momento ni el lugar!
Psicólogo: (llega corriendo) ¿Todo bien? ¿ella es la paciente?
¿cómo se encuentra?
Lupita: muchas gracias por llegar tan rápido, sí ella es la
paciente, Rosy Peréz.
Rosi: mucho gusto doctor, ¿un tequilita?
Psicólogo: sí gracias... digo.. no, gracias. No tomo cuando
trabajo.
Rosi: hace muy bien, yo tampoco voy a tomar cuando trabaje, pero
ahorita no estoy trabajando así que puedo tomar a gusto, ¡salud!
Lupita: (la detiene de nuevo) ¡no! Por favor aquí no. Dame la
botella, la voy a guardar y te la entrego a la salida.
Rosi: ¡es mía! La pagué. No me la quite..
Lupita: no te la voy a quitar, sólo la voy a guardar mientras
platicas con el psicólogo. (se va)
Rosi: me siento mal, no puedo respirar, estoy ansiosa...
(comienza a temblar) estoy temblando... ¿qué me pasa? ¿me voy a
morir? Traigan mi botella, por favor, sólo necesito un trago.
Psicólogo: no cabe duda, nos enfrentamos a una adicción al
alcohol. Pero no se preocupe, podemos tratar esto de inmediato. Sólo
necesito que se tranquilice, respire profundo... eso es inhale...
exhale... inhale... exhale.... así. ¿Se siente mejor?
6. Rosi: no, me siento más mareada, así como cuando salgo de una
fiesta y me da el aire en la cara ¿no le ha pasado? Mientras estás en
la casa ni sientes nada, nomás te da el aire y ¡pum! Te sientes bien
happy.
Psicólogo: ¡qué caray! Siéntese, no se me vaya a caer y menos a
vomitar. A ver cuénteme, ¿desde cuándo comenzó su aficción por el
alcohol?
Rosi: no es aficción, es veneración, es respeto, es amor por
nuestra tierra. Mi papá me enseñó a sentirme orgullosa del tequila,
de esta bebida que Dios le regaló a México para compensarlo por tanto
sufrimiento.. ¿a poco a usted no le parece una delicia un trago de
tequila?
Psicólogo: no pues sí. A mí me gusta el tequila derecho.
Rosi: ¿y ya probó la margarita de tamarindo, especialidad de la
casa?
Psicólogo: no.
Rosi: no sabe de lo que se pierde, le voy a preparar una.
Psicólogo: muchas gracias, que ama... ¡No! Regresemos a nuestro
asunto y no me tiente con sus ofertas, ¿acostumbra beber en el
trabajo?
Rosi: no, por supuesto que no. Sólo bebo antes de entrar, cuando
voy al baño, en mi hora de comida y cuando salgo.
Psicólogo: ¿se da cuenta que es una adicta?
Rosi: esa palabra se oye muy fea, yo podré ser borracha, pero no
adicta.
Psicólogo: Una adicción es una dependencia a una sustancia,
actividad o relación que causa cierta satisfacción, es una actividad
que no se puede controlar y que se vuelve compulsiva, como su
adicción al alcohol en este caso.
Rosi: ¿y eso es malo?
Psicólogo: es peligroso porque puede poner en riesgo su trabajo,
su calidad de vida o su relación de pareja.
Rosi: ¿cuál pareja? Si ni tengo, me dejó hace dos meses el
desgraciado. Pero sabe qué, ya no lo extraño, estoy feliz de que se
7. haya ido de mi vida (casi llorando porque está muy triste), lo único
que lamento es que se haya llevado el carro, pero está mejor porque
así puedo tomar mientras voy en el autobús.
Psicólogo: ¿antes de que la dejaran tomaba tanto?
Rosi: no tanto, si tomaba como todos en las fiestas, para
divertirme. Oiga doctor ¿qué usted está en contra del tequila?
Psicólogo: para nada, no estoy a favor ni en contra sino todo lo
contrario (Rosi hace cara de que no entiende). Lo que quiero decir es
que no le estoy diciendo que debe dejar de beber, a todos se nos
antoja un tequilita de vez en cuando, sólo le digo que debe controlar
su adicción y no dejar que su adicción la controle a usted. Mire, hay
un momento indicado para tomar, un lugar adecuado y el trabajo no es
el sitio ni el momento para esta actividad.
