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Textos de Redacción Universitaria Académica
Algunos productos escritos de la investigación (equipo 01)
La investigación académica puede definirse como aquella actividad intelectual que consiste en
indagar sobre algún hecho, objeto, fenómeno, etc., poniendo en práctica alguna metodología
específica con el fin de dar origen a nuevos conocimientos. Por ello, la investigación
académica se caracteriza por ser rigurosa, ordenada y meticulosa. También, vimos que no hay
sola una forma de hacer investigación, sino que esta varía de acuerdo con criterios como los
objetivos extrínsecos, los objetivos intrínsecos, el diseño y el enfoque de la investigación. En
este capítulo, nos concentraremos en presentar los distintos documentos que surgen como
producto de una investigación. Como veremos a lo largo de este apartado, ellos pueden ser
varios y de diversos tipos, pero todos tienen en común que surgen como resultado de una
investigación previa.
Empecemos por preguntarnos lo siguiente: una vez que hemos concluido una investigación,
sea esta del tipo que sea, ¿termina allí el proceso de investigación?
La respuesta a esa pregunta es un no rotundo; una vez finalizada la investigación, empieza un
siguiente momento de ese proceso que consiste en la comunicación y difusión de la
investigación que se ha realizado. En el caso de la producción académica, el modo de
comunicación que generalmente se usa para hacer públicos los resultados de las
investigaciones es el escrito, sea en medios digitales o impresos. Estos productos escritos
pueden ser de diversa índole: pueden ser informes, reseñas, ensayos, estados de la
cuestión, monografías, tesis, proyectos profesionales, etc. No obstante, antes de pasar al
detalle de cada uno de ellos, detengámonos un momento en el valor que tiene la comunicación
de estos productos para la investigación en general.
Lo primero que debemos decir al respecto es que la comunicación de los resultados de las
investigaciones a través de documentos escritos es una fase necesaria, no accesoria, de todo
proceso de investigación. Inicialmente, uno podría pensar que lo importante, en el proceso de
investigación, es, exclusivamente, la realización de la investigación y la obtención de resultados
concretos, más no su comunicación y difusión. Sin embargo, hay, principalmente, tres motivos
que nos hacen sospechar y descartar esta opinión inicial.
Elprimero de ellos se puede constatar de manera natural, y es que toda investigación, desde la más
experimental hasta la de corte más teórico, parte de investigaciones previas, es decir, de
investigaciones que ya han sido realizadas y cuyos resultados se encuentran al alcance de
cualquier investigador potencial. El acceso que tiene el investigador potencial a esos resultados
se da, precisamente, mediante documentos escritos que se encuentran a su disposición en
libros, revistas, Internet, etc." Pensemos en los siguientes casos: un estudiante que emprende
sus primeros pasos en la investigación académica podría estar interesado en explorar algún
asunto de la realidad que le resulte cercano, por ejemplo, la popularidad que han cobrado,
actualmente, los programas de realidad en la televisión. Si bien esa curiosidad inicial puede ser
suficiente como mecha que enciende su interés y motivación, para que esa curiosidad se
vuelva motivo de una investigación propiamente académica, el joven investigador tendrá que
revisar documentos académicos escritos sobre ese tema que le permitan enriquecer y
corregir sus primeras impresiones e ideas en torno al tema de su interés e ir formándose una
opinión más sólida e informada al respecto. De este modo, su curiosidad personal
probablemente lo lleve a ingresar en el mundo de los escritos producidos como resultado de
distintas investigaciones, descubriendo en ellos un conjunto de información y conocimiento
que le abrirá las puertas al mundo de la investigación académica. De la misma manera, un
especialista en medios de comunicación puede hallar, en las investigaciones de sus colegas,
nuevos datos o aproximaciones al tema que enriquezcan sus propias líneas de investigación o
motiven la reformulación de algunos de sus postulados ya difundidos. En ambos casos, sería
prácticamente imposible que un investigador realice adecuadamente una investigación
partiendo desde cero y sin consultar información ya existente sobre su tema de interés.
Tenemos, entonces, que tanto para el especialista más experimentado como para el estudiante
que emprende sus primeras investigaciones, es indispensable nutrirse de información y
conocimiento que despierten su curiosidad y orienten su interés para iniciar una investigación
rigurosa. Así, los productos escritos de investigaciones ya realizadas constituyen un punto de
partida básico para todo investigador, sea este primerizo o experto.
Por otro lado, si bien producir conocimiento es fruto de un esfuerzo personal (o colectivo,
cuando se trabaja en equipo) y sostenido que realiza el propio investigador, ese esfuerzo recién
se vuelve materia de conocimiento público una vez que ha sido comunicado y compartido con
los demás investigadores involucrados en el tema y con la comunidad académica en
general. Este punto es de suma importancia, puesto que el esfuerzo que pone en práctica el
investigador recién pasa a constituir verdaderamente un aporte para el conocimiento cuando
esos resultados dejan de ser privados, se colocan al alcance de cualquier posible lector y se
convierten, así, en materia de discusión pública." Podríamos preguntarnos qué ocurriría si
uno no compartiera sus investigaciones con el resto de posibles interesados en el tema;
probablemente, nuestra investigación no llegaría muy lejos y su valor, ciertamente, se vería
disminuido: sería casi como si no existiera, puesto que ella no ingresaría al circuito de
documentos disponibles sobre el tema y, de este modo, no constituiría ningún aporte al debate
existente sobre la materia. Deahí que sea de vital importancia que los productos de la investigación
se hagan conocidos, que estén al alcance de los posibles interesados y que circulen entre ellos por
medio de documentos escritos, pues solo en esa medida es que se convierten en materia de debate
y discusión. Es entonces cuando la investigación realmente contribuye con el avance del
conocimiento.
Esto conduce al último motivo por el cual es necesario comunicar los productos de las
investigaciones: en la medida en que estos productos son compartidos y entran a formar parte
del debate académico en torno al tema expuesto, es que estos productos se vuelven
legítimos aportes al conocimiento." Obsérvese que no se está diciendo que se vuelvan
necesariamente verdaderos o falsos, sino legítimos, es decir, contribuciones válidas,
relevantes y significativas para el quehacer de cualquier investigador. En este sentido, la
comunicación de los documentos de investigación, al pasar a formar parte del acervo y del
debate académico, no solo ofrece a los demás investigadores nuevos materiales y
herramientas para trabajar, sino que complementa el esfuerzo realizado por el propio
investigador, puesto que legitima y reconoce el valor de su propia investigación.
Así, la comunicación y difusión de los resultados de la investigación, a través de los distintos
documentos escritos que presentaremos más adelante, no es una labor accesoria del
proceso de investigación; antes bien, es una tarea necesaria que completa y complementa
la labor del investigador.
Características de los escritos académicos.
Acabamos de ver que la difusión de los documentos escritos producto de investigaciones tiene una
importancia enorme en el proceso general de la investigación académica. Nos toca presentar,
a continuación, algunos de los principales y más usuales escritos académicos que son
solicitados en las distintas universidades y centros de estudios superiores como parte de la
formación de todo estudiante. Pero antes de detallar la naturaleza y particularidades de
cada uno de estos documentos, resaltemos algunas características básicas que
comparten, en mayor o menor medida, todos ellos. Estas características son,
principalmente, las siguientes:
Carácter expositivo del discurso académico
Una característica propia de todo documento académico es que su discurso es de carácter
expositivo. o: su propósito es exponer un determinado asunto de manera ordenada
sistemática, Para Maletta, por ejemplo, que el discurso académico sea expositivo quiere
decir, básicamente, que no se trata de la expresión de los sentimientos del autor, sino de
la exposición de un argumento (sea este del tipo que sea) de manera clara y ordenada y
con pretensión de objetividad." Sabino, por su parte, opina de manera similar: la
comunicación de los resultados de una investigación debe ser lo más clara y precisa posible,
evitando las ambigüedades propias del lenguaje cotidiano." Para comprender esto mejor,
podemos introducir nosotros algunas distinciones adicionales. Pensemos, por ejemplo, en
otro tipo de escritos que nos son familiares: los escritos literarios y los escritos personales o
testimoniales. A diferencia del discurso literario o poético, que juega con la imaginación y
la ficción o que acude a recursos retóricos como la metáfora, la ambigüedad, el doble
sentido, etc., el discurso académico pretende transmitir los resultados de una investigación
siguiendo un cierto orden lógico y procurando ser lo más preciso posible. Asimismo, a
diferencia de escritos más personales, como cartas o testimonios, que apelan a la sensibilidad
y emotividad del lector, el discurso académico, más bien, se caracteriza por su pretensión de
objetividad. Es decir, no pretende expresar los sentimientos del autor, sino exponer el asunto
investigado con independencia de nuestras opciones personales y nuestra manera de sentir.
Haya sido la investigación realizada con diseños bibliográficos o de campo, haya recurrido ella a
experimentos de laboratorio o se haya basado exclusivamente en la consulta de fuentes, no
debemos perder de vista que el discurso académico se orienta en función del análisis de
información, de modo que la exposición de los resultados de la investigación privilegia la precisión
y objetividad y excluye, normalmente, recursos retóricos como la ambigüedad o la movilización
de sentimientos.
Esto se debe a una razón importante, y es que la validez del discurso académico no descansa
en aspectos de índole extra-académica, como pueden serlo la capacidad afectiva del lector
para conectarse con el discurso o la imaginación que le permita al lector asociar libremente
las palabras del discurso para encontrar en ellas nuevos sentidos. Los documentos
académicos surgen como fruto de un largo proceso de investigación llevado a cabo
mediante las distintas metodologías que ofrecen las diversas áreas de conocimiento, de ahí
que la legitimidad del discurso académico repose en la rigurosidad de la investigación que ha
sido llevada a cabo y, en ese sentido, los documentos académicos deben encargarse de
exponer esa investigación de la manera más clara y rigurosa posible.
Evidentemente, el discurso expositivo puede tomar distintas formas que dependen, a su vez, de
variables de diversa índole (por ejemplo, el tipo de documento que el investigador esté
elaborando, la intención y los objetivos de su investigación, así como el nivel de complejidad y
los alcances de la misma, etc.). No obstante, para los fines de este texto, nos interesa destacar,
especialmente, dos formas principales de exposición de cualquier discurso académico: el
discurso informativo y el discurso argumentativo. Ambas son formas de exposición
discursiva; sin embargo, la diferencia radica en las intenciones del texto. Para ilustrar este
punto, podemos ver esta diferencia a la luz de discursos que no son propiamente
académicos. Por ejemplo, una nota periodística de la sección «Espectáculos» de un
periódico cualquiera correspondería con la función informativa, en el sentido en que su
propósito no es, principalmente, valorar o enjuiciar un espectáculo concreto, sino, más bien,
presentarlo tal y como se llevó a cabo. Lo más probable es que incluye a datos como el
número de asistentes, la hora de inicio y de término, que relate en detalle los
acontecimientos que se dieron y quizá algún hecho anecdótico que tuvo lugar durante el
espectáculo, etc. En cambio, una nota editorial sobre las políticas culturales del gobierno
hará más que informarnos sobre los espectáculos realizados recientemente; probablemente,
se mostrará a favor o en contra e intentará presentar razones que validen una posición en
vez de otra.
Algo similar ocurre con los escritos académicos: podemos encontrar documentos cuyo fin es,
informar sobre determinado tema, hecho o situación, sin tener la pretensión de enjuiciar o
valorar dicho asunto (como pueden serlo los informes, en sus distintas variantes). De la
misma manera, podemos encontrar escritos que pretenden hacer una presentación
ordenada y articulada de las ideas y aportes principales de otras fuentes de información,
como por ejemplo las reseñas. También, tenemos textos académicos que se proponen
informar respecto del estado actual del debate relativo a un problema de investigación
concreto, sin la pretensión de v alidar una postura sobre la otra, como en el caso de los
estados de la cuestión. Por otro lado, contamos con documentos que, además de informar
respecto de un cierto tema de investigación, pretenden defender determinadas posturas o
demostrar la validez de una tesis frente a otra. Estos documentos son, más bien, de
carácter argumentativo, puesto que la defensa o demostración de las tesis en cuestión se
lleva a cabo, básicamente, esgrimiendo razones o argumentos a favor de aquello que se
quiere sostener. En este caso, podemos encontrar, principalmente, documentos como las
monografías o las tesis (aunque esto no excluya que podamos realizar trabajos
monográficos de corte más bien exploratorio, como veremos más adelante).
Así, el que un documento académico opte por una forma u otra dependerá de distintos
factores. No obstante, en cualquier caso, lo importante es rescatar que el discurso
académico, en cualquiera de sus formas, pretende hacer una presentación o exposición
objetiva de los resultados de una investigación, sea esta de la naturaleza que sea.
Unidad temática
Cuando hablamos de unidad temática, nos referimos a que todo texto académico debe
constituir una unidad en sí mismo, y esa unidad está dada en función de la
delimitación temática de la investigación. Esto quiere decir que el texto expone de manera
coherente y articulada el asunto sobre el cual trata y que esa exposición está organizada
en función de dicho asunto.
La unidad temática tiene que ver, entonces, con la organización interna del escrito académico.
Para comprender este asunto mejor, podemos verlo de manera gráfica. Un' documento
académico puede verse como una suerte de construcción a la cual no le sobran ni le faltan
piezas. La estructura del edificio sería el esquema o plan de trabajo, mientras que los
materiales con los que se construye sería la información recabada para elaborar dicho
trabajo. El esquema del trabajo está íntimamente relacionado con el tema o asunto a
construir: si deseo realizar una casa de playa, probablemente, pensaré en crear una casa con
ambientes amplios y ventilados y una bonita terraza para disfrutar del sol y de la vista; podría
incluir en el plan, incluso, una piscina. Si mi intención es construir un edificio de oficinas,
probablemente, privilegie espacios más reducidos y, evidentemente, colocar una piscina no
sería lo más adecuado. ASÍ, hay ciertas habitaciones y espacios que son pertinentes en
función de las intenciones de la construcción, mientras que otras no serían adecuadas e,
incluso, podrían constituir un obstáculo para lograr el propósito específico de la edificación.
Con los escritos académicos ocurre más o menos lo mismo. Hemos dicho que ellos deben
constituir una unidad en sí mismos y que esto significa que la exposición del asunto
investigado sigue una organización coherente y articulada en relación con dicho asunto, tal
como si fuera una construcción. Es como si nada de lo que se expone en el texto está
fuera de los límites temáticos de la investigación o, para decirlo en positivo, todo lo que
se vierte en el texto guarda relación, está concatenado y contribuye con la exposición del
asunto investigado, Asi, una investigación que tratase, por ejemplo, sobre el impacto de la
televisión en las zonas rurales del Perú, no tendría por qué demorarse en entrar en el tema
relatando, por ejemplo, la historia del surgimiento de la televisión. Quizá sí pueda ser
pertinente, en este caso particular, exponer ciertos aspectos relevantes de la historia de la
televisión en el Perú, sobre todo de su inserción en las zonas rurales, pero siempre y cuando
estos estén clara y explícitamente articulados con los propósitos de la investigación,
haciendo las relaciones pertinentes cada vez que sea necesario y evidenciando la función
que cumple dicha información para la investigación.
Esta característica puede fácilmente lograrse si tenemos en mente que la organización de
cualquier texto académico responde siempre a un esquema o planificación previa," que
demanda disciplina y capacidad crítica para poder establecer qué información es
verdaderamente pertinente (y por qué) y que ordena los materiales a utilizar de forma
coherente y articulada, de modo que consigamos un texto unitario al cual, por decirlo de
manera coloquial, «ni le falta ni le sobra nada». No obstante, antes de cerrar con este punto,
conviene hacer tres breves precisiones importantes para evitar posibles malentendidos.
En primer lugar, decir que el texto es una unidad en sí mismo no quiere decir, en absoluto,
que el texto no aluda ni se relacione con otros escritos, a través de citas y de notas a pie de
página," que complementen la información expuesta. Más bien, lo que quiere decir es que esa
alusión a otros escritos está subordinada al asunto que el texto expone, de ahí que la
organización deltexto deba estructurarse estrictamente en función del asunto, que debe ser
uno y preciso, y no, por ejemplo, en función de la facilidad de acceso que tengamos a la
información. Uno podría verse tentado a utilizar, exclusivamente, información que tiene
más a la mano, pero esa información no necesariamente será la más adecuada para
realizar la investigación. Estaría, en este caso, dejándose guiar por criterios
extra-académicos, como puede ser la accesibilidad a las fuentes de información, en vez de
privilegiar aspectos que propiamente contribuyan a enriquecer el valor de su propia
investigación." Y es que todo documento académico es fruto de un proceso que exige
disciplina, orden y estrategias de trabajo.
En segundo lugar, decir que el texto presenta el tema de manera unitaria, coherente
y articulada no quiere decir que lo presente de manera completa o conclusiva, ni que
pretenda cerrar o dar por cancelado el tema. Lo que quiere decir, más bien, es que aquello
que se pretende exponer en el escrito. se expone de manera tal que no quedan cabos
sueltos; como se ha dicho ya, la información vertida en el escrito está articulada en función de
la unidad temática que aborda, no de manera inconexa. Esto, evidentemente, no quiere
decir que se dé por finalizado el tema.
Por último, debemos tomar nota de que esta característica se cumple, incluso, en textos
académicos más bien breves o de menos complejidad que una monografía o una
tesis. En el caso, por ejemplo, de los informes o reseñas, la unidad temática se
sobrentiende a partir de aquello que sea el objeto del informe (un hecho, un experimento de
laboratorio, una entrevista, etc.) o de la reseña (la fuente reseñada). En todos los casos,
entonces, aunque con diferente nivel de delimitación y complejidad, los documentos
académicos están organizados a partir de una unidad temática específica.
Coherencia en el discurso y en la argumentación
La característica anterior tenía que ver básicamente con la organización del documento
académico. Ahora bien, a nivel de la redacción, podemos decir que todo lo anterior se
plasma, discursivamente, a través de la coherencia del argumento a exponer.
Todo documento académico, desde los más sencillos hasta los más complejos, puede
entenderse como el despliegue o exposición de un argumento que procura fundamentar
determinadas afirmaciones. De este modo, cuando se habla de coherencia en la
argumentación, se hace referencia a que los distintos elementos del texto están construidos y
articulados alrededor de un tema específico. Entonces, el investigador debe establecer, por
ejemplo, cuál es la información verdaderamente pertinente y estructurarla discursivamente en
función de la unidad temática elegida.
Así, la coherencia entre los distintos elementos del discurso o las distintas partes del texto
debe verse reflejada de manera discursiva. Es decir, la exposición del argumento debe
concatenar y cohesionar estos elementos discursivamente." De esta manera, el documento
académico no es simplemente la unión de una serie de partes o elementos más o menos
relacionados entre sí, sino que el documento mismo constituye una unidad enfocada en desplegar
un argumento.
Rigurosidad académica
Otra característica común a todo documento académico es que este procura ser lo más
preciso y minucioso posible, en vistas a exponer con la mayor claridad y orden posible el asunto
investigado. En esto consiste la rigurosidad académica que se espera de los escritos
producto de investigaciones.
Hemos visto anteriormente que los textos académicos se caracterizan por su carácter
expositivo y que pueden entenderse como el despliegue unitario y discursivo de un
argumento; para lograr estos fines, un requisito fundamental de todo investigador es que sea
exacto con los términos y conceptos utilizados, así como consistente con el enfoque y la
metodología empleados. Por ejemplo, debe evitarse caer en ambigüedades que puedan
entorpecer la exposición o confundir al lector; más bien, el investigador debe procurar definir y
delimitar con claridad y precisión los términos que empleará.
Asimismo, dependiendo del enfoque y de la metodología utilizada, se espera que cada
escrito académico despliegue una serie de estrategias discursivas y argumentativas
correspondientes con dicho enfoque. Por ejemplo, si como parte de una investigación acerca de
la presencia de la figura paterna en el hogar en Lima en los últimos diez años el investigador
emplea una metodología cuantitativa para determinar si ha aumentado o disminuido la figura
paterna en los hogares limeños, el investigador debe tener cuidado de exponer los resultados
de esta investigación de la forma más objetiva posible, procurando no afirmar más de
aquello que los datos recogidos le permiten afirmar (por ejemplo, una investigación de este
tipo nos permitirá hacer generalizaciones para el caso concreto de Lima, pero no
podríamos generalizar la situación de la capital para el resto del país). No se espera,
pues, de una investigación de este tipo, que el investigador se aventure a afirmar causas
del aumento o disminución de la figura paterna en el hogar, puesto que su fin ha sido
exclusivamente determinar si la presencia paterna ha aumentado o disminuido en los
hogares limeños. Por otro lado, si como parte de la misma investigación se pretende,
además, responder a la pregunta de por qué ha ocurrido este aumento o disminución,
en este caso, sí se esperaría del investigador que propusiera respuestas tentativas a esta
pregunta y que dé razones sólidamente fundamentadas para apoyar su posición. Para
ello, deberá poner en práctica metodologías no solo cuantitativas, sino cualitativas también. A
esto nos referimos con ser consistentes con el enfoque y la metodología empleada.
Como vemos, la rigurosidad académica guarda estrecha relación tanto con la
terminología y los conceptos empleados como con los métodos y estrategias de
investigación. Esto se debe, evidentemente, a que los documentos académicos son productos
de una investigación, es decir, transmiten información adquirida mediante la aplicación de una
metodología específica, que establece ciertas pautas a seguir con miras a producir conocimiento
confiable y válido. En ello consiste precisamente la rigurosidad académica: en la pretensión de
exactitud, precisión y minuciosidad que establece y exige la comunidad académica.
