2. Criminalista y político.
Criminalista y político italiano. Es el máximo representante
italiano de la escuela positivista de derecho penal y está
considerado como el creador de la criminología moderna.
Como seguidor del positivismo imperante durante la
segunda mitad del siglo XIX, aceptó por completo las
implícitas actitudes deterministas de tal corriente. Ya en la
tesis de su doctorado, La teoría de la imputabilidad y la
negación del libre albedrío, destaca netamente este aspecto
de su formación espiritual y de sus ideas: cree que el
delincuente actúa por causas ajenas a su voluntad y que
deben buscarse en la sociedad.
3. Su teoría.
Ferri afirma que el delito es imputable al delincuente, pero
no deseado libremente por éste; en realidad, actúa por
causas que física o psíquicamente condicionan su voluntad.
La teoría de la imputabilidad, examinada desde este punto
de vista positivista, forma la segunda parte de su tesis,
donde son estudiadas las causas dirimentes y atenuantes de
la misma imputabilidad, como la falta de discernimiento, la
enfermedad mental, el sueño y la embriaguez, el impulso
de los afectos, etc., porque la amenaza legislativa con que la
sociedad apremia para prevenir, y la medida de su defensa,
en caso de que el delito se haya perpetrado, no pueden
actuar si no son previstas por la razón.
4. Obras.
Ferri enseñó en las Universidades de Turín, Siena y
Roma y, prosiguiendo sus estudios, siempre inspirados
en la escuela criminalista positiva, publicó en
1900 Sociología criminal, sin duda su más ambiciosa
e influyente obra, en la que resumió en forma orgánica
su pensamiento.
5. Antropología criminal.
Expone primero Enrico Ferri los datos de la "Antropología
criminal", que es la "historia natural del hombre
delincuente". Ella ha demostrado que el delincuente es "un
salvaje perdido en nuestra civilización", esto es, una
variedad antropológica con existencia propia que
representa las razas inferiores, a causa de degeneración,
retorno atávico o desarrollo insuficiente.
El hombre delincuente es estudiado bajo dos aspectos: el
orgánico y el psíquico. Del lado orgánico interesan los
datos craneológicos y somáticos (reacción fisiológica,
sensibilidad al dolor, etc.) que son el fundamento de la
herencia criminal. Los datos psíquicos fundamentales son
la insensibilidad moral y la imprevisión.
6. El delincuente no es un tipo abstracto: presenta variedades
que pueden clasificarse. Hay que distinguir sobre todo al
delincuente habitual del ocasional. Después surge otra,
más completa y específica, entre delincuentes "locos"
(afectos de imbecilidad moral, epilépticos, etc.), "natos"
(los "salvajes"), "habituales" (generalmente corrompidos
sociales), "pasionales" (temperamentos morales, pero
hipersensibles) y "ocasionales" (que llegan a la
delincuencia por incentivos externos).
Ferri no acepta la teoría de la libertad de la voluntad o libre
albedrío, porque la considera desmentida por la ciencia,
que demuestra que todo se halla ligado al principio de
causalidad.