Rosi: ya lo sé, pero es la única manera en la que puedo olvidar
a ese desgraciado.
Psicológo: ¡por supuesto que no! También lo puede olvidar
asistiendo a terapia. Le voy a agendar una cita para que tratemos su
problema, así olvidará al inombrable y podrá trabajar tan bien como
antes, libre de adicciones y disfrutando el tequila en el momento
adecuado y en la cantidad precisa.
Rosi: muchas gracias, doctor, que se me hace que me está
devolviendo la fe en los hombres... oiga, usted no es feo... ¿quiere
tomar unas margaritas de tamarindo conmigo?
SITUACIÓN 2 ADICCIÓN A LAS MEDICINAS
Lupita está en su oficina trabajando, se ve cansada, los ojos se
le cierran, se está quedando dormida. Despierta, toma un vaso con
agua y en lugar de tomarla se rocía un poco de agua en la cara para
despertar. Se le cierran los ojos, saca una caja de pastillas de su
bolsa y se toma una, se levanta da unos saltos para reanimarse, hace
un gesto de que le duele la cabeza, saca otra caja de pastillas y se
toma una para el dolor de cabeza, sigue trabajando. Toma el teléfono
para hacer una llamada, pero se le cierran los ojos y se queda
dormida. Entra Rosi, trata de despertarla sutilmente, pero no puede
así que hace un ruido ensordecedor, Lupita se despierta asustada.
Lupita: ¡Ay! ¿qué pasó?
8. Rosi: perdón por despertarla, es que el jefe me encargó que
viniera a ver si pasa algo porque dice que no contesta el teléfono.
Lupita: me quedé dormida y lo dejé descolgado, ahora mismo hablo
con el licenciado. (Parece que va a colgar, pero deja el teléfono
descolgado y saca una caja de pastillas de su bolsa, está vacía,
busca otra)
Rosi: ¿no le va a llamar al licenciado?
Lupita: sí, pero primero me voy a tomar una pastilla para que se
me quite el sueño y otra para que se me quite el dolor de cabeza...
(saca un paquete de pastillas y se toma como seis de un jalón)
Rosi: le van a hacer daño tantas pastillas
Lupita: no, para nada, son genéricas. Creo que ni siquiera
tienen medicina, para mí que son placebos porque no siento nada y eso
que ya he tomado varias, pero no me hacen efecto.
Rosi: ¿varias? ¿cuántas son varias?
Lupita: como dos o tres
Rosi: pastillas?
Lupita: cajas.
Rosi: en cuánto tiempo?
Lupita: como en una o dos...
Rosi: semanas?
Lupita: horas.
Rosi: ¿se siente bien?
Lupita: claro que no, me duele la cabeza, ¿no te digo que las
pastillas no me hacen efecto?
Rosi: creo que tiene que ir con un doctor.
Lupita: sí, ya saqué cita en el seguro, me toca dentro de seis
meses porque no es urgencia.
Rosi: ¿no me diga que usted va al seguro? Creí que iba con puros
médicos privados.
9. Lupita: para cosas importantes sí, pero para un dolor de cabeza
voy al seguro.
Rosi: pero esto no es problema de un dolor de cabeza, ¿qué no se
da cuenta que es drogadicta?
Lupita: no le permito que me falte al respeto de esa manera.
Rosi: no le estoy faltando al respeto, le estoy haciendo un
favor. ¿A poco cree que los drogadictos son los que fuman mota o
consumen coca? ¿qué no ha visto al dr. House? Es un drogadicto y toma
vicodín. ¿En qué mundo vive?
Lupita: mire, váyase a trabajar y déjeme en paz.
Rosi: sí, ya me voy. No se le olvide llamarle al jefe. Y de paso
hable también con el psicólogo con el que me mandó, me parece que
tenemos un problema con usted.
Lupita: no tengo ningún problema, bueno sí, mis únicos problemas
son usted y las pastillas que no me hacen efecto. Me tomo pastillas
para dormir y tengo insomnio, me tomo pastillas para despertar y me
duermo en la oficina, tomo pastillas para el dolor de cabeza y no se
me quita y ahora me voy a tener que tomar algo para que se me quite
el estrés porque ya perdí toda la mañana sin trabajar y eso me
estresa. ¡Vayase yaaaa!
Rosi: está bien, pero si toma pastillas de más y de pronto ve
elefantes rosas recuerde que todo es una alucinación... y pase lo que
pase, si ve una luz muy resplandeciente, no se acerque a ella. No
camine a la luz ¿de acuerdo?