Originalidad
Si bien cualquier investigación parte de otras investigaciones (de los datos o ideas que otros
investigadores han escrito y publicado), todo texto académico, en tanto pretende aportar en
algo al conocimiento, cuenta con su porción de originalidad. Esto tiene que ver con los fines de la
investigación académica en general: si el principal fin de la investigación es la producción de
conocimiento, cada documento académico, desde el más sencillo hasta el más complejo, debe
contar con un aporte propio, con una cuota de originalidad que contribuya con el avance del
conocimiento.
Ahora bien, el término «originalidad» puede entenderse de distintas maneras, de modo que,
para evitar confusiones, es necesario que aclaremos en qué consiste la originalidad en el
ámbito académico. y lo primero que debemos establecer es que la originalidad no consiste
en producir algo entera y radicalmente nuevo, con independencia de todo aquello que ha
sido producido hasta el momento. No debe entenderse la originalidad en el ámbito académico
como la producción de una teoría radicalmente nueva o como la operación de un cambio
absolutamente drástico en los temas, problemas, metodologías o enfoques comúnmente
utilizados. Más bien, hablar, en este contexto, de originalidad hace referencia a los aportes
personales, por más modestos que estos sean, con los que contribuye el investigador,"
Estos aportes pueden ser de diversos tipos: pueden ser tanto los datos empleados, tal
como se hace cuando se recoge nueva información estadística a través de censos y
encuestas (tal como lo hacen los distintos institutos nacionales de información y estadística,
que permiten actualizar las cifras estadísticas constantemente); como el enfoque
empleado en su tratamiento (la información estadística recabada a lo largo de los años
puede servir a un científico social para establecer curvas de crecimiento demográfico o
tasas de mortalidad, entre otras cosas). Pueden ser nuevos enfoques o métodos puestos
en práctica, tal como sucede cuando uno implementa una estrategia metodológica o incluye
una nueva variable en un campo en el que aún no han sido aplicados (tal como viene
haciéndose desde hace varios años, en que para medir y analizar Índices de desarrollo
humano no solo se utilizan cifras económicas, sino que se han introducido variables como
la educación, el acceso a la salud y a la información, entre otras); pero, también, pueden
ser una nueva síntesis sobre los materiales ya existentes, elaborar una nueva organización o
establecer nuevas relaciones entre ellos, como ocurre en el caso de los estados de la cuestión
que se publican periódicamente en revistas especializadas y contribuyen a mantener
actualizados a los investigadores sobre un' tema y un problema de interés. Puede ser la
refutación de una posición ya establecida, como ocurrió en el año 2006 en que, luego de una
serie de investigaciones, se descubrió que Plutón no cumple con las mismas características
de los demás planetas del sistema solar y tuvo que designarse bajo una nueva categoría
astronómica [plutoíde» o «planeta enano»); no obstante, también, puede ser la modificación
de esa posición, etc.
En síntesis, la originalidad es una característica de los documentos académicos, pero ella no
debe entenderse como la proposición de algo enteramente nuevo, sino como el aporte personal
y original de cada investigador. Nuevamente, podemos utilizar aquí el ejemplo de la construcción.
Si bien los materiales de construcción son normalmente los mismos, cada arquitecto o ingeniero
puede, con los mismos materiales, elaborar edificaciones diferentes, propias y originales. De la
misma manera, el investigador necesita recurrir a información ya existente para producir sus
propios documentos; sin embargo, la originalidad estaría en aquello que el investigador
hace con la información disponible. Se trata simplemente de extender el conocimiento, y esto
puede lograrse incluso con los aportes más modestos (los cuales podrían contribuir, en el
futuro, a través de la difusión y el debate académico sobre los mismos, a establecer
nuevas líneas de discusión). Así, el investigador primerizo no debe tener miedo de que su
investigación pierda valor y resulte menos original por recurrir y apoyarse en informaciones,
datos, teorías y aproximaciones ya existentes, incluso por basarse en algunas de ellas.
Siempre y cuando el tratamiento de esa información se haga de manera propia y respetando
la propiedad intelectual de sus fuentes de información," su contribución tendrá una dosis de
originalidad.
Respeto por las convenciones y prácticas académicas
Por último, si el documento pretende ser considerado académico y pretende, además,
contribuir con el conocimiento sobre el tema tratado y ser compartido con otros
especialistas y con la comunidad académica en general, es necesario que respete tanto las
convenciones establecidas al interior de dicha comunidad como las prácticas habituales de ella.
Por el lado de las convenciones, las principales que uno debe recordar al elaborar un texto
académico son las siguientes:
• Se redacta con lenguaje formal, no coloquial, ya que no se trata de un texto de índole
subjetivo o emocional, sino de uno académico. Por lenguaje formal se entiende,
normalmente, el empleo de la primera persona plural (nosotros, por ejemplo: «En este
trabajo pretendemos mostrar ...») o la forma impersonal de la tercera persona singular
(se, por ejemplo: «En este trabajo se pretende mostrar..»),
• Se respeta con exactitud las normas para incorporar referencias bibliográficas, para
colocar citas y notas al pie y, en general, para construir el aparato bibliográfico del
texto, ya que de ello depende que se haga un manejo honesto de la información utilizada.
Esto se consigue aplicando adecuada y uniformemente los distintos sistemas para referir
fuentes que existen."
Por el lado de las prácticas propias de la comunidad académica, conviene tener presentes
las siguientes:
• Los textos académicos, en cualquiera de sus formas, suelen seguir un esquema de redacción
básico que contiene las siguientes partes: parte introductoria, cuerpo y cierre. Este esquema
básico permite la elaboración de textos ordenados, fluidos y bien articulados. La parte
introductoria sirve, precisamente, para introducir o presentar el asunto que va a ser
desarrollado; este desarrollo se lleva a cabo en el cuerpo del texto y, por ello, constituye
siempre la parte más extensa del texto. Por último, el cierre es la parte en la que el
investigador, luego de desarrollado el tema, finaliza su texto; no debe entenderse,
necesariamente, como una conclusión, sino como un modo de cerrar y poner punto final
al desarrollo del texto. Evidentemente, dependiendo del tipo de documento que el
investigador esté elaborando, cada parte contendrá ciertos puntos específicos,"
• Se presenta con claridad y concisión las pretensiones del texto, es decir, se le brinda al lector
los elementos necesarios para ubicarse en la investigación: el tema o asunto a tratar, el
problema que desea examinarse, el enfoque que se le va a dar a la investigación, la hipótesis
que pretende probar, los objetivos que persigue y las conclusiones a las que arriba el texto (si
es que las hubiera), etc. Esto se suele hacer antes de iniciar el desarrollo del tema o problema,
en la parte introductoria.
Todas las características vistas hasta ahora son compartidas, en mayor o menor medida,
por cualquier escrito académico, sea del tipo que sea. No obstante, hay que tener presente
que los documentos o trabajos de investigación escritos pueden ser muy distintos en
complejidad, contenidos, estructura y extensión. Asimismo, no debemos confundir las
distintas formas de hacer investigación presentadas en el capítulo anterior (pura/aplicada,
exploratoria/descriptiva/correlacional causal, de campo/bibliográfica, cuantitativa/cualitativa)
con los productos escritos de la investigación, ya que de una misma investigación pueden
producirse diferentes documentos. Por ejemplo, como parte de una misma investigación
uno puede tanto redactar un informe sobre alguna actividad de campo elaborada para
dicha investigación como preparar una reseña sobre alguna de las fuentes consultadas
sobre el tema de investigación. Asimismo, uno puede presentar los resultados de esta
misma investigación en una monografía o puede, eventualmente, convertir esa monografía en
un artículo académico publicable en una revista especializada. Esto dependerá del interés del
investigador y del estado o avance de su investigación.
Entonces, teniendo esto en cuenta y habiendo establecido las principales características comunes
a todos los escritos académicos, concentrémonos ahora en presentar las propiedades y
características particulares de losdocumentos académicos más utilizados.
ESTADO DE LA CUESTIÓN (Equipo 02).
ESTADO DE LA CUESTIÓN: ALGUNAS PAUTAS PARA SU ELABORACIÓN
¿Cómo está organizado el estado de la cuestión?
Los contenidos en un estado de la cuestión deben
organizarse considerando al menos tres grandes bloques
temáticos: presentación de los antecedentes y el
contexto de la problemática en la investigación, el
desarrollo o síntesis de los principales aportes realizados
hasta el momento y, finalmente, la exposición de los
problemas pendientes. (Zubizarreta, 1998: 64)
En la primera parte, se explica de manera general cuál
es la pregunta de investigación acerca de la cual tratará
el escrito. También debe incluirse una presentación del
contexto general: dentro de qué área del conocimiento se
ubica el tema, con qué otros temas se halla vinculado,
con qué hechos relevantes se relaciona, por ejemplo. En
una segunda parte, se exponen sistemáticamente todas
las propuestas y estudios sobre el tema, resaltando los
más importantes. En la parte final, se enuncian los
problemas que no han quedado resueltos en relación con
el tema y las posibles respuestas o alternativas de
solución que se han planteado. Es ideal incluir aquí una
opinión personal acerca de todos ellos.
¿Qué se necesita para construir un estado de la
cuestión?
Básicamente, para poder construir un estado de la
cuestión es necesario contar con tres elementos claves:
 Un tema de interés viable. El tema debe resultar de
interés para el investigador. Pero, además, debe ser
un tema acerca del cual haya información; de no ser
así, es imposible realizar la investigación
bibliográfica sobre él; en ello reside la viabilidad.
 Una pregunta –o problema– de investigación
relacionada directamente con el tema. El problema,
como vimos al inicio del curso, es una pregunta no
resuelta o cuya solución está aún en debate. Esta
segunda opción es la que nos facilitaría el trabajo en
el estado de la cuestión.
 Información confiable –de los expertos en el tema–
para poder construir la exposición sobre las
soluciones conocidas o planteadas hasta el
momento sobre el problema. La información debe
buscarse –en centro de información, en Internet–,
recogerse –en fichas–, sistematizarse –en fichas
también– y luego utilizarse en la creación del
documento –utilizando notas y citas, como vimos en
la primera unidad del curso.
ESTRUCTURA GENERAL
El estado de la cuestión se puede
dividir en tres partes:
 Antecedentes: contexto, sentido
general del tema y la pregunta de
investigación.
 Cuerpo de la exposición:
presentación sistemática de los
aportes de especialistas, escuelas,
corrientes de pensamiento, etc.
 Exposición de los problemas
pendientes y soluciones
propuestas; puede incluir la opinión
personal del autor sobre la
soluciones planteadas.
Estas divisiones no se colocan con
marcas gráficas en el texto, pues este
debe ser un texto continuo y fluido.
Para construir un estado de la
cuestión se necesita:
- Un tema de interés viable.
- Un problema de
investigación acerca del
tema.
- Información relevante y
confiable.
El estado de la cuestión: peculiaridades en su estructura
El estado de la cuestión es un texto
académico que expone sistemáticamente los
avances existentes acerca de un tema o un
problema de investigación. En virtud de ello
es que en un subcapítulo anterior nos hemos
detenido a explicar, analizar y ejemplificar
cómo se delimita un tema y qué caracteriza a
un problema o pregunta de investigación.
Dado que estamos trabajando en la
construcción de un estado de la cuestión,
debemos ya tener planteados el tema
delimitado y el problema de investigación que
nos interesan. Además, debemos contar con
las fuentes de información necesarias para
abordar el tema. Con todo ya listo, con el
tema, el problema y la información fichada y
sistematizada, podemos ahora proceder al
paso siguiente: estructurar el trabajo y
proceder a redactarlo.
Un estado de la cuestión tiene una estructura
organizada en tres grandes bloques:
 Parte introductoria
Este bloque puede tener una extensión de uno
a tres párrafos, dependiendo de nuestras
propias necesidades y estilo. Debe contener
una presentación del tema y la pregunta de
investigación, una justificación del problema
(por qué es un problema o qué sentido tiene
planteárselo) y una presentación de los autores
o corrientes de pensamiento que se expondrán
y el contexto.
Puede incluir también algunas definiciones o
explicaciones básicas si lo creemos necesario.
Al decir que debemos hacer una presentación
del tema, nos referimos a que debemos
contextualizarlo. ¿Qué quiere decir esto? Quiere
decir presentar los datos que nos permitan ubicar
el tema y el problema en un momento específico
y en relación con hechos relevantes o conocidos
que nos permitan situarlos y comprenderlos.
ESQUEMA DE REDACCIÓN GENERAL
DE UN ESTADO DE LA CUESTIÓN
Debe incluir: Puede incluir:
Parteintroductoria
- Contexto
- Presentación y
justificación del
tema y la pregunta
de investigación
- Presentación de
los autores o
corrientes de
pensamiento a
exponer
- Conceptos
básicos
- Definiciones
preliminares
Cuerpodela
exposición
- Explicación del
autor o corriente 1
- Explicación del
autor o corriente 2
- Explicación del
autor o corriente N
- Presentació
n del tema 1
para los
autores a, b
...
- Presentació
n del tema 2
para los
autores a, b
...
Cierre
- Síntesis
- Problemas de
investigación
pendientes
- Posibles hipótesis
- Opiniones
del autor del
trabajo
Ejemplos de cómo presentar las fuentes en el
estado de la cuestión
Ejemplo 1:
Una de nuestras principales fuentes ha sido el
Informe final de la Comisión de la Verdad y
Reconciliación (CVR). La CVR fue creada en
2001 con el propósito de investigar todos los
aspectos relacionados con el proceso de
violencia política vivido en el Perú desde 1980
hasta el año 2000. La Comisión estuvo
conformada por profesionales independientes de
diversas especialidades, los que trabajaron con
un gran equipo de expertos en diversos temas,
como antropólogos, filósofos, sociólogos,
historiadores, entre muchos otros. El Informe
Final de la CVR es el producto de tres años de
investigación de este equipo de profesionales y
es un documento en nueve volúmenes que
abarca prácticamente todos los temas
relacionados con el fenómeno terrorista en
nuestro país.
Ejemplo 2:
Otro de los autores en los que hemos basado
esta investigación es Carlos Iván Degregori.
Este autor es un prestigioso antropólogo que fue
comisionado de la CVR y que es investigador
del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), así
como profesor en la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos. Tiene diversas publicaciones
sobre temas relacionados con Sendero
Luminoso y es referido y citado en muchas otras
fuentes, por lo que es razonable considerar que
se trata de un reconocido especialista en
nuestro tema.
Por ejemplo, si nuestro tema de investigación es
consecuencias psicosociales de la violencia política
en el Perú luego de la captura de Abimael Guzmán,
para contextualizar el tema podría ser de utilidad
mencionar datos como los siguientes:
El párrafo anterior es un ejemplo de cómo
contextualizar un tema. Al leerlo, podemos darnos
cuenta de que no se ha entrado en detalles sobre el
tema en sí mismo –las consecuencias psicosociales
del terrorismo en el Perú–, sino que se dan los
antecedentes que pueden permitir a cualquier
persona, sea que conozca o ignore completamente a
Sendero Luminoso, comprender nuestro tema.
Por otro lado, al señalar que la parte introductoria
debe contener una presentación de los autores, nos
referimos a que debemos presentar datos útiles y
puntuales que permitan comprender por qué hemos
escogido las fuentes que hemos decidido usar. No
se trata de presentación la biografía de un autor, sino
de justificar por qué se trata de una fuente autorizada
en el tema. En el margen izquierdo podemos
observar algunos ejemplos de cómo presentar a
nuestras fuentes.
Cuerpo de la exposición
Esta es la parte central, como en todo texto. Debe
contener la exposición organizada y sistemática de
las opiniones de los autores que han intentado
responder a nuestro problema de investigación.
La violencia política en nuestro país se desató en
mayo de 1980, a partir de la iniciativa y accionar de
un grupo terrorista llamado Sendero Luminoso; este
grupo declaró la guerra al Estado, una guerra que
duró más de una década y que tuvo presencia en
muchas partes del territorio nacional; si bien
comenzó en Ayacucho, el alcance del accionar de
Sendero Luminoso se hizo sentir en varios
departamentos de la sierra central, en la selva y en la
costa. En setiembre de 1992, el principal líder de
esta agrupación, Abimael Guzmán, fue capturado en
una casa en Lima, a partir de ese momento, el curso
de las acciones de Sendero Luminoso cambió, se
dieron rupturas al interior del “partido” y poco a poco
fueron capturados varios de sus principales
dirigentes.
Debemos tener siempre presente que el centro de
estado de la cuestión es el problema de
investigación; en este sentido, el cuerpo de la
exposición debe estar orientado a presentar los
diversos intentos de solución del problema de
investigación. Se trata, pues, de presentar de
manera ordenada las respuestas que cada uno de
nuestros autores ha dado, directa o indirectamente a
nuestro problema de investigación.
Este es un punto crucial. Suele suceder que algunos
investigadores busquen las respuestas a sus
preguntas de manera evidente en sus fuentes; pero
esto normalmente no ocurre así. Lo que el
investigador necesita es revisar cada una de sus
fuentes con mucho detalle para inferir la forma en
que el autor respondería eventualmente a nuestro
problema. Es decir, no siempre encontraremos la
respuesta a nuestro problema directamente
planteada en nuestras fuentes: la mayoría de las
veces debemos inferirla.
 Cierre: exposición de los problemas pendientes
En esta parte final del texto, debemos incluir, como
mínimo, tres componentes: una síntesis completa
de las opiniones de nuestras fuentes, nuevos
problemas de investigación que se deriven o
queden pendientes luego de la exposición y una
hipótesis o respuesta personal al problema de
investigación inicial.
Dado que nuestro problema de investigación es una
pregunta no resuelta, definitivamente llevará a
plantearse más preguntas. Por otro lado, llegar a
formular una hipótesis es el resultado natural al que
debemos aspirar luego de haber construido un
estado de la cuestión. La forma concreta de plantear
hipótesis se trabajará más adelante tanto en el
curso como en este material de consulta.
También se puede incluir en esta parte nuestras
opiniones acerca de los autores o corrientes que
hemos expuesto.
Todo lo que hemos señalado hasta aquí en relación
con la parte introductoria, el cuerpo y el cierre, debe
plasmarse en un esquema de redacción, el cual
deberá indicar la forma detallada en que planeamos
escribir nuestro texto.
Observaciones importantes
 La información para presentar a
nuestros autores puede
obtenerse de sus libros o de
Internet o de otras fuentes.
 Debemos verificar que la
información que hemos
recopilado en las fichas sea
suficiente y pertinente para
exponer las respuestas que los
autores han dado a nuestro
problema de investigación.
 El esquema de redacción no
debe reproducir nuestra
secuencia de fichas.
Además de esta estructura general, debemos
considerar los detalles puntales que necesitamos
resolver antes de construir el texto.
 ¿Contamos con la información para presentar a los
autores que vamos a exponer?
Como se ha señalado, la parte inicial del estado de
la cuestión debe incluir una presentación de los
autores que vamos a exponer. Esta presentación
consiste en indicar algunos datos biográficos
generales –nacionalidad, año de nacimiento–,
algunos datos profesionales o académicos
relevantes –profesión, experiencia profesional,
experiencia académica o de investigación– y
publicaciones.
Ahora bien, ¿de dónde obtenemos esa información?
Hay varias alternativas:
 De los libros de dichos autores que hemos
consultado. Suele ocurrir que muchos libros
presentan información biográfica de sus
autores.
 De Internet. Si los libros que tenemos de
nuestros autores no incluyen información
biográfica de los mismos, bastará con ingresar
en un buscador de Internet el nombre y apellido
de nuestros autores y encontrar un enlace
confiable.
 ¿Tenemos información suficiente y relevante sobre
cómo han respondido los autores al problema de
investigación?
Este punto es crucial. Podemos haber recopilado
mucha información en las fichas, pero estas deben
servirnos para mostrar cómo han respondido los
expertos al problema de investigación que nos
hemos planteado. Así, entonces, debemos estar
seguros de que la información recopilada sirva a
estos propósitos.
Una manera muy sencilla de determinar esto es
construir el esquema de redacción y determinando
en qué punto del esquema se incluirán las fichas. Si
estas no son suficientes, entonces deberemos
volver a las fuentes y completar la recopilación de la
información.
 ¿Cómo estructuramos el esquema de redacción en
función de nuestro tema y problema?
En primer lugar, hay elementos en el esquema y,
por tanto, en el texto que son obligatorios y que no
podemos elegir colocar o no. Estos elementos
obligatorios son la presentación del tema, la
presentación y justificación del problema y la
¿Qué partes en el esquema y,
por tanto, en el texto son
obligatorias?
 Presentación del tema y el
problema.
 Presentación de los autores.
 Exposición de la opinión de
los autores frente al problema.
 Síntesis.
 Nuevos problemas de
investigación.
 Hipótesis.
presentación de los autores. Esto deberá estar
necesariamente en el esquema y luego en el texto.
Lo mismo ocurrirá con la parte final del esquema y,
por tanto, del trabajo: la síntesis, los nuevos
problemas y la hipótesis son obligatorias.
En segundo lugar, el cuerpo o parte del central del
esquema y, por tanto, del texto, son las partes en
las que podemos ser más creativos. Podemos
organizar el esquema por autores o por temas. Eso
dependerá de nuestro estilo y de nuestras
preferencias. Lo importante es no perder de vista
que debemos proponer las respuestas que los
autores han dado a nuestro problema de
investigación.
Es importante tener presente que el esquema no
debe reproducir la secuencia de fichas. Si así
fuera, el texto carecería de nuestro matiz personal.
