2. “Nací el año de 1918, en el estrago de la
gripa española, día de San Mateo
Evangelista y Santa
Ifigenia Virgen,
entre pollos, puercos, chivos,
guajolotes, vacas, burros y caballos (…).
Soy autodidáctico, es cierto. Pero a los
doce años en Zapotlán el Grande leí a
Baudelaire, a Watt Whitman y a los
principales fundadores de mi estilo;
Papino y Marcel Schwab, junto con
medio centenar de otros hombres más o
menos Ilustres”.
3.
Arreola nació en Cuidad Guzmán, Jalisco. Oía las
canciones y los dichos populares y le gustaba mucho
la conversación de la gente de campo. Aprendió a
leer “de oídas” y nunca concluyó la primaria. En
1936 llegó a la capital y se inscribió en la escuela de
teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
4. Sus obras fueron: GuntherStapenhorst, Varia
invención, Cinco Cuentos, Confabulario, La hora de
todos (teatro), Punta de plata, Bestiario, La feria
(novela, última obra escrita),
Lectura en voz alta,
Palíndroma, Inventario, Confabulario personal, La
palabra educación (es una recopilación de sus
intervenciones orales), Y ahora, la mujer….
5.
La obra más reconocida de Arreola fue La feria, la
cual su propósito fue hacer una crítica social de
algunos aspectos de la sociedad mexicana y la
propuesta por las condiciones reinantes es un
pretexto para presentar una vivisección del pueblo y
sus habitantes.
6. En México hizo teatro con Rodolfo Usigli, Xavier
Villaurrutia y en Francia con Louis Jouvet y Jean
Louis Barrault. Miembro
del grupo teatral “Poesía en
voz alta”; creó talleres literarios, dirigió importantes
publicaciones (Los presentes, Cuadernos y Libros del
unicornio, la revista Mester y las ediciones del
mismo nombre).
7.
Recibió numerosas distinciones, como el Premio
Nacional de Lingüística y Literatura, El Premio
Nacional de Periodismo, El Premio Nacional de
Programas Culturales de Televisión o la
condecoración del gobierno de Francia como oficial
de Artes y Letras Francesas.
8. En un texto irreal y de lo más improbable, Arreola
pudo escribir “Morí el 3 de diciembre del 2001, día
de San Francisco Javier, en la Ciudad de
Guadalajara, rodeado de
mi familia, y dejo a la
literatura unos tres centenares de apretadas páginas
de varia invención”.