Monitoreo a los coordinadores de las IIEE JEC_28.02.2024.vf.pptx
Jesús, el líder perfecto
1. Jesús, líder perfecto.
Jesús sabía quién era y la razón por la que
estaba en este planeta, lo cual le permitía
guiar a sus seguidores basado en la certeza
personal y no en la incertidumbre o en la
debilidad.
2. Principios concretos
• Recordarán que repetidamente dijo: “Ven,
sígueme.” El Señor se regía por un método de
imitación, como si dijera “Haz lo que yo hago”,
en vez de “Haz lo que yo digo”.
• El suyo no fue un liderazgo ejecutado a
distancia. No les temía a las amistades
estrechas ni tampoco a que la proximidad que
pudiera existir con El, desilusionara a sus
seguidores.
3. Comunicación.
• Jesús era un líder que escuchaba.
Puesto que amaba a su prójimo con
un amor perfecto, escuchaba sin
presunción. Nadie puede ser un gran
líder a menos que sepa escuchar.
4. EL LIDERAZGO ABNEGADO.
• El Salvador ejerció un liderazgo abnegado.
Siempre puso sus necesidades y a sí mismo
en segundo plano dedicando su tiempo a
ayudar a sus semejantes a toda hora, y lo
hizo infatigable, amorosa y eficazmente.
5. LA DELEGACION Y LA
RESPONSABILIDAD
• Jesús les hizo saber a sus seguidores que El
creía en ellos y en sus posibilidades, lo cual le
permitía ayudarles a mejorar la condición de
sus almas por medio de sus logros.
• Nos enseñó que no solamente somos
responsables por nuestras acciones sino
también por nuestros pensamientos.
6. EL ÉXITO
• Si queremos lograr el éxito, he aquí nuestro
molde. En otras palabras, nos resultará muy
difícil llegar a ser líderes productivos a menos
que reconozcamos la realidad de ese líder
perfecto, Jesucristo, y le permitamos ser la
luz que alumbre nuestro camino.