Lupita: (casi empujando a Rosy) ¡pero qué tonterías está
diciendo! Ya le dije que no soy ninguna adicta... váyase y dejeme
trabajar en paz
Rosi: llamele al psicólogo ¡no se acerque a la luz!
Lupita: ¡ja! Adicta yo... ¡ay, mi cabeza! Me voy a tomar sólo
tres pastillas para demostrar que no soy adicta... (se las toma)
mejor me tomo cinco porque con tres no voy a sentir ni cosquillas...
(se las toma). Bueno dos más acompañadas de un traguito de tequila
para poder seguir trabajando (se las toma, le da un trago al tequila,
va a guardar la caja, saca más pastillas y las toma con tequila) ¡ay!
Qué rico quema la garganta... ahora sí me siento mejor, ¡hicieron
efecto! ¡yeah! (gritos y reacciones de júbilo intenso, que se vea que
está mal, que no es su comportamiento habitual) Ahora sí, a hacer
todo lo que me toca... ¡le tengo que hablar al licenciado! (toma el
teléfono, marca, mientras baila, se mueve, hace ejercicio, etc)
10. Licenciado ¿cómo está? ¡qué gusto escuchar su voz! ¿qué cuenta la
vida? ¿todo bien?... nada, por supuesto que no me pasa nada ¡estoy
feliz! ¡happy! ¿sabe que hacemos el mejor tequila del mundo?
(Entra el psicólogo bailando y con ropa rara. Si se puede con un tutú
sería perfecto o algo que no se vea normal porque será la alucinación
de Lupita)
Licenciado, le marco en unos minutos porque aquí está pasando algo
muy raro. (cuelga) ¿te llamó esa empleada igualada? No lo puedo
creer, ¿cómo se atreve?
Psicólogo: calma, my darling, respira profundo y tranquiliza tus
penas... nadie me llamó, sólo tú y el universo que reunió las
energías necesarias para que yo esté aquí y ahora contigo, en este
plano astral ajeno al ajetreo cotidiano que nubla los corazones del
mundo.
Lupita: ¡amén! ¡qué bárbaro! ¡qué cosas maravillosas dices! ¿qué
haces con esa ropa?
Psicólogo: ni idea, my darling, tú me pusiste esto, tú me lo quitas.
Lupita: ¿me estás haciendo una propuesta indecorosa?
Psicólogo: sólo si tú lo quieres. Aquí tú eres la que manda, es tu
mente, es tu universo, son tus deseos...
Lupita: creo que tomé una pastilla caducada...
Psicólogo: caducadas están tus preocupaciones, tus dolores de cabeza,
sólo déjate llevar por el sentimiento de paz. ¿Un tequilita? ¿Una
fumadita? ¿o se te antoja algo más fuerte?
Lupita: Algo no está bien.
Psicólogo: el mundo no está bien, pero ¡qué le vamos a hacer! Hay que
dejarlo que ruede... (se pone a cantar: gira que gira, sigue dando
vueltas, por un mal día, nunca te detengas...)
Lupita: ¡aahhhhhhhh! Ahora sí me doy cuenta que estoy mal, esa
canción no, por favor! ¿son las pastillas verdad? Soy adicta...
¡tengo que salir de esto! ¿qué hago?
Psicólogo: tranquila, my darling, deja atrás tus preocupaciones,
respira profundo, cierra los ojos...
(Cuando Lupita cierra los ojos el psicólogo desaparece)
11. Lupita: ¿ya los abro?... ¿ya puedo abrir los ojos? (los abre)
¿psicólogo? ¿dónde estás? Ya se fue... ¡ay mi cabeza! (el télefono
suena) ¿sí? Licenciado, no claro que no le colgué, se cortó la
comunicación... si que pena... todo está muy bien, ya tengo listos
los reportes se los envió en un minuto... Licenciado, estoy un poco
enferma y necesito salir temprano de la oficina... sí, muchas
gracias, claro tendrá todo en su escritorio en unos momentos...
muchas gracias. (cuelga y marca) Buen día, señorita, quiero una cita
con el psicólogo urgente... es la primera vez... Lupita Perez de
Tequila Cuervo, sí el sabe quien soy... ¿hasta dentro de una semana?
