2. ipr. taller A . 1 la mirada y las palabras [en equipos de 2 personas] un trabajo para ejercitar la mirada mirar con intensidad durante una semana se propone mirar a través del objetivo de una cámara buscando significados, formas o intenciones en la arquitectura que nos rodea. a partir de una "palabra" cada equipo debe mirar y fotografiar la escuela la "palabra" se asignará a cada grupo de clase objetivo acostumbrar la mirada a fijarse en lo que usualmente pasa desapercibido y que forman parte oculta (hasta ahora) de nuestra realidad; que da coherencia a lo que vemos y nos da pistas de como se forma y como se puede manipular lo visual . descubrir que la arquitectura pueden tener significados y adjetivos no evidentes, y que se pueden modificar con el proyecto de arquitectura trabajo a presentar imágenes verticales impresas con una anchura de 14cm [altura libre, menor de 40 cm], papel fotográfico mate ~130 gr cantidad [2 por miembro del equipo] archivo en formato jpg de las imágenes, a una calidad mínima de 1600x1200 píxeles y un tamaño máximo de 1MB, el nombre del archivo será: palabra1_nombre1-nombre2-nombre3.jpg palabra2_nombre1-nombre2-nombre3.jpg fechas entrega 13.02.2008 en clase [en papel y archivo] las imágenes en archivo se pueden entregar el día anterior por correo a: ipr@tallera.com o colgar en la galería de la página del taller www.tallera.com
3. espacio trama lineal comunicación pasos umbrales superficie entrando sin nombre vacío textura lleno al exterior detalles planos volumen uniones oculto interferencias oblicuo
15. Para hacer un poema dadaísta Por Tristan Tzara Coja un periódico. Coja unas tijeras. Escoja en el periódico un artículo de la longitud que cuenta darle a su poema. Recorte el artículo. Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el artículo y métalas en una bolsa. Agítela suavemente. Ahora saque cada recorte uno tras otro. Copie concienzudamente en el orden en que hayan salido de la bolsa. El poema se parecerá a usted. Y es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque incomprendida del vulgo.
16.
17. Soñé que era un extraño marchante: era un marchante de aspectos y apariencias. Los coleccionaba y los distribuía. En el sueño acababa de descubrir un secreto. Lo había descubierto solo, sin ayuda ni consejo de nadie. El secreto era entrar ello que estuviera mirando en ese momento -un cubo de agua, una vaca, una ciudad (como Toledo) vista desde arriba, un roble-y, una vez dentro, disponer del mejor modo posible su apariencia. Mejor, no quería decir hacerlo más bonito o más armonioso, ni tampoco más típico, a fin de que el roble representara todos los robles. Sencillamente quería decir hacerlo más suyo, de modo que la vaca o la ciudad o el cubo de agua se convirtieran en algo claramente único. Hacer esto me agradaba, y tenía la impresión de que los pequeños cambios que realicé desde dentro agradaban a los otros. El secreto para introducirse en el objeto y reordenar su apariencia era tan sencillo como abrir la puerta de un armario. Tal vez, simplemente se trataba de estar allí cuando la puerta se abriera sola. Pero cuando me desperté, no pude recordar cómo se hacía y me quedé sin saber cómo se entra en las cosas. algunos pasos hacia una pequeña teoría de lo visible. john berger