1. ABC
SÁBADO, 16 DE FEBRERO DE 2013
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él está mejorado», confiesa. «Ha sido
lo más emocionante de mi vida ver
nacer a mi hijo. Cuando el doctor me
lo dio en brazos tras sacarlo del cuerpo de su madre, me puse a llorar. Es
increíble vivir ese momento», recuerda Ortega.
El diestro estuvo dentro de la sala
de partos, y eso que a su novia le tuvieron que practicar una cesárea.
«Ana María es una mujer sensacional. No sabes cómo cuida y quiere a
José. Es muy discreta, al igual que su
familia, y evitan a toda costa dar que
hablar o salir en las fotos. Tiene una
hija también muy educada, pero que
no ha querido instalarse en Madrid»,
señala un amigo de la pareja. El hecho de que la joven no se adapte a la
ciudad ha dado origen a que se comente que Ana María regresará a Sanlúcar en cuanto su hijo tenga dos meses. Fuentes cercanas me aseguran
que no tienen esa intención.
Juicio el 12 de marzo
Sin embargo, no todo son alegrías en
la vida del torero. El 12 de marzo se
celebrará el juicio por el accidente de
tráfico en el que murió Carlos Parra
y eso es lo que tiene realmente preocupado a Ortega, quien días antes de
nacer su hijo pasó dos noches en las
urgencias del Ramón y Cajal «por
unos cambios de tensión muy raros».
«Al juicio voy con tranquilidad y esperanza de que todo se aclare y se demuestre que fue un accidente. El bebé
me ha dado fuerza y tranquilidad
para este momento, pero que quede
claro que nunca olvido lo que ha pasado», apunta.
En cuanto a su boda con Ana María, de momento sonríe, pero prefiere esperar a que pase el juicio para
tomar decisiones importantes. Como,
por ejemplo, vender la finca «Yerbabuena». «Los americanos dicen que
cada siete años hay que cambiar de
casa, de coche y de pareja. Yo tanto
no, pero es verdad que los cambios
en la vida son necesarios. Si llega una
oferta atractiva, pues lo haré. Disfruto mucho en la finca, pero tampoco
me importa pasar a otra etapa».
GENTESTILO 71
B arcelona, de ronda
Cocina en pareja:
juntos en casa, y en los fogones
En la semana de San
Valentín, un recorrido
por restaurantes
con parejas al frente
ANA LUISA ISLAS
BARCELONA
El estrés y la cantidad de trabajo que
se viven en el día a día del servicio de
un restaurante pueden causar muchas
rupturas. Sin embargo, los sube y baja
emocionales que provoca un salón lleno, pueden ser también la semilla de
una unión que trascienda la trastienda de algún exitoso local. La cocinas
han sido y son catalizadoras de relaciones de pareja que no solamente salen del lugar de trabajo, sino que incluso crean exitosas fórmulas a partir de esta unión. Cupido flechó a las
siguientes parejas para beneplácito de
nuestros estómagos, a algunas de ellas
lo hizo dentro de una cocina, y a otras,
augurando que esa flecha escribiría
historia en nuestros recetarios.
Dice la sabiduría oriental, que cada
parte de un todo aporta algo esencial
en una unión. En el caso del restaurante Llamber, la ecuación se cumple
a rajatabla. Fran Heras, chef y director gastronómico, alumno de Ferrán
Adrià y Jean Luc Figueras, se encarga
de los fogones, y su compañera de vida,
Eva Arbonés, se encarga de supervisar la bodega, dirigir la sala y el interiorismo de sus locales en Avilés y el
Born barcelonés.
Hay sitios que recaen únicamente
en su cocina, otros que físicamente
son perfectos, pero que no se puede
probar bocado. El Llamber es un claro ejemplo de que con la unión viene
la fuerza, y el éxito. Hacía falta en Barcelona un local asturiano que pusiera
en alto el buen hacer y el buen producto de aquella región.
Fran Heras y Eva Arbonés, del Llamber
te se puso en venta. Se necesitó de las
agallas de ambos para decidir apostar
por la cocina de ella. «Los primeros
años fueron muy difíciles», cuenta Ruscalleda.
Gracias a su paciencia y constancia
(afirma la cocinera), llegó la primera
estrella, y con ella, los clientes a borbotones. El resto, es historia. Después
de años, siguen juntos, en las «funcio-
EN
PAREJA
El restaurante
Llamber, el Arola,
el Sant Pau, el Central
de la Boquería...
buena química
en los fogones
Ruscalleda y Balam
Pasado perfecto.
Ortega Cano y Rocío Jurado
adoptaron a José Fernando
cuando tenía 6 años, y a
Gloria Camila, de 3, en 1999
No se puede hablar de parejas exitosas en la cocina sin hablar de Carme
Ruscalleda y Toni Balam,
su esposo. Ellos no se conocieron en la cocina,
pero juntos decidieron hacerse cargo de la tienda
de comestibles que la familia de ella regentaba en
Sant Pol de Mar. El ingenio de ambos fue necesario para que decidieran
comenzar a vender comida para llevar. Estaban a
punto de poner unas mesitas en el local, porque la
clientela lo demandaba,
cuando la casa de enfren-
Sergi Arola y Sara Fort
ABC
nes» en Sant Pau, pero también yendo de vacaciones juntos en Ibiza o en
Chicago. De su unión no solamente salió uno de los mejores restaurantes de
España, sino también su hijo, Raúl Balam Ruscalleda, que deleita a propios
y extraños en el restaurante Moments,
en el Mandarin Oriental de Barcelona.
Otros que han sabido llevar muy
bien la ecuación de manejo administrativo y creatividad gastronómica han
sido Sara Fort y su mediático marido,
Sergi Arola. La pareja tiene en Madrid,
desde el 1998, un local. Primero llevaron La Broche y ahora el Sergi Arola
Gastro. Sin el dominio y la simpatía de
Sara en la sala, quizás el chef jamás
habría alcanzado la fama mundial que
hoy ostenta.
El Central de la Boquería
Como estos multipremiados chefs, hay
también parejas anónimas que regentan muchos de los locales, chiringos y bares de Barcelona,
y toda España. Una de ellas
está apunto de bajar la persiana de su local en el mercado
de La Boquería. Sin lugar a dudas los propios y extraños que
alguna vez han estado en el
Bar Central, echarán de menos la sonrisa y cercanía de
Anna y las deliciosas tortillas
y pulpitos de Mario. «Están
cansados», dice su hija Joana
Tarancón. Se conocieron ahí
mismo, en los pasillos de la
Boquería. Ojalá que los locatarios que los sustituyan le impriman el mismo amor a la
profesión que todas estas parejas; aunque dicen que dos
corazones laten mejor que
uno.