No por favor es un caso de vida o muerte... es un problema de
adicción... no, la adicta no soy yo, no necesito ir a una reunión de
adictos anónimos (recapacita) bueno, pensándolo bien, sí voy... la
verdad es que tengo un problema de adicción a las pastillas y quiero
resolver esto cuanto antes... (apunta la dirección). Gracias, ahí
estaré...
SITUACIÓN 3 ADICCIÓN AL TRABAJO
(Entra Rosi a escena, con un sombrero y lentes oscuros, después llega
Lupita, con una mascada cubriéndole el cabello y lentes oscuros, se
sientan una al lado de la otra, pero no se voltean a ver, una saca
una revista y comienza a leer. Silencio incómodo)
Entra el psicólogo corriendo, sin aire, se deja caer en una silla,
parece exhausto y a punto del desmayo. Lupita y rosi se paran a
ayudarlo.
Psicólogo: estoy bien, gracias... perdón por el retraso. Comencemos
con la sesión ¿sólo son ustedes dos?
Lupita: parece que sí.
Psicólogo: qué mal, el negocio va de mal en peor, ahora las
adicciones son una moda y nadie parece querer curarse, no se dan
cuenta que una adicción es una enfermedad, que puede acabar con su
calidad de vida. Las adicciones los apartan de sus seres queridos,
les chupan el interés por la belleza de la vida, los alejan del
trabajo... excepto claro, si es que son como yo, que tengo adicción
al trabajo. ¡No puede ser! ¡Cómo voy a salvar a mis pacientes si
también soy un adicto! ¡Ahhhhhhhhhhh! (se pone a correr en círculos
como loco)
Rosi y Lupita corren tras él.
Rosi: ¿qué le pasa, se volvió loco?
12. Psicólogo: no, sólo intento escapar
Lupita: pero nadie te está siguiendo, cálmate, tranquilízate y
ayudanos.
Psicólogo: no puedo, ¡necesito ver a un psicólogo! Soy un adicto al
trabajo, no tengo vida social, me la paso en mi consultorio, en las
sesiones de adictos anónimos y mientras duermo me hacen un test para
investigación del sueño, eso es muy bueno porque gano dinero mientras
duermo, literalmente, me pagan $500 pesos por cada sesión ¡Lo malo es
que el dinero no me sirve para nada porque no puedo gastarlo! No
tengo novia, no tengo casa, mi familia ya no me habla porque saben
que siempre estoy ocupado ¡he perdido todo!
Rosi: tranquilo, tranquilo, respire profundo... inhale... exhale...
se siente mejor?
Psicólogo: me siento hiperventilado, pero estoy más tranquilo.
Gracias.
Lupita: bueno, ahora sí comencemos con la sesión de adictos anónimos,
ya somos tres adictos.
Psicólogo: sí, pero no seamos anónimos, quitense el disfraz, al fin
que no hay nadie más que nosotros y somos de confianza.
Lupita y Rosi se quitan lentes oscuros, gorro y mascada.
Rosi: ¡ay que pena Licenciada! No quería que me viera en estas
situación.
Lupita: pena me da a mí. Pero muchas gracias por haberme ayudado a
darme cuenta que necesito ayuda.
Psicólogo: pues si a apenados vamos aquí el más apenado soy yo.
Después de esta crisis existencial no sé cómo van a confiar en mi
para que les ayude a dejar sus adicciones en el pasado.
Lupita: al contrario, ahora sé que me puedes ayudar porque sabes
exactamente lo que estoy pasando.
Rosi: sí, lo mismo pienso. Mire, antes pensaba ¿y ese cómo me va a
ayudar si no sabe por lo que estoy pasando? Pero ahora veo que sí
sabe por lo que estoy pasando, es una sensación muy fea que me hace
un nudo en la garganta, que me retuerce el estómago y me hace sentir
como una cucaracha medio aplastada y patas arriba que lucha por
sobrevivir, entonces un trago de tequila sabe a gloria y me rescata
de todos mis problemas.
13. Lupita: Pero claro que eso no es la solución, como mis pastillas
tampoco son la solución a mi problema, también siento esa sensación
de ahogo y desesperación. Me duele la cabeza y todo se calma cuando
tomo una pastilla, o dos, o diez.
Psicólogo: antes era una persona normal, trabajaba, salía con mis
amigos... iba al cine, distinguía mis periodos de cansancio y mis
periodos de diversión, pero después todo se convirtió en una carrera
por tener más...