El estado de la cuestión (o estado del arte) es un documento básico que sirve como punto de
partida de cualquier investigación académica. Su principal objetivo es exponer, de manera
rigurosa y sistemática, los puntos de vista de los expertos o las corrientes de pensamiento
más representativos frente a un determinado problema de investigación. Es decir, frente a
un pregunta de investigación planteada al interior de un área temática previamente
establecida, el investigador expone qué propuestas de solución sostienen las fuentes
autorizadas, cuáles son las perspectivas más actuales y relevantes frente a la pregunta en
cuestión. Por ello, se le considera un documento básicamente informativo, puesto que
antes de valorar, criticar o reivindicar una postura sobre otra, su propósito, más bien,
consiste en hacer una exposición exhaustiva de las posturas más relevantes en torno a
un determinado tema y problema de investigación. En ese sentido, es un documento
básico y valioso para cualquier investigador que pretenda iniciar un proyecto de
investigación, sea en la disciplina que sea, puesto que, tal como su nombre lo indica,
permite al investigador establecer el panorama del debate actual en torno al
tema/problema de su interés, es decir, permite explicar en qué estado se hallan las
investigaciones sobre la cuestión de su interés. Así, el estado de la cuestión es un escrito
que facilita la comprensión y el conocimiento de todas las posibles salidas que ya han sido
planteadas por los estudiosos sobre el tema y el problema de investigación.
Es necesario hacer hincapié en este asunto. Si bien las distintas disciplinas emplean y
ponen en práctica diversos métodos y técnicas de investigación específicos de su área
de conocimiento, el estado de la cuestión es un documento común a todas las disciplinas."
Ya sea que un investigador se dedique a realizar investigaciones teóricas, de corte más
bibliográfico o crítico, o se dedique a realizar investigaciones a través de diseños de
campo, más experimentales o empíricos, en todos estos casos, el estado de la cuestión
es un documento necesario y valioso. Esto tiene que ver con la labor propia del
investigador: en la medida en que toda investigación parte de lo que ya han dicho los
especialistas sobre el tema (es decir, par e de lo ya investigado y comunicado), y en la
medida en que todo investigador, desde el primerizo hasta el más especializado, necesita
actualizarse constantemente respecto de los nuevos aportes en el tratamiento de su área
temática para que sus propios aportes no resulten ingenuos, obsoletos o poco
informados, parte esencial de todo proceso de investigación consiste en hacer una revisión
permanente de la bibliografía existente sobre el tema, sobre todo de la más actual. El
estado de la cuestión es producto, precisamente, de esa revisión bibliográfica, Ahora bien,
el estado de la cuestión no consiste, simplemente, en reunir la información existente
sobre un tema y problema más o menos determinado, Este documento presenta ciertas
características propias que es importante resaltar, Para poder comprenderlas,
presentaremos primero una descripción general de lo que es un estado de la cuestión; a
partir de ello, estableceremos de qué maneras no debe entenderse un estado de la
cuestión para precisar, al final, la naturaleza, características y alcances propios de este
tipo de documento académico,
En primer lugar, una característica propia del estado de la cuestión es que la pesquisa
bibliográfica que realiza es sumamente cuidadosa y selectiva en función de un tema y
un problema correctamente delimitados." Por ello, un requisito previo a la elaboración
de cualquier estado de la cuestión es que el investigador haya identificado y delimitado
con claridad el tema de su interés y haya planteado con precisión, al interior de él, una
pregunta que resulte realmente relevante, La búsqueda de información que se emprenda
con miras a realizar un estado de la cuestión es, así, una búsqueda orientada en función
de un tema y un problema de investigación previamente delimitados, Esto se debe a que,
si bien el estado de la cuestión es un documento inicial para toda investigación
académica, no es un documento que sirva para familiarizarse de manera general con un
área temática ni para delimitar el tema y ubicar el problema a investigar; su labor, por el
contrario, es exponer el tratamiento académico más relevante sobre un tema y un
problema de investigación claros y precisos, Esto quiere decir, entonces, que, para
elaborar un estado de la cuestión, el investigador debe ya estar involucrado, aunque sea
mínimamente, con el tema de su interés y debe poseer conocimientos, sobre ese tema;
es decir, debe estar informado sobre el tema y haber elaborado una pesquisa
bibliográfica previa, Uno no puede reconocer los materiales necesarios para hacer una
presentación exhaustiva del debate en torno a un problema de investigación correctamente
delimitado si es que no está ya familiarizado, al menos, con los conceptos y las ideas
centrales del área de conocimiento al cual pertenece dicho problema, a partir de esto, debe
quedarnos claro que el estado de la cuestión no consiste en la lectura casual de
materiales más o menos relacionados entre sí." Esto no solo implicaría un esfuerzo
innecesario y carente de sentido, sino que, incluso, podría conducir al desorden y a la
confusión, en la medida en que lo único que se lograría es acumular una serie de datos
sin tener clara la relación entre ellos y sin tener en claro para qué se habrían recogido
estos datos. Conviene, además, a este respecto, cuidarse de elegir los materiales a
analizar con criterios no propiamente académicos, como pueden ser la disponibilidad de
las fuentes. Más bien, el investigador debe seleccionar materiales que reflejen realmente el
estado del conocimiento y el debate en torno al tema elegido.
Asimismo, se debe también extraer de lo anterior que el estado de la cuestión no es una mera
recolección de citas. Esto invalidaría el documento porque, más que recolectar y exponer citas de
otros autores, el estado de la cuestión consiste en organizar y articular sistemáticamente los
aportes de las especialistas en relación con una temática y problemática determinadas. El
estado de la cuestión, como cualquier otro documento académico, tiene un objetivo y finalidad
propios, y responde a una organización o esquema planificado por el propio investigador y que
corresponde con sus intenciones. Por ello, más que hacer una recolección a ciegas de citas,
el investigador debe concentrarse en identificar las ideas centrales expuestas por las fuentes
que consulta, sobre todo las que sean más relevantes y pertinentes para su tema de
investigación. También, debe procurar reconocer con claridad los métodos y las
aproximaciones más adecuados para su tema y problema. De igual valor es el reconocimiento
de las diferentes formas de responder a ese problema, las cuales el autor del estado de la
cuestión debe encargarse de registrar ordenadamente y sintetizar con rigurosidad.
Podemos ahora presentar una definición más precisa del estado de la cuestión: se trata
de un documento académico imprescindible para iniciar cualquier investigación, sea en
la disciplina que sea, que consiste en la exposición exhaustiva, organizada y sistemática de
los aportes más valiosos en torno a una problemática correctamente delimitada. Su objetivo
no es solo familiarizarse con el tema a investigar, sino analizar y contrastar los argumentos
y posturas más relevantes y actuales respecto del problema que el investigador pretende
desarrollar. En este sentido, los aportes más valiosos de un estado de la cuestión consisten,
por un lado, en sistematizar en un solo documento diferentes posturas en torno a un
problema específico, uniendo, de este modo, información que podría estar a la mano pero de
manera dispersa. Por otro lado, al hacer lo anterior, el estado de la cuestión permite no solo
presentar lo que dicen otras fuentes de información, sino que posibilita, más bien, el contraste e
intercambio entre las diferentes posturas consultadas, reconocer sus relaciones y discrepancias,
en suma, hacerlas dialogar con el fin de esclarecer el estado actual de la cuestión a investigar.
Este diálogo que el investigador construye entre las distintas posturas analizadas puede
constituir, además, el aporte original, del cual hablábamos en el subcapítulo anterior, de su
estado de la cuestión.
Entonces, para construir un estado de la cuestión, debemos tener presentes los tres requisitos
imprescindibles que hemos presentado hasta aquí:
• Haber delimitado correctamente un tema de investigación,
• Haber identificado con claridad y precisión, al interior del tema, un problema de
investigación verdaderamente relevante y que merezca ser analizado,
• Haber reconocido y sintetizado las ideas centrales de las alternativas de solución
propuestas por los principales especialistas, corrientes de pensamiento o teorías existentes
en torno a dicho problema de investigación.
Para conseguir estos requisitos, necesitamos no solo tener alguna opinión o idea vaga
sobre el tema, sino que debemos estar suficientemente familiarizados con los conceptos e
ideas centrales del área de conocimiento a la que pertenece nuestro problema. Asimismo,
debemos haber revisado la bibliografía existente sobre el tema para poder identificar las
aproximaciones y posturas verdaderamente significativas.
En cuanto a la organización y la estructura de un estado de la cuestión, como todo texto
académico, este suele seguir la secuencia básica de una parte introductoria, un cuerpo o
desarrollo y un cierre. Si bien no hay, en realidad, reglas específicas de organización de la
exposición, dados los propósitos de este tipo de documento, normalmente los estados de la
cuestión siguen la siguiente estructura:
Parte introductoria
- Debe contener una presentación del tema y de la pregunta de investigación, una
justificación del problema (por qué es un problema y qué sentido tiene planteárselo) y
una breve y concisa presentación de los autores o corrientes de pensamiento que se
expondrán. No se trata aquí de presentar las biografías de los autores, sino de exponer datos
útiles y puntuales que permitan comprender por qué hemos escogido las fuentes que hemos
decidido utilizar, es decir, justificar por qué se trata de una fuente autorizada en el tema.
- En la parte introductoria es indispensable, además, contextualizar el tema y problema a
investigar, es decir, presentar los datos que nos permitan ubicar el tema y el problema
en un momento específico y en relación con hechos relevantes o conocidos que nos
permitan situarlos y comprenderlos.
- Asimismo, puede incluir, también, algunas definiciones o explicaciones básicas si lo
creemos necesario. De igual modo, puede mencionarse el interés y la motivación propios del
autor por el tema y el problema de investigación elegido, es decir, los motivos por los cuales
el autor se interesó y delimitó el tema y el problema de la manera en que lo hizo.
Cuerpo de la exposición
- Como en todo texto académico, esta es la parte central y más extensa del documento.
Debe contener la exposición organizada y sistemática de las posturas o corrientes de
pensamiento que han trabajado nuestro tema e intentado dar solución a nuestro
problema de investigación. Debemos tener siempre presente que el centro del estado de la
cuestión es el problema de investigación, y por ello el cuerpo de la exposición debe estar
orientado en función de presentar, analizar y comparar los diversos intentos de solución
del problema de investigación. Se trata, pues, de presentar de manera ordenada las
respuestas que cada uno de nuestros autores ha dado, directa o indirectamente, a nuestro
problema de investigación.
- Este punto es crucial. Suele suceder que algunos investigadores busquen las respuestas
a sus preguntas de manera evidente en sus fuentes, pero esto, normalmente, no ocurre
así. Lo que el investigador necesita es revisar cada una de sus fuentes con mucha
minuciosidad para poder inferir la forma en que el autor respondería, eventualmente, a
nuestro problema. No siempre encontraremos la respuesta a nuestro problema planteada
de manera directa en las fuentes que consultemos.
- Hay distintos modos de presentar sistemáticamente estas propuestas de solución al
problema de investigación en el cuerpo de la exposición. Quizás las más usuales sean
presentar, una por una, cada postura analizada, ordenarlas históricamente o
estructurarlas temáticamente, de acuerdo con las similitudes y discrepancias de las
respuestas ofrecidas. El orden de la exposición dependerá tanto del tema y problema
elegido como de los intereses y del estilo del autor, Sin embargo, cualquier sea el orden de
exposición que elijamos, es vital no perder de vista lo que mencionábamos anteriormente
sobre el valor del estado de la cuestión: este consiste en comparar y hacer dialogar las
distintas posturas relativas a un tema y problema, de modo que es necesario, en cada caso,
hacer el esfuerzo de relacionar la información expuesta.
• Cierre
- En esta parte final del texto se suele incluir, como mínimo, dos componentes: una
síntesis completa de las ideas centrales de las fuentes consultadas y nuevos
problemas de investigación que se deriven o queden pendientes luego de la exposición
del cuerpo. Asimismo, se puede incluir una suerte de balance personal; el autor puede
exponer sus opiniones acerca de las posturas o corrientes que han sido
desarrolladas en el cuerpo.
- En muchos casos, suele incluirse, también, la hipótesis o respuesta personal del autor
al problema de investigación." Dado que el estado de la cuestión nos permite analizar
en detalle y contrastar las propuestas de solución más aceptadas a nuestro problema de
investigación, formular una respuesta propia a dicho problema suele ser el resultado
natural al que aspira la construcción de un estado de la cuestión. Sin embargo, esto
dependerá, nuevamente, de los intereses del investigador y ello determinará, además, los
alcances del estado de la cuestión, punto que veremos a continuación.
Los alcances del estado de la cuestión dependen, pues, de los fines del investigador. Un
estado de la cuestión puede servir para presentar información de manera articulada y
sistematizada o para elaborar y definir una respuesta propia al problema de
investigación. En el primer caso, tenemos estados de la cuestión cuyo fin es exclusivamente
informativo: dar a conocer el panorama del debate actual en torno a un tema y problema de
investigación específicos. En el segundo caso, el estado de la cuestión sirve, además, para
construir una hipótesis de trabajo propia que se engarzaría con un proyecto de investigación
concreto:" es decir, contribuiría a emprender, más adelante, investigaciones más complejas y
con demostraciones acabadas. En ambos casos, como hemos mencionado antes, la
sistematización y el diálogo entre la información especializada relativa a un tema delimitado
constituye ya un aporte para la producción de conocimiento, independientemente de que el
estado de la cuestión finalice o no proponiendo una hipótesis propia.
En suma, el estado de la cuestión es un texto básicamente informativo y sintético. No obstante,
por más que sea sintético, puede tratarse de un texto muy extenso si es que el número de
expertos frente al problema es alto.
Artículo Académico. (equipo 03)
La investigación académica requiere que el conocimiento alcanzado se comunique. Para
quienes forman parte de la comunidad académica, resulta vital estar al tanto de los avances y
controversias que se generen tanto en sus respectivas disciplinas como en otras áreas
científicas afines. Una de las formas de comunicación más utilizadas en el ámbito académico
para difundir y compartir los resultados de una investigación es, sin duda, el artículo académico
o científico.
Definir en qué consiste un artículo académico, establecer con claridad qué es aquello que
lo caracteriza, no es del todo sencillo. Podemos empezar señalando que es un documento
escrito no muy extenso que da cuenta de los resultados de una investigación. Por lo general,
aborda asuntos muy específicos que requieren del autor dominio en la materia y suponen del
lector cierta familiaridad con la perspectiva desde la cual se ha llevado a cabo dicha
investigación. Otro aspecto común a todo artículo académico es que este permite a su autor
tener una participación activa en el quehacer académico de su disciplina y poner de
manifiesto su capacidad para defender la relevancia de alguna investigación llevada a cabo, así
como la pertinencia y validez de la perspectiva y resultados alcanzados.
Si bien es cierto que los artículos suelen aparecer en publicaciones periódicas como revistas y
boletines académicos, también lo es que existen otros formatos en los que puede publicarse
un artículo. Veamos a continuación un ejemplo de artículos publicados en una edición de la
revista Economía y Derecho de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC):
Como se aprecia en el índice de la revista, esta es una publicación periódica (la edición que se
consigna corresponde al volumen 6, número 24, publicado en la primavera del 2009) en la que
colaboran varios autores de manera independiente. Cada uno de los artículos que aparece en
esta revista aborda, desde una perspectiva económica o jurídica, un tema muy concreto: la
trayectoria intelectual de Mario Vargas Llosa, el contrato de marcas, el abuso de las normas
de libre competencia, entre otros. La periodicidad de una publicación como esta se encuentra
ligada al deseo de una institución académica como la UPC de contribuir con la renovación o
incorporación de nuevos temas que puedan ser puestos en discusión al interior de una
disciplina en particular.
En cuanto a las publicaciones no periódicas en las que se consignan, también, artículos
académicos, propondremos el siguiente ejemplo:
En este caso, la editora Paula Córdova convocó a varios autores a reflexionar acerca de
la naturaleza dinámica del lenguaje (su relación con fenómenos sociales, culturales e
históricos) y del dinamismo de las lenguas, en particular, las lenguas y culturas peruanas. Es
a partir de este tema que los artículos abordan temas como la estructura interna de la
lengua, la reacción de los hablantes frente al cambio experimentado por las lenguas, la
situación de las lenguas andinas a la llegada de los españoles, etc.
Si bien analizar los diferentes tipos de artículos que pueden publicarse bajo un formato
académico puede ser interesante, dicha tarea excede los propósitos de este subcapítulo. Por
ello, nos ocuparemos de analizar exclusivamente aquellos artículos que tienen como propósito
ser publicados en revistas académicas.
Existen una serie de requisitos formales y de contenido que todo artículo académico deberá
cumplir para poder ser publicado en una revista. Como ejemplo, véanse las exigencias para la
publicación de artículos de una revista digital:
Como se aprecia en el cuadro anterior, para que una investigación pueda ser publicada
bajo el formato de artículo académico, deberá seguir un formato y estructura
particulares. Además, el contenido del artículo será sometido a evaluación. Para ello se
tomará en cuenta no solo criterios particulares de la disciplina desde la que se llevó a
cabo la investigación, sino, también, criterios de carácter ético y editorial. Por lo general,
esta evaluación o arbitraje es llevada a cabo por académicos especialistas en el tema
materia del artículo.
Autores como Robert Day han señalado la necesidad de tener en claro qué es lo que
diferencia al artículo académico de otro tipo de textos. Para Day, dos de los rasgos más
característicos de un artículo son los siguientes:
a) La necesidad de divulgar eficazmente los logros de una investigación hasta ese
momento inédita;
b) T ener un formato que permita a los colegas del autor (presentes y futuros) no solo
comprender la naturaleza del trabajo, el tema analizado, la metodología aplicada y los
resultados alcanzados, sino permitir, también, el uso del conocimiento que se está
divulgando." Es por ello que el autor afirma que el artículo académico puede ser definido
como una publicación primaria:
«(...) una publicación primaria es a) la primera publicación de los resultados de una investigación
original, b) en una forma tal que los colegas del autor puedan repetir los experimentos y
verificar las conclusiones, y c) en una revista u otra fuente documental fácilmente asequible
dentro de la comunidad científica.»(2005:9)
La originalidad es uno de los primeros requisitos que se exige a un artículo académico. Sibien en los
dos primeros capítulos de este libro nos hemos ocupado de precisar qué se entiende por
originalidad en el ámbito científico, resulta necesario acotar que esta característica está
asociada a la exigencia de muchas publicaciones sobre el carácter inédito de la investigación;
dicho de otro modo: se espera que la investigación no haya sido publicada anteriormente. En
cuanto a la segunda exigencia, ella apunta a que el autor del artículo muestre con total
transparencia tanto el objeto de estudio como la metodología utilizada, de manera que sus
colegas puedan no solo estar en posición de repetir, si así lo quisiesen, la investigación
desarrollada, sino, también, de evaluarla íntegramente. Por último, vale la pena comentar cuán
pertinente resulta que el autor no solo haga referencia a formatos de publicación impresa
puesto que en la actualidad la comunicación académica utiliza muchos otros formatos
(electrónicos, virtuales, acompañados de información audiovisual, etc.). En todo caso, más allá
de la manera en la que un artículo académico pueda ser publicado, lo importante es tener
en cuenta que la comunidad científica deberá tener acceso a dicho artículo a través de los
múltiples servicios de recuperación y difusión de información con los que un investigador
cuenta hoy en día.
Elaborar un artículo supone para el autor hacer frente a varias etapas de redacción y revisión
previas a la elaboración de la versión definitiva del trabajo. Esta planificación en el desarrollo del
artículo deberá ir acompañada de una clara conciencia respecto del auditorio al que el artículo
estará dirigido; por ejemplo, la comunidad académica de la que forma parte el autor del
documento y que puede estar constituida por profesores, estudiantes e investigadores de su
misma especialidad.
La planificación a la que acabamos de referirnos se puede ver reflejada en la estructura
de un artículo académico. Si bien esta puede presentar algunas variaciones según se
trate de una disciplina u otra o en razón del medio de publicación, suele contar con los
siguientes elementos:
1. Título: debe ser breve pero, a la vez, aludir a los aspectos más relevantes del trabajo y
despertar el interés del lector.
2. Autor( es): debe consígnarse los datos que permitan atribuir la autoría intelectual del trabajo.
Si son varios autores, el orden en que aparezcan sus nombres dependerá de factores
vinculados a los usos y costumbres de la disciplina a la que pertenezcan. Puede utilizarse
como criterio el orden alfabético, la trayectoria de cada uno de los involucrados, el nivel de
responsabilidad asumido durante la realización de la investigación, entre otros.
3. Resumen: explicar de forma clara y concisa los aspectos más relevantes del trabajo
(tema, problema, hipótesis, estructura del trabajo, conclusiones, entre otros).
4. Palabras clave: términos que permitan a los lectores identificar los temas más
relevantes abordados en la investigación. Son de gran utilidad cuando alguien
interesado en el tema de nuestro trabajo busca información a través de una base de
datos o hace uso de algún motor de búsqueda.
5. Reconocimientos y agradecimientos: a personas e instituciones que contribuyeron con la
realización del trabajo. Su uso es opcional.
6. Documento propiamente dicho: aunque el contenido del artículo puede desarrollarse
de varias maneras, generalmente, cuenta con una primera parte introductoria que pone
al tanto al lector de los objetivos trazados y los métodos o enfoques aplicados; un
segundo apartado en el que se revisa el debate académico y se evalúa el conocimiento
que se tiene hasta el momento respecto del tema elegido (es decir, se lleva a cabo un
estado de la cuestión); una tercera parte en la que no solo se puede exponer,
discutir o aplicar un determinado marco teórico y metodológico para el análisis del tema
elegido, sino que, también, puede dar cuenta de la investigación realizada; y, finalmente,
la presentación de las conclusiones o resultados de la investigación.
