1. Mamá cabra vivía en la casita del bosque
con sus siete hijos. El lobo andaba
siempre al acecho, se relamía de gusto
pensando en las tiernas carnes de los
cabritillos.
2. Mamá cabra tuvo que ir al mercado y
advirtió a sus hijos – “No abras la
puerta, cuidado con el lobo, si le
abrís, los comerá”. El lobo la vio
salir y pensó que aquella era la
ocasión que esperaba.
3. Al rato llamó el
lobo a la puerta
de los cabritillos,
afinando la voz: -
”Abranme
queridos hijitos,
soy mamá”.
4. Pero las cabritillas reconocieron la piel
oscura del lobo. – “No, tú no eres nuestra
mamá, ¡Vete de aquí lobo malo! – Respondió
la cabrita más valiente.
5. El lobo metió las patas en harina
y volvió a llamar a la puerta y
mostró una pata.
6. Así engañó a los cabritillos, que
creyeron que era su madre.
7. Entonces, los cabrillos abrieron la puerta confiados,
el lobo se abalanzó sobre ellos y los fue agarrando
uno a uno y sin masticar, para acabar antes.
8. Sólo se liberó la cabrita más pequeña, que
se escondió debajo de la cama, allí la
encontró su madre cuando volvió, llorando
y muerta de miedo.
9. Mamá cabra agarró tijeras, hilo,
y aguja; y se fue con su hijita en
busca del lobo. Éste, con la
panza llena, se había echado a
dormir en la orilla del río.
10. La mamá cabra abrió la barriga del lobo,
rescató a sus hijos, le puso piedras en su
barriga y la cosió. – “Que sed tengo” dijo el
lobo, y se acercó a la orilla del río a beber.
11. Pero como las piedras
pesaban, cayó al río y se
ahogó.
12. Y a partir de entonces,
mamá cabra y sus cabritos
vivieron por fin tranquilos y
felices.