Rosi: ¿más qué?
Psicólogo: no sé, sólo quería más
Lupita: pero ese más no sirve para nada
Psicólogo: exacto, a nadie le importa mi más y yo ya olvidé el más
que quiero.
(Silencio, los tres están reflexionando sobre sus adicciones)
Lupita: ¿tenemos esperanza de curarnos?
Psicólogo: de curarnos, curarnos, curarnos, lo que se dice
curarnos... pues quizá no. Pero sí podemos rehabilitarnos. Entender
por qué hemos tomado estas decisiones, podemos reconocer cuál es el
verdadero problema que nos lleva a refugiarnos en nuestra adicción,
controlaremos ese problema y dejaremos de ser adictos activos y
anónimos para convertirnos en adictos rehabilitados y anónimos.
Rosi: oiga doctor, de una vez le advierto, por si no le quedo claro,
que yo no voy a dejar de tomarme mi margarita de tamarindo. Es que es
una delicia salir al balcón, contemplar el atarder y tener en la mano
mi deliciosa y refrescante bebida, súmele a eso un buen disco de
Vicente Fernández y creame que es la dicha total.
Psicólogo: ¡ya me antojó ese panorama! Sería la manera perfecta de
curar mi adicción al trabajo: pasar una tarde mágica en compañía de
unos buenos amigos.
Lupita: o de unas buenas amigas, ¿por qué no organizamos el reventón?
Bueno, aquí no tenemos vista espectacular, pero sí podemos escuchar
música y...
Rosi: ¡preparar margaritas! Tengo todo lo necesario en mi bolsa.
Psicólogo: ¿cómo que tiene todo lo necesario en su bolsa?
14. Rosi: pues sí, como buena adicta tenía que estar preparada para todo,
nunca sabía en dónde me iban a entrar las ganas de tomarme una
margarita, pero a partir de hoy dejaré todos estos trastos en casa y
sólo tomaré mi tequila adorado cuando tenga una celebración y no un
momento de soledad y tristeza.
Lupita: pues ya se armó la fiesta, sólo espero que aquí no suceda lo
que nos pasa cada año en las festividades navideñas ¿verdad Rosi?
Rosi: no, licenciada, aquí no va a pasar nada de eso.
Psicólogo: qué pasa en las fiestas de navidad?
Lupita: pues que todos en la empresa se ponen hasta atrás y comienzan
las peleas. Cada año es lo mismo.
Rosi: es que usted ya sabe cómo es la gente, a los primeros tragos se
ponen felices y aman a todo mundo, a los segundos tragos creen que
todos son sus compadres y a los terceros tragos son víctimas de un
complot y piensan que todos están en su contra así que comienzan las
discusiones por puras tonterías.
Psicólogo: pero nosotros no nos vamos a pelear ni vamos a hacer nada
de eso porque tomaremos con moderación.
Lupita: eso es lo que yo digo, todo con exceso nada con medida.
Rosi: ¿qué?
Lupita. No perdón, digo: todo con medida, nada con exceso.
Rosi: ¡ya me estaba emocionando!
Psicólogo: voy a poner música de ambiente
(Rosi ya terminó de preparar las margaritas y les da sus copas a sus
compañeros)
Lupita: pues a brindar no?
Psicólogo: ¡por una noche con amigas y sin trabajo!
Lupita: por una vida libre de adicciones
Rosi: por tomar tequila con responsabilidad ¡salud!
Psicólogo: salud
Lupita:¡salud! FIN
15. ¡GRACIAS POR LEER!
Espero que hayas disfrutado esta historia tanto como yo disfruté al
escribirla, no puedo agradecerte lo suficiente tu apoyo. Ser un
escritor sin lectores no tiene sentido.
Ahora te invito a:
• Que visites mi web www.taniaruizg.com y leas las otras obras de
teatro que encontrarás
• Que compartas este texto en tus redes sociales favoritas.
Recuerda que puedes escribirme a contacto@taniaruizg.com
Y si llevas estas palabras a la escena solo puedo decirte:
MUCHA MIERDA
REDES SOCIALES...
Me encuentras en
Twitter
Linkedin
Pinterest
El registro ante INDAUTOR de este texto está en trámite.
¿Adicta, yo? by Tania Ruiz is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual
4.0 Internacional License.