7. Bibliografía: Deberá consignarse las referencias completas de todas las fuentes
(documentales, bibliográficas, primarias, secundarias, etc.) utilizadas en el desarrollo de
la investigación. Se presentan en orden alfabético y cronológico.
8. Anexos: documentos o adiciones que complementan el cuerpo del trabajo. Su uso es
opcional.
El propósito de una estructura como esta es asegurar al lector del artículo que contará
con todos los elementos necesarios para conocer y hacer uso de la investigación
que se está dando a conocer.
En cuanto a los tipos de artículos académicos que se pueden encontrar, si
revisamos algunas revistas académicas, podremos darnos cuenta de que la lista
puede llegar a ser bastante larga:" sin embargo, si agrupamos los artículos en
función de sus objetivos, podremos obtener la siguiente clasificación:
• Artículo de investigación: Se describe una investigación completa o parte de ella.
• Revisión: Se analiza críticamente el estado del conocimiento en un área o un tema
concreto a partir de la bibliografía publicada.
• Comentarios o críticas: Se comenta o critica un trabajo publicado previamente por
otros investigadores.
• Artículo teórico: se plantea un modelo, una teoría o un sistema para entender un
fenómeno o conjunto de fenómenos, una realidad concreta o un dominio de
conocimientos.
• Retracción: se corrige o retira un trabajo propio anterior a raíz de diversos
cuestionamientos al contenido del mismo.
Unaspecto que no debe perderse de vista respecto del artículo académico es el público al que está
dirigido. Como señala Teberosky, la redacción de un texto académico implica adoptar una
perspectiva interactiva que reconoce que la publicación del artículo dará lugar a un diálogo entre
autor y lector, entre autor y comunidad académica:
«Se trata de un diálogo histórico por un lado, como resultado de la influencia del proceso
de producción en el producto, es decir, de la incorporación en el texto de los rastros
de las actividades del lector a lo largo del tiempo. Y se trata de un diálogo actual,
resultado de las prácticas académicas que influyen sobre la conciencia del escritor y
que lo inscriben en el contexto retórico definido por esas mismas prácticas.»(2007: 18)
En este diálogo, la claridad resulta esencial. Si bien es cierto que esta debiera ser una
característica común a todo tipo de comunicación, en el caso del artículo académico,
dicho rasgo resulta fundamental en tanto a través de ese texto especializado se está
comunicando por primera vez algo respecto de una investigación en particular," En la
siguiente cita, el sociólogo Martín Benavides permite al lector entender con facilidad la
naturaleza de su investigación:
«En el intento de explorar los orígenes sociales del Club Alianza Lima, este
artículo analiza la construcción cultural de la tradición aliancista como club de
obreros, de negros y de La Victoria, proceso que la literatura denomina como el de la
'invención de una tradicíón'.» (2008: 95)
Si bien la claridad resulta imprescindible para comunicar los contenidos de un artículo,
a ella, pueden sumarse otros rasgos propuestos por Campanario: continuidad, papel
dominante de la teoría y carácter tentativo. 58 La continuidad implica que la investigación
que se presenta da seguimiento, amplía o cuestiona los alcances de uno o varios trabajos
previos llevados a cabo por el mismo autor o por otros, se inserta en el debate académico:
«El trabajo que presentamos a continuación, pretende seguir esta perspectiva [de historia
comparada] inaugurada por [Jorge] Basadre: es imprescindible conocer la historia de
los países vecinos, más cercanos a nuestra realidad, para entender mejor nuestro
pasado. En ese sentido, desarrollaremos qué dificultades tuvo el proyecto liberal en
Chile durante la primera mitad del siglo XIX en un contexto en el que triunfaba,
aparentemente, una república del orden, de clara tendencia conservadora (...).» (Orrego
2003: 271)
Por predominio de la teoría, se entiende que el análisis llevado a cabo hace suya una
perspectiva teórica en particular. Al respecto, veamos el siguiente ejemplo:
«El tema que propongo se relaciona con una de las temáticas más significativas de la
modernidad, identidad y cultura en Latinoamérica hoy: el género, y particularmente,
en relación con un fenómeno contemporáneo y gravitante, como es el de las migraciones
de mujeres al interior de Latinoamérica.
El interés se relaciona, además, con una de las escuelas geográficas
contemporáneas más desconocidas en Chile: la Geografía de Género (...). Temática
que en el caso de América Latina ha encontrado varios cultores en países como Brasil,
Argentina, México y Cuba.» (Rocha 2006)
El texto de Rocha cumple con los rasgos antes mencionados, ya que no solo señala que el
trabajo aborda una temática que ha venido generando interés en nuestra región (la
migración femenina), sino que, también, vincula la investigación con la perspectiva de
género. En cuanto al carácter tentativo que, como propone Campanario, suelen tener los
artículos académicos, veamos el siguiente ejemplo:
«No hay violencia política sin discurso. La gente necesita convencerse (yjo ser convencida)
para ejercerla. A partir de esta idea, en un texto poco conocido David Apter desarrolla
una aproximación al fenómeno de la violencia política desde la teoría del discurso (Apter,
1992; 1997), que nos parece especialmente útil para explicar la transformación que hacia
fines de la década de 1970 sufren Sendero Luminoso (SL)y su líder, Abimael Guzmán. (...)
Por cierto, esta aproximación desde el discurso está lejos de explicar todo el
fenómeno SL, ni todos los fenómenos de violencia política. Por un lado, no olvidamos las
raíces estructurales de la violencia ni el contexto histórico y sociocultural, decisivos
para entender la violencia política en el Perú y que hemos desarrollado en otros
trabajos (Degregori, 1985; 1989; 1996). Pero consideramos válida la apreciación de
Pizarro (1996), cuando afirma que en el inicio de la violencia la voluntad política tiene
un papel decisivo. y es de ese inicio que trataremos en el presente artículo.»(Degregori
2000: 493)
Degregori es cuidadoso en dejar en claro que el uso de la teoría del discurso, como
aproximación a la violencia de Sendero Luminoso, es una forma de entender solo parte del
complejo fenómeno del senderismo. Es a este carácter tentativo al que se refiere Campanario,
a la cautela con que el autor del artículo presenta los alcances de su investigación y la reticencia
a que sean entendidos como absolutos y definitivos.
Dos características más que pueden sumarse a las propuestas antes mencionadas son la
justificación constante de la importancia, pertinencia y rigurosidad de la investigación
realizada y la presencia del autor en el texto mismo. En el caso de la característica
mencionada al inicio de este párrafo, se entiende que el autor justifique reiteradamente los
alcances del trabajo y a la validez de sus respuestas, pues su honradez y rigurosidad
intelectual están siendo sometidas a evaluación y crítica. En cuanto a la aparición explícita de
la voz del autor en el texto, ella puede ser entendida como un recurso del autor para dar
fuerza a su postura frente a un tema o compartir con el lector los propósitos o motivaciones
que lo llevaron a emprender la investigación que ahora presenta. Vemos el siguiente ejemplo:
«Creo no equivocarme si digo que, en nuestros días, quien haya revisado el Memorial
escrito por el clérigo Bartolomé Álvarez en 1588 no puede dejar de advertir que la
postura radical e intolerante de su autor al referirse a las religiones nativas se debe
a varias cuestiones: las dificultades para conocer las religiones indígenas y la manera
como los naturales asimilaban
el cristianismo, el contraste establecido entre las dos religiosidades y los intereses
en juego de los sectores seculares enfrentados a la política de la Corona en materia
religiosa, a la jerarquía eclesiástica y también a los integrantes de las órdenes
religiosas en los Andes.
(...) si bien en el presente trabajo destacaré la información que Álvarez ofrece
acerca de las prácticas ceremoniales andinas, me interesa más mostrar la forma
como un doctrinero percibe la religiosidad de los hombres andinos de la zona de
influencia del lago Titicaca y evalúa el proceso de evangelización a poco más de
cuarenta años de iniciada la conquista y colonización en los Andes.» (Regalado 2008:
6)
En la cita anterior, la autora aparece en el texto en dos momentos: en el primero, busca resaltar
que su interpretación respecto de la intolerancia mostrada por Álvarez en su memorial es una
interpretación que puede ser compartida por otros especialistas en el tema. En un segundo
momento, la voz de la autora vuelve a manifestarse explícitamente para dejar en claro al
lector cuál es su principal interés (mostrar cómo un clérigo doctrinero del siglo XVI percibió la
experiencia religiosa de la población andina y evaluó el proceso de evangelización a cuarenta
años de su inicio).
Aun cuando al inicio de esta sección señalábamos que solo nos ocuparíamos de
analizar las principales características de los artículos que buscan ser publicados en una
revista académica, hemos podido comprobar que un repaso de este tipo difícilmente
podría ser exhaustivo. En todo caso, somos de la opinión que lo hecho hasta aquí resulta
suficiente para tener un primer acercamiento a la naturaleza del artículo como producto de
la investigación académica.
Monografía (equipo 04)
Una monografía es un trabajo de investigación escrito cuya principal particularidad es que
implica el desarrollo de un tema puntual y estrechamente delimitado. De ahí su nombre,
que proviene del griego monos (1l0VO~ = uno, único) y graphia (ypa<p~ = escritura o
escrito), y que podría interpretarse como «escrito sobre un único asunto». Por ello, si bien la
extensión de una monografía puede variar, normalmente, se trata de documentos
relativamente cortos en comparación con otros escritos más complejos, como las tesis, ya
que en ellos se suele sacrificar la extensión en beneficio de la profundidad del desarrollo
de la cuestión.
Asimismo, la elaboración de monografías es una práctica bastante común en las
universidades y suele emplearse como parte de la evaluación en distintas materias,
puesto que exige del estudiante tanto la elaboración de un proyecto de investigación
académica como la ejecución del mismo. En esa medida, implica que el estudiante
desarrolle las destrezas fundamentales para llevar a cabo proyectos de investigación
más complejos y especializados, como la tesis o el proyecto profesional. Asimismo,
muchos de los artículos académicos que se publican en revistas especializadas suelen
seguir, también, las pautas y procedimientos de elaboración de una monografía. Por ello,
elaborar este tipo de documentos constituye un aspecto esencial de la formación
académica de todo estudiante.
Como decíamos anteriormente, toda monografía es producto de un proceso de
investigación que puede ser bibliográfico -basado en la consulta de fuentes de información
secundaria-, desarrollado mediante un trabajo de campo -en el que se recoge información
de fuentes primarias- o la combinación de ambos diseños de investigación. También, pueden
realizarse monografías de corte exploratorio, como cuando se estudia un tema
relativamente poco o nada estudiado o se pretende abrir un nuevo camino en la
investigación sobre determinado asunto - por ejemplo, pueden surgir monografías producto
de la exploración de un nuevo sitio arqueológico-; o puede realizarse monografías que
pretenden defender, demostrar o validar una determinada posición específica. Todo esto
dependerá de los intereses de la investigación y del enfoque del autor. Ahora bien, lo anterior
nos permite afirmar que, a diferencia de los estados de la cuestión, que más bien pueden
servir como primer eslabón para la construcción de un proyecto de investigación (sobre
todo, cuando arrojan una hipótesis propia), las monografías son el resultado escrito de
la ejecución de un plan de investigación previamente elaborado." Por ello, este tipo de
documentos -también, a diferencia de los estados de la cuestión- sí tiene la pretensión de
arribar a ciertas conclusiones concretas que se extraen del desarrollo del tema investigado.
Esto último nos permite, a su vez, presentar dos características adicionales de la
monografía: además de ser un escrito que trata sobre un tema único, la monografía, por
un lado, suele ser un texto argumentativo (aunque no excluya en su interior partes o
secciones que sean principalmente informativas), en tanto que pretende llegar a
determinadas conclusiones; por otro lado, es un texto que, independientemente de su
nivel de complejidad y extensión, posee una organización y estructura fijas, constituidas
por una introducción, una serie de capítulos, conclusiones, bibliografía, anexos y glosario -
estos dos últimos son opcionales.
Precisemos, entonces, estas tres propiedades de las monografías que acabamos de
mencionar. En primer lugar, este tipo de documento se caracteriza por ser unitario:" es
decir, debe tratarse un solo tema puntual y bien delimitado. De esta manera, se podrá
analizar a profundidad y abarcar todos los aspectos de ese único tema. Si, en cambio,
eligiésemos un tema amplio, probablemente, obtendríamos como resultado quedarnos en
un nivel de investigación muy superficial, pues sería muy difícil desarrollar a profundidad
un tema de estas características en un texto relativamente breve.
Sirva como ejemplo el siguiente caso, que ha sido mencionado con anterioridad: si se
quisiera analizar el impacto de la televisión en las zonas rurales del Perú, tenemos que
notar que, si bien es un tema que posee ciertas delimitaciones, sigue siendo un tema
bastante amplio para desarrollarse monográficamente. Primero, porque el impacto de la
televisión puede darse a distintos niveles de la sociedad, y un tema como este implicaría
abordar todos ellos. Segundo, porque el impacto de la televisión podría repercutir de
distintas maneras dependiendo, por ejemplo, de la edad de las personas y, nuevamente,
el tema así planteado exigiría de nosotros que analicemos a niños, jóvenes, adultos y
ancianos. Tercero, porque el Perú es un país que posee múltiples zonas rurales, y
tendríamos que analizar cada una de ellas. Sería, pues, conveniente, reducir el espectro
de esta investigación hasta hacer del asunto de nuestro interés un tema viable para una
monografía. Este fue, precisamente, el esfuerzo realizado por la antropóloga peruana
Rocío Trinidad que se encuentra recogido en su libro «¿Qué aprenden los niños del campo
con la televisión? Globalización, socialización y aprendizaje». Ella concentró su investigación
no en el impacto general de la televisión, sino en el impacto de ella en la vida familiar y
escolar de niños y niñas de escuelas primarias. Además, su investigación se circunscribió
en una zona rural específica: el caserío de Mallacayán, perteneciente al distrito de La
Merced, en la provincia de Aija del departamento de Ancash." Planteado así, el tema resulta
perfectamente manejable para una investigación monográfica.
Para cerrar esta primera característica de los trabajos monográficos, es pertinente
hacer la siguiente precisión. Se podría pensar que, al reducir de este modo el espectro
temático, la investigación no es de tanto valor, puesto que solo nos ofrece el análisis de
una parte (y de una parte muy pequeña) y no del conjunto. Podría pensarse que el
resultado de la investigación es pobre y que no aporta mucho al conocimiento del tema.
Nada más lejos de la realidad, porque, tal como hemos dicho, en el caso de la monografía,
lo central es analizar con el mayor nivel de profundidad posible un tema sumamente
específico, y eso implica entrar con mucho detalle en cada uno de los aspectos del tema a
investigar. Más que hacer una presentación general del tema, tratando de abarcar
todos los elementos relacionados con él, el trabajo monográfico nos exige penetrar con
minuciosidad en un tema sumamente puntual para poder abarcarlo de manera exhaustiva.
y esto, ciertamente, constituye ya un aporte sumamente valioso para el conocimiento en
general, por más pequeño que sea el espectro temático abordado. En todo caso, si uno
quisiera realizar una investigación más compleja y amplia, podría pensar en elaborar una
tesis.
En segundo lugar, hemos dicho que la monografía es producto de la realización de un
proyecto de investigación y que, por ello, necesariamente, arriba a ciertas conclusiones. Esto
tiene que ver con que la monografía tiene como base un proyecto de investigación
previamente elaborado, de modo que los contenidos de la monografía deben exponer aquello
que el proyecto de investigación -sea del tipo que fuere- haya arrojado como resultado. De ahí
que la monografía, a diferencia del estado de la cuestión, necesariamente, arribe a una
serie de conclusiones, que tendrán que ver con aquello que se pueda afirmar, de manera
fundamentada, a partir del desarrollo de la investigación y que estarán relacionadas tanto
con el logro de los objetivos propuestos como con, en última instancia, la validez o invalidez
de la hipótesis, en caso de haber planteado concretamente una."
En este sentido, decíamos, también, que las monografías pueden verse como texto
argumentativos, aunque hay que entender este término en un sentido amplio conviene, al
respecto, hacer una serie de aclaraciones. Cuando decimos que la monografía es un
texto argumentativo, nos referimos, específicamente, a que ella presenta una serie de
conclusiones que se desprenden de la exposición de los contenidos del texto. Hemos
dicho que, dependiendo del enfoque del investigador, las monografías pueden tener un
carácter informativo o exploratorio, pero, también, que pueden servir para demostrar la
validez de una determinada posición tentativa. En ambos casos, se cumple esta
característica:
en el primero, por más que la investigación haya sido exploratoria, el autor debe
presentar sustentadamente las conclusiones a las que llega su investigación; en el
segundo caso, normalmente, tenemos monografías que parten no solo de un tema y un
problema de investigación correctamente delimitados, sino, también, de una determinada
hipótesis de trabajo y de una serie de objetivos planteados con el propósito de demostrar
tal hipótesis." En este último caso, la argumentación del texto estará dada, desde el
inicio, en función de la hipótesis que se intente demostrar, aunque evidentemente esto no
quiera decir que la monografía no contenga partes que sean netamente informativas -estas
aparecen con frecuencia en este tipo de monografías, sobre todo, en sus partes iniciales.
No obstante, estas partes, más bien informativas, suelen, precisamente, exponer
información que permita contextualizar el tema y presentar datos en apoyo de la postura
que, más adelante, se intentará defender.
Ilustremos estos puntos con el ejemplo del texto de Rocío Trinidad que ya hemos
presentado. Ese trabajo monográfico es producto de una investigación de tipo cualitativo,
puesto que buscó comprender la influencia de la televisión en los niños niñas de la
escuela primaria del caserío de Mallacayán, y utilizó tanto un diseño de campo como un
diseño bibliográfico de investigación. El trabajo de campo, que se realizó entre los años 2000
y 2001, consistió en la observación de las rutinas diarias de la escuela primaria y en la
realización de entrevistas y focus groups a los pobladores (principalmente niños y niñas,
pero, también, padres de familia y maestros de escuela primaria) de ese caserío." La
investigación bibliográfica se encuentra recogida, por ejemplo, en la Introducción del texto
(pero no solo allí, en realidad, la revisión bibliográfica cruza transversalmente toda la
investigación de Trinidad), donde se presenta una suerte de estado de la cuestión acerca del
tema a tratar -o «Aproximaciones al tema», tal como la autora titula esta sección-, que parte
de la pregunta: «[...) ¿qué cambios ha generado la presencia de los medios audiovisuales,
como la televisión, en la cotidianidad familiar y escolar de los niños y niñas rurales?» (Trinidad
2002: 30). La hipótesis de trabajo, que también se presenta en la Introducción, plantea lo
siguiente:
«(...) en las zonas rurales la televisión es una fuente de información y
conocimiento, cuyo contenido se puede anticipar a la información brindada en la familia
y puede competir con la transmitida por el maestro en la escuela.
En el caso de la familia, la televisión atraviesa la línea entre lo público y lo privado,
lleva los temas públicos al seno de los ambientes privados y viceversa, atreviéndose
a hablar de aquello que es difícil de abordar, como el amor y el sexo. (...) Por ello, se
puede afirmar que los medios establecen «un nuevo orden, en el que se
reconstituyen las distinciones entre la infancia y la edad adulta» (Meyrowitz 1985,
citado por Lu1l1995: 44).
La escuela rural se caracteriza por generar desconcierto, aburrimiento y tedio en
sus alumnos; la televisión, en cambio, los encandila por su rapidez y atractivo. En tal
sentido, «los medios cuestionan el carácter monolítico de la transmisión del
conocimiento» (Quiroz 1999: 256), generando una modificación del proceso de
aprendizaje y motivando a reorganizar los temas y los enfoques.» (Trinidad 2002:
30)
Como vemos, desde el inicio del texto (en la Introducción), se presentan de manera clara y
precisa el tema, el problema de investigación y la hipótesis de trabajo. También, se
presentan los objetivos." En este sentido, decíamos, más arriba, que todo trabajo
monográfico parte de una propuesta propia (un proyecto de investigación previamente
diseñado) que intentará comprobarse. La monografía expone, discursivamente, los
resultados de esa comprobación.
En el caso del texto que estamos colocando como ejemplo, la sustentación de la
hipótesis se expuso discursivamente de acuerdo con el siguiente esquema, distribuidos
en capítulos donde se expone los resultados del trabajo de campo realizado por la autora:
• un primer capítulo eminentemente informativo de contextualización
• un segundo capítulo, titulado «La escuela y la televisión: los maestros», donde se aborda
el punto de vista de los maestros en relación con la influencia de la televisión en sus
educandos
• un tercer capítulo, titulado «La televisión en casa: los padres», donde se expone el
tema en relación con la visión de los padres
• un cuarto y último capítulo, titulado «Los niños y la televisión», en el cual, finalmente,
se expone qué es lo que opinan los propios niños respecto de lo que aprenden de la
televisión. Este último capítulo, más bien conclusivo, incluye una suerte de balance de
la autora sobre los resultados de la investigación realizada que lleva como título
«Reflexiones finales».
• Por último, dos anexos y la bibliografía consultada.
