La bicicleta se inventó a finales del siglo XIX y se popularizó rápidamente como un medio de transporte práctico y económico. Se desarrollaron diferentes modelos para satisfacer las necesidades de los ciclistas, desde bicicletas de carreras ligeras hasta modelos más robustos para uso urbano. La bicicleta revolucionó la movilidad personal y el ocio en las ciudades durante la era victoriana.