Como podemos apreciar, la distribución de los contenidos de la investigación sigue un
esquema lógico que nos permite conocer cada uno de los aspectos del tema que la
autora ha investigado y que ha anunciado en su hipótesis. Estos han sido ordenados
jerárquicamente: se pasa primero por la percepción de los maestros, para estudiar el
contexto de la escuela rural; luego, para adentrarnos en el ámbito familiar de los niños, se
expone la percepción de los padres; finalmente, llegamos al centro de interés de la
investigación: la influencia de la televisión en los niños, a partir de lo que los propios niños
opinan al respecto. En este sentido, la exposición va ganando contenido y enriqueciéndose
a medida que avanza, de modo que llegamos suficiente y adecuadamente informados al
núcleo mismo de la investigación: la relación entre los niños rurales y la televisión. Esto
es central en una monografía: el desarrollo jerárquico de sus contenidos, siguiendo un
esquema lógico coherente, nos permite ir desarrollando los temas partiendo de lo más
simple hacia lo más complejo. De este modo, el texto fluye con orden y lógica, sin perder
de vista los aspectos principales y los que dependen o se desprenden de estos.
Esto último nos conduce a la tercera característica de los escritos monográficos: su
estructura fija. Hemos mencionado anteriormente, en la sección 2.1, que los documentos
académicos suelen seguir un esquema de redacción básico que contiene una parte
introductoria, un cuerpo y un cierre. Si bien esta es una práctica usual para cualquier
tipo de documento académico, muchos de estos documentos hacen un uso relativamente
libre de esta estructura básica: cada una de estas partes puede contener distintos
elementos. No ocurre lo mismo con las monografías. Ellas siguen una estructura y unas
normas de presentación que deben ser estricta y rigurosamente respetadas." La
monografía es un tipo de documento en el que el cumplimiento riguroso de esta
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Escritos Académicos Universitarios

  • 1. Textos de Redacción Universitaria Académica Algunos productos escritos de la investigación (equipo 01) La investigación académica puede definirse como aquella actividad intelectual que consiste en indagar sobre algún hecho, objeto, fenómeno, etc., poniendo en práctica alguna metodología específica con el fin de dar origen a nuevos conocimientos. Por ello, la investigación académica se caracteriza por ser rigurosa, ordenada y meticulosa. También, vimos que no hay sola una forma de hacer investigación, sino que esta varía de acuerdo con criterios como los objetivos extrínsecos, los objetivos intrínsecos, el diseño y el enfoque de la investigación. En este capítulo, nos concentraremos en presentar los distintos documentos que surgen como producto de una investigación. Como veremos a lo largo de este apartado, ellos pueden ser varios y de diversos tipos, pero todos tienen en común que surgen como resultado de una investigación previa. Empecemos por preguntarnos lo siguiente: una vez que hemos concluido una investigación, sea esta del tipo que sea, ¿termina allí el proceso de investigación? La respuesta a esa pregunta es un no rotundo; una vez finalizada la investigación, empieza un siguiente momento de ese proceso que consiste en la comunicación y difusión de la investigación que se ha realizado. En el caso de la producción académica, el modo de comunicación que generalmente se usa para hacer públicos los resultados de las investigaciones es el escrito, sea en medios digitales o impresos. Estos productos escritos pueden ser de diversa índole: pueden ser informes, reseñas, ensayos, estados de la cuestión, monografías, tesis, proyectos profesionales, etc. No obstante, antes de pasar al detalle de cada uno de ellos, detengámonos un momento en el valor que tiene la comunicación de estos productos para la investigación en general. Lo primero que debemos decir al respecto es que la comunicación de los resultados de las investigaciones a través de documentos escritos es una fase necesaria, no accesoria, de todo proceso de investigación. Inicialmente, uno podría pensar que lo importante, en el proceso de investigación, es, exclusivamente, la realización de la investigación y la obtención de resultados concretos, más no su comunicación y difusión. Sin embargo, hay, principalmente, tres motivos que nos hacen sospechar y descartar esta opinión inicial. Elprimero de ellos se puede constatar de manera natural, y es que toda investigación, desde la más experimental hasta la de corte más teórico, parte de investigaciones previas, es decir, de investigaciones que ya han sido realizadas y cuyos resultados se encuentran al alcance de cualquier investigador potencial. El acceso que tiene el investigador potencial a esos resultados se da, precisamente, mediante documentos escritos que se encuentran a su disposición en libros, revistas, Internet, etc." Pensemos en los siguientes casos: un estudiante que emprende sus primeros pasos en la investigación académica podría estar interesado en explorar algún asunto de la realidad que le resulte cercano, por ejemplo, la popularidad que han cobrado, actualmente, los programas de realidad en la televisión. Si bien esa curiosidad inicial puede ser suficiente como mecha que enciende su interés y motivación, para que esa curiosidad se vuelva motivo de una investigación propiamente académica, el joven investigador tendrá que revisar documentos académicos escritos sobre ese tema que le permitan enriquecer y corregir sus primeras impresiones e ideas en torno al tema de su interés e ir formándose una opinión más sólida e informada al respecto. De este modo, su curiosidad personal probablemente lo lleve a ingresar en el mundo de los escritos producidos como resultado de distintas investigaciones, descubriendo en ellos un conjunto de información y conocimiento que le abrirá las puertas al mundo de la investigación académica. De la misma manera, un
  • 2. especialista en medios de comunicación puede hallar, en las investigaciones de sus colegas, nuevos datos o aproximaciones al tema que enriquezcan sus propias líneas de investigación o motiven la reformulación de algunos de sus postulados ya difundidos. En ambos casos, sería prácticamente imposible que un investigador realice adecuadamente una investigación partiendo desde cero y sin consultar información ya existente sobre su tema de interés. Tenemos, entonces, que tanto para el especialista más experimentado como para el estudiante que emprende sus primeras investigaciones, es indispensable nutrirse de información y conocimiento que despierten su curiosidad y orienten su interés para iniciar una investigación rigurosa. Así, los productos escritos de investigaciones ya realizadas constituyen un punto de partida básico para todo investigador, sea este primerizo o experto. Por otro lado, si bien producir conocimiento es fruto de un esfuerzo personal (o colectivo, cuando se trabaja en equipo) y sostenido que realiza el propio investigador, ese esfuerzo recién se vuelve materia de conocimiento público una vez que ha sido comunicado y compartido con los demás investigadores involucrados en el tema y con la comunidad académica en general. Este punto es de suma importancia, puesto que el esfuerzo que pone en práctica el investigador recién pasa a constituir verdaderamente un aporte para el conocimiento cuando esos resultados dejan de ser privados, se colocan al alcance de cualquier posible lector y se convierten, así, en materia de discusión pública." Podríamos preguntarnos qué ocurriría si uno no compartiera sus investigaciones con el resto de posibles interesados en el tema; probablemente, nuestra investigación no llegaría muy lejos y su valor, ciertamente, se vería disminuido: sería casi como si no existiera, puesto que ella no ingresaría al circuito de documentos disponibles sobre el tema y, de este modo, no constituiría ningún aporte al debate existente sobre la materia. Deahí que sea de vital importancia que los productos de la investigación se hagan conocidos, que estén al alcance de los posibles interesados y que circulen entre ellos por medio de documentos escritos, pues solo en esa medida es que se convierten en materia de debate y discusión. Es entonces cuando la investigación realmente contribuye con el avance del conocimiento. Esto conduce al último motivo por el cual es necesario comunicar los productos de las investigaciones: en la medida en que estos productos son compartidos y entran a formar parte del debate académico en torno al tema expuesto, es que estos productos se vuelven legítimos aportes al conocimiento." Obsérvese que no se está diciendo que se vuelvan necesariamente verdaderos o falsos, sino legítimos, es decir, contribuciones válidas, relevantes y significativas para el quehacer de cualquier investigador. En este sentido, la comunicación de los documentos de investigación, al pasar a formar parte del acervo y del debate académico, no solo ofrece a los demás investigadores nuevos materiales y herramientas para trabajar, sino que complementa el esfuerzo realizado por el propio investigador, puesto que legitima y reconoce el valor de su propia investigación. Así, la comunicación y difusión de los resultados de la investigación, a través de los distintos documentos escritos que presentaremos más adelante, no es una labor accesoria del proceso de investigación; antes bien, es una tarea necesaria que completa y complementa la labor del investigador. Características de los escritos académicos. Acabamos de ver que la difusión de los documentos escritos producto de investigaciones tiene una importancia enorme en el proceso general de la investigación académica. Nos toca presentar, a continuación, algunos de los principales y más usuales escritos académicos que son solicitados en las distintas universidades y centros de estudios superiores como parte de la
  • 3. formación de todo estudiante. Pero antes de detallar la naturaleza y particularidades de cada uno de estos documentos, resaltemos algunas características básicas que comparten, en mayor o menor medida, todos ellos. Estas características son, principalmente, las siguientes: Carácter expositivo del discurso académico Una característica propia de todo documento académico es que su discurso es de carácter expositivo. o: su propósito es exponer un determinado asunto de manera ordenada sistemática, Para Maletta, por ejemplo, que el discurso académico sea expositivo quiere decir, básicamente, que no se trata de la expresión de los sentimientos del autor, sino de la exposición de un argumento (sea este del tipo que sea) de manera clara y ordenada y con pretensión de objetividad." Sabino, por su parte, opina de manera similar: la comunicación de los resultados de una investigación debe ser lo más clara y precisa posible, evitando las ambigüedades propias del lenguaje cotidiano." Para comprender esto mejor, podemos introducir nosotros algunas distinciones adicionales. Pensemos, por ejemplo, en otro tipo de escritos que nos son familiares: los escritos literarios y los escritos personales o testimoniales. A diferencia del discurso literario o poético, que juega con la imaginación y la ficción o que acude a recursos retóricos como la metáfora, la ambigüedad, el doble sentido, etc., el discurso académico pretende transmitir los resultados de una investigación siguiendo un cierto orden lógico y procurando ser lo más preciso posible. Asimismo, a diferencia de escritos más personales, como cartas o testimonios, que apelan a la sensibilidad y emotividad del lector, el discurso académico, más bien, se caracteriza por su pretensión de objetividad. Es decir, no pretende expresar los sentimientos del autor, sino exponer el asunto investigado con independencia de nuestras opciones personales y nuestra manera de sentir. Haya sido la investigación realizada con diseños bibliográficos o de campo, haya recurrido ella a experimentos de laboratorio o se haya basado exclusivamente en la consulta de fuentes, no debemos perder de vista que el discurso académico se orienta en función del análisis de información, de modo que la exposición de los resultados de la investigación privilegia la precisión y objetividad y excluye, normalmente, recursos retóricos como la ambigüedad o la movilización de sentimientos. Esto se debe a una razón importante, y es que la validez del discurso académico no descansa en aspectos de índole extra-académica, como pueden serlo la capacidad afectiva del lector para conectarse con el discurso o la imaginación que le permita al lector asociar libremente las palabras del discurso para encontrar en ellas nuevos sentidos. Los documentos académicos surgen como fruto de un largo proceso de investigación llevado a cabo mediante las distintas metodologías que ofrecen las diversas áreas de conocimiento, de ahí que la legitimidad del discurso académico repose en la rigurosidad de la investigación que ha sido llevada a cabo y, en ese sentido, los documentos académicos deben encargarse de exponer esa investigación de la manera más clara y rigurosa posible. Evidentemente, el discurso expositivo puede tomar distintas formas que dependen, a su vez, de variables de diversa índole (por ejemplo, el tipo de documento que el investigador esté elaborando, la intención y los objetivos de su investigación, así como el nivel de complejidad y los alcances de la misma, etc.). No obstante, para los fines de este texto, nos interesa destacar, especialmente, dos formas principales de exposición de cualquier discurso académico: el discurso informativo y el discurso argumentativo. Ambas son formas de exposición discursiva; sin embargo, la diferencia radica en las intenciones del texto. Para ilustrar este punto, podemos ver esta diferencia a la luz de discursos que no son propiamente académicos. Por ejemplo, una nota periodística de la sección «Espectáculos» de un periódico cualquiera correspondería con la función informativa, en el sentido en que su propósito no es, principalmente, valorar o enjuiciar un espectáculo concreto, sino, más bien,
  • 4. presentarlo tal y como se llevó a cabo. Lo más probable es que incluye a datos como el número de asistentes, la hora de inicio y de término, que relate en detalle los acontecimientos que se dieron y quizá algún hecho anecdótico que tuvo lugar durante el espectáculo, etc. En cambio, una nota editorial sobre las políticas culturales del gobierno hará más que informarnos sobre los espectáculos realizados recientemente; probablemente, se mostrará a favor o en contra e intentará presentar razones que validen una posición en vez de otra. Algo similar ocurre con los escritos académicos: podemos encontrar documentos cuyo fin es, informar sobre determinado tema, hecho o situación, sin tener la pretensión de enjuiciar o valorar dicho asunto (como pueden serlo los informes, en sus distintas variantes). De la misma manera, podemos encontrar escritos que pretenden hacer una presentación ordenada y articulada de las ideas y aportes principales de otras fuentes de información, como por ejemplo las reseñas. También, tenemos textos académicos que se proponen informar respecto del estado actual del debate relativo a un problema de investigación concreto, sin la pretensión de v alidar una postura sobre la otra, como en el caso de los estados de la cuestión. Por otro lado, contamos con documentos que, además de informar respecto de un cierto tema de investigación, pretenden defender determinadas posturas o demostrar la validez de una tesis frente a otra. Estos documentos son, más bien, de carácter argumentativo, puesto que la defensa o demostración de las tesis en cuestión se lleva a cabo, básicamente, esgrimiendo razones o argumentos a favor de aquello que se quiere sostener. En este caso, podemos encontrar, principalmente, documentos como las monografías o las tesis (aunque esto no excluya que podamos realizar trabajos monográficos de corte más bien exploratorio, como veremos más adelante). Así, el que un documento académico opte por una forma u otra dependerá de distintos factores. No obstante, en cualquier caso, lo importante es rescatar que el discurso académico, en cualquiera de sus formas, pretende hacer una presentación o exposición objetiva de los resultados de una investigación, sea esta de la naturaleza que sea. Unidad temática Cuando hablamos de unidad temática, nos referimos a que todo texto académico debe constituir una unidad en sí mismo, y esa unidad está dada en función de la delimitación temática de la investigación. Esto quiere decir que el texto expone de manera coherente y articulada el asunto sobre el cual trata y que esa exposición está organizada en función de dicho asunto. La unidad temática tiene que ver, entonces, con la organización interna del escrito académico. Para comprender este asunto mejor, podemos verlo de manera gráfica. Un' documento académico puede verse como una suerte de construcción a la cual no le sobran ni le faltan piezas. La estructura del edificio sería el esquema o plan de trabajo, mientras que los materiales con los que se construye sería la información recabada para elaborar dicho trabajo. El esquema del trabajo está íntimamente relacionado con el tema o asunto a construir: si deseo realizar una casa de playa, probablemente, pensaré en crear una casa con ambientes amplios y ventilados y una bonita terraza para disfrutar del sol y de la vista; podría incluir en el plan, incluso, una piscina. Si mi intención es construir un edificio de oficinas, probablemente, privilegie espacios más reducidos y, evidentemente, colocar una piscina no sería lo más adecuado. ASÍ, hay ciertas habitaciones y espacios que son pertinentes en función de las intenciones de la construcción, mientras que otras no serían adecuadas e, incluso, podrían constituir un obstáculo para lograr el propósito específico de la edificación. Con los escritos académicos ocurre más o menos lo mismo. Hemos dicho que ellos deben
  • 5. constituir una unidad en sí mismos y que esto significa que la exposición del asunto investigado sigue una organización coherente y articulada en relación con dicho asunto, tal como si fuera una construcción. Es como si nada de lo que se expone en el texto está fuera de los límites temáticos de la investigación o, para decirlo en positivo, todo lo que se vierte en el texto guarda relación, está concatenado y contribuye con la exposición del asunto investigado, Asi, una investigación que tratase, por ejemplo, sobre el impacto de la televisión en las zonas rurales del Perú, no tendría por qué demorarse en entrar en el tema relatando, por ejemplo, la historia del surgimiento de la televisión. Quizá sí pueda ser pertinente, en este caso particular, exponer ciertos aspectos relevantes de la historia de la televisión en el Perú, sobre todo de su inserción en las zonas rurales, pero siempre y cuando estos estén clara y explícitamente articulados con los propósitos de la investigación, haciendo las relaciones pertinentes cada vez que sea necesario y evidenciando la función que cumple dicha información para la investigación. Esta característica puede fácilmente lograrse si tenemos en mente que la organización de cualquier texto académico responde siempre a un esquema o planificación previa," que demanda disciplina y capacidad crítica para poder establecer qué información es verdaderamente pertinente (y por qué) y que ordena los materiales a utilizar de forma coherente y articulada, de modo que consigamos un texto unitario al cual, por decirlo de manera coloquial, «ni le falta ni le sobra nada». No obstante, antes de cerrar con este punto, conviene hacer tres breves precisiones importantes para evitar posibles malentendidos. En primer lugar, decir que el texto es una unidad en sí mismo no quiere decir, en absoluto, que el texto no aluda ni se relacione con otros escritos, a través de citas y de notas a pie de página," que complementen la información expuesta. Más bien, lo que quiere decir es que esa alusión a otros escritos está subordinada al asunto que el texto expone, de ahí que la organización deltexto deba estructurarse estrictamente en función del asunto, que debe ser uno y preciso, y no, por ejemplo, en función de la facilidad de acceso que tengamos a la información. Uno podría verse tentado a utilizar, exclusivamente, información que tiene más a la mano, pero esa información no necesariamente será la más adecuada para realizar la investigación. Estaría, en este caso, dejándose guiar por criterios extra-académicos, como puede ser la accesibilidad a las fuentes de información, en vez de privilegiar aspectos que propiamente contribuyan a enriquecer el valor de su propia investigación." Y es que todo documento académico es fruto de un proceso que exige disciplina, orden y estrategias de trabajo. En segundo lugar, decir que el texto presenta el tema de manera unitaria, coherente y articulada no quiere decir que lo presente de manera completa o conclusiva, ni que pretenda cerrar o dar por cancelado el tema. Lo que quiere decir, más bien, es que aquello que se pretende exponer en el escrito. se expone de manera tal que no quedan cabos sueltos; como se ha dicho ya, la información vertida en el escrito está articulada en función de la unidad temática que aborda, no de manera inconexa. Esto, evidentemente, no quiere decir que se dé por finalizado el tema. Por último, debemos tomar nota de que esta característica se cumple, incluso, en textos académicos más bien breves o de menos complejidad que una monografía o una tesis. En el caso, por ejemplo, de los informes o reseñas, la unidad temática se sobrentiende a partir de aquello que sea el objeto del informe (un hecho, un experimento de laboratorio, una entrevista, etc.) o de la reseña (la fuente reseñada). En todos los casos, entonces, aunque con diferente nivel de delimitación y complejidad, los documentos académicos están organizados a partir de una unidad temática específica.
  • 6. Coherencia en el discurso y en la argumentación La característica anterior tenía que ver básicamente con la organización del documento académico. Ahora bien, a nivel de la redacción, podemos decir que todo lo anterior se plasma, discursivamente, a través de la coherencia del argumento a exponer. Todo documento académico, desde los más sencillos hasta los más complejos, puede entenderse como el despliegue o exposición de un argumento que procura fundamentar determinadas afirmaciones. De este modo, cuando se habla de coherencia en la argumentación, se hace referencia a que los distintos elementos del texto están construidos y articulados alrededor de un tema específico. Entonces, el investigador debe establecer, por ejemplo, cuál es la información verdaderamente pertinente y estructurarla discursivamente en función de la unidad temática elegida. Así, la coherencia entre los distintos elementos del discurso o las distintas partes del texto debe verse reflejada de manera discursiva. Es decir, la exposición del argumento debe concatenar y cohesionar estos elementos discursivamente." De esta manera, el documento académico no es simplemente la unión de una serie de partes o elementos más o menos relacionados entre sí, sino que el documento mismo constituye una unidad enfocada en desplegar un argumento. Rigurosidad académica Otra característica común a todo documento académico es que este procura ser lo más preciso y minucioso posible, en vistas a exponer con la mayor claridad y orden posible el asunto investigado. En esto consiste la rigurosidad académica que se espera de los escritos producto de investigaciones. Hemos visto anteriormente que los textos académicos se caracterizan por su carácter expositivo y que pueden entenderse como el despliegue unitario y discursivo de un argumento; para lograr estos fines, un requisito fundamental de todo investigador es que sea exacto con los términos y conceptos utilizados, así como consistente con el enfoque y la metodología empleados. Por ejemplo, debe evitarse caer en ambigüedades que puedan entorpecer la exposición o confundir al lector; más bien, el investigador debe procurar definir y delimitar con claridad y precisión los términos que empleará. Asimismo, dependiendo del enfoque y de la metodología utilizada, se espera que cada escrito académico despliegue una serie de estrategias discursivas y argumentativas correspondientes con dicho enfoque. Por ejemplo, si como parte de una investigación acerca de la presencia de la figura paterna en el hogar en Lima en los últimos diez años el investigador emplea una metodología cuantitativa para determinar si ha aumentado o disminuido la figura paterna en los hogares limeños, el investigador debe tener cuidado de exponer los resultados de esta investigación de la forma más objetiva posible, procurando no afirmar más de aquello que los datos recogidos le permiten afirmar (por ejemplo, una investigación de este tipo nos permitirá hacer generalizaciones para el caso concreto de Lima, pero no podríamos generalizar la situación de la capital para el resto del país). No se espera, pues, de una investigación de este tipo, que el investigador se aventure a afirmar causas del aumento o disminución de la figura paterna en el hogar, puesto que su fin ha sido exclusivamente determinar si la presencia paterna ha aumentado o disminuido en los hogares limeños. Por otro lado, si como parte de la misma investigación se pretende, además, responder a la pregunta de por qué ha ocurrido este aumento o disminución, en este caso, sí se esperaría del investigador que propusiera respuestas tentativas a esta
  • 7. pregunta y que dé razones sólidamente fundamentadas para apoyar su posición. Para ello, deberá poner en práctica metodologías no solo cuantitativas, sino cualitativas también. A esto nos referimos con ser consistentes con el enfoque y la metodología empleada. Como vemos, la rigurosidad académica guarda estrecha relación tanto con la terminología y los conceptos empleados como con los métodos y estrategias de investigación. Esto se debe, evidentemente, a que los documentos académicos son productos de una investigación, es decir, transmiten información adquirida mediante la aplicación de una metodología específica, que establece ciertas pautas a seguir con miras a producir conocimiento confiable y válido. En ello consiste precisamente la rigurosidad académica: en la pretensión de exactitud, precisión y minuciosidad que establece y exige la comunidad académica. Originalidad Si bien cualquier investigación parte de otras investigaciones (de los datos o ideas que otros investigadores han escrito y publicado), todo texto académico, en tanto pretende aportar en algo al conocimiento, cuenta con su porción de originalidad. Esto tiene que ver con los fines de la investigación académica en general: si el principal fin de la investigación es la producción de conocimiento, cada documento académico, desde el más sencillo hasta el más complejo, debe contar con un aporte propio, con una cuota de originalidad que contribuya con el avance del conocimiento. Ahora bien, el término «originalidad» puede entenderse de distintas maneras, de modo que, para evitar confusiones, es necesario que aclaremos en qué consiste la originalidad en el ámbito académico. y lo primero que debemos establecer es que la originalidad no consiste en producir algo entera y radicalmente nuevo, con independencia de todo aquello que ha sido producido hasta el momento. No debe entenderse la originalidad en el ámbito académico como la producción de una teoría radicalmente nueva o como la operación de un cambio absolutamente drástico en los temas, problemas, metodologías o enfoques comúnmente utilizados. Más bien, hablar, en este contexto, de originalidad hace referencia a los aportes personales, por más modestos que estos sean, con los que contribuye el investigador," Estos aportes pueden ser de diversos tipos: pueden ser tanto los datos empleados, tal como se hace cuando se recoge nueva información estadística a través de censos y encuestas (tal como lo hacen los distintos institutos nacionales de información y estadística, que permiten actualizar las cifras estadísticas constantemente); como el enfoque empleado en su tratamiento (la información estadística recabada a lo largo de los años puede servir a un científico social para establecer curvas de crecimiento demográfico o tasas de mortalidad, entre otras cosas). Pueden ser nuevos enfoques o métodos puestos en práctica, tal como sucede cuando uno implementa una estrategia metodológica o incluye una nueva variable en un campo en el que aún no han sido aplicados (tal como viene haciéndose desde hace varios años, en que para medir y analizar Índices de desarrollo humano no solo se utilizan cifras económicas, sino que se han introducido variables como la educación, el acceso a la salud y a la información, entre otras); pero, también, pueden ser una nueva síntesis sobre los materiales ya existentes, elaborar una nueva organización o establecer nuevas relaciones entre ellos, como ocurre en el caso de los estados de la cuestión que se publican periódicamente en revistas especializadas y contribuyen a mantener actualizados a los investigadores sobre un' tema y un problema de interés. Puede ser la refutación de una posición ya establecida, como ocurrió en el año 2006 en que, luego de una serie de investigaciones, se descubrió que Plutón no cumple con las mismas características de los demás planetas del sistema solar y tuvo que designarse bajo una nueva categoría astronómica [plutoíde» o «planeta enano»); no obstante, también, puede ser la modificación de esa posición, etc.
  • 8. En síntesis, la originalidad es una característica de los documentos académicos, pero ella no debe entenderse como la proposición de algo enteramente nuevo, sino como el aporte personal y original de cada investigador. Nuevamente, podemos utilizar aquí el ejemplo de la construcción. Si bien los materiales de construcción son normalmente los mismos, cada arquitecto o ingeniero puede, con los mismos materiales, elaborar edificaciones diferentes, propias y originales. De la misma manera, el investigador necesita recurrir a información ya existente para producir sus propios documentos; sin embargo, la originalidad estaría en aquello que el investigador hace con la información disponible. Se trata simplemente de extender el conocimiento, y esto puede lograrse incluso con los aportes más modestos (los cuales podrían contribuir, en el futuro, a través de la difusión y el debate académico sobre los mismos, a establecer nuevas líneas de discusión). Así, el investigador primerizo no debe tener miedo de que su investigación pierda valor y resulte menos original por recurrir y apoyarse en informaciones, datos, teorías y aproximaciones ya existentes, incluso por basarse en algunas de ellas. Siempre y cuando el tratamiento de esa información se haga de manera propia y respetando la propiedad intelectual de sus fuentes de información," su contribución tendrá una dosis de originalidad. Respeto por las convenciones y prácticas académicas Por último, si el documento pretende ser considerado académico y pretende, además, contribuir con el conocimiento sobre el tema tratado y ser compartido con otros especialistas y con la comunidad académica en general, es necesario que respete tanto las convenciones establecidas al interior de dicha comunidad como las prácticas habituales de ella. Por el lado de las convenciones, las principales que uno debe recordar al elaborar un texto académico son las siguientes: • Se redacta con lenguaje formal, no coloquial, ya que no se trata de un texto de índole subjetivo o emocional, sino de uno académico. Por lenguaje formal se entiende, normalmente, el empleo de la primera persona plural (nosotros, por ejemplo: «En este trabajo pretendemos mostrar ...») o la forma impersonal de la tercera persona singular (se, por ejemplo: «En este trabajo se pretende mostrar..»), • Se respeta con exactitud las normas para incorporar referencias bibliográficas, para colocar citas y notas al pie y, en general, para construir el aparato bibliográfico del texto, ya que de ello depende que se haga un manejo honesto de la información utilizada. Esto se consigue aplicando adecuada y uniformemente los distintos sistemas para referir fuentes que existen." Por el lado de las prácticas propias de la comunidad académica, conviene tener presentes las siguientes: • Los textos académicos, en cualquiera de sus formas, suelen seguir un esquema de redacción básico que contiene las siguientes partes: parte introductoria, cuerpo y cierre. Este esquema básico permite la elaboración de textos ordenados, fluidos y bien articulados. La parte introductoria sirve, precisamente, para introducir o presentar el asunto que va a ser desarrollado; este desarrollo se lleva a cabo en el cuerpo del texto y, por ello, constituye siempre la parte más extensa del texto. Por último, el cierre es la parte en la que el investigador, luego de desarrollado el tema, finaliza su texto; no debe entenderse, necesariamente, como una conclusión, sino como un modo de cerrar y poner punto final al desarrollo del texto. Evidentemente, dependiendo del tipo de documento que el investigador esté elaborando, cada parte contendrá ciertos puntos específicos," • Se presenta con claridad y concisión las pretensiones del texto, es decir, se le brinda al lector los elementos necesarios para ubicarse en la investigación: el tema o asunto a tratar, el
  • 9. problema que desea examinarse, el enfoque que se le va a dar a la investigación, la hipótesis que pretende probar, los objetivos que persigue y las conclusiones a las que arriba el texto (si es que las hubiera), etc. Esto se suele hacer antes de iniciar el desarrollo del tema o problema, en la parte introductoria. Todas las características vistas hasta ahora son compartidas, en mayor o menor medida, por cualquier escrito académico, sea del tipo que sea. No obstante, hay que tener presente que los documentos o trabajos de investigación escritos pueden ser muy distintos en complejidad, contenidos, estructura y extensión. Asimismo, no debemos confundir las distintas formas de hacer investigación presentadas en el capítulo anterior (pura/aplicada, exploratoria/descriptiva/correlacional causal, de campo/bibliográfica, cuantitativa/cualitativa) con los productos escritos de la investigación, ya que de una misma investigación pueden producirse diferentes documentos. Por ejemplo, como parte de una misma investigación uno puede tanto redactar un informe sobre alguna actividad de campo elaborada para dicha investigación como preparar una reseña sobre alguna de las fuentes consultadas sobre el tema de investigación. Asimismo, uno puede presentar los resultados de esta misma investigación en una monografía o puede, eventualmente, convertir esa monografía en un artículo académico publicable en una revista especializada. Esto dependerá del interés del investigador y del estado o avance de su investigación. Entonces, teniendo esto en cuenta y habiendo establecido las principales características comunes a todos los escritos académicos, concentrémonos ahora en presentar las propiedades y características particulares de losdocumentos académicos más utilizados.
  • 10. ESTADO DE LA CUESTIÓN (Equipo 02). ESTADO DE LA CUESTIÓN: ALGUNAS PAUTAS PARA SU ELABORACIÓN ¿Cómo está organizado el estado de la cuestión? Los contenidos en un estado de la cuestión deben organizarse considerando al menos tres grandes bloques temáticos: presentación de los antecedentes y el contexto de la problemática en la investigación, el desarrollo o síntesis de los principales aportes realizados hasta el momento y, finalmente, la exposición de los problemas pendientes. (Zubizarreta, 1998: 64) En la primera parte, se explica de manera general cuál es la pregunta de investigación acerca de la cual tratará el escrito. También debe incluirse una presentación del contexto general: dentro de qué área del conocimiento se ubica el tema, con qué otros temas se halla vinculado, con qué hechos relevantes se relaciona, por ejemplo. En una segunda parte, se exponen sistemáticamente todas las propuestas y estudios sobre el tema, resaltando los más importantes. En la parte final, se enuncian los problemas que no han quedado resueltos en relación con el tema y las posibles respuestas o alternativas de solución que se han planteado. Es ideal incluir aquí una opinión personal acerca de todos ellos. ¿Qué se necesita para construir un estado de la cuestión? Básicamente, para poder construir un estado de la cuestión es necesario contar con tres elementos claves:  Un tema de interés viable. El tema debe resultar de interés para el investigador. Pero, además, debe ser un tema acerca del cual haya información; de no ser así, es imposible realizar la investigación bibliográfica sobre él; en ello reside la viabilidad.  Una pregunta –o problema– de investigación relacionada directamente con el tema. El problema, como vimos al inicio del curso, es una pregunta no resuelta o cuya solución está aún en debate. Esta segunda opción es la que nos facilitaría el trabajo en el estado de la cuestión.  Información confiable –de los expertos en el tema– para poder construir la exposición sobre las soluciones conocidas o planteadas hasta el momento sobre el problema. La información debe buscarse –en centro de información, en Internet–, recogerse –en fichas–, sistematizarse –en fichas también– y luego utilizarse en la creación del documento –utilizando notas y citas, como vimos en la primera unidad del curso. ESTRUCTURA GENERAL El estado de la cuestión se puede dividir en tres partes:  Antecedentes: contexto, sentido general del tema y la pregunta de investigación.  Cuerpo de la exposición: presentación sistemática de los aportes de especialistas, escuelas, corrientes de pensamiento, etc.  Exposición de los problemas pendientes y soluciones propuestas; puede incluir la opinión personal del autor sobre la soluciones planteadas. Estas divisiones no se colocan con marcas gráficas en el texto, pues este debe ser un texto continuo y fluido. Para construir un estado de la cuestión se necesita: - Un tema de interés viable. - Un problema de investigación acerca del tema. - Información relevante y confiable.
  • 11. El estado de la cuestión: peculiaridades en su estructura El estado de la cuestión es un texto académico que expone sistemáticamente los avances existentes acerca de un tema o un problema de investigación. En virtud de ello es que en un subcapítulo anterior nos hemos detenido a explicar, analizar y ejemplificar cómo se delimita un tema y qué caracteriza a un problema o pregunta de investigación. Dado que estamos trabajando en la construcción de un estado de la cuestión, debemos ya tener planteados el tema delimitado y el problema de investigación que nos interesan. Además, debemos contar con las fuentes de información necesarias para abordar el tema. Con todo ya listo, con el tema, el problema y la información fichada y sistematizada, podemos ahora proceder al paso siguiente: estructurar el trabajo y proceder a redactarlo. Un estado de la cuestión tiene una estructura organizada en tres grandes bloques:  Parte introductoria Este bloque puede tener una extensión de uno a tres párrafos, dependiendo de nuestras propias necesidades y estilo. Debe contener una presentación del tema y la pregunta de investigación, una justificación del problema (por qué es un problema o qué sentido tiene planteárselo) y una presentación de los autores o corrientes de pensamiento que se expondrán y el contexto. Puede incluir también algunas definiciones o explicaciones básicas si lo creemos necesario. Al decir que debemos hacer una presentación del tema, nos referimos a que debemos contextualizarlo. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir presentar los datos que nos permitan ubicar el tema y el problema en un momento específico y en relación con hechos relevantes o conocidos que nos permitan situarlos y comprenderlos. ESQUEMA DE REDACCIÓN GENERAL DE UN ESTADO DE LA CUESTIÓN Debe incluir: Puede incluir: Parteintroductoria - Contexto - Presentación y justificación del tema y la pregunta de investigación - Presentación de los autores o corrientes de pensamiento a exponer - Conceptos básicos - Definiciones preliminares Cuerpodela exposición - Explicación del autor o corriente 1 - Explicación del autor o corriente 2 - Explicación del autor o corriente N - Presentació n del tema 1 para los autores a, b ... - Presentació n del tema 2 para los autores a, b ... Cierre - Síntesis - Problemas de investigación pendientes - Posibles hipótesis - Opiniones del autor del trabajo Ejemplos de cómo presentar las fuentes en el estado de la cuestión Ejemplo 1: Una de nuestras principales fuentes ha sido el Informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR). La CVR fue creada en 2001 con el propósito de investigar todos los aspectos relacionados con el proceso de violencia política vivido en el Perú desde 1980 hasta el año 2000. La Comisión estuvo conformada por profesionales independientes de diversas especialidades, los que trabajaron con un gran equipo de expertos en diversos temas, como antropólogos, filósofos, sociólogos, historiadores, entre muchos otros. El Informe Final de la CVR es el producto de tres años de investigación de este equipo de profesionales y es un documento en nueve volúmenes que abarca prácticamente todos los temas relacionados con el fenómeno terrorista en nuestro país. Ejemplo 2: Otro de los autores en los que hemos basado esta investigación es Carlos Iván Degregori. Este autor es un prestigioso antropólogo que fue comisionado de la CVR y que es investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), así como profesor en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Tiene diversas publicaciones sobre temas relacionados con Sendero Luminoso y es referido y citado en muchas otras fuentes, por lo que es razonable considerar que se trata de un reconocido especialista en nuestro tema.
  • 12. Por ejemplo, si nuestro tema de investigación es consecuencias psicosociales de la violencia política en el Perú luego de la captura de Abimael Guzmán, para contextualizar el tema podría ser de utilidad mencionar datos como los siguientes: El párrafo anterior es un ejemplo de cómo contextualizar un tema. Al leerlo, podemos darnos cuenta de que no se ha entrado en detalles sobre el tema en sí mismo –las consecuencias psicosociales del terrorismo en el Perú–, sino que se dan los antecedentes que pueden permitir a cualquier persona, sea que conozca o ignore completamente a Sendero Luminoso, comprender nuestro tema. Por otro lado, al señalar que la parte introductoria debe contener una presentación de los autores, nos referimos a que debemos presentar datos útiles y puntuales que permitan comprender por qué hemos escogido las fuentes que hemos decidido usar. No se trata de presentación la biografía de un autor, sino de justificar por qué se trata de una fuente autorizada en el tema. En el margen izquierdo podemos observar algunos ejemplos de cómo presentar a nuestras fuentes. Cuerpo de la exposición Esta es la parte central, como en todo texto. Debe contener la exposición organizada y sistemática de las opiniones de los autores que han intentado responder a nuestro problema de investigación. La violencia política en nuestro país se desató en mayo de 1980, a partir de la iniciativa y accionar de un grupo terrorista llamado Sendero Luminoso; este grupo declaró la guerra al Estado, una guerra que duró más de una década y que tuvo presencia en muchas partes del territorio nacional; si bien comenzó en Ayacucho, el alcance del accionar de Sendero Luminoso se hizo sentir en varios departamentos de la sierra central, en la selva y en la costa. En setiembre de 1992, el principal líder de esta agrupación, Abimael Guzmán, fue capturado en una casa en Lima, a partir de ese momento, el curso de las acciones de Sendero Luminoso cambió, se dieron rupturas al interior del “partido” y poco a poco fueron capturados varios de sus principales dirigentes.
  • 13. Debemos tener siempre presente que el centro de estado de la cuestión es el problema de investigación; en este sentido, el cuerpo de la exposición debe estar orientado a presentar los diversos intentos de solución del problema de investigación. Se trata, pues, de presentar de manera ordenada las respuestas que cada uno de nuestros autores ha dado, directa o indirectamente a nuestro problema de investigación. Este es un punto crucial. Suele suceder que algunos investigadores busquen las respuestas a sus preguntas de manera evidente en sus fuentes; pero esto normalmente no ocurre así. Lo que el investigador necesita es revisar cada una de sus fuentes con mucho detalle para inferir la forma en que el autor respondería eventualmente a nuestro problema. Es decir, no siempre encontraremos la respuesta a nuestro problema directamente planteada en nuestras fuentes: la mayoría de las veces debemos inferirla.  Cierre: exposición de los problemas pendientes En esta parte final del texto, debemos incluir, como mínimo, tres componentes: una síntesis completa de las opiniones de nuestras fuentes, nuevos problemas de investigación que se deriven o queden pendientes luego de la exposición y una hipótesis o respuesta personal al problema de investigación inicial. Dado que nuestro problema de investigación es una pregunta no resuelta, definitivamente llevará a plantearse más preguntas. Por otro lado, llegar a formular una hipótesis es el resultado natural al que debemos aspirar luego de haber construido un estado de la cuestión. La forma concreta de plantear hipótesis se trabajará más adelante tanto en el curso como en este material de consulta. También se puede incluir en esta parte nuestras opiniones acerca de los autores o corrientes que hemos expuesto. Todo lo que hemos señalado hasta aquí en relación con la parte introductoria, el cuerpo y el cierre, debe plasmarse en un esquema de redacción, el cual deberá indicar la forma detallada en que planeamos escribir nuestro texto. Observaciones importantes  La información para presentar a nuestros autores puede obtenerse de sus libros o de Internet o de otras fuentes.  Debemos verificar que la información que hemos recopilado en las fichas sea suficiente y pertinente para exponer las respuestas que los autores han dado a nuestro problema de investigación.  El esquema de redacción no debe reproducir nuestra secuencia de fichas.
  • 14. Además de esta estructura general, debemos considerar los detalles puntales que necesitamos resolver antes de construir el texto.  ¿Contamos con la información para presentar a los autores que vamos a exponer? Como se ha señalado, la parte inicial del estado de la cuestión debe incluir una presentación de los autores que vamos a exponer. Esta presentación consiste en indicar algunos datos biográficos generales –nacionalidad, año de nacimiento–, algunos datos profesionales o académicos relevantes –profesión, experiencia profesional, experiencia académica o de investigación– y publicaciones. Ahora bien, ¿de dónde obtenemos esa información? Hay varias alternativas:  De los libros de dichos autores que hemos consultado. Suele ocurrir que muchos libros presentan información biográfica de sus autores.  De Internet. Si los libros que tenemos de nuestros autores no incluyen información biográfica de los mismos, bastará con ingresar en un buscador de Internet el nombre y apellido de nuestros autores y encontrar un enlace confiable.  ¿Tenemos información suficiente y relevante sobre cómo han respondido los autores al problema de investigación? Este punto es crucial. Podemos haber recopilado mucha información en las fichas, pero estas deben servirnos para mostrar cómo han respondido los expertos al problema de investigación que nos hemos planteado. Así, entonces, debemos estar seguros de que la información recopilada sirva a estos propósitos. Una manera muy sencilla de determinar esto es construir el esquema de redacción y determinando en qué punto del esquema se incluirán las fichas. Si estas no son suficientes, entonces deberemos volver a las fuentes y completar la recopilación de la información.  ¿Cómo estructuramos el esquema de redacción en función de nuestro tema y problema? En primer lugar, hay elementos en el esquema y, por tanto, en el texto que son obligatorios y que no podemos elegir colocar o no. Estos elementos obligatorios son la presentación del tema, la presentación y justificación del problema y la ¿Qué partes en el esquema y, por tanto, en el texto son obligatorias?  Presentación del tema y el problema.  Presentación de los autores.  Exposición de la opinión de los autores frente al problema.  Síntesis.  Nuevos problemas de investigación.  Hipótesis.
  • 15. presentación de los autores. Esto deberá estar necesariamente en el esquema y luego en el texto. Lo mismo ocurrirá con la parte final del esquema y, por tanto, del trabajo: la síntesis, los nuevos problemas y la hipótesis son obligatorias. En segundo lugar, el cuerpo o parte del central del esquema y, por tanto, del texto, son las partes en las que podemos ser más creativos. Podemos organizar el esquema por autores o por temas. Eso dependerá de nuestro estilo y de nuestras preferencias. Lo importante es no perder de vista que debemos proponer las respuestas que los autores han dado a nuestro problema de investigación. Es importante tener presente que el esquema no debe reproducir la secuencia de fichas. Si así fuera, el texto carecería de nuestro matiz personal. El estado de la cuestión (o estado del arte) es un documento básico que sirve como punto de partida de cualquier investigación académica. Su principal objetivo es exponer, de manera rigurosa y sistemática, los puntos de vista de los expertos o las corrientes de pensamiento más representativos frente a un determinado problema de investigación. Es decir, frente a un pregunta de investigación planteada al interior de un área temática previamente establecida, el investigador expone qué propuestas de solución sostienen las fuentes autorizadas, cuáles son las perspectivas más actuales y relevantes frente a la pregunta en cuestión. Por ello, se le considera un documento básicamente informativo, puesto que antes de valorar, criticar o reivindicar una postura sobre otra, su propósito, más bien, consiste en hacer una exposición exhaustiva de las posturas más relevantes en torno a un determinado tema y problema de investigación. En ese sentido, es un documento básico y valioso para cualquier investigador que pretenda iniciar un proyecto de investigación, sea en la disciplina que sea, puesto que, tal como su nombre lo indica, permite al investigador establecer el panorama del debate actual en torno al tema/problema de su interés, es decir, permite explicar en qué estado se hallan las investigaciones sobre la cuestión de su interés. Así, el estado de la cuestión es un escrito que facilita la comprensión y el conocimiento de todas las posibles salidas que ya han sido planteadas por los estudiosos sobre el tema y el problema de investigación. Es necesario hacer hincapié en este asunto. Si bien las distintas disciplinas emplean y ponen en práctica diversos métodos y técnicas de investigación específicos de su área de conocimiento, el estado de la cuestión es un documento común a todas las disciplinas." Ya sea que un investigador se dedique a realizar investigaciones teóricas, de corte más bibliográfico o crítico, o se dedique a realizar investigaciones a través de diseños de campo, más experimentales o empíricos, en todos estos casos, el estado de la cuestión es un documento necesario y valioso. Esto tiene que ver con la labor propia del investigador: en la medida en que toda investigación parte de lo que ya han dicho los especialistas sobre el tema (es decir, par e de lo ya investigado y comunicado), y en la medida en que todo investigador, desde el primerizo hasta el más especializado, necesita actualizarse constantemente respecto de los nuevos aportes en el tratamiento de su área temática para que sus propios aportes no resulten ingenuos, obsoletos o poco informados, parte esencial de todo proceso de investigación consiste en hacer una revisión
  • 16. permanente de la bibliografía existente sobre el tema, sobre todo de la más actual. El estado de la cuestión es producto, precisamente, de esa revisión bibliográfica, Ahora bien, el estado de la cuestión no consiste, simplemente, en reunir la información existente sobre un tema y problema más o menos determinado, Este documento presenta ciertas características propias que es importante resaltar, Para poder comprenderlas, presentaremos primero una descripción general de lo que es un estado de la cuestión; a partir de ello, estableceremos de qué maneras no debe entenderse un estado de la cuestión para precisar, al final, la naturaleza, características y alcances propios de este tipo de documento académico, En primer lugar, una característica propia del estado de la cuestión es que la pesquisa bibliográfica que realiza es sumamente cuidadosa y selectiva en función de un tema y un problema correctamente delimitados." Por ello, un requisito previo a la elaboración de cualquier estado de la cuestión es que el investigador haya identificado y delimitado con claridad el tema de su interés y haya planteado con precisión, al interior de él, una pregunta que resulte realmente relevante, La búsqueda de información que se emprenda con miras a realizar un estado de la cuestión es, así, una búsqueda orientada en función de un tema y un problema de investigación previamente delimitados, Esto se debe a que, si bien el estado de la cuestión es un documento inicial para toda investigación académica, no es un documento que sirva para familiarizarse de manera general con un área temática ni para delimitar el tema y ubicar el problema a investigar; su labor, por el contrario, es exponer el tratamiento académico más relevante sobre un tema y un problema de investigación claros y precisos, Esto quiere decir, entonces, que, para elaborar un estado de la cuestión, el investigador debe ya estar involucrado, aunque sea mínimamente, con el tema de su interés y debe poseer conocimientos, sobre ese tema; es decir, debe estar informado sobre el tema y haber elaborado una pesquisa bibliográfica previa, Uno no puede reconocer los materiales necesarios para hacer una presentación exhaustiva del debate en torno a un problema de investigación correctamente delimitado si es que no está ya familiarizado, al menos, con los conceptos y las ideas centrales del área de conocimiento al cual pertenece dicho problema, a partir de esto, debe quedarnos claro que el estado de la cuestión no consiste en la lectura casual de materiales más o menos relacionados entre sí." Esto no solo implicaría un esfuerzo innecesario y carente de sentido, sino que, incluso, podría conducir al desorden y a la confusión, en la medida en que lo único que se lograría es acumular una serie de datos sin tener clara la relación entre ellos y sin tener en claro para qué se habrían recogido estos datos. Conviene, además, a este respecto, cuidarse de elegir los materiales a analizar con criterios no propiamente académicos, como pueden ser la disponibilidad de las fuentes. Más bien, el investigador debe seleccionar materiales que reflejen realmente el estado del conocimiento y el debate en torno al tema elegido. Asimismo, se debe también extraer de lo anterior que el estado de la cuestión no es una mera recolección de citas. Esto invalidaría el documento porque, más que recolectar y exponer citas de otros autores, el estado de la cuestión consiste en organizar y articular sistemáticamente los aportes de las especialistas en relación con una temática y problemática determinadas. El estado de la cuestión, como cualquier otro documento académico, tiene un objetivo y finalidad propios, y responde a una organización o esquema planificado por el propio investigador y que corresponde con sus intenciones. Por ello, más que hacer una recolección a ciegas de citas, el investigador debe concentrarse en identificar las ideas centrales expuestas por las fuentes que consulta, sobre todo las que sean más relevantes y pertinentes para su tema de investigación. También, debe procurar reconocer con claridad los métodos y las aproximaciones más adecuados para su tema y problema. De igual valor es el reconocimiento de las diferentes formas de responder a ese problema, las cuales el autor del estado de la cuestión debe encargarse de registrar ordenadamente y sintetizar con rigurosidad.
  • 17. Podemos ahora presentar una definición más precisa del estado de la cuestión: se trata de un documento académico imprescindible para iniciar cualquier investigación, sea en la disciplina que sea, que consiste en la exposición exhaustiva, organizada y sistemática de los aportes más valiosos en torno a una problemática correctamente delimitada. Su objetivo no es solo familiarizarse con el tema a investigar, sino analizar y contrastar los argumentos y posturas más relevantes y actuales respecto del problema que el investigador pretende desarrollar. En este sentido, los aportes más valiosos de un estado de la cuestión consisten, por un lado, en sistematizar en un solo documento diferentes posturas en torno a un problema específico, uniendo, de este modo, información que podría estar a la mano pero de manera dispersa. Por otro lado, al hacer lo anterior, el estado de la cuestión permite no solo presentar lo que dicen otras fuentes de información, sino que posibilita, más bien, el contraste e intercambio entre las diferentes posturas consultadas, reconocer sus relaciones y discrepancias, en suma, hacerlas dialogar con el fin de esclarecer el estado actual de la cuestión a investigar. Este diálogo que el investigador construye entre las distintas posturas analizadas puede constituir, además, el aporte original, del cual hablábamos en el subcapítulo anterior, de su estado de la cuestión. Entonces, para construir un estado de la cuestión, debemos tener presentes los tres requisitos imprescindibles que hemos presentado hasta aquí: • Haber delimitado correctamente un tema de investigación, • Haber identificado con claridad y precisión, al interior del tema, un problema de investigación verdaderamente relevante y que merezca ser analizado, • Haber reconocido y sintetizado las ideas centrales de las alternativas de solución propuestas por los principales especialistas, corrientes de pensamiento o teorías existentes en torno a dicho problema de investigación. Para conseguir estos requisitos, necesitamos no solo tener alguna opinión o idea vaga sobre el tema, sino que debemos estar suficientemente familiarizados con los conceptos e ideas centrales del área de conocimiento a la que pertenece nuestro problema. Asimismo, debemos haber revisado la bibliografía existente sobre el tema para poder identificar las aproximaciones y posturas verdaderamente significativas. En cuanto a la organización y la estructura de un estado de la cuestión, como todo texto académico, este suele seguir la secuencia básica de una parte introductoria, un cuerpo o desarrollo y un cierre. Si bien no hay, en realidad, reglas específicas de organización de la exposición, dados los propósitos de este tipo de documento, normalmente los estados de la cuestión siguen la siguiente estructura: Parte introductoria - Debe contener una presentación del tema y de la pregunta de investigación, una justificación del problema (por qué es un problema y qué sentido tiene planteárselo) y una breve y concisa presentación de los autores o corrientes de pensamiento que se expondrán. No se trata aquí de presentar las biografías de los autores, sino de exponer datos útiles y puntuales que permitan comprender por qué hemos escogido las fuentes que hemos decidido utilizar, es decir, justificar por qué se trata de una fuente autorizada en el tema. - En la parte introductoria es indispensable, además, contextualizar el tema y problema a
  • 18. investigar, es decir, presentar los datos que nos permitan ubicar el tema y el problema en un momento específico y en relación con hechos relevantes o conocidos que nos permitan situarlos y comprenderlos. - Asimismo, puede incluir, también, algunas definiciones o explicaciones básicas si lo creemos necesario. De igual modo, puede mencionarse el interés y la motivación propios del autor por el tema y el problema de investigación elegido, es decir, los motivos por los cuales el autor se interesó y delimitó el tema y el problema de la manera en que lo hizo. Cuerpo de la exposición - Como en todo texto académico, esta es la parte central y más extensa del documento. Debe contener la exposición organizada y sistemática de las posturas o corrientes de pensamiento que han trabajado nuestro tema e intentado dar solución a nuestro problema de investigación. Debemos tener siempre presente que el centro del estado de la cuestión es el problema de investigación, y por ello el cuerpo de la exposición debe estar orientado en función de presentar, analizar y comparar los diversos intentos de solución del problema de investigación. Se trata, pues, de presentar de manera ordenada las respuestas que cada uno de nuestros autores ha dado, directa o indirectamente, a nuestro problema de investigación. - Este punto es crucial. Suele suceder que algunos investigadores busquen las respuestas a sus preguntas de manera evidente en sus fuentes, pero esto, normalmente, no ocurre así. Lo que el investigador necesita es revisar cada una de sus fuentes con mucha minuciosidad para poder inferir la forma en que el autor respondería, eventualmente, a nuestro problema. No siempre encontraremos la respuesta a nuestro problema planteada de manera directa en las fuentes que consultemos. - Hay distintos modos de presentar sistemáticamente estas propuestas de solución al problema de investigación en el cuerpo de la exposición. Quizás las más usuales sean presentar, una por una, cada postura analizada, ordenarlas históricamente o estructurarlas temáticamente, de acuerdo con las similitudes y discrepancias de las respuestas ofrecidas. El orden de la exposición dependerá tanto del tema y problema elegido como de los intereses y del estilo del autor, Sin embargo, cualquier sea el orden de exposición que elijamos, es vital no perder de vista lo que mencionábamos anteriormente sobre el valor del estado de la cuestión: este consiste en comparar y hacer dialogar las distintas posturas relativas a un tema y problema, de modo que es necesario, en cada caso, hacer el esfuerzo de relacionar la información expuesta. • Cierre - En esta parte final del texto se suele incluir, como mínimo, dos componentes: una síntesis completa de las ideas centrales de las fuentes consultadas y nuevos problemas de investigación que se deriven o queden pendientes luego de la exposición del cuerpo. Asimismo, se puede incluir una suerte de balance personal; el autor puede exponer sus opiniones acerca de las posturas o corrientes que han sido desarrolladas en el cuerpo. - En muchos casos, suele incluirse, también, la hipótesis o respuesta personal del autor al problema de investigación." Dado que el estado de la cuestión nos permite analizar en detalle y contrastar las propuestas de solución más aceptadas a nuestro problema de investigación, formular una respuesta propia a dicho problema suele ser el resultado
  • 19. natural al que aspira la construcción de un estado de la cuestión. Sin embargo, esto dependerá, nuevamente, de los intereses del investigador y ello determinará, además, los alcances del estado de la cuestión, punto que veremos a continuación. Los alcances del estado de la cuestión dependen, pues, de los fines del investigador. Un estado de la cuestión puede servir para presentar información de manera articulada y sistematizada o para elaborar y definir una respuesta propia al problema de investigación. En el primer caso, tenemos estados de la cuestión cuyo fin es exclusivamente informativo: dar a conocer el panorama del debate actual en torno a un tema y problema de investigación específicos. En el segundo caso, el estado de la cuestión sirve, además, para construir una hipótesis de trabajo propia que se engarzaría con un proyecto de investigación concreto:" es decir, contribuiría a emprender, más adelante, investigaciones más complejas y con demostraciones acabadas. En ambos casos, como hemos mencionado antes, la sistematización y el diálogo entre la información especializada relativa a un tema delimitado constituye ya un aporte para la producción de conocimiento, independientemente de que el estado de la cuestión finalice o no proponiendo una hipótesis propia. En suma, el estado de la cuestión es un texto básicamente informativo y sintético. No obstante, por más que sea sintético, puede tratarse de un texto muy extenso si es que el número de expertos frente al problema es alto.
  • 20. Artículo Académico. (equipo 03) La investigación académica requiere que el conocimiento alcanzado se comunique. Para quienes forman parte de la comunidad académica, resulta vital estar al tanto de los avances y controversias que se generen tanto en sus respectivas disciplinas como en otras áreas científicas afines. Una de las formas de comunicación más utilizadas en el ámbito académico para difundir y compartir los resultados de una investigación es, sin duda, el artículo académico o científico. Definir en qué consiste un artículo académico, establecer con claridad qué es aquello que lo caracteriza, no es del todo sencillo. Podemos empezar señalando que es un documento escrito no muy extenso que da cuenta de los resultados de una investigación. Por lo general, aborda asuntos muy específicos que requieren del autor dominio en la materia y suponen del lector cierta familiaridad con la perspectiva desde la cual se ha llevado a cabo dicha investigación. Otro aspecto común a todo artículo académico es que este permite a su autor tener una participación activa en el quehacer académico de su disciplina y poner de manifiesto su capacidad para defender la relevancia de alguna investigación llevada a cabo, así como la pertinencia y validez de la perspectiva y resultados alcanzados. Si bien es cierto que los artículos suelen aparecer en publicaciones periódicas como revistas y boletines académicos, también lo es que existen otros formatos en los que puede publicarse un artículo. Veamos a continuación un ejemplo de artículos publicados en una edición de la revista Economía y Derecho de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC): Como se aprecia en el índice de la revista, esta es una publicación periódica (la edición que se consigna corresponde al volumen 6, número 24, publicado en la primavera del 2009) en la que colaboran varios autores de manera independiente. Cada uno de los artículos que aparece en esta revista aborda, desde una perspectiva económica o jurídica, un tema muy concreto: la trayectoria intelectual de Mario Vargas Llosa, el contrato de marcas, el abuso de las normas de libre competencia, entre otros. La periodicidad de una publicación como esta se encuentra ligada al deseo de una institución académica como la UPC de contribuir con la renovación o incorporación de nuevos temas que puedan ser puestos en discusión al interior de una disciplina en particular. En cuanto a las publicaciones no periódicas en las que se consignan, también, artículos académicos, propondremos el siguiente ejemplo:
  • 21. En este caso, la editora Paula Córdova convocó a varios autores a reflexionar acerca de la naturaleza dinámica del lenguaje (su relación con fenómenos sociales, culturales e históricos) y del dinamismo de las lenguas, en particular, las lenguas y culturas peruanas. Es a partir de este tema que los artículos abordan temas como la estructura interna de la lengua, la reacción de los hablantes frente al cambio experimentado por las lenguas, la situación de las lenguas andinas a la llegada de los españoles, etc. Si bien analizar los diferentes tipos de artículos que pueden publicarse bajo un formato académico puede ser interesante, dicha tarea excede los propósitos de este subcapítulo. Por ello, nos ocuparemos de analizar exclusivamente aquellos artículos que tienen como propósito ser publicados en revistas académicas. Existen una serie de requisitos formales y de contenido que todo artículo académico deberá cumplir para poder ser publicado en una revista. Como ejemplo, véanse las exigencias para la publicación de artículos de una revista digital:
  • 22. Como se aprecia en el cuadro anterior, para que una investigación pueda ser publicada bajo el formato de artículo académico, deberá seguir un formato y estructura particulares. Además, el contenido del artículo será sometido a evaluación. Para ello se tomará en cuenta no solo criterios particulares de la disciplina desde la que se llevó a cabo la investigación, sino, también, criterios de carácter ético y editorial. Por lo general, esta evaluación o arbitraje es llevada a cabo por académicos especialistas en el tema materia del artículo. Autores como Robert Day han señalado la necesidad de tener en claro qué es lo que diferencia al artículo académico de otro tipo de textos. Para Day, dos de los rasgos más característicos de un artículo son los siguientes: a) La necesidad de divulgar eficazmente los logros de una investigación hasta ese momento inédita; b) T ener un formato que permita a los colegas del autor (presentes y futuros) no solo comprender la naturaleza del trabajo, el tema analizado, la metodología aplicada y los resultados alcanzados, sino permitir, también, el uso del conocimiento que se está divulgando." Es por ello que el autor afirma que el artículo académico puede ser definido como una publicación primaria: «(...) una publicación primaria es a) la primera publicación de los resultados de una investigación original, b) en una forma tal que los colegas del autor puedan repetir los experimentos y verificar las conclusiones, y c) en una revista u otra fuente documental fácilmente asequible dentro de la comunidad científica.»(2005:9) La originalidad es uno de los primeros requisitos que se exige a un artículo académico. Sibien en los dos primeros capítulos de este libro nos hemos ocupado de precisar qué se entiende por originalidad en el ámbito científico, resulta necesario acotar que esta característica está asociada a la exigencia de muchas publicaciones sobre el carácter inédito de la investigación; dicho de otro modo: se espera que la investigación no haya sido publicada anteriormente. En cuanto a la segunda exigencia, ella apunta a que el autor del artículo muestre con total transparencia tanto el objeto de estudio como la metodología utilizada, de manera que sus colegas puedan no solo estar en posición de repetir, si así lo quisiesen, la investigación desarrollada, sino, también, de evaluarla íntegramente. Por último, vale la pena comentar cuán pertinente resulta que el autor no solo haga referencia a formatos de publicación impresa puesto que en la actualidad la comunicación académica utiliza muchos otros formatos (electrónicos, virtuales, acompañados de información audiovisual, etc.). En todo caso, más allá de la manera en la que un artículo académico pueda ser publicado, lo importante es tener en cuenta que la comunidad científica deberá tener acceso a dicho artículo a través de los múltiples servicios de recuperación y difusión de información con los que un investigador cuenta hoy en día. Elaborar un artículo supone para el autor hacer frente a varias etapas de redacción y revisión previas a la elaboración de la versión definitiva del trabajo. Esta planificación en el desarrollo del artículo deberá ir acompañada de una clara conciencia respecto del auditorio al que el artículo estará dirigido; por ejemplo, la comunidad académica de la que forma parte el autor del documento y que puede estar constituida por profesores, estudiantes e investigadores de su misma especialidad. La planificación a la que acabamos de referirnos se puede ver reflejada en la estructura de un artículo académico. Si bien esta puede presentar algunas variaciones según se trate de una disciplina u otra o en razón del medio de publicación, suele contar con los siguientes elementos:
  • 23. 1. Título: debe ser breve pero, a la vez, aludir a los aspectos más relevantes del trabajo y despertar el interés del lector. 2. Autor( es): debe consígnarse los datos que permitan atribuir la autoría intelectual del trabajo. Si son varios autores, el orden en que aparezcan sus nombres dependerá de factores vinculados a los usos y costumbres de la disciplina a la que pertenezcan. Puede utilizarse como criterio el orden alfabético, la trayectoria de cada uno de los involucrados, el nivel de responsabilidad asumido durante la realización de la investigación, entre otros. 3. Resumen: explicar de forma clara y concisa los aspectos más relevantes del trabajo (tema, problema, hipótesis, estructura del trabajo, conclusiones, entre otros). 4. Palabras clave: términos que permitan a los lectores identificar los temas más relevantes abordados en la investigación. Son de gran utilidad cuando alguien interesado en el tema de nuestro trabajo busca información a través de una base de datos o hace uso de algún motor de búsqueda. 5. Reconocimientos y agradecimientos: a personas e instituciones que contribuyeron con la realización del trabajo. Su uso es opcional. 6. Documento propiamente dicho: aunque el contenido del artículo puede desarrollarse de varias maneras, generalmente, cuenta con una primera parte introductoria que pone al tanto al lector de los objetivos trazados y los métodos o enfoques aplicados; un segundo apartado en el que se revisa el debate académico y se evalúa el conocimiento que se tiene hasta el momento respecto del tema elegido (es decir, se lleva a cabo un estado de la cuestión); una tercera parte en la que no solo se puede exponer, discutir o aplicar un determinado marco teórico y metodológico para el análisis del tema elegido, sino que, también, puede dar cuenta de la investigación realizada; y, finalmente, la presentación de las conclusiones o resultados de la investigación. 7. Bibliografía: Deberá consignarse las referencias completas de todas las fuentes (documentales, bibliográficas, primarias, secundarias, etc.) utilizadas en el desarrollo de la investigación. Se presentan en orden alfabético y cronológico. 8. Anexos: documentos o adiciones que complementan el cuerpo del trabajo. Su uso es opcional. El propósito de una estructura como esta es asegurar al lector del artículo que contará con todos los elementos necesarios para conocer y hacer uso de la investigación que se está dando a conocer. En cuanto a los tipos de artículos académicos que se pueden encontrar, si revisamos algunas revistas académicas, podremos darnos cuenta de que la lista puede llegar a ser bastante larga:" sin embargo, si agrupamos los artículos en función de sus objetivos, podremos obtener la siguiente clasificación: • Artículo de investigación: Se describe una investigación completa o parte de ella. • Revisión: Se analiza críticamente el estado del conocimiento en un área o un tema concreto a partir de la bibliografía publicada. • Comentarios o críticas: Se comenta o critica un trabajo publicado previamente por otros investigadores. • Artículo teórico: se plantea un modelo, una teoría o un sistema para entender un fenómeno o conjunto de fenómenos, una realidad concreta o un dominio de conocimientos. • Retracción: se corrige o retira un trabajo propio anterior a raíz de diversos cuestionamientos al contenido del mismo. Unaspecto que no debe perderse de vista respecto del artículo académico es el público al que está
  • 24. dirigido. Como señala Teberosky, la redacción de un texto académico implica adoptar una perspectiva interactiva que reconoce que la publicación del artículo dará lugar a un diálogo entre autor y lector, entre autor y comunidad académica: «Se trata de un diálogo histórico por un lado, como resultado de la influencia del proceso de producción en el producto, es decir, de la incorporación en el texto de los rastros de las actividades del lector a lo largo del tiempo. Y se trata de un diálogo actual, resultado de las prácticas académicas que influyen sobre la conciencia del escritor y que lo inscriben en el contexto retórico definido por esas mismas prácticas.»(2007: 18) En este diálogo, la claridad resulta esencial. Si bien es cierto que esta debiera ser una característica común a todo tipo de comunicación, en el caso del artículo académico, dicho rasgo resulta fundamental en tanto a través de ese texto especializado se está comunicando por primera vez algo respecto de una investigación en particular," En la siguiente cita, el sociólogo Martín Benavides permite al lector entender con facilidad la naturaleza de su investigación: «En el intento de explorar los orígenes sociales del Club Alianza Lima, este artículo analiza la construcción cultural de la tradición aliancista como club de obreros, de negros y de La Victoria, proceso que la literatura denomina como el de la 'invención de una tradicíón'.» (2008: 95) Si bien la claridad resulta imprescindible para comunicar los contenidos de un artículo, a ella, pueden sumarse otros rasgos propuestos por Campanario: continuidad, papel dominante de la teoría y carácter tentativo. 58 La continuidad implica que la investigación que se presenta da seguimiento, amplía o cuestiona los alcances de uno o varios trabajos previos llevados a cabo por el mismo autor o por otros, se inserta en el debate académico: «El trabajo que presentamos a continuación, pretende seguir esta perspectiva [de historia comparada] inaugurada por [Jorge] Basadre: es imprescindible conocer la historia de los países vecinos, más cercanos a nuestra realidad, para entender mejor nuestro pasado. En ese sentido, desarrollaremos qué dificultades tuvo el proyecto liberal en Chile durante la primera mitad del siglo XIX en un contexto en el que triunfaba, aparentemente, una república del orden, de clara tendencia conservadora (...).» (Orrego 2003: 271) Por predominio de la teoría, se entiende que el análisis llevado a cabo hace suya una perspectiva teórica en particular. Al respecto, veamos el siguiente ejemplo: «El tema que propongo se relaciona con una de las temáticas más significativas de la modernidad, identidad y cultura en Latinoamérica hoy: el género, y particularmente, en relación con un fenómeno contemporáneo y gravitante, como es el de las migraciones de mujeres al interior de Latinoamérica. El interés se relaciona, además, con una de las escuelas geográficas contemporáneas más desconocidas en Chile: la Geografía de Género (...). Temática que en el caso de América Latina ha encontrado varios cultores en países como Brasil, Argentina, México y Cuba.» (Rocha 2006) El texto de Rocha cumple con los rasgos antes mencionados, ya que no solo señala que el trabajo aborda una temática que ha venido generando interés en nuestra región (la migración femenina), sino que, también, vincula la investigación con la perspectiva de género. En cuanto al carácter tentativo que, como propone Campanario, suelen tener los
  • 25. artículos académicos, veamos el siguiente ejemplo: «No hay violencia política sin discurso. La gente necesita convencerse (yjo ser convencida) para ejercerla. A partir de esta idea, en un texto poco conocido David Apter desarrolla una aproximación al fenómeno de la violencia política desde la teoría del discurso (Apter, 1992; 1997), que nos parece especialmente útil para explicar la transformación que hacia fines de la década de 1970 sufren Sendero Luminoso (SL)y su líder, Abimael Guzmán. (...) Por cierto, esta aproximación desde el discurso está lejos de explicar todo el fenómeno SL, ni todos los fenómenos de violencia política. Por un lado, no olvidamos las raíces estructurales de la violencia ni el contexto histórico y sociocultural, decisivos para entender la violencia política en el Perú y que hemos desarrollado en otros trabajos (Degregori, 1985; 1989; 1996). Pero consideramos válida la apreciación de Pizarro (1996), cuando afirma que en el inicio de la violencia la voluntad política tiene un papel decisivo. y es de ese inicio que trataremos en el presente artículo.»(Degregori 2000: 493) Degregori es cuidadoso en dejar en claro que el uso de la teoría del discurso, como aproximación a la violencia de Sendero Luminoso, es una forma de entender solo parte del complejo fenómeno del senderismo. Es a este carácter tentativo al que se refiere Campanario, a la cautela con que el autor del artículo presenta los alcances de su investigación y la reticencia a que sean entendidos como absolutos y definitivos. Dos características más que pueden sumarse a las propuestas antes mencionadas son la justificación constante de la importancia, pertinencia y rigurosidad de la investigación realizada y la presencia del autor en el texto mismo. En el caso de la característica mencionada al inicio de este párrafo, se entiende que el autor justifique reiteradamente los alcances del trabajo y a la validez de sus respuestas, pues su honradez y rigurosidad intelectual están siendo sometidas a evaluación y crítica. En cuanto a la aparición explícita de la voz del autor en el texto, ella puede ser entendida como un recurso del autor para dar fuerza a su postura frente a un tema o compartir con el lector los propósitos o motivaciones que lo llevaron a emprender la investigación que ahora presenta. Vemos el siguiente ejemplo: «Creo no equivocarme si digo que, en nuestros días, quien haya revisado el Memorial escrito por el clérigo Bartolomé Álvarez en 1588 no puede dejar de advertir que la postura radical e intolerante de su autor al referirse a las religiones nativas se debe a varias cuestiones: las dificultades para conocer las religiones indígenas y la manera como los naturales asimilaban el cristianismo, el contraste establecido entre las dos religiosidades y los intereses en juego de los sectores seculares enfrentados a la política de la Corona en materia religiosa, a la jerarquía eclesiástica y también a los integrantes de las órdenes religiosas en los Andes. (...) si bien en el presente trabajo destacaré la información que Álvarez ofrece acerca de las prácticas ceremoniales andinas, me interesa más mostrar la forma como un doctrinero percibe la religiosidad de los hombres andinos de la zona de influencia del lago Titicaca y evalúa el proceso de evangelización a poco más de cuarenta años de iniciada la conquista y colonización en los Andes.» (Regalado 2008: 6) En la cita anterior, la autora aparece en el texto en dos momentos: en el primero, busca resaltar que su interpretación respecto de la intolerancia mostrada por Álvarez en su memorial es una interpretación que puede ser compartida por otros especialistas en el tema. En un segundo momento, la voz de la autora vuelve a manifestarse explícitamente para dejar en claro al
  • 26. lector cuál es su principal interés (mostrar cómo un clérigo doctrinero del siglo XVI percibió la experiencia religiosa de la población andina y evaluó el proceso de evangelización a cuarenta años de su inicio). Aun cuando al inicio de esta sección señalábamos que solo nos ocuparíamos de analizar las principales características de los artículos que buscan ser publicados en una revista académica, hemos podido comprobar que un repaso de este tipo difícilmente podría ser exhaustivo. En todo caso, somos de la opinión que lo hecho hasta aquí resulta suficiente para tener un primer acercamiento a la naturaleza del artículo como producto de la investigación académica.
  • 27. Monografía (equipo 04) Una monografía es un trabajo de investigación escrito cuya principal particularidad es que implica el desarrollo de un tema puntual y estrechamente delimitado. De ahí su nombre, que proviene del griego monos (1l0VO~ = uno, único) y graphia (ypa<p~ = escritura o escrito), y que podría interpretarse como «escrito sobre un único asunto». Por ello, si bien la extensión de una monografía puede variar, normalmente, se trata de documentos relativamente cortos en comparación con otros escritos más complejos, como las tesis, ya que en ellos se suele sacrificar la extensión en beneficio de la profundidad del desarrollo de la cuestión. Asimismo, la elaboración de monografías es una práctica bastante común en las universidades y suele emplearse como parte de la evaluación en distintas materias, puesto que exige del estudiante tanto la elaboración de un proyecto de investigación académica como la ejecución del mismo. En esa medida, implica que el estudiante desarrolle las destrezas fundamentales para llevar a cabo proyectos de investigación más complejos y especializados, como la tesis o el proyecto profesional. Asimismo, muchos de los artículos académicos que se publican en revistas especializadas suelen seguir, también, las pautas y procedimientos de elaboración de una monografía. Por ello, elaborar este tipo de documentos constituye un aspecto esencial de la formación académica de todo estudiante. Como decíamos anteriormente, toda monografía es producto de un proceso de investigación que puede ser bibliográfico -basado en la consulta de fuentes de información secundaria-, desarrollado mediante un trabajo de campo -en el que se recoge información de fuentes primarias- o la combinación de ambos diseños de investigación. También, pueden realizarse monografías de corte exploratorio, como cuando se estudia un tema relativamente poco o nada estudiado o se pretende abrir un nuevo camino en la investigación sobre determinado asunto - por ejemplo, pueden surgir monografías producto de la exploración de un nuevo sitio arqueológico-; o puede realizarse monografías que pretenden defender, demostrar o validar una determinada posición específica. Todo esto dependerá de los intereses de la investigación y del enfoque del autor. Ahora bien, lo anterior nos permite afirmar que, a diferencia de los estados de la cuestión, que más bien pueden servir como primer eslabón para la construcción de un proyecto de investigación (sobre todo, cuando arrojan una hipótesis propia), las monografías son el resultado escrito de la ejecución de un plan de investigación previamente elaborado." Por ello, este tipo de documentos -también, a diferencia de los estados de la cuestión- sí tiene la pretensión de arribar a ciertas conclusiones concretas que se extraen del desarrollo del tema investigado. Esto último nos permite, a su vez, presentar dos características adicionales de la monografía: además de ser un escrito que trata sobre un tema único, la monografía, por un lado, suele ser un texto argumentativo (aunque no excluya en su interior partes o secciones que sean principalmente informativas), en tanto que pretende llegar a determinadas conclusiones; por otro lado, es un texto que, independientemente de su nivel de complejidad y extensión, posee una organización y estructura fijas, constituidas por una introducción, una serie de capítulos, conclusiones, bibliografía, anexos y glosario - estos dos últimos son opcionales. Precisemos, entonces, estas tres propiedades de las monografías que acabamos de mencionar. En primer lugar, este tipo de documento se caracteriza por ser unitario:" es decir, debe tratarse un solo tema puntual y bien delimitado. De esta manera, se podrá analizar a profundidad y abarcar todos los aspectos de ese único tema. Si, en cambio,
  • 28. eligiésemos un tema amplio, probablemente, obtendríamos como resultado quedarnos en un nivel de investigación muy superficial, pues sería muy difícil desarrollar a profundidad un tema de estas características en un texto relativamente breve. Sirva como ejemplo el siguiente caso, que ha sido mencionado con anterioridad: si se quisiera analizar el impacto de la televisión en las zonas rurales del Perú, tenemos que notar que, si bien es un tema que posee ciertas delimitaciones, sigue siendo un tema bastante amplio para desarrollarse monográficamente. Primero, porque el impacto de la televisión puede darse a distintos niveles de la sociedad, y un tema como este implicaría abordar todos ellos. Segundo, porque el impacto de la televisión podría repercutir de distintas maneras dependiendo, por ejemplo, de la edad de las personas y, nuevamente, el tema así planteado exigiría de nosotros que analicemos a niños, jóvenes, adultos y ancianos. Tercero, porque el Perú es un país que posee múltiples zonas rurales, y tendríamos que analizar cada una de ellas. Sería, pues, conveniente, reducir el espectro de esta investigación hasta hacer del asunto de nuestro interés un tema viable para una monografía. Este fue, precisamente, el esfuerzo realizado por la antropóloga peruana Rocío Trinidad que se encuentra recogido en su libro «¿Qué aprenden los niños del campo con la televisión? Globalización, socialización y aprendizaje». Ella concentró su investigación no en el impacto general de la televisión, sino en el impacto de ella en la vida familiar y escolar de niños y niñas de escuelas primarias. Además, su investigación se circunscribió en una zona rural específica: el caserío de Mallacayán, perteneciente al distrito de La Merced, en la provincia de Aija del departamento de Ancash." Planteado así, el tema resulta perfectamente manejable para una investigación monográfica. Para cerrar esta primera característica de los trabajos monográficos, es pertinente hacer la siguiente precisión. Se podría pensar que, al reducir de este modo el espectro temático, la investigación no es de tanto valor, puesto que solo nos ofrece el análisis de una parte (y de una parte muy pequeña) y no del conjunto. Podría pensarse que el resultado de la investigación es pobre y que no aporta mucho al conocimiento del tema. Nada más lejos de la realidad, porque, tal como hemos dicho, en el caso de la monografía, lo central es analizar con el mayor nivel de profundidad posible un tema sumamente específico, y eso implica entrar con mucho detalle en cada uno de los aspectos del tema a investigar. Más que hacer una presentación general del tema, tratando de abarcar todos los elementos relacionados con él, el trabajo monográfico nos exige penetrar con minuciosidad en un tema sumamente puntual para poder abarcarlo de manera exhaustiva. y esto, ciertamente, constituye ya un aporte sumamente valioso para el conocimiento en general, por más pequeño que sea el espectro temático abordado. En todo caso, si uno quisiera realizar una investigación más compleja y amplia, podría pensar en elaborar una tesis. En segundo lugar, hemos dicho que la monografía es producto de la realización de un proyecto de investigación y que, por ello, necesariamente, arriba a ciertas conclusiones. Esto tiene que ver con que la monografía tiene como base un proyecto de investigación previamente elaborado, de modo que los contenidos de la monografía deben exponer aquello que el proyecto de investigación -sea del tipo que fuere- haya arrojado como resultado. De ahí que la monografía, a diferencia del estado de la cuestión, necesariamente, arribe a una serie de conclusiones, que tendrán que ver con aquello que se pueda afirmar, de manera fundamentada, a partir del desarrollo de la investigación y que estarán relacionadas tanto con el logro de los objetivos propuestos como con, en última instancia, la validez o invalidez de la hipótesis, en caso de haber planteado concretamente una."
  • 29. En este sentido, decíamos, también, que las monografías pueden verse como texto argumentativos, aunque hay que entender este término en un sentido amplio conviene, al respecto, hacer una serie de aclaraciones. Cuando decimos que la monografía es un texto argumentativo, nos referimos, específicamente, a que ella presenta una serie de conclusiones que se desprenden de la exposición de los contenidos del texto. Hemos dicho que, dependiendo del enfoque del investigador, las monografías pueden tener un carácter informativo o exploratorio, pero, también, que pueden servir para demostrar la validez de una determinada posición tentativa. En ambos casos, se cumple esta característica: en el primero, por más que la investigación haya sido exploratoria, el autor debe presentar sustentadamente las conclusiones a las que llega su investigación; en el segundo caso, normalmente, tenemos monografías que parten no solo de un tema y un problema de investigación correctamente delimitados, sino, también, de una determinada hipótesis de trabajo y de una serie de objetivos planteados con el propósito de demostrar tal hipótesis." En este último caso, la argumentación del texto estará dada, desde el inicio, en función de la hipótesis que se intente demostrar, aunque evidentemente esto no quiera decir que la monografía no contenga partes que sean netamente informativas -estas aparecen con frecuencia en este tipo de monografías, sobre todo, en sus partes iniciales. No obstante, estas partes, más bien informativas, suelen, precisamente, exponer información que permita contextualizar el tema y presentar datos en apoyo de la postura que, más adelante, se intentará defender. Ilustremos estos puntos con el ejemplo del texto de Rocío Trinidad que ya hemos presentado. Ese trabajo monográfico es producto de una investigación de tipo cualitativo, puesto que buscó comprender la influencia de la televisión en los niños niñas de la escuela primaria del caserío de Mallacayán, y utilizó tanto un diseño de campo como un diseño bibliográfico de investigación. El trabajo de campo, que se realizó entre los años 2000 y 2001, consistió en la observación de las rutinas diarias de la escuela primaria y en la realización de entrevistas y focus groups a los pobladores (principalmente niños y niñas, pero, también, padres de familia y maestros de escuela primaria) de ese caserío." La investigación bibliográfica se encuentra recogida, por ejemplo, en la Introducción del texto (pero no solo allí, en realidad, la revisión bibliográfica cruza transversalmente toda la investigación de Trinidad), donde se presenta una suerte de estado de la cuestión acerca del tema a tratar -o «Aproximaciones al tema», tal como la autora titula esta sección-, que parte de la pregunta: «[...) ¿qué cambios ha generado la presencia de los medios audiovisuales, como la televisión, en la cotidianidad familiar y escolar de los niños y niñas rurales?» (Trinidad 2002: 30). La hipótesis de trabajo, que también se presenta en la Introducción, plantea lo siguiente: «(...) en las zonas rurales la televisión es una fuente de información y conocimiento, cuyo contenido se puede anticipar a la información brindada en la familia y puede competir con la transmitida por el maestro en la escuela. En el caso de la familia, la televisión atraviesa la línea entre lo público y lo privado, lleva los temas públicos al seno de los ambientes privados y viceversa, atreviéndose a hablar de aquello que es difícil de abordar, como el amor y el sexo. (...) Por ello, se puede afirmar que los medios establecen «un nuevo orden, en el que se reconstituyen las distinciones entre la infancia y la edad adulta» (Meyrowitz 1985, citado por Lu1l1995: 44). La escuela rural se caracteriza por generar desconcierto, aburrimiento y tedio en sus alumnos; la televisión, en cambio, los encandila por su rapidez y atractivo. En tal sentido, «los medios cuestionan el carácter monolítico de la transmisión del
  • 30. conocimiento» (Quiroz 1999: 256), generando una modificación del proceso de aprendizaje y motivando a reorganizar los temas y los enfoques.» (Trinidad 2002: 30) Como vemos, desde el inicio del texto (en la Introducción), se presentan de manera clara y precisa el tema, el problema de investigación y la hipótesis de trabajo. También, se presentan los objetivos." En este sentido, decíamos, más arriba, que todo trabajo monográfico parte de una propuesta propia (un proyecto de investigación previamente diseñado) que intentará comprobarse. La monografía expone, discursivamente, los resultados de esa comprobación. En el caso del texto que estamos colocando como ejemplo, la sustentación de la hipótesis se expuso discursivamente de acuerdo con el siguiente esquema, distribuidos en capítulos donde se expone los resultados del trabajo de campo realizado por la autora: • un primer capítulo eminentemente informativo de contextualización • un segundo capítulo, titulado «La escuela y la televisión: los maestros», donde se aborda el punto de vista de los maestros en relación con la influencia de la televisión en sus educandos • un tercer capítulo, titulado «La televisión en casa: los padres», donde se expone el tema en relación con la visión de los padres • un cuarto y último capítulo, titulado «Los niños y la televisión», en el cual, finalmente, se expone qué es lo que opinan los propios niños respecto de lo que aprenden de la televisión. Este último capítulo, más bien conclusivo, incluye una suerte de balance de la autora sobre los resultados de la investigación realizada que lleva como título «Reflexiones finales». • Por último, dos anexos y la bibliografía consultada. Como podemos apreciar, la distribución de los contenidos de la investigación sigue un esquema lógico que nos permite conocer cada uno de los aspectos del tema que la autora ha investigado y que ha anunciado en su hipótesis. Estos han sido ordenados jerárquicamente: se pasa primero por la percepción de los maestros, para estudiar el contexto de la escuela rural; luego, para adentrarnos en el ámbito familiar de los niños, se expone la percepción de los padres; finalmente, llegamos al centro de interés de la investigación: la influencia de la televisión en los niños, a partir de lo que los propios niños opinan al respecto. En este sentido, la exposición va ganando contenido y enriqueciéndose a medida que avanza, de modo que llegamos suficiente y adecuadamente informados al núcleo mismo de la investigación: la relación entre los niños rurales y la televisión. Esto es central en una monografía: el desarrollo jerárquico de sus contenidos, siguiendo un esquema lógico coherente, nos permite ir desarrollando los temas partiendo de lo más simple hacia lo más complejo. De este modo, el texto fluye con orden y lógica, sin perder de vista los aspectos principales y los que dependen o se desprenden de estos. Esto último nos conduce a la tercera característica de los escritos monográficos: su estructura fija. Hemos mencionado anteriormente, en la sección 2.1, que los documentos académicos suelen seguir un esquema de redacción básico que contiene una parte introductoria, un cuerpo y un cierre. Si bien esta es una práctica usual para cualquier tipo de documento académico, muchos de estos documentos hacen un uso relativamente libre de esta estructura básica: cada una de estas partes puede contener distintos elementos. No ocurre lo mismo con las monografías. Ellas siguen una estructura y unas normas de presentación que deben ser estricta y rigurosamente respetadas." La monografía es un tipo de documento en el que el cumplimiento riguroso de esta